Convocatoria xviii asamblea nacional, temario y programa (version final) (1)
LA ANEF Y LA PROPUESTA DEL GOBIERNO DE MODERNIZACION Y REDISEÑO DEL ESTADO
1. AGRUPACIÓN NACIONAL DE EMPLEADOS FISCALES
Edificio Tucapel Jimenez, Alameda 1603, Santiago de Chile
R.A.F. 93.11.025 Fundada el 5 de Mayo de 1943
Fono: 6962957 Fax: 6979764 Mail: anefmacional@yahoo.es htpp: www.anef.cl
LA ANEF Y LA PROPUESTA DEL GOBIERNO
DE MODERNIZACION Y REDISEÑO DEL ESTADO.
DOCUMENTO APROBADO POR LA
V ASAMBLEA NACIONAL ORDINARIA 2001
Santiago de Chile, 4 y 5 de Octubre 2001.
1. MARCO GENERAL
1.1. Existe a escala mundial un sistema conocido como “globalización“, que condena a gran parte de la
Humanidad a la dependencia y la subordinación de sus Sociedades.
1.2. Por su parte en los países no desarrollados como Chile y América Latina como región, dicho proceso se
efectúa bajo al forma de un modelo neoliberal, con un claro sesgo de injusticia para los trabajadores y
trabajadoras y las grandes mayorías postergadas. Esto ocasiona un ahondamiento de la distribución
desigual del ingreso.
1.3. Otro de los efectos de esta situación es el fuerte impacto económico, social, laboral y cultural que afecta
negativamente las relaciones comerciales, estructuras de producción de bienes y servicios y a la
Sociedad en su conjunto.
1.4. Como consecuencia de lo anterior, el Estado y la Administración Pública Chilena están siendo
demandados a efectuar una adecuación tanto de su estructura, bajo la modalidad de “reforma”, “rediseño”
o “modernizaciones”, como también de los aspectos de funcionamiento y gestión.
1.5. Forma parte de estos cambios el debate sobre el replanteamiento del rol tradicional del Estado como
proveedor exclusivo, por un Estado subsidiario, reducido a funciones de promoción y regulación. Para
hacer avanzar estas ideas, las agencias internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional han planteado que el crecimiento económico exige ir aumentando la capacidad del Estado y
revitalizar las instituciones públicas para garantizar una estabilidad del funcionamiento del modelo
dominante.
1.6. Es preciso tener en consideración que el Estado chileno es pequeño en tamaño, comparado con los
Estados latinoamericanos y de otros países desarrollados. En Chile, sólo el 5,7% de la población
económicamente activa se emplea en el Estado. El promedio en América Latina es de 15%, y en países
como Japón o Alemania supera el 20%. Del mismo modo, la incidencia en el Producto Geográfico Bruto
corresponde al 22,5%, mientras que en otros países este corresponde a casi el doble. Los indicadores
internacionales de productividad y calidad nos ubican en lugares destacados. Lo mismo, en los aspectos
de probidad y trasparencia en donde nos situamos como los primeros en Latinoamérica.
2. PRINCIPIOS Y VISIÓN DE LA ANEF SOBRE EL ROL DEL ESTADO.
2.1. La ANEF sostiene como imperativo ético y social la construcción de un Estado democrático, activo,
participativo, solidario, responsable del ejercicio de los derechos y libertades personales y sociales.
Agente y promotor de la igualdad de oportunidades y del pleno desarrollo del país. Dotado de una
efectiva capacidad para regular y fiscalizar, garantizando el bien común y posibilitando una estrategia de
desarrollo integral con calidad de vida para todos los ciudadanos, asegurando las condiciones para el
pleno ejercicio de sus derechos políticos, económicos, sociales, laborales y culturales. El Estado es el
garante de los derechos humanos.
2. 2.2. La ANEF, como depositaria de la gran tradición de orgullo, probidad y dignidad propias del Servicio
Público, que distingue y honra a los funcionarios y funcionarias de la Administración Pública Chilena,
valora al Estado como el instrumento más eficaz para asegurar y garantizar el acceso a los bienes y
servicios esenciales como vivienda, educación, salud, seguridad social, cultura, que permiten el
desarrollo y realización de los ciudadanos como personas dignas.
2.3. Deploramos las visiones neoliberales y excluyentes que creen que modernizar es privatizar, jibarizar el
Estado, traspasando sus funciones al mercado. Que desprestigian y estigmatizan ideológicamente la
función pública.
2.4. Por tanto, la ANEF reafirma su compromiso con el país y los trabajadores públicos que representa,
refrendado en todos sus últimos eventos nacionales, por efectuar un proceso de cambios participativo y
democrático, que tenga como objetivo el mejoramiento continuo del Servicio Público. Que restituya la
importancia y calidad de la función pública al servicio de la dignificación de la ciudadanía, así como de los
funcionarios y funcionarias que representamos.
3. MARCO POLITICO Y LABORAL.
3.1 La ANEF reconoce como el marco político y laboral e instrumento que permitirá implementar una efectiva
participación y negociación de la ANEF y sus Asociaciones afiliadas, con el Gobierno y los Servicios en
todo el proceso de la reforma y rediseño del Estado, el Protocolo de Acuerdos firmado por el Gobierno y
la ANEF sobre el Proyecto de Reforma y Modernización del Estado firmado el 5 de Octubre del 2000
como también en su Acuerdo Complementario firmado el pasado 22 de Junio del 2001, desde su origen.
En este sentido recogemos el gran valor que tiene el Nº 2 de los acuerdos que señala: “ Quedará
constituida a partir de este Acuerdo una Mesa de Trabajo entre la ANEF y el Gobierno, cuyo
objetivo será informar, dialogar, discutir y conversar ampliamente sobre el proyecto de reforma y
modernización del Estado y sobre las propuestas de la ANEF y de las Asociaciones de
Funcionarios respecto de éste, y trabajar en conjunto y consensuar los lineamientos y programas
del proyecto de rediseño y reorganización del aparato del estado y de la modernización de la
gestión pública “
3.2 Asimismo, la ANEF reafirma lo acordado en ese mismo Protocolo en cuanto a que el proceso de reforma
y modernización del Estado deberá implementarse con el más pleno respeto a los derechos laborales y
funcionarios establecidos en los Convenios de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, vigentes en
Chile, que garantizan la libre y organizada participación y negociación bipartita de los trabajadores, los
criterios económicos supeditados a la dimensión social y un desarrollo de las personas que promueva su
permanente y continua capacitación, formación y perfeccionamiento técnico-profesional, como también
en el ámbito de los valores del servicio público como la probidad, la responsabilidad, la transparencia, la
no discriminación, con remuneraciones que reconozcan el esfuerzo y el aporte de los trabajadores a la
gestión del Estado.
3.3. De igual forma, la ANEF reafirma como marco indispensable en los aspectos laborales y del personal en
el proceso de reforma y rediseño del Estado, los derechos y resguardos establecidos en el “Acuerdo
Complementario ANEF-Gobierno: Hacia relaciones laborales participativas para una efectiva
modernización del Estado” : “ En el desarrollo del actual proceso de diálogo y negociación entre el
Gobierno y la ANEF, las partes están acordes en la plena observancia de los derechos laborales,
estatutarios, sindicales y previsionales que la legislación actual reconoce, en especial los relativos a
estabilidad en el empleo, respeto a la carrera funcionaria y protección a los actuales beneficios
remuneratorios”.
4. BALANCE DE LA ANEF SOBRE LOS PROCESOS DE MODERNIZACIÓN Y DE REDISEÑO.
4.1. Está en marcha un proceso de modernización de la gestión pública en prácticamente todos los Servicios
Públicos (1990-2001) y de rediseño (2000-2001) en algunos Servicios, Ministerios o áreas sectoriales.
Dicho proceso ha ido generando crecientemente un impacto múltiple en la vida institucional y laboral en
los distintos Servicios Públicos generando en la mayoría de ellos tensiones y conflictos entre las
autoridades y los trabajadores representados por las Asociaciones de Funcionarios.
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3. 4.2. En la mayor parte de los Servicios Públicos, los planes de modernización se han realizado hasta ahora
sin la participación y acuerdos de los funcionarios y sus organizaciones formales representativas a pesar
que el discurso, las políticas e instrucciones gubernamentales se han orientado en una disposición
favorable a la participación. En los Ministerios que han iniciado planes de rediseño o reforma en sus
Servicios dependientes, no ha habido información ni participación desde el comienzo de los procesos,
implementándose en general las propuestas de consultoras externas que no han incorporado ni la
participación funcionaria, ni los elementos pertinentes de las culturas institucionales o de clima
organizacional de los Servicios y Ministerios involucrados. Estos procesos de rediseño han excluido a los
trabajadores y son manejados por la autoridades a nivel cupular.
4.3. Ha existido y existe entonces en este proceso una gran contradicción entre el discurso y la realidad
concreta en los Ministerios y, por ende, en los Servicios en sus distintos niveles (nacionales, regionales,
provinciales y comunales). Ha existido también una ausencia de políticas generales del Gobierno
respecto de los ámbitos del desarrollo del personal y de las relaciones laborales en cada uno de los
Servicios Públicos.
4.4. Aún cuando existen mecanismos formales y legales incluso de participación en ámbitos como la
capacitación (Comités Bipartitos), de la Higiene y Seguridad Laboral (comités paritarios), programa de
mejoramiento de la gestión (PMG) ( Decreto Hacienda Nº475/1998), de evaluación del desempeño,
(Decreto Interior 1.825/98), en general, salvo excepciones, dichas instancias no funcionan ni cumplen la
misión para la cual fueron creadas.
4.5. Las mesas institucionales de modernización establecidas en el Protocolo de Acuerdos ANEF-Gobierno,
carentes de información pertinente y necesaria para producir un proceso de diálogo, participación y
negociación efectiva, también han visto desvirtuado su propósito.
4.6. El gran esfuerzo realizado por los trabajadores y trabajadoras de la Administración Pública durante la
última década, el cual se ha materializado en un mejoramiento progresivo, real y sustantivo de los
servicios que presta el Sector Público a sus beneficiarios, no se ve reconocido con un mejoramiento de
sus condiciones económicas, laborales y sociales.
4.7. El mejoramiento de las prestaciones de las instituciones públicas (constatado por mediciones como
Adimark, entre otras), tampoco se ha traducido en la implementación de una política de desarrollo del
personal que promueva la capacitación, la formación y el perfeccionamiento técnico profesional, la
carrera funcionaria, el mejoramiento del clima organizacional, el sistema de evaluación del desempeño, el
mejoramiento de las condiciones y ambientes de trabajo, el crecimiento de las personas.
4.8. La no entrega de información veraz y oportuna, la forma de proceder de Ministros, Subsecretarios y los
Jefes de Servicios en los temas del rediseño, el no cumplimiento de acuerdos pactados formalmente con
los trabajadores, la descoordinación del propio Gobierno en estas materias, son factores que producen
desconcierto, desconfianza y conflictos que han marcado este proceso desde sus inicios. Esto genera el
temor y rechazo entre los funcionarios a cualquier tipo de cambio, así como también la pérdida de la
credibilidad en las autoridades.
4.9. Para la ANEF constituye un grave motivo de preocupación el anuncio de la voluntad del Ejecutivo, en
cuanto a efectuar la reforma y rediseño del Estado, a través de una ley marco por medio de una
delegación de facultades solicitadas al Congreso Nacional (Oficio Nº 822 del 29/06/01, del Presidente de
la República al Presidente del Senado). Respondiendo a este pedido, el Senado creó la Comisión
Especial para la Modernización del Estado, que preside el Senador Boeninger.
4.10. Al respecto, la ANEF, sin perjuicio de que dará a conocer en dicha instancia su posición, considera que
los procedimientos legislativos para implementar los cambios deben ser los normales y regulares. Es
decir, mediante proyectos de ley generados en el marco del Protocolo ANEF-Gobierno, por cada
Servicio, Ministerio o Sector, debatidos democráticamente, con plena participación de los trabajadores, y
en los cuales todas las materias de Política de Personal, los derechos y resguardos laborales queden
consagrados y garantizados en la ley.
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4. 5. PRINCIPIOS ORIENTADORES DE LA ANEF.
5.1. Participación y bipartismo.
La participación de los funcionarios y sus organizaciones representativas es fundamental para garantizar
la más plena información, diálogo, negociación y acuerdos, según sea el nivel de negociación: áreas,
ministerios, servicios o del Sector en general.
Por tanto, es preciso exigir como condiciones para continuar el proceso de reforma y rediseño conocer
explícitamente los fundamentos de la modernización del Estado y los objetivos que quiere alcanzar, y los
instrumentos con que se llevará a cabo, incluyendo el Ministerio de Defensa.
Además de las condiciones básicas que plantea la ANEF para discutir con el Gobierno el tema de la
reforma y rediseño del Estado, se debe garantizar el pleno respeto a los derechos y conquistas de los
trabajadores, la plena autonomía para plantear y proponer la concepción y las orientaciones generales y
específicas de los cambios en cada una de las áreas, en el marco de lo que la ANEF postula como
principios, visión y el rol del Estado.
En efecto, la ANEF demanda el pleno cumplimiento del Protocolo de Acuerdos firmado con el Gobierno,
así como el Acuerdo Complementario y el marco político-laboral que él contiene, en su letra y espíritu.
5.2 Pleno respeto a los derechos laborales, estatutarios, previsionales y sindicales de los
trabajadores.
Entendiendo que los cambios que involucra la reforma y el rediseño del estado son ciertamente
estructurales y afectan a los trabajadores de los Servicios y Ministerios involucrados, la ANEF demanda
pleno reconocimiento y respeto a la carrera funcionaria, la propiedad del cargo, sistemas de resguardos
de los derechos laborales adquiridos, la estabilidad en el empleo, planes de jubilación dignos y
voluntarios mediante el retorno al sistema de reparto (INP) con indemnización al retiro, protección a los
actuales beneficios remuneratorios sin detrimento, a mantener el lugar de residencia, normas especiales
y de excepción que hagan posible la aplicación de los resguardos, programas de reconversión laboral y
de formación para el personal.
5.3 Construir un Estado activo, responsable, solidario, social, fuerte y eficiente.
La prioridad de las orientaciones del rediseño de cada Ministerio, Sector o Servicio debe estar centrada
en fortalecer al Estado, en cada una de sus áreas de responsabilidad, en las misiones propias de cada
una de ellas y no en reducir sus funciones. La ANEF concibe la reforma y el rediseño como un cambio
político del Estado chileno destinado a fortalecerse, organizarse, articularse y coordinarse mejor en
función de reforzar su rol solidario y social : el Estado no puede dejar de hacer lo que hoy hace en éste
ámbito y debe reafirmar su función y vocación social. Descartamos de plano las visiones o concepciones
del rediseño que quieran despojar al Estado de los que son sus funciones propias e insustituibles. El
Estado debe garantizar la satisfacción de las necesidades básicas de la población.
5.4 Los servicios y bienes que entrega el Estado en su concepción solidaria y social no deben ser
privatizados ni traspasados a terceros.
La ANEF cree que es función privativa del Estado la prestación de servicios y bienes que el Sector
Privado, por su naturaleza, no está en condiciones de brindar, como por ejemplo, en áreas como salud,
vivienda, educación, seguridad social, medio ambiente, fomento agrícola, cultura, asuntos sociales,
infancia, mujer, adultos mayores, indígenas, minusválidos, jóvenes, y uso del tiempo libre, etc. Por el
contrario, lejos de disminuir, se debe acrecentar la capacidad del Estado para la fiscalización más
efectiva de los recursos que el Estado traspasa a privados.
5.5. Un Estado articulado, coordinado y eficiente y no un Estado flexible y subsidiario.
La eficiencia y eficacia en los logros de los objetivos del estado, depende más de cómo éste se articula
pertinentemente en sus partes y áreas y en cómo se coordina para responder a las necesidades de los
ciudadanos y de la sociedad actualizando permanentemente sus funciones. La ANEF rechaza el
concepto de la flexibilidad del estado puesto que ésta conduce al debilitamiento y desarticulación del
mismo estado.
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5. 5.6. La reforma y rediseño del aparato del Estado no puede ni debe significar empequeñecimiento del
Estado, ni pérdidas de sus funciones propias.
Si la reforma del Estado pudiera significar reducir el número de Ministerios, las funciones que éstos
cumplen no deben desaparecer y, por el contrario, deben fortalecerse. Para ello, antes de diseñarse los
cambios, la opinión tanto de los funcionarios involucrados como la ciudadanía afectada, debe ser
considerada en las definiciones estructurales y en las funciones que cumplen y seguirán ejerciendo en las
nuevas áreas rediseñadas.
5.7. El centro del proceso de modernización y del rediseño son las personas y, por tanto, es necesario
generar conjuntamente políticas de desarrollo del Personal.
El cambio de las instituciones las efectúan las personas, no el mero cambio de las estructuras o de sus
objetivaciones técnicas. Por ello, las personas son el sujeto y actor fundamental del proceso de
transformaciones. En consecuencia, la ANEF insiste en considerar que deben generarse Políticas de
Desarrollo del Personal que promuevan el fortalecimiento de los climas organizacionales, la formación,
capacitación y perfeccionamiento funcionarios, la carrera, el bienestar, el mejoramiento de los ambientes
de trabajo, el desarrollo personal, remuneraciones, etc.
5.8. Coordinación y articulación política del proceso de rediseño en general y en cada una de las áreas
en particular.
Para que la acción de la ANEF y las Asociaciones de Funcionarios sea efectiva en el propósito de
garantizar los derechos laborales y estatutarios de los funcionarios, una de las condiciones necesarias es
que el Gobierno realice una efectiva coordinación del proceso de rediseño del Estado y cumpla con los
acuerdos suscritos, con el fin de otorgar una consecuencia y coherencia a todo el proceso, en cada una
de las áreas y servicios en rediseño. De esta forma la información, el diálogo, la negociación y los
acuerdos podrán encausarse de manera más integrada, participativa y conducente.
Santiago, 5 de octubre de 2001.
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6. 5.6. La reforma y rediseño del aparato del Estado no puede ni debe significar empequeñecimiento del
Estado, ni pérdidas de sus funciones propias.
Si la reforma del Estado pudiera significar reducir el número de Ministerios, las funciones que éstos
cumplen no deben desaparecer y, por el contrario, deben fortalecerse. Para ello, antes de diseñarse los
cambios, la opinión tanto de los funcionarios involucrados como la ciudadanía afectada, debe ser
considerada en las definiciones estructurales y en las funciones que cumplen y seguirán ejerciendo en las
nuevas áreas rediseñadas.
5.7. El centro del proceso de modernización y del rediseño son las personas y, por tanto, es necesario
generar conjuntamente políticas de desarrollo del Personal.
El cambio de las instituciones las efectúan las personas, no el mero cambio de las estructuras o de sus
objetivaciones técnicas. Por ello, las personas son el sujeto y actor fundamental del proceso de
transformaciones. En consecuencia, la ANEF insiste en considerar que deben generarse Políticas de
Desarrollo del Personal que promuevan el fortalecimiento de los climas organizacionales, la formación,
capacitación y perfeccionamiento funcionarios, la carrera, el bienestar, el mejoramiento de los ambientes
de trabajo, el desarrollo personal, remuneraciones, etc.
5.8. Coordinación y articulación política del proceso de rediseño en general y en cada una de las áreas
en particular.
Para que la acción de la ANEF y las Asociaciones de Funcionarios sea efectiva en el propósito de
garantizar los derechos laborales y estatutarios de los funcionarios, una de las condiciones necesarias es
que el Gobierno realice una efectiva coordinación del proceso de rediseño del Estado y cumpla con los
acuerdos suscritos, con el fin de otorgar una consecuencia y coherencia a todo el proceso, en cada una
de las áreas y servicios en rediseño. De esta forma la información, el diálogo, la negociación y los
acuerdos podrán encausarse de manera más integrada, participativa y conducente.
Santiago, 5 de octubre de 2001.
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