Los módulos son piezas de software que realizan funciones específicas y bien definidas que pueden combinarse para crear aplicaciones más complejas. Los módulos permiten dividir grandes programas en partes más pequeñas y manejables, lo que facilita el desarrollo, prueba y mantenimiento del código. Al compartir funcionalidad entre módulos, se evita la duplicación de código y se mejora la reusabilidad.