2. En esta carta vamos a
evidenciar de qué manera las
preocupaciones de Don
Bosco hunden sus raíces en
el anhelo profundo de
evangelizar a sus
muchachos, de darles lo
mejor aunque para ello haya
que sacrificar otras cosas.
Movido por un gran amor.
3. Mis queridos hijos en J. C:
Cerca o lejos yo pienso siempre en vosotros. Uno sólo es mi deseo, el que
seáis felices en el tiempo y en la eternidad… Son las palabras de quien os
ama tiernamente en Jesucristo y tiene el deber de hablaros con la libertad
de un padre.
4. Las palabras con las cuales Don
Bosco habla a sus muchachos
expresan un gran amor, sentido,
humano, profundo, de cercanía y
conocimiento de ellos, de cada
uno, de su tiempo y espacio, de
sus necesidades, de sus
aspiraciones, de sus
individualidades y del grupo.
5. Escuchar a Don Bosco,
sentirlo a lo largo de su vida,
es experimentar cómo él
compromete su vida entera,
su capacidad de amar, sus
pensamientos, sus
búsquedas, solamente para
sus muchachos de manera
que encuentren a su vez a
Jesucristo.
6. Hacerse amar, amarlos
entrañablemente, es la única
puerta de entrada en sus
vidas! Pero entra solamente
para acercarlos al Evangelio,
a la persona de Jesucristo.
Encarna Don Bosco el Primer
Anuncio porque vive para
atraer a los jóvenes hacia la
persona de Jesucristo.
7. Pongamos en práctica el amor, la
confianza, la familiaridad, la amistad; es
muy sencillo, se trata del arte de
descubrir en los niños los gérmenes de
su buena disposición y desarrollar las
habilidades propias, no solamente con
actividad sino con amor”.
8. Por eso es posible hablar de Primer Anuncio
en la vida y acción pastoral de Don Bosco:
Él se inventó la manera de hacer fascinante
para sus jóvenes la vida cristiana, el
acercamiento al Evangelio, el amor por la
persona de Jesús: muchachos capaces de
dar la vida por los demás. Así se hace amar
de sus pobres jóvenes. Les ayuda a
encontrarse, a identificarse, a sentir que
son jóvenes, que pertenecen a un grupo,
que la vida se fragua en medio de alegrías y
esfuerzos en lo cotidiano, que vale la pena
encontrar a Jesús y vivir para Él.
9. Es evidente en la comunidad del Oratorio el
testimonio de Don Bosco y sus salesianos, como
maestros, asistentes, superiores.
10. El ambiente que propicia
una vida sana, llena de
propuestas atractivas para
niños y jóvenes. Pero
sobre todo una vida de
caridad, de exquisito amor
por su bien, por su
felicidad aquí y en la
eternidad.
11. Esta manera de acoger a los jóvenes, manifiesta un Primer
Anuncio dirigido con tal vehemencia de cariño, de cercanía, de
confianza que logra llegar hasta el corazón del joven. Aún si se
refiere a la práctica sacramental está simplemente tratando de
penetrar en su sagrario personal para ver si la llama de la fe
arde ya o habrá que encenderla. Es lo que sucede hoy con
quienes parecen cristianos pero en su corazón no ha habido un
Primer Anuncio y es posible que, aun existiendo la práctica de
algunos sacramentos, no esté encendida la llama de la fe.
12. De frente a las exigencias de
las instituciones educativas,
se busca ante todo la
posibilidad de poder brindarles
“una educación religiosa y
moral de tipo cristiano” como
le sucedió a Don Bosco. Este
tipo de evangelización,
cuando puede darse, es
también un Primer Anuncio.
13. El amor fue realmente el secreto
de su increíble influencia sobre
los jóvenes y el espíritu de familia
el campo más fértil para cultivar
las vocaciones.
14. La presencia en los recreos entre los
jóvenes es importante ya que la
educación se basa en una relación
afectiva, estar únicamente en
contacto con el joven en el aula y en
otras situaciones formales es
insuficiente. El educador debe
establecer una relación permanente
con los jóvenes, estar con ellos en
todas las situaciones, dentro y fuera
de la jornada escolar, especialmente
en el juego.
15. Todas las reminiscencias del Oratorio,
permiten constatar quién era Don Bosco
en su comunidad, de qué manera sentía
que la amistad, el acercarse con
discreción y amor al mundo de cada
uno de los salesianos y de los jóvenes,
era la única manera de formar
convicciones, de inculcar los valores
que van dando consistencia a la vida,
de educar, de acercarlos a Jesús y el
Evangelio. Era todo un ambiente
preparado para el Primer Anuncio.
16. Don Bosco en su sabiduría de buen pastor, había intuido que era
inútil proponer a sus muchachos catequesis sacramental sin la
certeza de un amor muy grande que abarcaba todos los aspectos
de la vida. Sus jóvenes tenían que experimentar la providencia de
Dios, la bondad en gestos y palabras, la aceptación de la propia
historia personal, la mirada personalizada que manifestaba
conocimiento, amistad, aceptación profunda de cada uno. La
mirada de Don Bosco profunda, paternal, llena de amor, era una
transmisión permanente del mismo amor de Dios por cada uno de
los muchachos. A la luz de la nueva evangelización podría
asegurarse que su misma mirada era ya un primer anuncio.