4. Las copas se sitúan frente al plato, y se pueden colocar
en una hilera recta, en diagonal respecto al plato, o
haciendo una pequeña elipse (curva).
5. Copa para el agua: es la primera instalada por el lado de la izquierda.
Es de tamaño superior al resto o igual en todo caso. Nunca más
pequeña. Un error frecuente en el uso de ésta copa, es que hay quien la
confunde con la copa de balón para vino tinto, y la utiliza con éste fin.
Esto nunca sería correcto. Lo más formal es que la copa para agua, ya
esté rellenada cuando los comensales tomen asiento. Es el único caso
en que debe realizarse. Nunca se rellena más de 4/5 de su totalidad.
Copa vino tinto: Colocada junto a la del agua y de tamaño igual o
ligeramente más pequeña. Preferible de cristal fino. De mal gusto
rellenarla más de ½ del total, lo más recomendable 1/3.
- Copa vino blanco: Si vamos a servir en el menú pescados o mariscos.
Si no se va a utilizar vino blanco no es necesario ponerla. Es más
pequeña que la de vino tinto.
- Copa de champagne o licor: Si se pone desde el principio, se
colocará a continuación de la de vino blanco, y ligeramente retrasada
del resto. Es la que está colocada más a la derecha. La de champagne es
una copa de tipo flauta. En ocasiones en vez de la de champagne se
coloca una de brandy o jerez, en función de las bebidas que vamos a
servir.
6. copas de agua (se deben llenar como máximo hasta 4/5 de su
capacidad);
copas de vino tinto (hasta poco más de 1/3 de su capacidad
para permitir una óptima oxigenación);
copas de vino blanco (hasta 1/3 de su capacidad como
máximo, dado que es preferible servir menor cantidad varias
veces para ayudar a mantener su temperatura óptima de
servicio);
copas de champagne (hasta 2/3 de su capacidad);
copas de vino licoroso (poco más de 1/3 de su capacidad).
7. Las copas, al igual que cualquier pieza de cristal, quedan impecables y
brillantes si se las limpia con una mezcla de agua con vinagre, dejándolas
escurrir sin frotar con ningún paño hasta su secado completo.
Otros detalles importantes:
Si la cristalería es muy fina, es importante tener cuidado con los cambios de
temperatura al limpiarlas o al sacarla del lavavajillas, ya que una corriente de
aire podría resquebrajarlas o romperlas.
Si tiene algún resto pegado, lo mejor es siempre dejarlas en remojo dado que la
utilización de un estropajo de acero podría rayarlas.
Ante la duda de cuál copa usar para qué vino, recordar siempre que la copa de
agua es la más ancha, le sigue en tamaño la copa de vino tinto y por último la
de vino blanco de menor tamaño, por su necesidad de mantenerse “frío”.
Nunca poner en la mesa copas “saltadas” o con defectos.
Antes de beber, debemos recordar siempre limpiarnos los labios con la
servilleta, para evitar dejarlos marcados en nuestra copa. Operación que deberá
repetirse al terminar de beber.