Este documento habla sobre los siete sacramentos de la Iglesia Católica. Explica que los sacramentos fueron instituidos por Cristo y entregados a la Iglesia, y consisten en signos sensibles que confieren la gracia de Dios. Brevemente describe cada uno de los siete sacramentos - Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden sagrada y Matrimonio - y sus elementos esenciales como la materia, la forma y el ministro. Finalmente, ofrece
3. ORIGEN
Instituidos por Cristo y
entregados a la Iglesia
Mysterium
Juramento de
fidelidad
Corresponden a
cada etapa (vida)
Iniciación,
curación y
servicio
Suma de dinero
Son acciones de Cristo y
de la Iglesia
Sacramentum
Tertuliano (III)
4. GENERALIDADES
Compuestos de:
Sacramentos que requieren
ministro ordenado (5)
Sujeto que accede al Sacramentos
Signo sensible
Ministro
Materia y Forma. Carácter
Validez: Potestad e
intención
El Rito
Comunidad que celebra el Sacramento
6. CONFIRMACIÓN
(Hch 8, 14-17)
Plenitud de la
gracia bautismal
Une
Enriquece
Compromete
Imprime en el alma del
cristiano un signo espiritual
o carácter indeleble
Ministro
Materia
Forma
7. EUCARISTÍA
(Jn. 6, 51ss)
Visita al Santísimo
Recomendación de la
Iglesia: Recibirla
Acrecienta la unión
Memorial
Materia y forma
Ministro
Transustanciación
Bajo las especies.
Cristo vivo y glorioso
Palabra, consagración,
participación, recepción
Corazón y
cumbre
Presencia verdadera, real y substancial
Condiciones
para recibirla
Ofrecida por vivos
y difuntos
8. Perdón de los pecados
Retorno a Dios: conversión
Efectos espirituales:
reconciliación, remisión, paz,
fuerza espiritual
3 actos: arrepentimiento,
confesión y propósito
Pecar. Lesionar: honor-
amor
Volver a la comunión con D.
Ministro
PENITENCIA
(Jn. 20, 22-23)
9. UNCIÓN DE LOS ENFERMOS
(St. 5, 14-15)
Fin-Conferir
Tiempo Oportuno
Efectos
Ministro
Presbítero
Obispo
Gracia
Especial
Unión,
consuelo,
perdón, salud,
preparación
¿Grabe?
Oración
Materia Rito
Forma
13. ORACIÓN
Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A Ti se
somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte.
Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído para creer con
firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta Palabra de
verdad.
En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí se esconde también la Humanidad; sin
embargo, creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido.
No veo las llagas como las vió Tomás pero confieso que eres mi Dios: haz que yo crea más y
más en Ti, que en Ti espere y que te ame.
¡Memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi alma que de
Ti viva y que siempre saboree tu dulzura.
Señor Jesús, Pelícano bueno, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota
puede liberar de todos los crímenes al mundo entero.
Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego, que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu
rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria.
Amén.