La piñata se originó en México como una tradición religiosa durante la primavera y el año nuevo, donde se usaban vasijas de barro rellenas de semillas y frutas como una representación del pecado. Con el tiempo, la tradición se volvió más secular y las piñatas se decoraron con papel y se llenaron de dulces, convirtiéndose en una parte importante de las celebraciones mexicanas modernas.