Este documento resume la investigación sobre la estadía de Joseph Mengele, el "Ángel de la Muerte" de Auschwitz, en Nueva Helvecia, Uruguay en 1958. Describe cómo Mengele llegó a Nueva Helvecia para casarse con rapidez y con la ayuda de contactos locales. Se hospedó brevemente en una casa rural y el Hotel del Prado, y también fue visto en el bar José Fortunatto y el Hotel Comercio. El documento intenta desentrañar los vínculos y apoyo que recibió Mengele
2. NH MAGAZINE 19
COMENZAMOS ESTE INFORME CON
LA IDEA DE BRINDARLE A NUESTROS
LECTORES UN PANORAMA MÁS CLA-
RO DE UN TEMA QUE HA SIDO TRA-
TADO POR MEDIOS NACIONALES Y
EXTRANJEROS,PERO CON MUY POCA
DIVULGACIÓN EN LA PRENSA LOCAL.
LLAMA LA ATENCIÓN LA CASI NULA
DIFUSIÓN DE UN HECHO HISTÓRICO
DE TANTA IMPORTANCIA, EL CUAL
HA PASADO DESAPERCIBIDO EN EL
PAPEL, PERO NO ASÍ EN EL IMAGINA-
RIO Y EN EL BOCA EN BOCA DE LA
COMUNIDAD DE NUEVA HELVECIA.
PARA NO HERIR SUSCEPTIBILIDADES,
QUEREMOS DEJAR EN CLARO QUE
ESTE INFORME ES UNTRABAJO DE RE-
COLECCIÓN DE DATOS Y TESTIMO-
NIOS,ALGUNOS,COMO EL CASO DEL
INVESTIGADOR HÉCTOR AMUEDO,
QUE EN LOS AÑOS 90 SACA A RELU-
CIR EL EDICTO DE MATRIMONIO DEL
CRIMINAL DE GUERRA NAZI,Y OTROS
DE HISTORIADORESY COLECCIONIS-
TAS COMO MIGUEL DELFINO, RADDY
LEIZAGOYEN Y MIGUEL CABRERA;
ESTOS HECHOS SUCEDIDOS EN NUE-
VA HELVECIA, NO REFLEJAN LA FOR-
MA DE SER Y PENSAR DE LA SOCIE-
DAD NEOHELVÉTICA; RECORDEMOS
QUE EN AQUELLOS AÑOS MENGELE
AÚN NO ERA PÚBLICAMENTE BUS-
CADO, POR LO QUE LA MAYOR PARTE
DE NUESTRA COMUNIDAD NO SABÍA
QUIEN ERA ESTA PERSONA.
LO QUE SI ESTÁ CLARO Y SE DES-
PRENDE DEL SIGUIENTE ARTÍCULO
ES QUE EL "ÁNGEL DE LA MUERTE"
TUVO ALGÚN TIPO DE APOYOY CON-
TINGENCIA EN NUESTRA CIUDAD.
¿CUÁLES FUERON SUS VÍNCULOS EN
LA REGIÓN?, ¿POR QUÉ DECIDE CA-
SARSE EN NUEVA HELVECIA Y NO EN
LA PROPIA COLONIA O MONTEVI-
DEO?,¿VIVIÓ EN NUESTRA CIUDAD O
SOLAMENTE SE HOSPEDÓ ALGUNOS
DÍAS AQUÍ DURANTE EL PROCESO DE
SU CASAMIENTO?. SON PREGUNTAS
QUE INTENTAREMOS DEVELAR EN EL
SIGUIENTE INFORME.
ESO NO
HABLAMengele en Nueva Helvecia
3. 20 NH MAGAZINE
Casa en Nueva Helvecia donde se alojó Jose-
ph Mengele durante al menos dos días, entre
el 17 y 25 de Julio de 1958. Según testimonio
de Marês, bajo ese árbol de laurel le sirvió el
té en una oportunidad.
Es conveniente visualizar la
situación de aquellos años, en
Europa los aliados le ponían
punto final a la Segunda Gue-
rra Mundial. Sudamérica con-
taba, y cuenta hoy en día, con
grandes colonias alemanas por
lo que los nazis veían allí una
posible opción para reagrupar-
se, en principio logrando un
salvoconducto, principalmente
hacia Argentina; -país que
albergó a varios criminales de
guerra cuando el presidente
Juan Perón estuvo en el poder
entre 1945 y 1955-, a través de
un circuito de escape, llamado
"La ruta de los conventos" o
“Ruta de las ratas", diseñada
por el regimen Nazi para sacar
miembros de la organización
fuera de Europa, el cual tenía
un puerto de salida general-
mente en Génova, Italia, y el
destino final era Sudamérica.
Terminada la guerra, Menge-
le, responsable de la muerte
de 400.000 personas en los
campos de concentración de
Auschwitz es apresado, y estu-
vo bajo la custodia de Estados
Unidos. Sin embargo, sin saber
que su nombre ya estaba en la
lista de criminales de guerra
buscados, los estadounidenses
lo liberaron rápidamente (no
tenía el típico tatuaje en la par-
te interior del brazo izquierdo
con el grupo sanguíneo que se
les realizaba a los integrantes
de las SS). Desde el verano de
1945 hasta 1948, el médico, con
documentos falsos, -cambia
su nombre a Fritz Ullman-,
trabajó como peón de campo
cerca de Rosenheim, Baviera.
En el año 1949, su próspera
familia lo ayudó a emigrar a
Sudamérica.
Los registros indican que ingre-
só a Buenos Aires el 20 de ju-
nio, con el nombre de Gregor
Helmut, (pasaporte expedido
por la Cruz Roja Internacio-
nal) de profesión "mecánico".
Desde el año 1951 realizó viajes
frecuentes a Paraguay como
representante de ventas en ese
país de la empresa de maqui-
naría agrícola de su familia
-que continúa funcionando
hasta nuestros días-. En el año
1956 obtuvo una copia de su
partida de nacimiento a través
de la embajada de Alemania
Occidental y se le concedió
un permiso de residencia en
Argentina con su nombre real;
recordemos que en esta etapa
aún no era buscado y tenía
el amparo y la protección del
gobierno peronista.
NUEVA HELVECIA
Según la investigación reali-
zada por Cabrera y Egaña (ex-
jefe de Policía de Colonia, ya
fallecido), Mengele llegó sólo
a esta región en una embarca-
ción por el Río Rosario. Se alojó
4. NH MAGAZINE 21
Edicto publicado en la Helvecia el
26 de Julio de 1958, un día después
del casamiento de Mengele y repu-
blicado el 30 del mismo mes.
AQUÍ SE CASÓ
JOSEPH MENGELE
En 1958 las oficinas del Juzgado
estaban ubicadas en esta vivienda
de la calle Rodó, y no en la avenida
Luis Alberto de Herrera como se
nombra en otros informes; según
datos brindados por el investiga-
dor neohelvético Miguel Cabrera.
un par de días en un estableci-
miento rural de aquella zona,
donde mantuvo reuniones de
trato comercial relacionado con
la importación de maquinarias
agrícolas familiar que repre-
sentaba y que se iban a fabricar
en la República Argentina.
Posteriormente fue buscado a
ese sitio por uno de los gerentes
de importación de una empresa
muy importante del departa-
mento que ya no existe, en una
unidad marca Fordson doble
cabina del año 1954.
Se inscribe en el Registro Civil
de Nueva Helvecia el 17 de Julio
de 1958, casándose el 25 de ese
mes con la viuda de su hermano,
Martha María Will, para que así
su fortuna quedara en la familia.
Llama la atención que el edicto
de matrimonio publicado en el
periódico HELVECIA de aquellos
días aparece en las ediciones del
viernes 26 de Julio -un día des-
5. 22 NH MAGAZINE
Al poco tiempo de su estadía en Nueva Helvecia, el Hotel del Prado es aquirido
por el Seminario de los Padres Redentoristas (1959), año que Mengele huye a
Brasil con la ayuda de un cura Redentorista alemán que residia en Montevideo,
(en base a informe de Semanario “El Periodista” de Buenos Aires, de fecha 22 de
noviembre de 1985). Foto: portratsel.blogspot.com.uy
pués de su casamiento-, del 30
del mismo mes y del 2 de agos-
to, cuando por Ley correspon-
de realizar las publicaciones
antes de la fecha de casamiento
y no posterior a la misma. A
Mengele le urgía casarse y para
ello usó sus contactos en Nueva
Helvecia, lo que confirma la
complicidad y apoyo de un
pequeño y selecto grupo con
el criminal de guerra, por lo
que pudo contraer matrimo-
nio sin presentar ante la Jueza
el documento impreso en el
diario local.
¿DÓNDE SE HOSPEDÓ?
Según se desprende de la in-
vestigación de Hector Amuedo
"Mengele se hospedó durante
ocho días en una casa en el
Barrio El Prado -actualmente
propiedad de Gerardo Wullich,
"quien compró esa casa por
consejo de un checo llamado
José Marês, un gran afinador
de pianos y virtuoso ejecutante
del instrumento, que emigró a
Uruguay con su familia sin un
centavo; tras la Segunda Gue-
rra Mundial, con la llegada de
los comunistas al gobierno en
Checoslovaquia, que le confis-
caron su tienda de instrumen-
tos musicales" explica Amuedo
en su investigación.
"Como necesitaba trabajar para
vivir, Marês -quien luego fue
director del Coro Concordia- y
su esposa tomaron trabajo de
mucamos en esa finca que, por
los años 50, era propiedad del
señor Rotzinger, un constructor
de edificios de nacionalidad
suiza", agregó.
Marês, ya fallecido, "relató a
Wullich que en aquellos días de
julio de 1958, Joseph Mengele
estuvo en la casa durante un
tiempo como huésped de Ro-
tzinger" y "por las tardes, solía
servirles el té a Mengele y a Ro-
tzinger, junto a sus respectivas
esposas, en una mesa de piedra,
que aún se conserva, debajo de
un árbol de laurel, en el jardín
del frente de la casa". (publica-
do en El Observador).
NHMagazine conversó con Wu-
llich quien negó enfáticamente
lo publicado por Amuedo,
respecto a su estadía allí durate
ocho días, "Mengele estuvo
en esta casa, en este jardín
tomando el té con Rotzinger,
propietario de la vivienda en
aquella época, pero no durante
tantos días".
Un vecino de nuestra ciudad,
que prefiere el anonimato, dijo
a NHM que le sirvió al médico
nazi durante tres noches en el
Hotel del Prado, y que luego de
tomar algunas copas, Mengele
se dirigía hacia la vivienda de
Rotzinger por un camino de
servicio atrás del hotel.
Durante esa etapa el Hotel
era administrado por Enri-
que Reisch y en 1959 pasa a
manos de los Padres Misioneros
Redentoristas, un seminario
donde formaban curas.
Según fuentes confiables, se lo
vio también en el bar y come-
dor de José Fortunatto, hoy en
día Bar Lamela donde solicita-
ba el diario local, seguramente
para corroborar una y otra vez
si se había impreso el Edicto de
Matrimonio para luego cruzar
hacia el Hotel Comercio u Hotel
Svástica grabada sobre piedra en predio particular en Nueva Hel-
vecia, imágen publicada en el libro "En el ojo de la lupa" de Omar
Moreira. Foto: Rodolfo Nollemberger.
Un vecino
de nuestra
ciudad,
que pre-
fiere el
anonima-
to, dijo a
NHM que
le sirvió
al médi-
co nazi
durante
tres no-
ches en el
Hotel del
Prado, y
que luego
de tomar
algunas
copas,
Mengele
se dirigía
hacia la
vivienda
de Rotzin-
ger por un
camino de
servicio
atrás del
hotel.
6. NH MAGAZINE 23
Mengele estaba obsesionado con el estudio de gemelos judíos y romaníes ("gitanos”),
la mayoría de los cuales eran niños.
Dr. Joseph Mengele, Comandante Rudolf Hoess, y Josef Kramer.
Reisch como se le conocía en
ese entonces ubicado en la
calle 18 de Julio casi esquina
Colón. NHM conversó con
una persona vinculada a
dicho Hotel que al igual que
el checo Marês, supieron
servirle algún refrigerio a
Mengele, en este caso en el
Hotel Comercio, durante el
invierno de 1958; este sería
el otro lugar de estadía del
criminal de guerra.
Esta versión se confirma tras
la declaración de otro vecino
de Nueva Helvecia, quien
relató a la web Portratsel “En
el año 1958, yo venía desde
campaña para traer quesos
una vez a la semana que
comercializábamos en la
llamada ‘feria de quesos de
los días miércoles’. Luego de
efectuada la venta, era como
un ritual llegar a tomar y pi-
car algo en el bar y comedor
de José Fortunatto,que estaba
ubicado en la calle 18 de Julio
casi frente al hotel Comer-
cio. Un día estaba sentado a
la mesa que se encontraba
sobre una de las esquinas del
boliche un señor con bigote
que no hablaba con nadie,
tomando algo que no recuer-
do que era, lo único que le
interesaba era leer el diario
local, lo leía y lo volvía a
releer. En un momento habló
muy bajo a don José, el dueño
del bar y le pagó. Se puso
debajo del brazo su diario y lo
observamos ingresar al Hotel
Comercio. Nadie lo conocía,
ni siquiera el dueño del bar.
Me comentaron que lo vieron
ese día y nunca más. Pero en
mi memoria siempre quedó
grabado ese rostro. Pasaron
los años y cuando la prensa
comenzó con sus comenta-
rios y publicaron las posibles
fotos de Mengele, vino inme-
diatamente a mi mente".
Por lo que se deduce que
sus días en la ciudad los
pasó primero en un estable-
cimiento rural, en la casa
sobre la calle 25 de abril en
el barrio de los hoteles y en
el hotel Comercio del centro Dibujo en lápiz del buque alemán Graf Spee, realizado por uno de sus tripulantes,
quien residió en Nueva Helvecia junto a otros marineros, luego de su hundimiento
en la Batalla del Río de la Plata (ver recuadro pag. 24).
7. 24 NH MAGAZINE
El ex jefe de Policía de Colonia, Raúl Egaña Miguel (ya fallecido),
que actuó en el primer período democrático luego de la dictadura
militar,fue una pieza fundamental en la obtención y preservación de
los documentos que revelan la verdad sobre la estadía del médico
nazi Joseph Mengele en nuestro país, mientras era intensamente
buscado por la comunidad internacional a raíz de sus horrendos crí-
menes en Auschwitz. Un obrero se cortó un dedo y Mengele "volvió
a colocar el dedo perfectamente”. Oriundo de Nueva Palmira pero
residente durante gran parte de su vida en la comunidad de Nueva
Helvecia, Egaña relató a un cronista de LA REPÚBLICA cómo obtuvo
y preservó, en los tiempos en que fue jefe de Policía, la documen-
tación que aportó a este matutino. “Oí comentarios sobre el casa-
miento de Mengele y su vida en Nueva Helvecia, entonces comencé
a investigar" y contó cómo con la ayuda del ex director nacional
de Policía, inspector (r) Roberto Rivero, entonces funcionario a su
cargo, y del ex intendente Raúl Bianchi pudieron encontrar la do-
cumentación que había permanecido oculta durante décadas. A la
vez agregó un dato importantísimo para corroborar que el médico
nazi vivió y trabajó en Uruguay durante varios meses. Egaña ase-
guró a LA REPÚBLICA que la información en su poder indica que
Mengele fue traído a nuestro país por una compañía alemana que
construyó la represa de Rincón de Baygorria."Esa compañía trajo al
médico Mengele", dijo, y relató cómo un obrero de Nueva Helvecia
que trabajaba en la construcción de esta represa fue operado por el
médico nazi luego de un accidente.
"Un muchacho de acá, de apellido Rottela, se cortó el dedo de
una mano mientras trabajaba; entonces vino el médico éste y
en una carpa en la que tenían instalado una especie de hospital
de campaña le volvió a colocar el dedo perfectamente en su
lugar". El relato que hace Egaña muestra cómo luego se sabría
que ese médico era uno de los nazis más buscados por el mun-
do. "Mientras descansaban, los obreros alababan la operación
que le habían hecho a este muchacho. Entonces un alemán de
los que trajo la compañía se pasó de alcohol y dijo a otro que
hacía de traductor para el grupo: Estos no saben quién es este
médico, a este médico los adversarios le pusieron 'el ángel de la
muerte' por lo que hizo en Alemania y es un cirujano experto...."
narró Egaña, según le fueron contados a él los hechos ocurridos
en 1958 durante la construcción de la represa de Baygorria, que
fuera inaugurada en 1960. Estaba acusado de asesinar a miles
de personas en el campo de concentración de Auschwitz, dónde
investigó técnicas de clonación.
Fuente: portratsel.blogspot.com.uy
de Nueva Helvecia. En el año 1959, cuando
Mengele escapa desde Argentina, tiene el
apoyo en Uruguay del cura católico Ahrens,
sacerdote redentorista con residencia en
Montevideo, ver imágen Seminario pag. 22,
-primo del Ex-General de las SS Wilhem
Lohmann-, quien lo esperó en el puerto
de Colonia y lo acompaña a Rivera desde
donde se dirige a Brasil y luego a Paraguay.
OTRA VERSIÓN
Durante mucho tiempo se dijo que Men-
gele habría vivido en una casa lindera al
Colegio Mater Ter Admirabilis en la calle
Guillermo Tell, hecho este desmentido ya
que la persona que allí vivió fue un sueco
-musicoterapeuta- de apellido Pontvik,
fallecido el 10 de octubre de 1979, sus restos
se encuentran en el cementerio de Colonia
Valdense. Lo que queda claro es que el
tristemente célebre criminal de guerra no
vivió en nuestra ciudad, pero sí estuvo aquí
durante ocho días.
Es un hecho este, que tal vez nunca tenga
un cierre definitivo, debido a la cantidad
de versiones que se manejan, NHM intentó
clarificar en este informe los datos presen-
tados por historiadores locales respaldados
por documentos históricos, intentando así
esclarecer el paso del criminal de guerra
nazi por nuestra ciudad, para que el título
de este informe -“De eso no se habla”- que-
de simplemente como parte de la historia,
y logremos algún día escuchar todas las
campanas.
Miguel Delfino es un conocido
vecino y empresario de Nueva
Helvecia, según sus propias pa-
labras "entre mis hobbies está
el coleccionar piezas antiguas
pero que tengan historia".
Días atrás el canal History
Channel lo entrevistó en la
ciudad de Colonia para un
especial de "Hunting Hitler",
programa que sigue la ruta de
Adolf Hitler -y los altos mandos
nazis- luego de su supuesto
escape de Alemania, la versión
histórica oficial dice que Hitler
se suicidó en su bunker el 30
de abril de 1945. Sin embargo
nunca se encontró su cuerpo
en ese lugar, ni tampoco evi-
dencia fehaciente de que haya
muerto allí.
En este programa, Delfino debe
mostrar en base a una pelí-
cula guionada los elementos
históricos que corroboren el
paso de Mengele por Colonia.
En la misma muestra el Águila
Silesiana, el Edicto publicado
en la Helvecia y el Acta de casa-
miento, por lo que los actores
en este documental guionado
terminan confiando en las pa-
labras del "cazador de tesoros"
en base a la documentación
irrefutable de que Mengele
estuvo en Nueva Helvecia.
"Mengele viene acá evidente-
mente porque su padre Karl
Mengele era un poderosísimo
fabricante de maquinarias
agrícolas, tan así que el propio
Hitler iba a la fábrica a visi-
tarlo. Hay un plan alemán de
penetración en distintas partes
del mundo, a nivel político y
económico. Y este hombre,
el padre de Mengele formaba
parte del mismo, porque Nueva
Helvecia era una colonia agrí-
cola y el tenía un representante
que las vendía aquí, todas las
marcas que fabricaba Mengele
estaban representadas en un
importante comerciante de
esta ciudad" expresa Delfino.
El docente y coleccionista se
explaya respecto a la penetra-
ción de los criminales nazis en
Sudamérica "Una de las teorías
dicen que ellos entraron a tra-
vés de una acción del Vaticano,
-y esto no va en contra de la
8. NH MAGAZINE 25
Desde 1872,
primer hotel turístico del país.
El lugar ideal para un merecido
descanso.
Restaurant - Comida Suiza
Habitaciones con baño privado - Piscina - Sauna
TV Cable - Calefacción - Aire acondicionado
Parque - Jardín - WI-FI
Federico Fischer 355
Tel.: 00598 455 44002 - Fax: 00598 455 44761
email: granjahotelsuizo@adinet.com.uy
www.hotelsuizonuevahelvecia.com.uy
religión acota-, porque la reli-
gión la hacen los hombres que
la están representando en ese
momento. Pero hay que agregar
si, que el Vaticano fue el único
Estado que no fue bombardea-
do, se dice que estaba arreglado
de antemano con Pio XII, que
si les iba mal, habían hecho un
acuerdo de la entrega de una
cantidad importantísima de oro
y obras de arte a cambio de un
salvoconducto, un escape deno-
minado “La ruta de las ratas".
"Aquí en la Colonia Suiza mi
abuelo y mi padre realizaban
en la joyería la cruz esvástica y
el emblema de la Real AirForce
de los aliados, había dos bandos
claramente definidos que eran
Pro-nazis y pro-aliados, y estos
pins que vendían se usaban
como quien usa hoy uno de Pe-
ñarol o de Nacional o de blancos
o colorados."
CONDECORACIÓN
"Hace unos 15 o 20 años viene
una persona que me pidió
absoluta reserva, y me pregunta
si yo compraba cosas viejas y me
dice "Yo tengo esto que Mengele
se lo regaló a mi abuelo cuando
se casó acá" y se lo compro. Al
poco tiempo le escribo al inves-
tigador Héctor Amuedo corri-
giéndolo por un dato erróneo de
los alemanes en colonia suiza,
el me agradece y a partir de ahí
generamos una amistad digital;
le envío la foto del Águila y no lo
podía creer".
Amuedo se lo envia a varios
investigadores de diferentes
partes del mundo que corrobo-
ran la autenticidad del Aguila de
Silesia que otorgaba la Wehr-
macht.
"Aquí hubo un nazi de la prime-
ra guerra, del cual no vamos a
dar el nombre, que se radicó en
la colonia suiza, este hombre
admiraba todo el crecimiento de
Alemania e ignoraba todo lo que
se escondía detrás. Se ve que era
tan importante este hombre que
cuando hunden el Graf Spee en
la batalla del Río de la Plata -los
sobrevivientes fueron distribui-
dos entre Uruguay y Argentina-;
entre 8 y 10 marineros vinieron
a quedarse a la casa de él, uno
de ellos era un ingeniero que le
hace un dibujo del barco y se lo
firma, este es otro documento
importantísimo que conserva
Delfino.
(Al cierre de esta edición, moría
en Punta del Este el alemán
Hans Eubel, último sobrevivien-
te del acorazado Graf Spee).
Condecoración Aguila de
Silesia que perteneció a
Mengele, hoy propiedad
de Miguel Delfino.
En la región, "durante el comienzo
de la segunda guerra mundial,
sumado a "la voladura del aco-
razado Graff Spee en la Bahía
de Montevideo, el entierro de
los muertos, la internación
de los marinos en Sarandí
del Yí y fundamentalmente
el sucidio del Capitán Hans
Langsdorff, produjo en la
colonia de origen alemán
o suizo un gran grado de
simpatía" [Omar Moreira,
En el ojo de la Lupa, 2010].
9. 26 NH MAGAZINE
por Raddy Leizagoyen
raddy1970@yahoo.com
Desde la década del ’70 hasta hoy, el
casamiento de Joseph Mengele en Nueva
Helvecia y su estadía en esta ciudad, ha
sido objeto de atención de la prensa
nacional e internacional.
Un trabajo que prepara el canal “History”
-que lamentablemente no tenemos en
nuestro servicio de TV cable- ha reflotado
una vez más el tema.
OTROS "PICOS" DE INTERÉS
En 1985, a través del interés demos-
trado por el Jefe de Policía de la época
don Raúl Egaña Miguel, se preservaron
documentos que probaban la estadía del
genocida nazi Joseph Mengele en Nueva
Helvecia, y su boda en esta ciudad, en el
Juzgado que por entonces conducía don
Pedro Izacelaya, según edicto publicado
por “HELVECIA”. La acción de protección
de la historia trascendió y el periodista
Néber Araújo condujo una investigación
que llamó la atención internacional y
hasta produjo la llegada a Nueva Helve-
cia del famoso cazador de nazis Simón
Wisenthal. El tema ya se había debatido
en la zona en 1972, cuando alguien “des-
cubrió” en los archivos de “HELVECIA” el
edicto famoso.
Quince años más tarde, los periodistas
Carlos Peláez y el carmelitano Gabriel
Monteagudo, lanzaron un rimbombante
informe en “La República” que pretendía
ser primicia mundial. Fue en las edicio-
nes del 2 y 3 de octubre del 2000. Con
grandes titulares en primera plana.
Este informe, cargado de imprecisio-
nes y errores (como el de aunar en un
solo hecho las colonizaciones suiza y
valdense), recogió leyendas urbanas y
datos sin ningún fundamento, como que
en Nueva Helvecia un Club social izaba
una bandera nazi en conmemoración de
cada avance de los ejércitos nazis; o que
bajo el Monumento “El surco” hay una
bandera nazi escondida a la espera del
retorno del Führer.
Para colmo, se vinculó esta información
con otra cobertura histórica publicada
una semana más tarde, también con
grandes titulares en primera plana
(“Así trabajaron los soplones civiles en
Nueva Helvecia”), sobre la lista negra de
izquierdistas que se publicó en 1972.
Ambos hechos así destacados y vincula-
dos, marcaban que Nueva Helvecia era
una especie de cueva de nazis, donde
Mengele se había sentido “entre los
suyos” y protegido.
La gravedad de la acusación produjo la
reacción de los miembros de la Asocia-
ción de Periodistas del Este de Colonia
(A.P.E.C.), recién fundada, que a través
de sus socios de entonces que estaban
radicados en Nueva Helvecia (Antonio
Buffa, Alejandro Dellature, Ida Guigou,
Eduardo Silveira, Hugo Torres, Gustavo
Travieso, Juan Carlos Vecino y el autor de
esta nota), mantuvieron un duro debate
con los autores de estas notas.
EN EL CONTEXTO
HISTÓRICO
Mirado con la lupa de un habitante de
nuestro presente, parece incomprensible
que Mengele haya publicado el edicto de
su boda y nadie haya movido un dedo en
Nueva Helvecia.
¿Cómo pudo ser? ¿Es que todo Nueva
Helvecia era realmente una cueva de
nazis cómplices de este asesino despia-
dado? No, simplemente nadie conocía
a Mengele. Él mismo había vuelto a su
pueblo natal al finalizar la guerra y vivió
años en él sin que nadie lo molestara.
Recién a comienzos de los ’50, cuando
algunos de sus subalternos empezaron
a realizar comprometedoras declaracio-
nes, optó por esconderse. Pero en este
rinconcito de América del Sur, su fama
aún no había llegado.
Es cierto que había simpatizantes nazis
en Nueva Helvecia. No dudamos que
habría nazis convencidos, con la misma
mentalidad de superioridad racial y
desprecio por el resto de la humanidad,
que los principales líderes que seguían
a Hitler.
Pero también había muchos que sin
profundizar en ideologías o procedimien-
tos, simplemente se sentían inclinados a
defender los avances de quienes sentían
sus compatriotas, en un sentimiento que
la distancia siempre solidifica.
Es la misma simpatía que tantos
italianos en el mundo sintieron por los
avances de Mussolini, a quien veían
como el restaurador del viejo espíritu
imperial romano.
Por razones de descendencia, es lógico
que hubiera más simpatizantes nazis
en nuestra ciudad que en Rosario o que
en Salto. Pero eso no nos sume en el
oprobio de ser una ciudad pro-nazi.
En ese mismo Club social que Peláez y
Monteagudo –siguiendo declaraciones
de algún anónimo ignorante local– seña-
lan como celebrador de las conquistas
nazis con el izamiento de la bandera
con la esvástica, un socio debió ser
suspendido por su reacción, cuando en
una discusión sobre la guerra, un simpa-
tizante de Hitler quiso dar punto final con
una desgraciada frase:
– Acá hay que plantar la bandera nazi y
dejarnos de joder…
Y el piñazo que recibió lo elevó por
encima de tres mesas, hasta dar con su
humanidad contra el mostrador.
Las pasiones estaban desatadas, pero
los simpatizantes nazis sabían que había
también defensores de la democra-
cia y la humanidad, dispuestos a no
permitirles impunemente una acción de
propaganda.
LUIS A. DE
HERRERA 1160
TEL.: 4554 7509
- INDUMENTARIA
DE TRABAJO
- ESTAMPAMOS TU
LOGO COMERCIAL