1. ¿QUE ÉS LA TERAPIA RACIONAL EMOTIVA CONDUCTUAL (TREC)?
“No nos perturban los hechos, sino la interpretación que hacemos sobre los mismos”
(Epícteto, s.I d C).
Albert Ellis desarrolló el MODELO ABC para explicar la afirmación anterior. Lo explica de la
siguiente forma: A corresponde a la adversidad y C, a las consecuencias. Podemos anticipar las
consecuencias de una adversidad no por ésta en sí, sino por B, las creencias, es decir, son las
creencias las que provocan unas consecuencias u otras.
En 1955, Albert Ellis revolucionó el tratamiento de los problemas emocionales con la
introducción de la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC), creada a partir de su propia
investigación y de sus experiencias personales y clínicas. Sostiene que las perturbaciones las
creamos nosotros filosóficamente, es decir mediante creencias irracionales en forma de
exigencias absolutistas y falsas necesidades. Así como ha ido creciendo la reputación de la
TREC ha ido aumentando el número de personas interesadas sobre esta terapia (Sorribes y
Lega, 2013)
Las exigencias pueden darse en forma de aprobación, con creencias del tipo “DEBO conseguir
ser amado y aceptado por las personas significativas para mí” o, de perfección “DEBO hacer
las cosas bien, no cometer errores y ser competente en lo que para mí es importante”. Ambas
exigencias nos conducen a la ansiedad del ego y a formas desadaptativas de emociones como
la culpa y la vergüenza. En cambio, las exigencias de comodidad como que “los demás y la vida
DEBEN tratarme como quiero, de manera justa y sin incomodarme” nos conducen a la
ansiedad situacional y a experiencias desadaptativas de emociones como la rabia o la tristeza.
Cuando estas exigencias absolutistas o necesidades perturbadoras no se cumplen, surgen los
pensamientos (cargados de emociones) derivados de estas exigencias absolutistas, que son:
Tremendismo “es terrible”, No soportantitis “no puedo soportarlo”, Condena “es un gusano” o
autocondena “soy un inútil”
Hay evidencia científica que demuestra que los seres humanos funcionan en tres dimensiones
que invariablemente se interrelacionan entre sí, es decir, que cada una afecta a las demás de
forma continua. Estas dimensiones son: pensamiento/emoción/conducta. El modelo ABC de la
TREC explica las emociones y conductas de los seres humanos en base a sus pensamientos
irracionales y es totalmente consonante con lo que proclamaba el filósofo Epícteto. En el
modelo, la A hace referencia a un acontecimiento activador o adversidad que desencadena en
nosotros una reacción emocional y guarda relación con la frustración de nuestros objetivos.
Puede ser externa (una pelea, una discusión) o interna (un dolor, una emoción, una obsesión),
puede ser pasada o presente, objetiva o subjetiva. La C es la consecuencia emocional y
conductual, las respuestas que damos a los acontecimientos activadores (las A) y son de tipo
emotivo (emociones) y conductual (acciones). Finalmente la B corresponde a nuestro sistema
de creencias (beliefs) y vienen referidas a lo que pensamos o a las ideas que nos hacemos
acerca de lo que nos pasa (acontecimiento activador, la A).
2. Tipos de creencias irracionales hacia nosotros, los demás y el mundo:
“Yo, los demás y la vida TIENE QUE ser como yo prefiero”. La realidad DEBE ser así. No existe
otra posibilidad. La exigencia no es realista puesto que es inconsistente con la realidad. La
exigencia insiste en que la realidad sea diferente a como es o que se amolde a su ley o norma,
pero la realidad es como es y no como nosotros creemos que debe ser. En cambio la
preferencia es realista o verdadera porque uno puede probar que tiene el deseo y argumentar
razones por las que uno quiera que suceda. Pero también prueba que no tiene por qué tener
lo que desea. El núcleo sano del pensamiento racional está basado en una actitud flexible
sobre uno mismo, los demás y la vida (las preferencias). El pensamiento preferencial está
basado en la aceptación incondicional de uno mismo, de los demás y de la vida. (Sorribes y
Lega, 2013)
La importancia de pensar de manera racional para nuestro equilibrio emocional.
A la forma funcional y práctica de pensar y evaluar lo que nos sucede, Ellis lo ha llamado
“pensamiento racional” y a la forma contraria, es decir, cuando nos comportamos de una
forma poco funcional y práctica debido a la evaluación que damos a los hechos, lo ha llamado
“pensamiento irracional”. Es importante aclarar que algo será “racional” o “irracional” en
tanto la persona evalúe los hechos como perjudiciales emocionalmente para él, en tanto esos
pensamientos no le permitan conseguir sus metas y le causen perturbación emocional:
ansiedad, depresión, ira, etc., o sea, que las emociones sean las que manejen a la persona y no
la persona la que maneje a sus emociones. Precisamente, debido a estas características de las
creencias, Ellis habla de que la TREC es un enfoque psicoeducativo, es decir, parte de que la
tarea del terapeuta en el proceso psicoterapéutico es enseñar a la persona cuál es su actual
forma de pensar, se le explica el ABC y se le demuestra que sus exigencias y rigidez son las
causantes de su perturbación y se le enseña a prestar atención a sus ideas y pensamientos,
para que a partir de ese aprendizaje, pueda ser posible el cambio, dando énfasis a la persona
en ese proceso, dado que él es el principal protagonista de ese cambio. Cuando aprendemos a
regular nuestros pensamientos, la emoción tiende a normalizarse y también la conducta.
Los dos pilares fundamentales de un estilo de vida psicológicamente sano son la
autoaceptación incondicional (es decir, cambiar exigencias por preferencias en lo que respecta
a uno mismo) y un alto nivel de tolerancia a la frustración (es decir, cambiar exigencias por
preferencias por lo que respecta a la vida y a las otras personas).