1. El territorio español está integrado por un amplio y variado conjunto de montañas,
mesetas y llanuras labradas sobre rocas muy distintas y pertenecientes a diversas eras geológicas, que
han sufrido una larga y compleja evolución con el paso del tiempo.
Estas fases han sido, en buena parte, derivadas de la ubicación de la península Ibérica entre
los continentes africano y europeo, localización que -a su vez- ha tenido una acentuada
transcendencia tanto en la organización de sus roquedos como en la configuración de sus
principales relieves.
TEMA 1 A/ HISTORIA GEOLÓGICA
ARCAICO, CRIPTOZOPICO O PRECÁMBRICO
Al final de los tiempos precámbricos, hace aproximadamente 650 millones de años, apenas
existían tierras en el área de lo que hoy conocemos como España. Esta zona estaba ubicada entre
dos placas continentales*, una africana, que formaba parte de un continente mayor conocido como
Gondwana, y una paleoeuropea, que pertenecería a otro denominado Laurasia. Entre ambas se
localizaba el antiguo Mar de Thetis (Figs. 1, 2).
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2. -Fig. 1-
En la era Arcaica o Precámbrica, se sucedieron en el planeta una serie de movimientos
orogénicos* que, sin embargo, afectaron poco al territorio que ocupa la península Ibérica en la
actualidad. Se han localizado núcleos de esta era en Galicia, en la zona de Cangas de Narcea
(Asturias), en la parte septentrional de los Montes de Toledo y en la occidental del Sistema
Central. El mejor estudiado es el Precámbrico gallego. Todo apunta a que durante largos periodos
del Precámbrico este espacio estuvo cubierto por las aguas del Mar de Tethys.
-Fig. 2-
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3. PRIMARIO O PALEOZOICO.
Tras el Precámbrico se inicia un proceso de sedimentación y se produce la Orogenia
Caledoniana que en el solar peninsular tuvo poca resonancia y sólo afectó a algunas zonas de la
región gallega.
En el periodo Carbonífero, hace unos 340 millones de años, se inicia un gran
movimiento orogénico que se conoce con el nombre de HERCINIANO* de enorme
importancia en la geografía peninsular.
Unas fuertes presiones laterales o, en términos geológicos, empujes tangenciales, hacen que
emerjan del fondo marino las cadenas de montañas pertenecientes al sistema herciniano europeo. En
el espacio que hoy ocupa la península Ibérica, este sistema presentaba dirección NO-SE y se
adosaba a los viejos terrenos precámbricos, desde la actual Galicia hasta el actual Valle del
Guadalquivir.
Así pues, durante el Paleozoico, en el espacio ocupado actualmente por la Meseta, se situó
una cordillera de plegamiento que ya había quedado arrasada a finales del Paleozoico -en el
periodo Pérmico- convirtiendo las tierras emergidas en un zócalo* cuya superficie de erosión
recibe el nombre de penillanura*; este bloque herciniano estaba ligeramente basculado hacia el
Mediterráneo, o sea, en sentido opuesto al actual (Fig. 3).
En el sector occidental de la Meseta afloran rocas graníticas que determinan una superficie
de predominio silíceo. Coincidiendo con el final del ciclo herciniano tuvo lugar una intensa
actividad magmática: erupciones volcánicas e intrusiones plutónicas.
-Fig. 3-
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4. SECUNDARIO O MESOZOICO
La era Secundaria o Mesozoica (entre 250 y 65 millones de años) es un periodo de
tranquilidad desde el punto de vista tectónico. Esta calma favorece la actuación de los agentes
erosivos* que arrasan las cordilleras formadas en el Paleozoico convirtiéndolas en terrenos poco
relevantes o en penillanuras*. Lo que sí hubo en el Mesozoico fueron movimientos en sentido
vertical denominados epirogénicos, es decir, hundimiento de unos terrenos y elevación o
emersión de otros. Estos movimientos a su vez provocan el ascenso o descenso del nivel de las
aguas marinas (Fig. 4). Hablamos de transgresión marina cuando el agua avanza sobre las tierras y
de regresión cuando se retira (ver siguiente enlace):
https://geografiadebachillerato.wikispaces.com/Transgresión+marina
Abajo, el MEDITERRÁNEO en el MESOZOICO
-Fig. 4 -
En el espacio donde se ubican actualmente los Pirineos y las Béticas se situaban entonces
dos profundas fosas oceánicas o geosinclinales* (Figs. 5, 6) donde se acumulaban de forma
continua materiales sedimentarios y materia orgánica; el agua salada del mar y la liberación de
carbono procedente de la materia orgánica acumulada dieron lugar a un proceso químico
formándose rocas carbonatadas como el carbonato cálcico; por este motivo serán las calizas las rocas
más importantes formadas durante el Mesozoico.
Un GEOSINCLINAL es un surco o depresión de la corteza terrestre donde se van
acumulando gran cantidad de sedimentos, que posteriormente son levantados y
plegados. Los geosinclinales suelen formar parte de grandes cubetas sedimentarias
marinas que, conforme van acumulando sedimentos, tienen procesos de hundimiento.
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5. -Fig. 5 -
ABAJO, ESQUEMA BÁSICO DE LAS FASES DE UNA OROGENIA
- Fig. 6 -
Las tierras emergidas que rodeaban los citados geosinclinales eran: el zócalo de la Meseta y
algunos macizos antiguos*, restos del plegamiento Herciniano; éstos eran: el macizo de
Aquitania, el del Ebro y el Catalano-Balear. Al sur estaría el escudo africano que entonces aún
formaría parte del antiguo continente de Gondwana (Fig. 7).
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6. - Fig. 7 -
TERCIARIO O CENOZOICO.
E EDAD (en
R SISTEMA SERIE millones PROCESOS GEOLÓGICOS
A de años)
HOLOCENO ACTUAL-0.01 Fin del último período glaciar
CUATERNARIO Comienzan los períodos de glaciaciones
PLEISTOCENO 0.01-1.8
cuaternarias
C
E PLIOCENO 1,8-5,3
N NEÓGENO
O Formación total de los casquetes polares
MIOCENO 5,3-23,8
Z Formación del orógeno alpino
O OLIGOCENO 23,8-33,7
I Comienza la glaciación neógena. India
C choca con Eurasia (formación de la
cordillera del Himalaya)
O PALEÓGENO EOCENO 33,7-54,8
PALEOCENO 54,8-65
!!
- Fig. 8 -
A partir del Cretácico Superior (final del Mesozoico), hace unos 65 millones de años, se
desarrolla el ciclo orogénico alpino u OROGENIA ALPINA** que tendrá su máxima
actividad en los periodos terciarios del Mioceno y del Plioceno (Fig. 8).
El paroxismo alpino-himalayo**, responsable de casi la totalidad de los rasgos estructurales de
la Península (Fig. 9), comprimió y levantó los sedimentos depositados en las fosas pirenaica y
bética, al mismo tiempo que se hundía la parte nororiental del macizo antiguo paleozoico en la
parte correspondiente al Ebro.
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7. Abajo, aspecto del Mediterráneo durante el periodo EOCENO
- Fig. 9 -
Este proceso isostático* contribuyó a que afloraran los Pirineos, las Béticas y el relieve de las
Islas Baleares. La Meseta comenzó a bascular hacia el océano Atlántico y se estructuraron en
torno a ella los rebordes montañosos: en el borde nororiental, merced a los plegamientos del
roquedo plástico depositado por el mar en la era anterior, se levantaron el Sistema Ibérico y gran
parte de la Cordillera Cantábrica y en el borde meridional surgió Sierra Morena al hundirse parte
del bloque herciniano de la Meseta. También se completó la formación de las Cordilleras
Catalanas. Los valles del Ebro y del Guadalquivir eran brazos marinos que, poco a poco, se irán
rellenando de sedimentos (Fig. 10).
- Fig. 10 -
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8. Los materiales del zócalo paleozoico de la Meseta, de consistencia dura y, por lo tanto,
rígidos, no consiguieron plegarse, se fracturaron y se rompieron, dando lugar a un relieve donde
abundan las fallas. El sistema de fallas que predomina en la Meseta es el llamado de estructura
germánica, en el que aparecen unos bloques levantados, que reciben el nombre de horst o macizos
tectónicos, y otros bloques hundidos llamados graben o fosas tectónicas; el mejor ejemplo lo
encontramos en el Sistema Central (Fig. 11).
- Fig. 11 -
El Macizo Galaico-Leonés responde a un sistema de fracturas que ha sido posteriormente
atacado por la erosión (Fig.12).
- Fig. 12 -
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9. Otras zonas se hundieron en bloque dando lugar a las depresiones interiores o cuencas
sedimentarias que configuran la Submeseta Norte y la Submeseta Sur (Fig. 13).
- Fig. 13 -
Por el contrario los Montes de Toledo deben su aspecto actual a la erosión diferencial y
son un rejuvenecimiento del relieve subyacente (Fig. 14).
Abajo, detalle de un sector de los Montes de Toledo. Relieve apalachiense.
- Fig. 14 -
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10. En las unidades de relieve exteriores a la Meseta y en algunos rebordes aparecen otros
tipos de estructuras tectónicas; éstas son:
- La alpina, en la que se pliegan materiales de sedimentación más blandos y fáciles de doblar; es
propia de los Pirineos y de los Sistemas Béticos (Fig. 15).
Abajo, esquema típico de relieve plegado y su evolución. Relieve jurásico.
- Fig. 15 -
- La estructura de tipo sajónico en la que se alternan pliegues y fallas; abunda en los extremos
rígidos de la Meseta y de la Cordillera Cantábrica y especialmente en el Sistema Ibérico (Fig 16).
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- Fig. 16 -
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11. CUATERNARIO O ANTROPOZOICO.
A finales del Terciario y en el Cuaternario se desarrolla la tectónica postalpina, que termina
con la evolución geológica de la Península y a la que se debe el relieve actual (Fig. 17).
Uno de los hechos más significativos es la definitiva inclinación de la Meseta hacia el Oeste,
determinando la orientación de la mayoría de los ríos peninsulares hacia el Atlántico.
- Fig. 17 -
En esta etapa predominan los movimientos epirogénicos que provocan avances o
retrocesos en las aguas oceánicas y rectifican la línea de costa formando amplios golfos, como el
de Valencia. Igualmente, se produce el asentamiento definitivo de los ríos y la fuerza erosiva de
los mismos transportan y depositan cantidades de gruesos derrubios* que rellenan las depresiones y
los litorales marinos. Durante el Cuaternario, hace unos dos millones de años, a consecuencia de
la alternancia climática aparecen glaciares. Las líneas de costa también se han visto afectadas por
este motivo (Figs. 18, 19).
- Fig. 18 -
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12. - Fig. 19 -
Cuando la glaciación estaba en su punto álgido, el nivel del mar estaba unos 180 m más
bajo que en la actualidad debido a la gran cantidad de agua congelada contenida en el hielo.
Muchas de las islas actuales formaban parte de tierra firme; seguramente las Islas Británicas
estarían unidas al continente y el estrecho de Bering comunicaba América y Asia.
El glaciarismo cuaternario afectó a las cordilleras de la Península de manera menos
importante que a las de Europa central. En la última glaciación, la de Wiirm, entre 80.000 y
10.000 años, los niveles de las nieves perpetuas descendieron. Por ejemplo, en los Pirineos se
localizaban glaciares a unos 1.200 m más abajo que en la actualidad. El glaciarismo proporcionó el
retoque final a las grandes cordilleras formadas con la Orogenia Alpina (Fig. 20); también
remodeló antiguos macizos ya existentes dándoles un aspecto abrupto y accidentado que, por su
evolución, no tendrían. Un típico ejemplo es el sector occidental de la Cordillera Cantábrica.
- Fig. 20 -
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13. Una repercusión del glaciarismo español es su incidencia en el modelado del relieve debido
a la erosión de los ríos. En los periodos fríos el caudal de los ríos disminuye por los hielos, al
subir las temperaturas -periodo interglaciar- los ríos aumentan su caudal y su fuerza erosiva,
excavando en sus cauces y depositando en las orillas los aluviones acarreados con anterioridad, así
se forman las terrazas fluviales (Fig. 21).
- Fig. 21 -
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