2. Como jugador y apostador empedernido, Cardano
escribió entre 1560 y 1564 una pequeña obra
titulada Liber de ludo aleae (Libro sobre juegos de
azar), en la que en 32 cortos capítulos hace
referencia a diversos juegos de dados, a juegos de
cartas (como el Primero que es la versión medieval
del póquer) y al ajedrez, incluyendo la aplicación
del análisis matemático a tales juegos y algunas
referencias a las técnicas más comunes para
realizar trampas, todo amenizado con varias
anécdotas basadas en experiencias personales
ocurridas a lo largo de 40 años de afición de
Cardano al ajedrez y a los juegos de azar.
3. En los primeros ocho capítulos de esta obra Cardano
describe diversos juegos de azar de su tiempo que se
jugaban con monedas, dados o cartas, pero sabiendo
que ante los ojos del clero era un atrevimiento escribir
sobre una actividad ociosa considerada pecaminosa, y
tal vez buscando el indulto de los posibles lectores,
expone varias ideas moralistas para advertir sobre los
peligros que implica aficionarse a los juegos de azar,
como son la pérdida de la reputación y de bastante
dinero, pero también señala que el juego moderado
puede ser benéfico para el alma al permitir disipar los
periodos de tedio, de angustia o de ansiedad que suelen
aquejar a los humanos, de la misma forma como la
afición a la música opera benéficamente en ciertas
personas.
4. Cardano igualmente insiste en la necesidad de
ser muy prudente al momento de jugar, para lo
cual da varios consejos para saber determinar
cuándo son equitativas las condiciones
ofrecidas por un juego de azar y cuándo es
conveniente evitar un juego para no caer en las
garras de los jugadores deshonestos.