2. ARCH SOC ESP OFTALMOL. 2014;89(10):e74–e76 e75
Figura 1 – Se muestra un cerebro visto desde su base así
como la anatomía macroscópica del quiasma publicado en
La Fábrica.
describió el concepto «junctional chiasm» que lleva su nom-
bre, en el llamado «síndrome del quiasma óptico anterior» que
hoy en día conocemos. En este mismo a ˜no, Traquair y Cope y,
más tarde, Schweinitz en 1923, describieron que el quiasma
no descansa sobre las estructuras ventrales a él, sino que está
separado por la cisterna quiasmática (fig. 4)2.
Shaeffer en 1924, Bergland en 1968 y Albert L. Rothon en
1997 describieron la relación del quiasma óptico con el tubér-
culo selar. En 1925 y 1926 Brouwer y Zeeman reportaron que
las fibras de los cuadrantes superiores de la retina se cruzan
en la parte superior del quiasma, ocupando la parte medial
del tracto óptico y que las fibras de los cuadrantes inferiores
cruzan en una posición contraria a las superiores4.
En 1926, Hermann Wildbrand publicó el trayecto de
las fibras de la «rodilla de Wilbrand» (fig. 5), ratificado
Figura 2 – Sistema visual de Descartes.
Figura 3 – Un esquema de Chevalier Jean Taylor que
presenta la hemidecusación de las fibras del nervio óptico
en el quiasma óptico.
posteriormente por Breen en 1993. Whitnall en 1932 y Hoyt
en 1969 hicieron descripciones métricas del quiasma. Polyak
en 1934 hizo notar que gran parte de la fibras del quiasma
proceden de la mácula y que estas son cruzadas y no cru-
zadas. Para 1952, Dubois-Poulsen describió la angulación del
quiasma (fig. 4). En 1963 Hyot y Luis arrojaron una descrip-
ción más detallada de la gran variedad de lesiones retinianas
experimentales que las realizadas en estudios previos. Kup-
fer, Chumbley y Downer en 1967 presentaron que la relación
de fibras cruzadas con las no cruzadas es de 53:472.
Richard Bergland y Bronson S. Ray en 1969 describieron la
irrigación macro y microscópica del quiasma (fig. 6)5.
En 1984 Sadun et al. elucidaron que la vía retinohipotalá-
mica ayuda a regular el ciclo circadiano. En 1993 Reichardt
y Sretavan sugirieron que la hemidecusación que ocurre
durante la embriogénesis depende de factores de diferencia-
ción celular2.
Jonathan C. Horton en 1996 afirmó que la «rodilla de
Wilbrand» no es una verdadera estructura anatómica, sino un
artefacto que se desarrolla en los humanos con atrofia óptica
unilateral de larga evolución3.
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3. e76 ARCH SOC ESP OFTALMOL. 2014;89(10):e74–e76
15 mm
8 mm
4 mm
III
10 mm
45º
C
D
Figura 4 – Relaciones del nervio y quiasma óptico con las
estructuras selares y el tercer ventrículo. Representa las
dimensiones referidas por Whitnall y Hyot, la angulación
descrita por Dubois-Poulsen y la distancia entre el quiasma
y la base de cráneo que describieron Traquair y Cope y
Schweinitz.
Figura 5 – Rodilla de Wilbrand.
Discusión y conclusiones
Por lo anterior, queda manifiesto que, al paso de los a ˜nos,
se han podido precisar conceptos fisiológicos, anatómicos y
quirúrgicos sobre el quiasma óptico, cuya evolución deben
conocer todos los médicos que atienden a pacientes con
Figura 6 – Esquema de la irrigación microscópica del
quiasma óptico hecho por Bergland y Ray en 1968. Las
lesiones tumorales de la región selar provocan isquemia en
la región central del quiasma, manifestando clínicamente
una hemianopsia bitemporal predominantemente.
padecimientos que afectan al quiasma óptico. El conoci-
miento de esta comisura hoy día es incompleto: aún quedan
puntos enigmáticos por descubrir; los conocimientos nuevos
que surjan en un futuro seguramente complementarán o
cambiarán los conceptos actuales de esta estructura.
b i b l i o g r a f í a
1. Glaser JS. Neuro-ophtalmology. 3rd ed. Philadelphia: Lippincot
Williams and Wilkins; 1999. p. 90.
2. Slamovits TL. Anatomy and Physiology of the optic chiasm.
En: Miller NR, Newman NJ, editors. Walsh and Hoyt’s Clinical
Neuro-Ophthalmology, I. Baltimore: Lippincott Williams and
Wilkins; 1998. p. 85–100.
3. Horton JC. Wildbrand’s knee of the primate optic chiasm is an
artefact of monocular enucleation. Trans Am Ophthalmol Soc.
1997;95:579–609.
4. Kupfer C, Chumbley L, Downer JC. Quantitative histology of
optic nerve, optic tract and lateral geniculate nucleus of man. J
Anat. 1967;101:393–401.
5. Bergland R. The arterial supply of the human optic chiasm. J
Neurosurg. 1969;31:327–34.
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