En la primera década del siglo XX, las principales naciones europeas se agruparon en dos alianzas: la triple entente formada por Francia, Rusia e Inglaterra, y la triple alianza formada por Alemania, Austria e Italia. A pesar de la política de conciliación, guardaban recelos y desconfianzas entre ellas. Desde la guerra franco-prusiana en 1870, las rivalidades entre las naciones europeas fueron en aumento motivadas por adquisiciones territoriales y expansión comercial, pero se conformaban con armarse sin llegar a la