1. TENDENCIAS EN EDUCACIÓN EN LA SOCIEDAD DE TECNOLOGÍAS DE LA
INFORMACIÓN
Desde hace aproximadamente veinte años, en diversas oleadas y desde diversas
ideologías, numerosos autores anuncian el advenimiento de la sociedad de la
información: un conjunto de transformaciones económicas y sociales que
cambiarán la base material de nuestra sociedad.
Con la introducción generalizada de las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación en todos los ámbitos de la sociedad y nuestras vidas, están
cambiando nuestras maneras de hacer las cosas: de trabajar, de divertirnos, de
relacionarnos y de aprender. De modo sutil también están cambiando nuestra
forma de pensar.
La relación del ser humano con la tecnología es compleja. Por un lado, la
utilizamos para ampliar nuestros sentidos y capacidades, pero termina
transformándonos a nosotros y a la sociedad, en una u otra dirección. Además, las
novedades y los cambios generan incertidumbres, alteran el “status quo” y
también ponen en peligro determinados intereses creados. Por ello no es casual la
preocupación de los organismos financieros internacionales, las transnacionales y
las grandes potencias por orientar los sistemas educativos en los países pobres
desde y hacia sus propios intereses; como es el caso del Banco Mundial y su
papel en lo educativo y las estrategias educativas en la cual aparece el tema
central del aprendizaje como necesidad básica.
En ese contexto, el “ojo de la tormenta” se ubica en los cambios de los sistemas
educativos, en países como el nuestro. Cambios que están relacionados en los
avances científicos en los medios de comunicación y las tecnologías de la
información, que han desempeñado un papel relevante en la historia humana. En
esta complejidad, se plantean dos cuestiones claves: ¿Qué relaciones existen
entre las transformaciones de los medios de comunicación y las relaciones
sociales y culturales? ¿Qué repercusiones han tenido los medios en los procesos
cognitivos humanos a corto y largo plazo. En resumen ¿cómo han afectado y van
a afectar las tecnologías de la información en el ser humano y la sociedad?
La interrogante que se hacen en la comunidad educativa: ¿Qué implicaciones
desde las nuevas tecnologías de la información y la comunicación están
comenzando a tener en la educación? Es, tal vez, una de las muchas
preocupaciones que insurgen desde el magisterio al ingresar al siglo XXI. Al
respecto hay corrientes y a su interior enfoques y modelos pedagógicos que
tratan de reducir el debate exclusivamente a sus aspectos didácticos; sin asumir,
que las nuevas tecnologías están cambiando el mundo y el para qué educamos
niños y jóvenes. Siendo necesario redefinir nuestras prioridades y direccionalidad
de la educación como educadores comprometidos con el desarrollo del país.
La tesis fundamental es que los cambios tecnológicos han dado lugar a cambios
radicales en la organización del conocimiento, en las prácticas y formas de
2. organización social y en la propia cognición humana, esencialmente en la
subjetividad y la formación de la identidad. Sólo adoptando una perspectiva
histórica es posible comprender las transformaciones que ya estamos viviendo en
nuestro tiempo.
Han transcurrido cuatro revoluciones: La primera revolución fue el lenguaje oral;
es decir, la codificación del pensamiento mediante sonidos producidos por las
cuerdas bucales y la laringe. La segunda revolución fue el lenguaje escrito, es
decir, la creación de signos gráficos para registrar el habla.
La tercera revolución se debió a la aparición de la imprenta. La misma que
contribuyó a una auténtica revolución en la difusión del conocimiento y de las
ideas.
La cuarta revolución, en la que está inmersa nuestra generación, es la de los
medios electrónicos y la digitalización, un nuevo código más abstracto y artificial
(necesitamos aparatos para producirlo y descifrarlo).
Los avances tecnológicos tienen lugar dentro de un determinado marco
socioeconómico que hace posible no sólo su desarrollo en los centros de
investigación y Universidades, sino también su transferencia a la sociedad y a su
aplicación a la producción.
Es habitual la confusión entre información y conocimiento. El conocimiento implica
información interiorizada y adecuadamente integrada en las estructuras cognitivas
de un sujeto. Es algo personal e intransferible: No podemos transmitir
conocimientos, sólo información, que puede (o no) ser convertida en conocimiento
por el receptor, en función de diversas factores (los conocimientos previos del
sujeto, la adecuación de la información, su estructuración, etc.). La institución
escolar que nació, entre otras cosas, para proporcionar información, compite
ahora con fuentes de una increíble credibilidad como la TV, los medios
electrónicos e impresos han producido una auténtica explosión en la cantidad de
información que nos llega a las personas.
Un profesional que no haya estudiado lo producido en los últimos años no está ya
capacitada para desempeñar su profesión.
Hoy hay mucha información. El problema ya no es conseguir información sin
seleccionar la relevante entre la inmensa cantidad que nos bombardea y evitar la
saturación y la consiguiente sobrecarga cognitiva.
Otra consecuencia es la ampliación de nuestra capacidad para codificar,
almacenar, procesar y transmitir todo tipo de información es la transformación
radical de dos condicionantes fundamentales en la comunicación: el espacio y el
tiempo. Ambos están muy relacionados entre sí... Las nuevas tecnologías han
desmaterializado, deslocalizado y globalizado la información... hemos pasado de
una cultura basada en el átomo a una cultura
3. basada en el bit.
En ese contexto histórico, social y cultural se plantea el constructivismo
pedagógico, como tendencia educativa, en tanto los nuevos procesos tecnológicos
necesitan desarrollar capacidades humanas, de inteligencia y creatividad, de
cultura organizacional y desde una perspectiva axiológica. De ahí el rescate de la
teoría psicogenética de Piaget y otras psicologías cognitivas (Ausubel, Novak,
Gardner, etc.) o del campo humanistas (Rogers, Koelerg, Feuerstein, etc.). Más
aún, al interior de esta tendencia ha sido considerado Vigotsky, representante de
una corriente o tendencia pedagógica que tiene sus raíces filosóficas y
epistemológicas en la teoría del conocimiento y la lógica dialéctica del marxismo.
De tal forma que en los últimos años en el Perú, el constructivismo ha sido una
mezcla de tendencias o corrientes pedagógicas encontradas, de enfoques y
modelos pedagógicos que han terminado por confundir al maestro. Un
constructivismo “chicha” que requiere un análisis serio y académico, que aporte en
la búsqueda de una propuesta pedagógica que se nutra de las ciencias de la
educación.
Cómo criticar a una corriente de pensamiento pedagógico, como es el caso del
constructivismo, sólo desde una práctica incorrecta desarrollada en la mayoría de
los PLANCAD, cómo lanzar diatribas contra una corriente educativa que dice tener
una base científica y epistemológica. Para construir una propuesta como corriente
pedagógica seria se necesita conocer a profundidad ¿cuáles son las bases
filosóficas y epistemológicas que le dan sustento teórico-práctico?, ¿cuáles son las
diferencias psicopedagógicas y didácticas que existen entre las teorías de Piaget y
Vigotsky y que repercusión tienen en el trabajo educativo del docente en el aula?,
etc. , éstas y otras interrogantes deben ser planteadas a la luz de los cambios que
se vienen procesando a nivel mundial, de la globalización, y el modelo neoliberal y
de la cual no podemos abstraernos. Hablar de constructivismo en el Perú nos
plantea una primera interrogante: ¿De cuál constructivismo? El ortodoxo, el
heterodoxo, en fin el debate continua.