Lecciones 05 Esc. Sabática. Fe contra todo pronóstico.
Después de un silencio
1. Después de un silencio, aquí estoy.
Bien, he estado ya varios días sin escribir los relatos de cosas diarias que
fueron ocurriendo en este tiempo.
La relación con mi Amo va cambiando a diario, su comportamiento se ha
modificado. No deja de asombrarme las decisiones que toma sobre su vida
como Amo y sobre la de su perro.
Mi vida personal se ha visto más afectada desde que mi Señor controla
de manera total mi dinero. Me da lo justo para poder manejarme cada día,
para ir a trabajar a su empresa y si está de humor unos pesos más para algo
de comida. Ante esta situación he cambiado mi rutina de ir caminando a la
oficina y con eso ahorrar unas pocas monedas o poder hacerme con un
dinero como seguridad. Además, siento la falta de libertad que aún me
quedaba cuando podía comprar ropa o elementos de limpieza personal,
cosas que también me han sido restringidas, pues, según mi Amo, con oler a
limpio es suficiente para que él me soporte a su lado.
Mi vida continúa y como he de ir a servir a Óscar, con el que las sesiones
cada vez se me convierten más en un infierno y como novedad, cada vez
que me retiro, Óscar me da un sobre para mi Amo. Cuando se lo entrego, lo
abre ante mí para que vea que contiene un billete como pago a mis
servicios, él lo llama para gastos menores, aclarando que esos gastos son el
dinero que él me da para ir a trabajar a su oficina.
Pero pasando a otros temas, en estos días mi Amo ha traído gente nueva
a su casa. Un sábado en que fue a jugar su partido de football como de
costumbre, volvió con un compañero de equipo, ambos con sus equipos
sucios y transpirados, lo que los hacía maravillosos jóvenes machos. Al
verlos, mi corazón se aceleró pensando que el perro tendría fiesta y la tuvo,
si señor.
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2. Yo me encontraba con ropa informal, mi Amo me ordenó ir a cambiarme,
eso quiere decir como perro y esclavo, pero me presenta como „‟Mi viejo”.
Eso entre nosotros quiere decir mi esclavo hasta que si él lo desea lo aclara.
Mientras voy a mi perrera a cambiarme mi Amo lleva a su amigo a la
habitación de juegos y de ahí me pega el grito de “¡Perro, te estamos
esperando!”
Voy a la habitación, entro y veo la cara de sorpresa del amigo. Mi Señor lo
tranquiliza y le dice:
- Te dije que tenía un perro y esclavo, vos no lo creías, te lo presento: “mi
padre” es mi esclavo y perro y vive para darme placer y atenderme en lo que
se me canten las pelotas.
El pobre miraba con cara de sorpresa y no decía nada. Mi Señor me
ordenó que me pusiera de rodillas en un rincón y me permitió ver qué lo que
harían ellos dos.
Empezó todo con manoseos y franelas, mi Amo besuqueando a su joven
amigo, toqueteándolo y metiéndole mano, no había duda de que su amigo
era pasivo y sumiso.
El Amo le hizo chupar la verga. Me llamó y ordenó poner un forro en ella,
luego volver a mi rincón. Quedé ahí helado por tener que ver cómo mi Señor
jugaba con él, cómo lo penetraba, cómo gozaba haciéndolo, cómo su casual
sumiso gozaba como perra y yo con los ojos fuera de órbita.
Al acabar dentro del culo se quedó refregando su cuerpo en el otro y
mientras lo hacía me miró con una sonrisa burlona. Se acostó a su lado, me
llamó y dijo:
- Sacame el forro- Fui y lo hice-. Fijate lo que es ser un buen esclavo fiel a
los caprichos de un Amo y su obediencia… Perro, tragate toda la leche del
forro- ya saben que no hace falta más indicación, así que lo estiré, me lo
metí en la boca y lo exprimí hasta sacarle la última gota.
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3. El amigo miraba con atención, pero mi Amo dijo:
- Bien ahora digamos que mi perro va a demostrar hasta dónde llega y sé
que da para mucho más. Viejo puto, limpianos a los dos los botines y no
dejes nada sucio.
Así que fui hasta los pies de mi Amo y empecé a limpiarlos con la lengua
para luego seguir con los del amigo. Él sólo miraba. En un momento dijo:
- ¿Y eso también lo tengo que hacer yo?
- ¡¿Cómo?! –Me pregunté- No, ahora empezamos de nuevo y me imagino
lo que se viene.
Mi Amo respondió:
- Sí, si querés ser mi esclavo...
¡¡¡Otro cachorro no!!! –Pensé- Esta vez tengo que poner un candado en
mis respuestas y actitudes, si no me dará una patada en el culo y quedaré
en la calle.
El Amo me preguntó:
- Che puto viejo ¿qué te parece mi nuevo cachorro a entrenar?
- Bien Amo, sabe Usted que es su elección.
- Sí boludo, pero este no es como el otro, te lo aseguro, ya lo domé un
poco en el vestuario del club y responde bien. Además, sabía que tenía otro
esclavo para todo servicio pero más viejo, así que él no se tenía que hacer
ningún tipo de problemas ni celos, lo pienso preparar para otra cosa, lo
demás estás vos para hacerlo.
Agaché mi cabeza y solo dije:
- Sí Amo, todos sus deseos son la razón de mi vida...
- Me parece bien sorete y espero que no me hagas los quilombos que me
hiciste con el otro...
- No Amo, no lo voy a hacer, esté seguro.
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4. - El cagazo no es sonso, ¿no perro?
- No Amo, no lo es.
Terminada la cogida, el Amo me fue ordenado bañar al cachorro que
verdaderamente está re buenazo. Lindo cuerpo, fibrado y una verga nada
envidiable y muerta, pero al enjabonarlo no pudo y se le paró y acabó. Le
dije que no se haga problemas, que el Amo no lo sabría y que él ya se
encargaría de solucionar ese problema, que conmigo ya lo había hecho y
que a mí ya no se me para ni poniéndole un escarba-dientes dentro,
preguntó con qué, pero le respondí que no estaba autorizado a decirlo.
Luego el placer del baño de mi Señor, seguido por la comida de ambos,
ahí su nuevo juguete me vio comer de rodillas en cuatro en el piso en mi
cazuela, también me vio bajo la mesa chupándole la verga al Amo.
En un momento el Amo le dijo al cachorro:
- Quiero que veas hasta qué punto me obedece y hace lo que quiero,
manejo su vida como se me antoja, pero a vos no te quiero como perro para
todo servicio, te quiero como esclavo, aunque tendrás que aprender también
a cumplir cada orden mía...
-Él, (refiriéndose a mí) ahora se tiene que ganar con sangre mis favores
por desobediencia y por puta barata, favores que vos vas a tener
dependiendo de tu obediencia y fidelidad. Tenés que saber que no me sos
imprescindible, por lo que de una patada en el orto te pongo patitas en la
calle.
El nuevo lo miraba y escuchaba con atención y de reojo a mí, que me
encontraba junto al Amo con mi mirada hacia abajo.
- Fijate la posición del perro: callado, sumiso, mirada al piso, esa es su
posición mientras yo, su dueño, no le ordene lo contrario. Esa actitud será la
tuya también ante mi presencia.
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5. - Estás a prueba, no hay dudas de que me calentás y mucho. Si sólo
tenés la idea de que sólo estás para que te coja vas muerto y te podes ir
tranquilamente. Y hacé de cuenta que nunca hablamos del tema, si decidís
ser mi esclavo, en cuanto ponés las patas dentro de esta casa ya no sos
Saúl sino quien yo diga y estarás dispuesto a hacer todo lo que se te ordene.
Pensaba en mis adentros en cómo había cambiado después de la
experiencia con el cachorro, creo que ahora estaba aclarando sus puntos,
cosa que no debía haber hecho antes por inexperiencia.
- Parate -le ordenó el Amo( lo hizo).
- Veo que la tenés parada. ¿Te calienta lo que estamos hablando?
- Sí Señor y mucho...
De reojo lo miré y sí, estaba bien durita.
- Perro, sacale esa calentura.
- Si Amo, respondí -Me acerqué a él caminando a cuatro y me puse de
rodillas rodillas ante el cachorrito, me metí su verga en la boca y se la chupé
con ganas.
- Despacio perro, no lo hagas acabar en tu boca, eso cachorro lo tenés
prohibido. Sólo mi leche puede entrar en su culo o boca, ¿entendés?
- Si Señor- respondió el pobre como podía.
De golpe el cachorrito me tomó de la cabeza, me separó y largó un chorro
de leche que me pegó en el cuello. Buena lechada cachorrín, me dije.
Así que el perro, es decir, yo, tuve que limpiarlo todo, y luego me duché.
El Amo pasó la noche con el nuevo cachorro.
Relato: Tuamo.net
Corrección: Pgay18
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