Einstein logró mucho con solo el 5% de su cerebro porque adquiría conocimiento científico de alta calidad, revisando postulados de física, mientras que la mayoría de personas solo adquiere conocimiento de baja calidad o "basura" que daña el cerebro en lugar de nutrirlo. El autor argumenta que la calidad, no la cantidad, del conocimiento adquirido es lo que marca la diferencia en el rendimiento cerebral.