1. NUESTRA PROPIA IMAGEN
El logro de la paz se asocia a la aceptación de lo que cada uno es en la vida, lo que
tiene y lo que le ha tocado vivir. Porque todo deseo genera inquietud, y el deseo,
como muy bien sabemos, es una fuente del mal interior humano.
Sin anular las sanas aspiraciones personales y familiares, éstas deben ser pacíficas, lo
cual se conoce si cuando dichas aspiraciones se truncan no nos invade la tristeza.
Pero también el carácter desempeña un papel importante. Debemos educarnos en el
valor de la paciencia. Son muchos los impacientes que por su afán de plasmar de
inmediato sus proyectos viven en la inestabilidad, e incluso en la inseguridad. La
paciencia como hábito genera tenacidad, constancia, perseverancia en los proyectos
emprendidos aun a costa de los golpes que se reciban. La paciencia suele abundar en
los mayores, en personas sensatas y experimentadas que han sorteado con éxito el
largo recorrido de la vida con sus numerosos obstáculos.
Como nos sentimos en relación con nosotros mismos es algo que afecta, de manera
global, nuestra vida al determinar las peculiaridades de nuestro funcionamiento en
distintos ámbitos: relaciones interpersonales, el amor, la vida profesional, etc.
Este sentimiento valorativo sobre nuestra persona es lo que se denomina como
autoestima, y que conceptualmente ha sido definida como actitud valorativa hacia uno
mismo, como sentimiento de valoración positiva o negativa con respecto de sí;
también como el amor a sí mismo, o el grado en que toda persona valora la auto
percepción de su propia imagen auto aceptación y amor propio. La autovaloración,
sobre todo cuando resulta adecuada, nos brinda un cuadro de las principales
características, peculiaridades, rasgos físicos, en fin, de los puntos fuertes y débiles.
Sobre esta valoración o imagen personal erigimos nuestra auto aceptación y amor
propio, que en definitiva expresa los sentimientos de aprecio y de amor que sentimos
por nuestra persona, o lo contrario (sentimientos de rechazo y desprecio).
Aceptarse a sí mismo significa aceptar la persona que somos, valorando las cualidades
y defectos, no con el afán de desvalorizarnos por estos últimos, sino para trabajar a
partir de ellos en nuestro desarrollo y mejoramiento como sujeto.
2. El amor propio es el sentirse a gusto con lo que somos y con lo que hacemos; nos
ayuda a fijar los objetivos y metas y a establecer vínculos sociales adecuados.
Quererse a sí mismo resulta fundamental para poder querer y estimar a los demás.
Por influencia interpersonal a través de los elogios, críticas y demás valoraciones que
realizan las personas significativas para el sujeto en torno a sus características físicas,
el ideal de belleza y la presencia de determinadas expectativas sobre la estética
corporal en el entorno donde el sujeto vive.
La valoración que el sujeto hace de su propio atractivo físico, que de alguna manera
se verá reforzada, en un sentido u otro, por el grado de aceptación o de rechazo que
reciba de los demás, en particular del sexo opuesto.
Lo que vemos e imaginamos en nuestras mentes se basa en lo que ahora tomamos
como verdad, no importa cuán falsa o distorsionada sea. Nuestras mentes controlan
nuestros actos y reacciones. Es más fácil dar excusas o quot;motivos lógicosquot; porque no
es necesario, o posible, cambiar. Buscamos sólo aquellas experiencias que apoyan
nuestros valores actuales y evitamos o resistimos si es necesario rechazando con
fuerza los que no están de acuerdo con nuestras creencias actuales. Hemos construido
y programado en nuestros subconsciente y sistema nervioso central respuestas
erróneas a situaciones de la vida que nos hacen responder de la manera como hemos
sigo programados; en otras palabras, respondemos a cómo hemos sido condicionados
a sentir y a actuar como ejemplo:
Reevaluando nuestros conceptos, valores, creencias, ideales, suposiciones, defensas,
agresiones, objetivos, esperanzas e impulsos.
Reorganizando y comprendiendo nuestras necesidades y motivacione reales.
s
Aprendiendo a confiar en nosotros.
Observando nuestros errores y tratando de corregirlos; dándonos cuenta de que dentro
nuestro yacen las lecciones más valiosas que aprenderemos.
Aprendiendo a amarnos y a amar a los demás.
3. Aprendiendo a escuchar sin prejuicios y a pensar de manera automática quot;Esto es
buenoquot;, quot;Esto es maloquot;. Entrenándonos a escuchas lo que se está diciendo sin
necesariamente creerlo.
Notando de qué nos defendemos la mayor parte del tiempo.
Dándonos cuenta de que nuestra nueva percepción nos dará los medios y motivos para
cambiar para mejor.
Cada decisión que hacemos y cada acción que tomamos están basadas en nuestro
nivel actual de percepción.
Si vivimos acordes a esta meta, tenemos una gran probabilidad de mejorar nuestra
propia imagen, nuestra vida y la percepción que los demás tienen de nosotros.