Ser un líder flexible es ser capaz de cambiar y adaptarse a nuevas situaciones y entornos. Y los líderes son más valiosos cuando son capaces de adaptarse a las diferentes situaciones y características del entorno. La flexibilidad en el liderazgo le permite al líder adaptar su comportamiento para desarrollar las respuestas más apropiadas a situaciones diferentes. La flexibilidad es una elección consciente, una habilidad poderosa y un enfoque práctico para el mundo en constante cambio y evolución en el que vivimos. 1. Acepta lo que no puedes cambiar. Estar al frente de una empresa no es garantía de que vas a poder controlar todo lo que sucede dentro y fuera de ella. Por lo tanto, el primer paso para ser más flexible mentalmente es aceptar las cosas que están fuera de tu control. Cuando vives rígidamente, estás atrapado en tu cabeza, tratando de controlarlo todo. Aferrarse a esta sensación de control es una falsa sensación de seguridad que causa más frustración. Así que mejor enfócate en lo que sí puedes controlar. 2. Acepta tus errores. Los líderes flexibles reconocen sus errores con humildad porque saben que es la mejor fórmula para aprender. Quienes no asumen haberse equivocado no pueden ver que en los fallos reside la oportunidad de mejorar. Cuando estamos dispuestos a equivocarnos nos liberamos y nos permitimos tomar riesgos, probar cosas nuevas y abordar las cosas con una actitud creativa, innovadora y perspectiva flexible. Un liderazgo flexible no sólo entenderá la necesidad de hacer cambios ante otras realidades, sino que definirá, con información en la mano, el proceso de adaptación y la consecuente mejora del nivel de servicio. 3. Enfócate en el presente. Para tener más información sobre el tema visita el enlace de la página web https://bit.ly/3vv0kiT