1. Actividades para trabajar las emociones
Actividades para trabajar las emociones
En este artículo podéis encontrar actividades para trabajar las
emociones, imágenes y pautas que ayudan al niño al reconocimiento de sus
emociones, a aprender cómo funcionan éstas y a reaccionar ante sus
propios sentimientos de forma saludable.
Aprender a reconocer y a entender sus sentimientos y emociones, a gestionarlos y
a manifestarlos tiene una importancia fundamental en el desarrollo armónico de la
personalidad del niño. Los estudios realizados en Psicología demuestran que los
niños que saben reconocer sus sentimientos y que aprenden a canalizar y a gestionar
adecuadamente sus emociones se benefician de los siguientes ventajas:
2. – Adquieren la capacidad de establecer relaciones sólidas de amistad con otros niños.
– Aprenden a manejar mejor sus estados de ánimo y tienen menos emociones
negativas.
– Se controlan y calman más fácilmente ante los estados de enojo.
– Están más preparados para afrontar los desafíos de la vida.
– Tienen un mejor aprovechamiento y rendimiento en la escuela.
– Suelen enfermar con menos frecuencia.
– Son más autónomos y responsables y resultan ser mejor aceptados y queridos por
sus compañeros.
Los psicólogos actuales han clasificado las emociones en nueve grandes categorías:
A. Emociones positivas: placer, sorpresa, amor y alegría.
Las emociones positivas amplían los recursos intelectuales, físicos y sociales de los
niños al tiempo que les posibiklitan desarrollar las formas de comportamiento
adecuadas para enfrentarse a las dificultades que les presenta la vida.
Las emociones positivas propician en el niño una actitud mental de expansión,
tolerancia y creatividad. Esto fomenta su crecimiento y desarrollo personal.
B. Emociones negativas: miedo, rechazo, vergüenza, ira y tristeza.
Las emociones negativas son desagradables y dolorosas, sin embargo son
fundamentales y necesarias para el niño, pues cumplen una función de supervivencia
y adptativa. También le avisan de los peligros del entorno.
Además de estas nueve emociones, también se trata aquí sobre otros sentimientos,
que tienen bastante influencia en el desarrollo del niño.
Los sentimientos influyen en los pensamientos y los pensamientos en las decisiones
que tomamos. Es importante pensar en los sentimientos y sentirlos, expresar
abietamente las emociones, conocerlas a fondo, saber qué emociones sentimos,
porqué, en qué circunstancias y en qué compañía, y averiguar cuáles son sus efectos.
Es fundamental trabajar esto desde la infancia.
SUGERENCIAS PARA EL ENTRENAMIENTO DE LAS EMOCIONES
Los patrones emocionales con los que cada niño se expresa son aprendidos en el
seno familiar o en el entorno más cercano, desde la edad más temprana, mediante la
observación de las respuestas emocionales de quienes lo rodean. Las emociones se
3. aprenden, porque se contagian con facilidad y también determinan y condicionan los
comportamientos y el desarrollo del niño.
1. Ser consciente de las emociones que experimenta su hijo.
Intente sintonizar con su hijo y “meterse en su piel”, para captar los
diversos sentimientos y emociones que experimenta. Observe, escuche y
aprenda como él se expresa a través de los cambios en su tono de voz, de sus gestos
y su lenguaje corporal.
2. Animar a su hijo a hablar de sus emociones.
Cuando el niño experimente una emoción, déjelo expresarse y no lo evite, ni lo
reprima. Aproveche esta oportunidad para dialogar sobre esta emoción y para evitar
que ésta derive en comportamientos perjudiciales.
3. Tomarse tiempo para escuchar a su hijo.
Escuche a su hijo con atención y demuéstrele que lo que él siente es importante, sin
emitir juicios de valor acerca de ello: no critique las emociones que siente su hijo.
4. Identificar la emoción.
El niño debe ser consciente de las emociones que experimenta. Para ello enséñele a
nombrar los sentimientos y emociones enriqueciendo su vocabulario. Nombrar la
emoción que está experimentando suele tranquilizar al niño. También puede aportar a
su hijo ejemplos de vivencias propias acerca de esas emociones.
5. Buscar soluciones.
Ayude al niño a identificar su emoción y a distinguir entre su emoción y su
comportamiento. Hágale ver que la emoción es natural, pero el comportamiento puede
ser inadecuado. Trate de indagar con él sobre su comportamiento, para que se haga
consciente del mismo y busquen juntos soluciones. Este aprendizaje positivo tardará
tiempo en ser asimilado y puesto en práctica por el niño, por lo que habrá que tener
paciencia.
FICHAS PARA TRABAJAR LAS EMOCIONES
4. IRA
La ira es una emoción normal y que está justificada en el niño en la mayoría de las
ocasiones, debido a un conflicto no resuelto y se manifiesta como indignación ante
algún hecho frustrante para él. Si no manifestamos la ira, ésta se puede somatizar y
aparecer como dolor de cabeza o de estómago.
Para desactivar la ira lo principal es reconocerla y tomar conciencia de que se ha
perdido el control. Lo importante es hacerle ver al niñoque no hay que perder el
control ante el enfado. Tampoco se debe descargar la ira sobre los demás. A veces el
niño utiliza el enfado o la ira como un medio para obtener cualquier objeto deseado. Si
con esta actuación logra su deseo o se impone a los demás, volverá a repetir esta
conducta y la ira se convertirá en un problema.
5. SERENIDAD
Hay que procurar que el niño admita con calma que las cosas no siempre suceden
como nosotros queremos. Para ello hay que hablarle con calma y sosiego,
explicándoles serenamente las razones por las que no puede ser aquello que él
desea. De esta forma le estaremos enseñando a respetarse así mismo y también a
los demás. También podemos ofrecerle alguna otra actividad como alternativa ante el
objeto o la situación que no ha podido realizar u obtener.
6. ALEGRÍA, OPTIMISMO, RISA
La alegría y la risa son reacciones biológicas ante estímulos que nos provocan
diversión, vitalidad y energía. Estimulan comportamientos positivos, como el juego, el
aprendizaje y la interacción social. El optimismo está relacionado con el buen humor e
incluso con la salud física y con un mejor funcionamiento del sistema inmunológico.
El niño aprende a ser optimista en su entorno cercano, en su familia. Si aprendemos a
ser más optimistas y a adoptar una actitud positiva ante situaciones de a vida que así
lo requieran, estaremos transmitiendo esta ensañanza a nuestro hijo o hija.
Además del ejemplo de nuestra actitud, para ayudar al niño a ser optimista se pueden
seguir estos pasos: mostrar entusiasmo ante sus ideas y, cuando algo no salga bien o
no suceda como él esperaba, intentar buscar el lado positivo de esta situación,
preguntarle qué ha aprendido a raíz de este hecho e intentar buscar alguna otra
forma de ver lo sucedido. También resulta efectivo preguntarle o recordar las cosas
buenas y positivas que han sucedido en su vida.
7. TRISTEZA, PESIMISMO, NOSTALGIA
Resulta imposible ser siempre optimista. A veces el pesimismo también es necesario,
porque ayuda al niño a adaptarse a situaciones determinadas de forma gradual. Pero
es importante que el niño tenga un equilibrio emocional, puesto que un pesismismo
continuado no es bueno para él. Si observamos un pesimismo latente en el niño habrá
que indagar en sus causas, para evitar que caiga en un estado depresivo.
Para remediar la tristeza en el niño buscaremos actividades que le provoquen la
emoción contraria, es decir, la alegría y desarrollar el sentido del humor.
8. AMOR
Amar y ser amado es una de las experiencias más gratificantes que puede
experimentar un niño. Se puede fortalecer este sentimiento ayudándole con tres
puntos clave: confianza, cariño y comunicación. Hay que aprender a quererse y a
dejarse querer. Se disfruta más el placer compartido.
9. AMISTAD
Los momentos más felices de un niño suelen ser los que comparte con otros,
realizando actividades placenteras. Las relaciones interpersonales tienen una
gran influencia en la felicidad del niño. Para enseñarle a cultivar sus amistades
podemos proporcionarles estas tres pautas: compartir tiempo y actividades con sus
amigos, ser agradecido, demostrar cariño, y mostrar apoyo y lealtad.
10. MIEDO
El miedo está presente en el niño desde el mismo momento de su nacimiento ya que
forma parte del ser humano. Fue un mecanismo que desarrollaron nuestros
antepasados y que nos pone en guardia frente a un peligro real o imaginario, al
tiempo que dispara los pensamientos catastrofistas.
Es normal que el niño manifieste miedo ante diversas situaciones, sobre todo sin son
desconocidas para él. Para ayudarle a canalizar este miedo es importante no huir de
esas situaciones que lo desencadenan, porque con esto sólo conseguiremos que el
niño refuerce esos temores. En cambio, para que lo pueda superar, los psicólogos
conductistas recomiendan ir exponiéndolo, poco a poco de forma progresiva a aquello
que le produce miedo. Para el niño siempre será más terrible imaginarse sus propios
temores que afrontarlos con la ayuda de un adulto.
11. CULPA
La culpa es una emoción negativa y perjudicial, porque hace destacar en el niño sus
errores en lugar de sus aciertos. A pesar de ello, la culpa es un sentimiento natural,
puesto que todos tenemos la capacidad de sentirla, de forma espontánea.
Hay que procurar, en la medida de lo posible, alejar del niño los sentimientos de culpa
lo más pronto posible, puesto que esta emoción actúa en su contra atormentándolo
emocionalmente.
Algunos adultos suelen manipular a los niños utilizando los sentimientos de
culpabilidad para conseguir que éstos hagan lo que ellos quieren. Estas personas son
“maestros de culpabilidad”, que acaban transmitiendo el sentimiento de culpa a los
niños y consiguen que se sientan culpables, incluso sin motivos.
Hay que evitar que el niño se lamente demasiado por sus errores, que se
menosprecie o insulte a sí mismo. En lugar de ésto hay que enseñarle a ser
comprensivo consigo mismo y a sacar partido de sus fallos y equivocaciones. Si le
invitamos a aprender en qué se ha equivocado, podrá eludir otros errores similares
en el futuro.
13. PREOCUPACIÓN
RUBOR, VERGÜENZA
El niño experimenta vergüenza cuando se siente inferior, débil e indefenso ante los
demás. La vergüenza suele estar ligada al sentimiento de culpa. Para que la
vergüenza no cause daño en el niño hay que ayudarle a aumentar su autoestima y
enseñarle que lo importante no es lo que piensen los demás, sino lo que él piensa y
siente, y animarle a decirlo y a hacerlo, siempre con educación y con respeto.
14. TIMIDEZ Y RECHAZO
El rechazo es una emoción que el niño utiliza como un sistema de defensa para
protegerse ante personas, situaciones o hechos que le producen adversión.
Es importante indagar en el niño acerca de esta emoción y asegurarse de que no está
motivada por un hecho real que esté perjudicando al niño, ante el que habría que
poner los medios adecuados para solucionarlo. En caso de que el rechazo esté
originado por otros motivos personales del niño, habrá que buscar su origen.
15. FELICIDAD
Un niño se siente feliz si:
– Tiene cubiertas sus necesidades básicas de alimentación, higiene, salud y ejercicio
físico.
– Se siente seguro, querido y aceptado por su familia, compañeros y amigos.
-Logra superar satisfactoriamente los retos que se encuentra en su vida diaria.
-Tiene un carácter extrovertido y tiende a reírse y a divertirse con frecuencia.
-Se siente a gusto y satisfecho.
17. El bienestar personal en el niño es una percepción que él tiene y que está relacionada
con aspectos como su felicidad, su calidad de vida, su bienes ta personal y su
satisfacción vital.
Los factores que influyen sobre el bienestar del niño son fundamentalmente tres:
– El entorno socioeconómico, cultural y laboral que rodea al niño o niña.
– Las características del hogar en que vive y del centro educativo al que asiste.
– Las preocupaciones que el niño o niña suele manifestar y que están relacionadas
con su vida dentro y fuera de su hogar.
En función de la naturaleza de estos factores los niños experimentarán mayor o
menor nivel de bienestar.
RULETA PARA TRABAJAR LAS EMOCIONES
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Bibliografía:
Beatriz Vera Poseck: “Diccionario de la Felicidad”. Integral.
Bernabé Tierno: “Aprendiz de sabio”. Debolsillo.
Reeve, J.: “Motivación y emoción”. Madrid. Mc Graw Hill.