1. DOUCE LLEGA A LA ISLA
Cumpleaños feliz
Pero un sábado del mes de julio, hace
Pues sepan vuestras mercedes ante ahora trece años, se presentaron en aquel
todas cosas que a mí me llaman Douce, asilo de perros cuatro jovencitos: dos
que así me pusieron mis padres chicas y dos chicos que tendrían en torno
adoptivos, porque de mis verdaderos a los 20 años, aunque la más joven de las
padres no me acuerdo. Sólo recuerdo que muchachas rondaría los 15. Estuvieron
me dejaron sola, abandonada, en una casa echando una ojeada a las decenas de
de asilo donde deja la gente desalmada a canes del albergue y, no sé porqué, se
los perritos que por cualquier causa ya no fijaron en mí. Quizás porque no era
quieren. Bien pudiera llamarse a estos demasiado grande, quizá porque se
sitios “perrerías” porque de acuerdo con apiadaron de mi cara desvalida y triste, o
el diccionario de la RAE – yo, como irán puede que su instinto les dijera que yo era
viendo, soy una perrita muy leída – la la más dulce de todos mis compañeros. Lo
palabra perrería, además de del dulce lo digo, porque cuando al llegar
“muchedumbre de perros “, significa a casa se preguntaban entre sí qué
también “acción mala o inesperada nombre me pondrían, salió
contra alguien” . Y a fe que perrería fue lo espontáneamente “dulce” y todos
que mis padres naturales me hicieron, coincidieron en que me cuadraba como
dejándome abandonada en aquel lugar en anillo al dedo. Lo de “Douce”, fue luego
donde , en muy pocos días , todas las ocurrencia de mi segundo padre que es un
pulgas de aquella perrera se instalaron en poco cursi, le gusta el francés, y dijo que
mi cuerpo . El estrés , la angustia que me así sólo los de casa sabrían el verdadero
produjo el sentirme sola entre tantos significado de mi nombre, porque para
congéneres también famélicos, tristes, mucha gente el nombre de “Dus” no les
desesperados hizo que me salieran dice nada.
grandes ronchones haciendo de mí una
perrita muy triste, con ganas de morirme Pero no crean que con la llegada a
cuanto antes en aquel sitio donde todo mi nuevo hogar se acabaron los
eran ladridos y gritos de desesperación y problemas. Los jóvenes que me sacaron
abandono. de aquel antro no habían dicho nada esto
2. porque temían que sus padres no
quisieran tener un perrito en casa. Así
que antes de subir a mi nueva morada
llamaron al telefonillo para que bajaran a
verme. El primero en bajar fue mi
segundo padre. Le llamo segundo porque
el primero es el mayor de los muchachos
que me recogieron. Se llama César , yo le
quiero, pero ha pasado largas temporadas
fuera de casa y lo he visto menos. Cuando
volvía, o ahora que está de nuevo en casa,
duermo con él, y aunque a veces me haya
sentido un poco abandonada por él, le
quiero mucho. “¿Y dónde se va a quedar cuando
tengamos que salir de viaje?¿Eh, dónde?
Pero con esta digresión –como
notarán soy una perrita que tiene sus La discusión subía de tono, yo , para
letras – me había alejado de decirles sentirme protegida, me subía a las piernas
cómo fue el recibimiento en mi nuevo de mi “dueño”. Tenía tanto miedo
hogar. Mi segundo padre, el “francés” oyéndoles gritar que me hice pis en una
para entendernos, bajó al jardín, me alfombra. Mi segunda madre , me dio algo
observó de arriba a abajo, de delante de comer y me serené un poquito. Así
hasta atrás y de lado a lado. Yo miraba la quedó la cosa, los chicos me sacaron de
expresión de sus ojos y la verdad es que casa y me llevaron al veterinario. Me
me sentí un poco asustada y un escalofrío desparasitó por completo y dijo que
interior recorrió todo mi cuerpo. Me veía nunca había visto tanta pulga junta en un
de nuevo en aquella perrera y estaba cuerpo tan pequeño.
segura de que si volvía allí me dejaría
morir de pena. Al volver a casa los ánimos estaban
ya algo más calmados. Seguían las frases
Después de este minucioso examen de rechazo pero eran más suaves. Los
en el jardín, subimos a la casa. Yo chicos y yo seguíamos perplejos , pero sus
temblaba por dentro. Asistía muerta de caricias me tranquilizaron un poco. “ Ya
miedo a la discusión entre mi segundo verás , es sólo la primera reacción, en
padre y los chicos. poco tiempo se le habrá pasado y podrás
quedarte en casa. No tengas miedo”
-“¿Por qué habéis traído este perro
sin consultarnos?” (Me dolió que me Así pasé la noche, dormida junto a mi
llamara “perro” en aquel tono enfadado, “amo”.Con el miedo aún en el cuerpo pero
en todo caso debería haberme llamado más tranquila.
“perrita”. Señor , hasta para con los
perros hay eso que los cursis llaman
“violencia de género”)
- “Quién se va a ocupar, de sacarla
a pasear, a comprarle la comida, a llevarla
al veterinario?”
Los chicos se vieron también
sorprendidos, no sabían qué responder,
balbucían algo así como “ nosotros nos
ocuparemos...” SIGUE>