El documento resume la historia de las reparaciones de guerra impuestas a Alemania tras la Primera Guerra Mundial en el Tratado de Versalles de 1919. Alemania finalmente pagó la totalidad de su deuda este mes, 92 años después del fin de la guerra, marcando definitivamente el fin de la Primera Guerra Mundial. Aunque el tratado castigó duramente a Alemania, muchos historiadores creen que sus duras condiciones contribuyeron al estallido de la Segunda Guerra Mundial.
PLAN DE TRABAJO CONCURSO NACIONAL CREA Y EMPRENDE.docx
La primera guerra mundial acabó en 2010
1. EL MUNDO. JUEVES 30 DE SEPTIEMBRE DE 2010
MUNDO
31
El primer ministro Clemenceau (de pie), en el Tratado de Versalles./ CORBIS
La Primera Guerra Mundial
termina este domingo
Alemania acaba de pagar la deuda del Tratado de Versalles
ROSALÍA SÁNCHEZ / Berlín
Especial para EL MUNDO
Alemania abona esta semana los úl-
timos pagos de la deuda por las re-
paraciones de guerra establecidas
en el Tratado de Versalles de 1919.
Así termina, definitivamente y 92
años después, la Primera Guerra
Mundial. Los alemanes se despren-
den de esta forma de lo que siempre
percibieron como un ignominioso
lastre de la historia. El último pago
asciende a la cantidad de 69,9 millo-
nes de euros, incluidos en los Presu-
puestos de 2010, y corresponde a los
bonos emitidos en cumplimiento del
artículo 231, que identificaba a Ale-
mania como única culpable de la
guerra y la hacía responsable de las
pérdidas y daños causados.
El 90% de los bonos de deuda
emitidos para pagar las reparacio-
nes han sido abonados. El 10% res-
tante se perdió en los torbellinos
del siglo XX y el Bundesbank había
dado de plazo, para presentarlos,
hasta el 3 de octubre de 2010, fecha
en que se cumplen 20 años de la re-
unificación y en la que Alemania
da por saldada su deuda. La histo-
ria de esta deuda está salpicada de
afrentas y actos de patriotismo.
Ya antes de que una comisión en
Versalles estimase las cantidades a
pagar, Alemania fue obligada a en-
tregar a los Aliados, como anticipo,
su flota mercante y de guerra, pero
la Marina hundió esta última antes
de que pudiese efectuarse el traspa-
so. Finalmente, los vencedores exi-
gieron el pago de 20.000 millones de
marcos de oro hasta abril de 1921,
como primer paquete de reparacio-
nes, cifra que aumentó a 296.000
millones de marcos de oro a pagar
en 42 años tras la Conferencia de
Boulogne de 1920. Cuando el maris-
cal de campo francés, Ferdinand
Foch, conoció los primeros datos,
pronunció lo que acabaría siendo
una profecía: «Esto no es una paz;
es un armisticio de 20 años».
Los firmantes del Tratado, el pri-
mer ministro británico Lloyd Geor-
ge, el ministro italiano Giorgio
Sonnino, el jefe del Gobierno fran-
cés Georges Clemenceau y el pre-
sidente de EEUU Woodrow Wilson
castigaron duramente a Alemania
en términos territoriales, privaron
al país de su Ejército y amputaron
sus fuentes de ingresos en forma
de exportaciones.
Si Churchill comienza sus memo-
rias recordando que, en 1914, la fra-
se «la guerra que ha de acabar con
todas las guerras» estaba en boca
de todos, hoy son muchos los histo-
riadores que señalan la dureza del
Tratado de Versalles como el factor
desencadenante de la Segunda
Guerra Mundial.
Después de 1945, la República Fe-
deral de Alemania asumió la deuda
acumulada y consiguió terminar de
pagarla en 1983. Quedaban pendien-
tes, sin embargo, los intereses. Los
pagos fueron reanudados en 1996 y
terminan el domingo. Tras pagar
una deuda de proporciones bíblicas
y pedir perdón por los crímenes del
nazismo, Alemania emprende una
nueva etapa con la frente en alto.