Este documento discute los cambios en la relación médico-paciente hacia una mayor participación del paciente. Explica que aunque el cambio ha sido lento, los pacientes ahora buscan más información por otras vías y deberían participar más en la toma de decisiones, especialmente cuando hay más de una opción de tratamiento razonable. Finalmente, argumenta que la participación del paciente en las decisiones de tratamiento, incluyendo fármacos, debería traducirse en una mayor satisfacción del paciente y mejores resultados en salud y calidad de vida.