Este documento discute los sesgos y efectos de la inteligencia artificial. Señala que la IA no es neutral y puede moldear nuestro pensamiento al delegar funciones cognitivas en los sistemas. También advierte sobre el "sedentarismo intelectual" y los sesgos algorítmicos como el de género o raza que perjudican sistemáticamente a ciertos grupos. Finalmente, argumenta que debemos asegurarnos de que los datos con los que se entrenan los sistemas de IA sean representativos y no perpetúen