3. El más antiguo de los Parques Nacionales está ubicado
entre Asturias, Castilla y León y Cantabria, lo inauguró
el rey Alfonso XII en 1918. Originalmente, ocupaba una
superficie de 16.925 ha, que en 1995 fueron ampliadas
a 64.660 ha. Tiene su punto más alto en 2648 metros en
el pico de Torrecerredo, y el más bajo a 75 metros sobre
el nivel del mar. Tiene, como todos los Parques
Nacionales, una fauna y una flora digna de ser
preservada (¿acaso no lo son todas?), con predominio de
bosque caducifolio y mediterráneo por la parte de flora;
y urogallos, quebrantahuesos, osos pardos o rebecos
cantábricos entre la fauna, la cual aúna toda la fauna
que es característica de la cordillera cantábrica.
Picos de Europa
4. Inaugurado también en 1918, este parque Nacional
está ubicado en el Pirineo central de Huesca, Aragón, y
cuenta con 15.608 ha. Destaca sobre todo el macizo de
su pico descienden impresionantes crestas montañosas
que crean Treserols, la mayor mole calcárea del mundo,
así como Monte Perdido, el punto más alto, del que
desde valles glaciares. Y de estos valles, cómo no, el
valle de Ordesa es el más emblemático, con su río
Arazas surcándolo. El Parque es pues, básicamente,
una suerte de valles glaciares alpinos enmarcados en el
inigualable paisaje pirenaico.
Ordesa y Monte
Perdido
5. El Parque Nacional de El Teide esta situado en la isla
canaria de Tenerife, el Parque Nacional fue
inaugurado en 1954. Es el pico más alto de España
(3718m), la más alta de cualquiera de las tierras
emergidas sobre el océano Atlántico y el tercer volcán
más grande del mundo desde su base. El Parque
ocupa una superficie de 18.990 ha, y su elemento más
característico (obviamente, el propio Teide) se eleva
por encima de una meseta: Las Cañadas del Teide. Es
el Parque Nacional más visitado de España y Europa,
y el segundo del mundo, con 3,4 millones de visitantes
al año (Sólo superado por el Monte Fuji, de Japón). Es
un lugar magnífico para ver flora endémica canaria,
con 58 especies vegetales, entre las que destaca la
Violeta del Teide.
El Teide
6. Situada en la parte central de la isla de La Palma,
Canarias, la Caldera de Taburiente es lo que queda de
un antiguo volcán primitivo que creció y creció hasta,
según estiman los expertos, unos 5.000 metros de
altitud, y debido a ese exceso de tamaño en una isla tan
pequeña como base, se derrumbó sin remedio y dio
lugar a esta curiosa estructura en forma de Caldera que
la erosión ha continuado dando forma durante cientos
de miles de años. Ocupa 4.690 ha, mide 7 km de
diámetro en su punto más ancho, y alcanza una cota de
2.424 metros sobre el nivel del mar en el Roque de Los
Muchachos. El Parque posee numerosos endemismos,
muchos de ellos en peligro de extinción, aunque destaca
por encima de todos la exuberante masa forestal de
Pino Canario. Esos bosques de pinos, acompañando al
mar de nubes que desciende desde los bordes de la
Caldera, crean un paisaje único, imposible de imitar.
La Caldera de Taburiente
7. Parque Nacional desde 1955, cuenta con 14.119 ha y está
situado en la provincia de Lleida, junto al famoso valle de Arán
en Cataluña. Es el otro de los parques situados en los Pirineos,
como Odesa y Monte Perdido. La geografía del Parque es de
Alta Montaña, ya que la mayor parte del territorio sobrepasa
los 1000m sobre el nivel del mar, superando en varios picos los
3.000 metros. Son verdaderamente atractivos los casi 80 lagos
de origen glacial cuaternario, así como los valles enclavados
entre las escarpadas montañas.
Aigüestortes y Lago
de San Mauricio
8. Bajamos hasta el otro extremo de España para
encontrarnos con tal vez el más conocido de
cuantos Parques Nacionales hay en nuestro país.
Doñana se sitúa a caballo entre Sevilla y Huelva,
Andalucía, ocupando una superficie de 50.720 ha.
Las marismas del río Guadalquivir son el
panorama predominante de Doñana. Sin
embargo, el valor del Parque no reside en las
marismas en sí, sino en que éstas sirven de cobijo
durante el invierno a numerosas aves acuáticas,
muchas de ellas migratorias (entre Europa y
África), tratándose de un verdadero paraíso para
los amantes de las aves. Es considerada la mayor
reserva ecológica de Europa. Sin contar con las
aves, Doñana es famosa también por ser el
reducto donde quedan algunos de los últimos
Linces ibéricos, el felino más amenazado del
planeta. Hay por ello un centro de cría en el
propio parque, dedicado en exclusiva a la
preservación de este magnífico animal.
Doñana
9. Inaugurado en 1973 y situado en la provincia de
Ciudad Real, Castilla-La Mancha, el Parque Nacional
de las Tablas de Daimiel se sitúa en un humedal del
mismo nombre, y es el más pequeño de cuantos
parques nacionales hay en este país, tan solo 1.928
ha. Las Tablas se refiere a Tablas Fluviales, que no es
más que el resultado del desbordamiento de los ríos
en sus partes medias, en zonas que por la forma del
terreno propicia el estancamiento (escasez de
pendientes, cuencas en el terreno, etc.). El Humedal,
que se forma en la cuenca donde se unen el río
Guadianay uno de sus afluentes, es uno de los
ecosistemas acuáticos más importantes de la
Península Ibérica, con flora y fauna de gran calidad y
variedad, a lo que se le suma, como en el caso de
Doñana, la emigración de aves que pasan temporadas
en el humedal (en su mayoría, ánades y ánsares, es
decir, patos
Tablas de Daimiel
10. En Lanzarote, tierra de volcanes, nos encontramos el
Parque Nacional de Timanfaya, con 5.107 ha de
superficie. Es un Parque de origen plenamente
volcánico, aunque cuyos volcanes están bastante
dormidos (entre 1730 y 1736 se produjeron las últimas
erupciones de las que se tiene noticia), aunque sigue
registrándose cierta actividad volcánica, con puntos de
calor en la superficie que alcanzan los 100-120ºC, y si
ahondas un poco más, se alcanzan los 600ºC a unos
pocos metros bajo el suelo. Este es el verdadero
atractivo del Parque, pues los guías sorprenden a los
turistas asando comida en alguna de estas bocas
caloríficas (Vulkan Grill, lo llaman los turistas
alemanes), o vertiendo agua para crear géiseres
improvisados. El otro atractivo turístico son las rutas
en camello, que hacen las delicias de los visitantes. Por
supuesto, y a pesar de lo árido del terreno volcánico,
existen un buen puñado de especies autóctonas (hasta
180 especies vegetales), que dadas las condiciones
primitivas del lugar, son objeto de estudio para ver
estas plantas cómo van colonizando el terreno.
Timanfaya
11. Esta pequeña joya verde situada en el centro de la isla canaria
de La Gomera. Con una superficie de casi 4.000 ha, el parque
toma su nombre de pico más alto de la isla, a 1.487 metros sobre
el nivel del mar. El gran valor que tiene este parque reside que
contiene una de las mejores muestras del bosque de Laurisilva,
un bosque húmedo de múltiples especies de hoja perenne, que en
el período terciario ocupaba buena parte del norte de África y
toda Europa, y que hoy sólo ha quedado reducido a unos pocos
reductos en las regiones de Canarias y Madeira. Este bosque
sólo es posible gracias al mar de nubes que traen los vientos
alisios, y que otorga humedad casi perpetua a estas zonas
montañosas. Como buen bosque húmedo que es, acoge una gran
cantidad de especies de flora y fauna, siendo la fauna realmente
interesante con mil especies de invertebrados (osea, bichos) y en
el caso de los verterados, aves y reptiles en su mayoría.
Garajonay
12. Nos vamos ahora al otro archipiélago nacional, al
Balear, para conocer de primera mano un minúsculo
paraíso marino-terrestre llamado Archipiélago de
Cabrera. Inaugurado en 1991, y con 10.021 ha de
superficie tanto sobre tierra como sobre el agua (el
85%), el “Parque Nacional Marítimo-Terrestre del
Archipiélago de Cabrera” es un reducto natural
único de flora, fauna y paisajes, pues sus
características de islotes han permitido que a lo largo
de los siglos nadie se haya interesado en alterar
demasiado el lugar. Es uno de los rincones mejor
conservados de las costas Mediterráneas, cobijando
unas grandes colonias de aves marinas y especies
endémicas, con predominancia de las marinas. El
Archipiélago consta de 19 islas e islotes, siendo
Cabrera y Conejera las más grandes. Al ser un islote
de no muy fácil acceso, será recomendable pedir
acceso al Parque por anticipado, pues hay un cupo
diario de barcas que acercan a la isla desde Mallorca.
Archipiélago de Cabrera
13. El otro parque nacional que está en Castilla-La
Mancha es el Parque Nacional de Cabañeros.
Bastante mayor que las Tablas de Daimiel (39.687
ha), es un parque de media montaña de tipo
mediterráneo, que se sitúa entre las provincias de
Ciudad Real y Toledo. Originalmente una finca
privada de 15.000ha, se hizo famosa en 1983 cuando
se supo que iba a ser destinada como Campo de Tiro
del Ejército del Aire. Tras una lucha de varios años
por parte de asociaciones ecologistas, pacifistas y de
vecinos y grupos políticos, en 1988 se convirtió en
un Parque Natural, que más tarde, en 1995, pasó a
ser un Parque Nacional que ampliaba su extensión
a fincas cercanas. El Parque incluye dos afluentes
del Guadiana y siete pueblos, de los que la forma de
vida tradicional de sus habitantes (pastoreo,
carboneo o apicultura) influyen en el ecosistema y
paisaje del lugar, siendo ya parte inseparable de él.
Como dato curioso, la presencia de Ciervos y la
presencia de árboles dispersos han llevado a que el
parque sea conocido entre los turistas como El
Serengeti español.
Cabañeros
14. Bajamos ahora hasta Andalucía de nuevo para ir hasta
Granada, aunque una parte del parque pertenece
también a Almería. Entorno incomparable, es una
buena muestra de los sistemas naturales ligados a la
media y alta montaña, siendo Sierra Nevada el sector
montañoso más elevado de la península, con su cima
más alta en el Mulhacén (3482m). Toda la sierra está
bien marcada por la acción de los glaciares, pudiéndose
contemplar varias lagunas glaciares (valga la
redundancia). Tiene una extensión total de 70.953ha,
siendo por ello el Parque más extenso de todos los
analizados. Tiene unas 60 especies de plantas
endémicas, y ejemplares de fauna en las que destacan
zorros, cabras montesas, buitres leonados o jabalíes.
Sin embargo, lo verdaderamente llamativo del parque
para el turista, no son solo sus características
naturales, sino también la gran cantidad de actividades
que en él se pueden realizar, desde alpinismo a
escalada, pasando por esquí, senderismo y hasta vuelo
en parapente.
Sierra Nevada
15. El penúltimo de los Parques Nacionales es el de las
Islas Atlánticas de Galicia, fundado en 2002, y que
comprende las islas de Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada,
así como la costa que las rodea. Dos Archipiélagos (Cíes
y Ons) y dos islas individuales (Sálvora y Cortegada)
convertidas en Parque Nacional que abarcan un total
de 8.400 ha, de las cuales solo 1.200 son terrestres.
Sobre tierra, son relevantes los bosques de laurel y las
múltiples aves costeras como gaviotas patiamarillas o
cormoranes moñudos, aunque quizás la parte más
interesante se encuentra bajo el agua, con corales,
anémonas, moluscos y hasta 200 especies de algas
marinas. Una de las islas Cíes, Monteagudo, tiene la
playa más bonita del mundo, la playa de Rodas.
Islas Atlánticas de Galicia
16. Y llegamos a la penúltima parada del camino. El
Parque Nacional de Monfragüe, en la provincia de
Cáceres, Extremadura fue inaugurado en 2007. Con
17.852 h, Monfragüe (cuyo nombre viene del latín:
Mons Fragorum, Monte Denso) se compone de tres
ecosistemas diferenciados: Bosque y Matorral
mediterráneo (de ahí lo de Monte Denso), las dehesas y
los roquedos y masas de agua (ríos y embalses, sobre
todo). Tiene una buena representación de aves rapaces
(buitre negro, águila imperial, buitre leonardo, águila
real, águila perdicera, etc.), así como mamíferos
acuáticos como la nutria o el meloncillo, o terrestres
como el ciervo o el zorro. Actualmente el Parque aspira
en la actualidad al sello de calidad del cielo, que en caso
de serle concedido le convertiría en el sexto lugar del
mundo con mejor calidad para la observación del cielo
nocturno.
Monfragüe
17. El último Parque Nacional en unirse a la red de Parques
Nacionales españoles (en el año 2013), el único de la
comunidad de Madrid es El Parque Nacional de la Sierra de
Guadarrama.
El parque trata de preservar once tipos diferentes de
ecosistemas, entre los cuales se encuentran algunos de alta
montaña, únicos en la península y que le dan gran valor a
este nuevo parque. Entre las especies vegetales que posee
destacan el pino silvestre, el roble, el enebro, la encina y el
piorno, y entre las especies de fauna se hallan ciervos,
jabalíes, corzos, gatos monteses, zorros, tejones, etc, así como
gran cantidad de aves acuáticas y rapaces.
Se sitúa como el cuarto en extensión con sus 33.960
hectáreas, ocupando una larga línea montañosa que va en
diagonal de Noreste a Suroeste por todo el norte de la
comunidad de Madrid, haciendo de separación con respecto a
la provincia castellano-leonesa de Segovia. Su cercanía a la
capital (Madrid) lo convierten en un buen reclamo turístico y
es bastante probable que acabe siendo uno de los más
visitados en los próximos años, gracias sobre todo a su
diversidad geológica y paisajística, buenas comunicaciones y
accesos, y paisajes tan únicos como La Pedriza (tercera foto).
Sierra de Guadarrama