La arquitectura orientada a servicios (SOA) es un estilo de diseño de software que permite a los componentes de una aplicación comunicarse entre sí a través de servicios bien definidos e independientes, lo que facilita la integración y reutilización de componentes. SOA proporciona beneficios como la neutralidad del lenguaje, la agilidad organizacional y la reutilización de servicios existentes, y se compone de varias capas que incluyen la interfaz del consumidor, procesos comerciales y un entorno de servicios. Además, se enfoca en la gobernanza de servicios y la seguridad, destacando la importancia de establecer un protocolo común para fomentar la interoperabilidad y escalabilidad en entornos de desarrollo.