2. EL VINO
El vino, compañero del hombre desde los albores de la historia, no tiene igual
como bebida simbólica aunque su popularidad haya sido superada por la de la
cerveza.
3. EL VINO
El vino ha representado el amor y el deseo y tiene, en muchas iglesias
cristianas, un significado simbólico. El vino de consagrar representa la sangre
de Cristo o se transmuta en la misma. Grandes poetas como Omar Khayam
han cantado la gloria del vino.
4. EL VINO
Los historiadores están de acuerdo en que el vino se originó en el Medio
Oriente en los albores de la civilización. Quizás se trató sólo de un jugo que se
guardó demasiado tiempo y se fermentó. El Génesis menciona la historia de
Noé. Sea como sea, lo cierto es que fue un gran descubrimiento y el vino llegó
para quedarse.
5. EL VINO
A diferencia de la cerveza, ese vino primitivo ya era, en esencia, nuestro
vino, aun cuando las técnicas de vitivinicultura no hayan dejado de
perfeccionarse.
6. EL VINO
Es tal el prestigio del vino y el gusto que por él existe que existe toda una
disciplina científica, la enología, destinada a estudiarlo.
7. EL VINO
La clasificación de los vinos, como la de las cervezas, se realiza de acuerdo a
varios criterios, como la graduación alcohólica (fuertes o generosos y
flojos), la presencia o ausencia de anhídrido carbónico (con o sin espuma) y
las funciones gastronómicas (de mesa, de postre o de aperitivo).
8. EL VINO
Los vinos de mesa son tres y muy conocidos: tinto, blanco y rosado. Se suele
considerar al vino tinto el más apropiado para las carnes rojas, al blanco para
las carnes blancas y pescados y al rosado para platos frescos y ligeros.
9. EL VINO
En dosis moderadas (dos vasos como máximo), el vino abre el
apetito, favorece la digestión y la circulación, disminuye el colesterol malo y el
tinto, en particular, posee propiedades antioxidantes.