2. “Puestos los ojos en Jesús, el autor y
consumador de la fe, el cual por el gozo
puesto delante de Él sufrió la cruz,
menospreciando el oprobio, y se sentó a
la diestra del trono de Dios”
Hebreos 12:2
3. 1. Reconocer que la fe necesita estar en constante desarrollo.
2. Comprender que la fe se conoce en tiempos de tranquilidad,
pero se desarrolla y perfecciona en las prueba.
3. Ejercitar la fe a través del conocimiento de la verdadera
sabiduría.
4. Por más fe que se posea, cada ser humano debe
perfeccionarla.
La fe nos hace vencer, nos habilita para que el Vencedor
actúe en nosotros para que las pruebas sean vencidas
por Él a través de nuestra fe.
7. “Hermanos míos, tened por sumo gozo
cuando os halléis en diversas pruebas,
sabiendo que la prueba de vuestra fe
produce paciencia” (Santiago 1:2-3)
Pedro nos dice que debemos ser “afligidos en
diversas pruebas” (1Pedro 1:6). ¿Cómo
podemos sentir “sumo gozo” cuando estamos
afligidos por las pruebas?
La expresión “prueba de vuestra fe” hace
referencia al proceso por el cual se prueba una
cosa. La fe del creyente es probada de diversas
maneras (tal vez dolorosas) de modo que
resplandezca como el oro y produzca su fruto:
paciencia (perseverancia).
Cómo ejercer la fe:
1. Creer en un Padre amante.
2. Confiar en su sabiduría.
3. Actuar sobre la base de su Palabra.
Aquel que es capaz de ver
por la fe el fruto final, más
allá de la aflicción presente,
es bienaventurado (Mateo
5:12).
Tendremos “sumo gozo” si
ponemos nuestra mira en el
oro ya refinado, en lugar de
8. La prueba no hace un cristiano, sólo lo
revela.
La prueba no nos brinda fe. Sólo se
desarrolla, perfecciona y ejercita la fe que
tenemos.
Un alumno estudia una materia en su casa
para que en el examen le vaya bien.
El cristiano conoce la fe a través de la
devoción, a fin de que la misma sea
ejercitada en el momento de la prueba.
Las pruebas deben ser consideradas por
el cristiano como provechosas. De
manera práctica, ¿cómo podemos
entender esta afirmación en lo que
respecta al perfeccionamiento de la fe?
LA FE PERDURA
9. “Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis
perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:4)
Fe Prueba Paciencia
La meta que Dios nos propone es que
lleguemos a ser perfectos (madurez
espiritual) y cabales (totalmente
completos).
¿Cuándo alcanzaremos esta
perfección, según Efesios 4:13?
Solo cuando seamos como Cristo
seremos perfectos.
Pablo era consciente de no haberlo
alcanzado aún (Filipenses 3:12-15).
Nosotros, como él, debemos
proseguir siempre hacia la meta.
Perfección
10. La aplicación de la fe con sabiduría es un
indicio de que estamos en camino a la
madurez espiritual.
Disfrutamos de madurez espiritual
cuando encontramos motivos para
gozarnos aun incluso en las pruebas.
Tenemos aquella paz que sobrepasa
nuestro entendimiento (Filipenses 4:7).
En nuestro contexto, la perfección
significa madurez espiritual. De
acuerdo con Santiago 1:2-4, ¿de qué
manera la fe y las pruebas pueden ser
utilizadas para alcanzar la perfección?
PERFECCIÓN
11. “Y si alguno de vosotros tiene
falta de sabiduría, pídala a
Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche,
y le será dada. Pero pida con
fe, no dudando nada; porque el
que duda es semejante a la
onda del mar, que es
arrastrada por el viento y
echada de una parte a otra”
(Santiago 1:5-6)
Según la Biblia, la sabiduría no
consiste en tener conocimientos,
sino en saber cómo conducirse en el
“temor de Jehová” (Proverbios 9:10)
Saber oír, saber callar, saber
cuándo airarse (Santiago 1:19)
Saber discernir las necesidades de
los demás (Santiago 2:15-16)
Saber comportarse correctamente,
con mansedumbre (Santiago 3:13)
Esta sabiduría debe ser pedida con fe,
creyendo que Dios tiene poder para
cambiarnos, y así reflejar en nuestra
vida nuestra comunión con Cristo.
12. Lo primero que todo ser humano debiera
pedir es sabiduría.
Si tuviéramos plena sabiduría, muchos de
nuestros pedidos jamás serían
formulados.
La verdadera sabiduría consiste en
reflejar el carácter de Dios en nuestra
vida.
¿Qué recursos pueden ser utilizados para
potenciar la eficacia de nuestros pedidos?
(Proverbios 9:10; Santiago 1:19-21).
PEDIR CON FE
13. “No piense, pues, quien tal haga, que recibirá
cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo
es inconstante en todos sus caminos” (Santiago 1:7-8)
Al igual que Elías, Santiago nos pregunta: “¿Hasta cuándo
claudicaréis vosotros entre dos pensamientos?” (1 Reyes
18:21). El “hombre de doble ánimo” vacila entre la fe y la
duda.
Una fe que proviene de
Dios y ha sido purificada
en el crisol de las pruebas
es una fe que mueve
montañas. Una fe exenta
de dudas.
Nuestra fe tiene que estar viva y
crecer. Esto sucede solo cuando
ejercemos esa fe buscando a Dios
y confiando en él en toda
circunstancia.
14. Cuando más ejercitemos nuestra fe, más
creeremos, y dudaremos menos.
Dios pone ante nosotros razones para que
creamos en lo que Él hizo, hace y hará. El
enemigo hace que dudemos en base a lo
que no podemos hacer (pero que Cristo
puede hacer en nosotros).
Las pruebas pueden hacernos dudar o
afirmar en lo que creemos, dependiendo a
quién escuchemos.
¿Qué relación existe entre la duda y la
fe? (Santiago 1:6-8).
EL OTRO LADO DE LA MONEDA
15. “Las vicisitudes más difíciles de la vida cristiana deberían ser
las que proporcionen mayores bendiciones. Las providencias
especiales recibidas en las horas lóbregas deben animar al
alma en los futuros ataques de Satanás, y prepararla para
que permanezca firme en las fieras pruebas. La prueba de
nuestra fe es más preciosa que el oro. Pero para soportar las
pruebas debemos tener esa fe, esa confianza en Dios que no
será conmovida por los argumentos y las tentaciones del
engañador. Tomemos como segura la palabra del Señor,
estudiemos sus promesas y apropiémonos de ellas. “La fe es
por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios” (Romanos 10:17).
Feliz aquella alma que, cuando es tentada, se encuentra rica
en el conocimiento de las Escrituras y se escuda en las
promesas de Dios. Necesitamos esa fe perdurable y calmada,
esa valentía moral que solo Cristo puede dar, a fin de estar
capacitados para enfrentar las pruebas y fortalecidos para
cumplir con nuestro deber”
Elena G. de White, Review and Herald, 17 de abril de 1894
16. “El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación;
pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor
de la hierba. Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la
hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así
también se marchitará el rico en todas sus empresas” (Santiago 1:9-11)
Los ricos se marchitarán
(Santiago 1:11)
Deben preocuparse del huérfano
y la viuda (Santiago 1:27)
Solo se preocupan de sí mismos
(Santiago 5:1-4)
Retienen el jornal de sus
empleados (Santiago 5:4)
Las riquezas secan la semilla del
Evangelio (Lucas 8:14)
Deben preocuparse por los
necesitados (Mateo 25:37-40)
Solo se preocupan por sí mismos
(Lucas 12:16-21)
El obrero es digno de su salario
(Lucas 10:7)
Aunque parecen extremistas, las enseñanzas de Santiago sobre los
ricos son iguales a las de Jesús:
17. Con la sabiduría que se adquiere a través de la
fe, debemos reconocer que todo lo que tenemos
se origina en el poder dador divino
(Deuteronomio 8:17).
Al tener fe en que nada nos faltará, tenemos
que “sacrificar” parte de lo que tenemos para
que otros conozcan el completo y verdadero
Sacrificio.
Ejercitar la fe significa que debemos poner los
recursos que se nos ha confiado en manos del
Autor y Consumador de la fe en beneficio de los
necesitados.
Jesucristo es el Autor y el Consumador de la
fe. Basados en Santiago 1:27 y a la luz de
otros pasajes que la Biblia aporta, ¿cómo
podemos entender las advertencias que se le
hacen a los ricos? ¿Cuál es el deber de todos
en relación al desarrollo de la fe?
EL POBRE Y EL RICO
18. “La Biblia no condena al rico por el hecho de ser rico;
tampoco declara que la adquisición de riquezas sea un
pecado, ni dice que el dinero es la raíz de todo mal. Todo lo
contrario, las Escrituras declaran que Dios es el que da el
poder para conseguir riquezas. Esta habilidad es un
talento precioso si se lo consagra a Dios y se lo emplea para
promover su causa. La Biblia no condena el genio ni el arte,
porque éstos proceden de la sabiduría que Dios imparte.
No podemos hacer que el corazón sea más puro o más santo
cubriendo el cuerpo de cilicio o privando el hogar de todo
lo que proporciona comodidad, gusto o conveniencia.
Las Escrituras enseñan que la riqueza es una posesión
peligrosa únicamente cuando se la hace competir con el
tesoro inmortal. Se convierte en una trampa cuando lo
mundano y lo temporal absorben los pensamientos, los
afectos y la devoción que Dios reclama para sí”
Elena G. de White, Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 144
19. 1. Por más fe que posea, todos los seres humanos
necesitan perfeccionarla.
2. Debemos estar dispuestos a enfrentar cualquier
dificultad para el desarrollo de nuestra fe.
3. La fe y la sabiduría no serán parte de nosotros si no
acudimos a su Fuente, que es Jesucristo.
4. Nuestra principal prioridad debe concentrarse en
aumentar la fe y no acrecentar los bienes
materiales.
CONCLUSIONES
20. SANTIAGO,
EL HERMANO DEL SEÑOR
Te invito a bajar y
estudiar cada una de
las 13 lecciones que
tratan sobre el tema:
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