El autor describe cómo su alma le habló y le aconsejó no alegrarse con elogios ni angustiarse con reproches. Le enseñó que es igual a los demás y que no debe ver a la humanidad dividida en clases. Su alma le indicó que aunque porte una luz o cante, no es él la fuente de esas cosas. Finalmente, reconoce que el alma de todos habla de forma similar.