Este documento presenta tres paradigmas de política económica internacional: liberalismo, nacionalismo y estructuralismo. El liberalismo propugna el libre comercio y la competencia en el mercado libre, mientras que el nacionalismo apoya la intervención gubernamental para proteger las industrias nacionales. El estructuralismo se basa en teorías como el marxismo y la dependencia que argumentan que las economías subdesarrolladas están en desventaja estructural frente a las potencias económicas dominantes.