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Poemas para el confinamiento:
“Un poema cada día”
Ante la situación de confinamiento domiciliario sobrevenido por la crisis provocada por la
epidemia COVID-19, Carlos Nuño Molina, miembro de la Junta de la Universidad Popular
Carmen de Michelena de Tres Cantos, nos ha regalado cada día, durante 99 días, un poema
escogido con singular acierto, dado su profundo amor por la poesía, y conocimiento de los
poetas más señalados. Desde el 19 de marzo al 24 de junio de 2020 hemos podido soportar
un poco mejor el citado confinamiento gracias a esos poemas que se han ido poniendo a
disposición de todo el público en un Blog específico de nuestra web:
https://www.universidadpopularc3c.es.
Cada poema va acompañado de unas breves introducciones, realizadas también por Carlos
Nuño.
Solo nos resta agradeceros vuestro seguimiento durante todos estos días. Esperamos
retomar la iniciativa después del verano. Mientras tanto os invitamos a releer los poemas
elegidos en pequeñas dosis, saboreándolos, sin prisas.
En cualquier caso: Feliz Verano y... ¡cuidaros mucho!
Una vez finalizada esta etapa, hemos considerado conveniente reunir todos los poemas
citados en un solo documento digital, al cual se podrá acceder desde la página del blog
citado, pero que intentamos tenga acceso directo desde los Buscadores de Internet.
Este documento, que ya tienen ustedes en sus manos, permitirá leer con mayor comodidad
los poemas.
Todas las imágenes, audios y videos, a menos que se indique lo contrario, se han tomado de Internet, asumiendo que son de
dominio público.
En el caso de que haya habido un malentendido y/o un error o una presunta violación en la interpretación de los derechos de
autor -en ningún caso intencionada y sin propósito comercial alguno- el material inapropiado será retirado inmediatamente
después de que se solicite.
All images & other media, unless otherwise noted, were taken from the internet and are assumed to be in the public domain. in the
event that there is still a problem or error with copyrighted material, the break of the copyright is unintentional and noncommercial
and the material will be removed immediately upon request.
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Índice 1
Núm.
Pág.
Fecha Autor Título
5 24-6-2020 Juglar anónimo siglo XV Romance del Infante Arnaldos
6 23-6-2020 Juan Luis Panero Noche de San Juan
7 22-6-2020 Felipe Benítez Reyes Noche de San Juan
8 21-6-2020 Javier Gallego "Crudo” Nosotros
10 20-6-2020 Ana Pérez Cañamares Capitalismo
14 19-6-2020 María José Martín de la
Hoz “Ajo”
Micropoemas
16 18-6-2020 Pilar Adón ¿Quién me va cuidar...?
17 17-6-2020 Mónica Doña El beso de Klimt
19 16-6-2020 Juan Carlos Mestre Poema del lejano
20 15-6-2020 Eduardo Jordá Nada deben
22 14-6-2020 Fina García-Marruz En la muerte de Ernesto “Che” Guevara
31 13-6-2020 Jon Juaristi Sátira primera
33 12-6-2020 Wisława Szymborska La mujer de Lot
35 11-6-2020 Jaime Siles Semáforos, semáforos
37 10-6-2020 Joaquín Márquez: Invocación inmoral ante las ruinas de
Itálica
38 9-6-2020 Pere Gimferrer Cascabeles
41 8-6-2020 José Hierro: Réquiem
44 7-6-2020 Rafael Cadenas Derrota
46 6-6-2020 Francisco Brines Collige, virgo, rosas
47 5-6-2020 Ramón de Garciasol Arenga a las rosas y a los hombres
49 4-6-2020 Jack Lindsay Misa de Réquiem por los ingleses caídos...
53 3-6-2020 Miguel Hernández Como el toro he nacido para el luto...
54 2-6-2020 Rafael Alberti Lo que dejé por ti
55 1-6-2020 Federico García Lorca Grito hacia Roma (desde la torre del
Chrysler Building)
58 31-5-2020 Joan Maragall Oda a Espanya
61 30-5-2020 Kavafis Las Termópilas
62 29-5-2020 Enrique González Tuércele el cuello al cisne...
63 28-5-2020 Amado Nervo En paz
64 27-5-2020 José Martí Versos sencillos
66 26-5-2020 Luis Lloréns Torres A Puerto Rico
67 25-5-2020 Teresa Wilms Montt Soy Teresa Wilms Montt...
68 24-5-2020 Alfonsina Storni Bien pudiera ser
69 23-5-2020 Antonio Machado Es una tarde cenicienta y mustia
70 22-5-2020 Delmira Agustini El intruso
71 21-5-2020 Rubén Darío Sonatina
74 20-5-2020 Charles Baudelaire El albatros
74 19-5-2020 Walt Whitman Canto a mí mismo
77 18-5-2020 Bernardo López García Oda al Dos de Mayo
80 17-5-2020 William Wordsworth Oda a la inmortalidad
81 16-5-2020 Antonio Ros de Olano: El penado
3 de 174
Índice 2
Núm.
Pág.
Fecha Autor Título
82 15-5-2020 José Zorrilla: A la memoria de Larra...
84 15-5-2020 Rosalía de Castro Lieders
86 13-5-2020 Carolina Coronado A la abolición de la esclavitud...
87 12-5-2020 Gertrudis Gómez de
Avellaneda
A él
88 11-5-2020 Bécquer Rima VII, Del salón en el...
89 10-5-2020 Espronceda A Jarifa, en una orgía
93 9-5-2020 Leopoldo María Panero Canción pirata
97 7-5-2020 Antonio Gamoneda Descripción de la mentira
99 7-5-2020 Caballero Bonald Secta
100 6-5-2020 Josefa Parra Sentidos
102 5-5-2020 Raquel Lanseros Invocación
103 4-5-2020 Fernando Valverde Celia
106 3-5-2020 Luis Cernuda Díptico español
109 2-5-2020 Manuel Machado Adelfos
110 1-5-2020 Eugène Pottier La Internacional
114 30-4-2020 Anónimo Pájaros Negros
116 29-4-2020 León Felipe Romero sólo...
117 28-4-2020 Juan Ramón Jiménez Primavera amarilla
118 27-4-2020 Pablo Neruda Una canción desesperada
120 26-4-2020 Eduardo Galeano Los nadie
122 25-4-2020 Luis Alberto de Cuenca La malcasada
123 24-4-2020 Roberto Fernández
Retamar:
Felices los normales
124 23-4-2020 Miguel de Cervantes ¿Quién dejará del verde prado umbroso...
125 22-4-2020 El Archipoeta La confesión goliarda
129 21-4-2020 Félix Grande El desterrado del Espasa
132 20-4-2020 Francisca Aguirre Hace tiempo
133 19-4-2020 García Baena Bajo la dulce lámpara
135 18-4-2020 Vicente Gaos Testamento
137 17-4-2020 Carmen Conde Nostalgia de mujer
138 16-4-2020 Dámaso Alonso Insomnio
139 15-4-2020 Ángela Figueras No quiero
141 14-4-2020 Vicente Aleixandre En la plaza
142 13-4-2020 John Cornford A Margot Heinemann
144 12-4-2020 Ana María Martínez Sagi Venía tu cuerpo moreno
145 11-4-2020 Pedro Garfias Entre España y México
147 10-4-2020 Lucía Sánchez Saornil Vida, pasión y muerte de Encarnación...
149 9-4-2020 Tomás Segovia Jiga
150 8-4-2020 Elena Medel Escribiré quinientas veces el nombre de
mi madre
151 7-4-2020 Olga Orozco Mujer en su ventana
153 6-4-2020 Soledad Álvarez Clase de religión
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Índice 3
Núm.
Pág.
Fecha Autor Título
154 5-4-2020 Beatriz Zuloaga Si preguntan por mí
155 4-4-2020 Juana Inés de Asbaje Esta tarde, mi bien, cuando ...
156 4-4-2020 María Rosal Tregua
157 2-4-2020 Anónimo del siglo XVI Letrilla
158 1-4-2020 Ana Rossetti Atrévete y sucederá
159 31-3-2020 Ida Vitale Obligaciones diarias
161 30-3-2020 Pablo Antonio Cuadra Interioridad de dos estrellas que arden
162 29-3-2020 Blas de Otero Fidelidad
163 28-3-2020 Rafael Sánchez Ferlosio Vendrán más años malos y nos harán más
ciegos
163 27-3-2020 Hans Magnus
Enzensberger
Canción para los que saben
165 26-3-2020 César Vallejo Los heraldos negros
166 25-3-2020 José Ángel Valente Serán ceniza
167 24-3-2020 Jorge Luis Borges Los Justos
168 22-3-2020 Ángel González Me basta así
170 21-3-2020 Jaime Gil de Biedma De vita beata
170 20-3-2020 Horacio Carpe Diem
171 20-3-2020 Carilda Oliver Labra Me desordeno, amor, me desordeno
172 19-3-2020 Miguel d'Ors Pequeño testamento
173 18-3-2020 Alejandro Robino Instrucciones para capear el mal tiempo
5 de 174
Miércoles 24 de junio de 2020
Juglar anónimo del siglo XV: Romance del Infante
Arnaldos
Un juglar anónimo del S. XV dio forma
definitiva a este maravilloso romance.
Todo es misterio en el poema: quién era ese
Infante Arnaldos, qué ventura o aventura le
sucedió, en qué mar, quién era el marinero,
qué decía su canción, quién le acompaña. Si
el juglar nos hubiese contado todas esas
cosas, nos hubiera dado una narración, una
novela o un cuento.
Callando a tiempo, ha convertido todos esos elementos en símbolos, en pura poesía, que
pide la complicidad del lector.
El núcleo del poema es la descripción de una galera maravillosa, "que a tierra quiere llegar"
(como si tuviera voluntad propia) y de la que proviene la inefable canción del marinero,
que apacigua las tempestades y atrae a las aves y a los peces, como el mítico Orfeo.
Se han hecho muchas interpretaciones de este romance tan sugerente. Yo creo que lo que
quiere decir es que "La Fortuna ayuda a los audaces"(Audaces Fortuna iuvat) "Yo no digo
mi canción/ sino a quien conmigo va". Es decir: a quien se atreva a subir a la galera. Pero
Arnaldos es un pusilánime que quiere saber los misterios (la canción del marinero) sin
arriesgarse a vivir la aventura que le sugieren desde la galera. ¿Qué aventura?: una caza de
amor, un viaje a lo desconocido más allá del mar misterioso, un viaje a ultratumba etc...Lo
que cada persona quiera imaginar.
Tenía que ocurrir en el día de San Juan.
Romance del Infante Arnaldos
¡Quién hubiera tal ventura
sobre las aguas del mar
como hubo el infante Arnaldos
la mañana de San Juan!
Andando a buscar la caza
para su falcón cebar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar;
las velas trae de sedas,
la jarcia de oro torzal,
áncoras tiene de plata,
tablas de fino coral.
Marinero que la guía,
diciendo viene un cantar,
que la mar ponía en calma,
los vientos hace amainar;
los peces que andan al hondo,
arriba quieren andar;
las aves que van volando,
al mástil vienen posar.
Allí habló el infante Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
- Por tu vida, marinero,
dígasme ora ese cantar.
Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
- Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va.
Juglar anónimo del siglo XV
Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí
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Martes, 23 de junio de 2020
Juan Luis Panero: Noche de San Juan
Juan Luis Panero tenía solo veinte y seis años
cuando publica este poema, donde ya domina el
carácter elegíaco, triste, lastimero de toda su
poesía.
El poeta ve tan insoportable la vida real que
sólo tiene sentido huir de ella a un mundo
literaturizado, preferiblemente dieciochesco o
decadentista.
En su Noche de San Juan destaca su soledad, su
insignificancia frente al misterio de la noche
estrellada.
Al margen de las hogueras en la playa, que le parecen falsas como una postal, el recuerdo de
dos poetas suicidas le sugieren la muerte: la verdad definitiva.
También a Panero, la noche de San Juan le sirve para recordar.
Noche de San Juan
Anticuado, interrogo a las estrellas,
su desnudo, inapelable misterio,
mientras miro las llamas en la playa,
en esta noche cuando empieza el verano.
Lector de Drieu o Pavese, sé también
lo sencillo que puede ser acabar con la historia,
no preguntar ya nada, olvidar para siempre
esta apariencia de tarjeta postal.
Frente a mí, imperturbables, desveladas,
pasan, en silencio, vida y muerte,
evitando, con un rictus cansado,
este fantasma insomne, este papel en blanco,
esta hoguera apagada que perdura.
Juan Luis Panero (1942 – 2013)
De A través del tiempo, 1968
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Lunes, 22 de junio de 2020
Felipe Benítez Reyes: Noche de San Juan
La noche de fiesta, por antonomasia, es la
Noche de San Juan, bella sólo para quien no
tiene recuerdos, ya lejanos, de esa noche:
"un tiempo frío dentro del corazón".
El escenario nocturno y urbano, l@s
jóvenes bebiéndose la vida y la evocación
nostálgica de nuestra propia juventud son
temas de la poesía de Felipe Benítez Reyes
que conocimos en las canciones de Sabina.
Los románticos y los autores de tangos han convertido en un tópico que la fiesta y la bebida
sirven para olvidar (ahogar las penas, dicen). Es mentira: sirven para recordar.
Otros jóvenes se adueñan de la vida y a los mayores solo nos queda la nostalgia.
Noche de San Juan
Qué secreta y hermosa
es la noche festiva para aquel
que no tiene pasado: un tiempo frío
dentro del corazón.
Qué exacta noche
de fuego y juventud.
Qué diferente
ya de cuando éramos
aquellos que en la sombra
furtivos se besaban y reían.
Las muchachas se obsequian como entonces
y los amigos beben en una copa igual
a la que ya apuramos cuando fuimos
c0mo estos que ahora se adueñan de la vida.
Felipe Benítez Reyes (1960 - )
De Sombras particulares, 1992
Para oir el poema en la voz de autor, pulsar aquí
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Domingo, 21 de junio de 2020
Javier Gallego "Crudo": Nosotros
El madrileño Javier Gallego, más conocido
como creador y director del insólito
programa radiofónico Carne Cruda, es
también un notable poeta.
En el libro El grito en el cielo (de título bien
significativo) expresa la frustración de toda
una generación de jóvenes atrapados por la
crisis del 2008.
En primera persona del plural, este poema se estructura a base de antítesis sucesivas entre
las expectativas con las que crecieron y los desengaños con que tuvieron que vivir.
Nosotros
Nosotros
que nos creíamos águilas imperiales con alas de plumas doradas
desplegadas como planeadores para un vuelo estratosférico
que sería la envidia de las nubes y que soñábamos con ascender
más rápido que los cohetes por encima del polvo y de la fiebre
más allá de planetas y satélites hasta donde la nada se pierde
y todo comienza a suceder.
Nosotros
que queríamos llegar a la altura de los dioses
para retarles a duelo y proclamarnos inmortales
frente a la eternidad.
Nosotros
que íbamos a ser los primeros en saltar el horizonte
con la gracia de un vallista, correr más veloces que el futuro
y llegar al porvenir por delante del presente, que pensábamos
atravesar los límites del límite sin encontrar nunca un final
y veríamos amanecer antes que el sol y alcanzar todos los sueños.
Nosotros
que veníamos a cumplir las promesas incumplidas
y a dar a nuestros genes una segunda oportunidad.
Nosotros
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que estábamos destinados a borrar la incertidumbre de los
calendarios
y los fracasos del álbum de fotos familiar porque podíamos cambiar
la dirección del viento, el curso de los ríos y el sentido de las agujas
del reloj.
Nosotros
que éramos jóvenes e invencibles como los héroes de un mural.
Nosotros.
Nosotros
que estábamos en la flor de la vida
cuando se declaró en instancias superiores
un invierno permanente que nos heló la sangre
y se nos cayeron las hojas como mechones de pelo
y se endureció tanto la tierra y dolía tanto el aire
que se nos pudrió el tallo y la carne se nos marchitó.
Nosotros
que fuimos mansos porque íbamos a heredar la tierra
y pobres de espíritu porque nuestro era el reino de los cielos
que no sentimos hambre ni sed de justicia
hasta que tuvimos que dar de comer a la tenia
del presidente y saciar el hígado de un inversor.
Nosotros
que nos creíamos invencibles hasta que fuimos derrotados
en una oficina del paro, eternos hasta que firmamos
el primer contrato temporal.
Nosotros
que hemos sido desterrados de nuestras casas y llamamos
hogar a la zona de tránsito, hotel al albergue y restaurante
al comedor social.
Nosotros
que teníamos todas las puertas abiertas
pero acabamos arrojándonos por el balcón.
Nosotros
que somos sombras de lo que nunca fuimos,
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que ni un solo día hemos sido héroes, que no volveremos
a ser jóvenes, que no volveremos del destierro, que no.
Nosotros
que habitamos en el corazón de los desiertos.
Javier Gallego "Crudo” (1975 - )
De El grito en el cielo, 2016
Sábado, 20 de junio de 2020
Ana Pérez Cañamares: Capitalismo
En los últimos años, la poesía ha bajado a la
calle para buscar al público. Se recita poesía
en bares, se difunde por las redes sociales y
trata los temas de la vida cotidiana. L@s
poetas se han hecho activistas por
necesidad y por vocación.
En este campo, una de las poetas más
activas y de más calidad es la tinerfeña Ana
Pérez Cañamares a la que podemos
encontrar recitando en Los Plómez, La
Noche Boca Arriba, Aleatorio bar...etc.
La poesía social de los años 50 y 60 quiso ser la voz de una mayoría que no tenía voz, la
poesía social de hoy tiene unas pretensiones más humildes: habla de cómo el modelo
socio-político imperante nos jode la vida, en primera persona. El poema de hoy, basado en
la personificación del capitalismo, sirve como ejemplo..
Capitalismo
El hombre seboso y trajeado se cuela en nuestra cama cada noche
después de follarse al universo viene a susurrarnos nanas
su obsesión por nosotros no descansa nunca
en nuestros sueños nos persigue
con su disfraz de perro, de vendedor, de cura
de espiga de trigo, de pistola en el bolsillo
su disfraz de muerte, su disfraz de vida
sé que tú le gustas con ojeras
yo le pongo cachondo cuando estoy cansada
me quiere flaca aunque me tienta con chucherías
y a ti elegante aunque te duelan los huesos
me empuja a emborracharme pero no por diversión
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sino para olvidar
que mis horas de ocio se cierran siempre con balance negativo
cuando estamos a punto de enfermar por agotamiento
nos premia con unas vacaciones
y nos tiende los billetes como el cazador
lanza un hueso al galgo que ahorcará mañana
me instiga a desear cosas que no necesito
aunque él nunca tiene para mí un regalo
dice que mis enemigos son aquellos
que quieren lo mismo que yo
porque no hay bastante
nunca hay bastante para todos
y nos cobra por lo que no es de nadie
por el agua de lluvia
por el sol y la arena
por los claros del bosque
y los manantiales
secuestra a mi amor durante 10 horas cada día
y cada día me lo devuelve más viejo
con sus brazos lascivos abraza a mi hija
y yo grito ¡huye!
-he visto los primeros signos de rendición
en su rostro inocente-
pero no sé mostrarle la puerta de salida
y más que mi felicidad, lo que a él le preocupa
es atisbar en mi cara un rastro de consuelo
que me permita llegar hasta la próxima tregua
cada día me pone café en los labios
para que aguante, y luego una pastilla
que me aplaque los nervios para que descanse y duerma
mientras él sigue haciendo conmigo lo que le viene en gana
(a veces se tumba sobre mí y yo con los ojos abiertos
miro al techo, y si se da cuenta me dice
que ya va siendo hora de pintarlo)
envenena la comida con que me alimenta
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me prohíbe fumar mientras engorda mi ansiedad
y me quita los chupetes que podrían consolarme
provoca mi llanto
y después me obliga a maquillar las señales de la tristeza
si me pongo rebelde, ríe paternalista
cuenta que él también pasó por esa época
y mi rebeldía la rebaja a moda
que luce en camisetas los sábados por la mañana
cuando sale a comprar los cruasanes y el periódico
él me da detalle de cada asesinato, de todas las guerras
de las violaciones y los golpes de estado
pero tanta información me deja sorda y ya no escucho
los crujidos ni los llantos en voz baja
las señales del desmoronamiento
y él calla que cada muerto, cada herido
las mujeres violadas y los que sufren torturas
todos recibieron su visita antes de convertirse en lo que son ahora
se zafa de las culpas con promesas
pero yo sé que una palabra suya
bastará para condenarnos
y si desaparece es para espiar a salvo y oculto
en los bares, en los hoteles, en los baños, en las celdas
tengo que darle las gracias porque
¡tú eres una mujer moderna!, grita animoso
de las que habla inglés, trabaja en casa y en la oficina
va al gimnasio y aparenta menos edad de la que dice el dni
tienes nociones de pedagogía aunque apenas veas a tus hijos
y además fuiste bendecida con una vocación
para que puedas sentirte mejor que otras
(y yo callo que yo no quiero ser artista
si eso va a convertirme en diferente
porque ya me siento lo bastante sola
y no quiero competir en más carreras)
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si muestro debilidad, susurra, todos querrán aprovecharse
(como si él dejara algo para los otros)
mejor será que despliegue arrogancia
(con todos menos con él)
de todo me habla pero no de quién recogerá los restos del naufragio
ni en qué lugar nos reuniremos los náufragos para organizarnos
para hacer un fuego, compartir la comida y quitarnos el frío
aunque antes hay que hacer acopio de fuerzas
para no abandonarse cada uno en su rincón
Un día, no sé cuándo, yo le voy a cobrar
sus cadáveres, las humillaciones
el secuestro de la inocencia
el expolio de los sueños
yo le voy a cobrar, no sé cuándo
y la primera puñalada que le voy a meter
va a ser por las caricias que no nos dimos
por los polvos que no echamos
tú y yo
cada vez que se cuela en nuestra cama
y nos dice que mañana, mañana, mañana
mañana el despertador sonará a las 6.30
y veinte minutos más de sueño
nos harán mejores soldados a su servicio
Te lo juro, mi amor. Una puñalada
por cada polvo que nos robó
y luego ya el resto, por los presos, por los indigentes
por los que dejan atrás casa y familia
por el dolor que no merecemos sufrir ni ver
por los campos arrasados
por los animales que se hacinan
por los niños que trabajan
por los ojos que se cierran por el cansancio y la muerte
por el tiempo que no volverá
por la vida que nos robaron
por la vida
mi amor
por la vida.
14 de 174
Ana Pérez Cañamares (1968 - )
Copyright © 2013
Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí
Viernes, 19 de junio de 2020
Ajo: Micropoemas
Ajo es el nombre con el que firma sus
poemas María José Martín de la Hoz.
Ella llama a sus poemas "Micropoesía", en
el sentido de que son muy breves y también
muy poco pretenciosos; pero lo cierto es
que hay en ellos mucho ingenio y también
una radiografía del mundo actual.
Por otra parte la brevedad, la concentración
expresiva tiene una larga tradición desde las
jarchas, los villancicos, las coplas o los
haiku japoneses, que como estos
micropoemas juegan con el doble sentido
de las palabras.
Micropoemas
Al amor le pido
más de lo que tiene.
Y a la vida más
de lo que da.
Se podría decir,
y de hecho no sé yo
que no se diga,
que estoy equivocada
de par en par.
Siempre creí
que ne me quitte pas (no me abandones)
quería decir
“déjame en paz”.
.............................
Teníamos veinte años y nos volvimos locos el uno por el otro.
Hoy con... cuarenta seguimos locos aunque ya cada uno por su
cuenta.
.............................
¿Y si el corazón no fuese más que
el aumentativo de coraza?
.............................
15 de 174
Desordenando la felicidad
me encontré con la vida.
.............................
Qué ganas me dieron anoche
de desenchufar la luna
y salir corriendo a la calle
para quejarme a oscuras.
.............................
Compré apio en la frutería,
(opio no tenían)
tuve que tomarme un pepito de ternera
(de ternura no quedaba ya).
Ahora busco mojama sin parar
porque dicen que sabe a-mar.
.............................
Bastante tiene una
con lo que no tiene.
.............................
Compromiso:
primera persona del singular
del presente de indicativo
del verbo comprar miso.
.............................
Te hiciste feliz de repente
como si no tuvieras otra cosa
que hacer en la vida.
.............................
Eres agua para mis fiestas
vino para mis antibióticos
y anís del Mono
para lo que tú y yo sabemos.
.............................
María José Martín de la Hoz “Ajo” (1963 - )
16 de 174
Jueves, 18 de junio de 2020
Pilar Adón: ¿Quién me va cuidar...?
La madrileña Pilar Adón es novelista,
traductora y poeta publicó en 2018, Las
órdenes, por el que recibe el Premio Libro
del Año del Gremio de Libreros de Madrid.
Las órdenes impugna el papel que la
sociedad ha atribuido e impuesto a las
mujeres sin contar con ellas. Cada poema va
expresando la oposición a asumir esos
roles: maternidad, cuidados, obediencia,
silencio, represiones variadas...
A las heroínas clásicas, que no asumían su papel, los dioses las destruían de mil formas
(Medea, Eva, Antígona, Helena...). Ahora, que hemos matado a los dioses, es el buen
orden social quien las condena a la soledad por perturbar su funcionamiento correcto. De
esta soledad habla el poema.
¿Quién me va cuidar...?
¿QUIÉN ME VA A CUIDAR cuando sea vieja?
¿Quién me va a esperar, feliz de verme?
Cabello de nudos. Sin cepillados nocturnos.
Peines y espejos de plata.
Sola en mi sillón. Harta del cansancio y los sermones.
Sin hijos que me bañen,
me cocinen asado con puré,
me traigan jerséis de talla grande,
me laven los pies y las axilas
cuando queden ya pocos motivos para existir.
Vencida por los razonamientos
sobre aquello de recoger lo que se ha sembrado.
Celebraciones, cumpleaños y fiestas
en perspectiva de una soledad redonda.
¿Quién va a venir a verme
los fines de semana?
Si no soy madre.
Si vivo sin reconocer la devoción, el auxilio.
La ternura. Las vistas a los amigos dolientes.
Entre evasivas, papeles y libros,
alejada del sentimiento original.
17 de 174
Escapando de la llamada primera.
Sin saber que es la entrega.
Qué la piedad. Qué la delicadeza
de los niños fotocopia. Su mente dulce y sencilla
como trozos de manzana asada. Como bolsas
de osos Haribo.
¿Quién va a abrazarme cuando sea vieja?
Y esté sola. Y no haya quien quiera hablarme. Y
las cortinas se prendan fuego
y las llamas asciendan hacia el techo. Y nadie
pueda acercarse
al teléfono. Para llamar al servicio de extinción
de incendios.
Pilar Adon (1971 - )
De Las órdenes, 2018
Miércoles, 17 de junio de 2020
Mónica Doña: El beso de Klimt
El amor como amparo y refugio contra un
mundo hostil es un tema recurrente en la
poesía del siglo XXI.
Mónica Doña utiliza El Beso de Klimt (un
beso eterno) para expresar los sueños de
amor de los amantes actuales (sobre todo
mujeres ). No importan las contradicciones
en tiempos de Feminismo.
No importa que, en el cuadro, él domine la escena y ella cierre los ojos No importa que
consuman amores compulsivamente en "tiempos velocísimos": ellas seguirán en el intento
de "Construir el amor al borde del abismo".
El beso de Klimt
Se enamoran de un cuadro.
Un bellísimo cuadro que lleva un largo siglo en los museos.
Viena, primera década del siglo de las sombras:
secesión en las artes, oropel y erotismo.
Gustav Klimt, el artista que amaba a las mujeres.
Poquísimas han visto la obra original.
Pero eso no importa, se enamoran de copias.
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Decorativas copias, simbólicos deseos,
altares que presiden las alcobas
de los enamorados del presente.
Sus abuelas colgaron crucifijos
(para toda la vida).
Sus madres, el jardín de las delicias
(hasta el confuso día del divorcio).
Ellas, un beso eterno
aunque la eternidad dure un suspiro.
La lámina dorada brilla sobre los tálamos,
los jóvenes amantes
la miran y se besan como príncipes.
Ven lo que necesitan
para alcanzar el fondo de la dicha:
La lluvia de oro, el eco de mil constelaciones,
la pradera de flores, los mantos que los cubren
y los rostros unidos por el beso infinito.
(Que en la obra elegida él domine la escena
y ella cierre los ojos postrada de rodillas
al pie de un precipicio,
son detalles que no tendrán en cuenta.)
Viena, primera década del siglo de las sombras
y cien años más tarde:
traslaciones continuas, secesiones forzosas,
deslealtades urgentes, acosos y despidos,
mochilas y muchachas con el ombligo al aire
y algún privilegiado que siempre está esperando
un cambio de destino…
Bajo este panorama de tiempos velocísimos,
de carretera y pésimos augurios,
las jóvenes parejas del siglo XXI
siguen en el intento:
construyendo el amor al borde del abismo.
Mónica Doña (1966 - )
De ¿Quién teme a Thelma & Louise?, 2017
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Martes, 16 de junio de 2020
Juan Carlos Mestre: Poema del lejano
Juan Carlos Mestre, premio nacional de
poesía en 2009 por La Hoja Roja, nacido en
Villafranca del Bierzo (una tierra de
emigrantes) hace en este poema un
homenaje a tantos millones de personas
que tuvieron que abandonar su tierra y
fueron, ya para siempre, unos desterrados,
unos desarraigados.
La ministra de Trabajo, Fátima Báñez, lo llamaba "Movilidad exterior".
Poema del lejano
El que desterrado por la pobreza
vive sin corazón en lo lejano,
y a nada atiende como suyo
y es lóbrego y cansado bajo el cielo.
El que sale vencido de su casa
y lo arrastra la gente en su murmullo
y transcurre vacío por la calle
y se sienta delante de una máquina.
El doloroso de razón frente a la vida
que muere en la esperanza y no regresa.
A este que nadie ha despedido
y toma el tren un día hacia la aurora.
Nadie lo sabrá, su historia es triste
como un mar que nadie ha descubierto.
No ha querido mirar la primavera,
trabaja por volver, brotar un día
como el árbol florecido que en su huerto
daba sombra y destino a la mañana.
Pensaréis que el cielo habrá de perdonarlo,
pensaréis que el amor,
ciudad y pájaros y torres
sonará de nuevo campanas en sus ojos.
Pero él, que perdido en lo lejano
fue escombro de alameda, ha muerto.
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No lo lloréis,
junto a aquel leño oscuro
brotaba un manantial honrado.
Juan Carlos Mestre (1957 - )
De Antífona del otoño en el valle del Bierzo, 1985
Lunes, 15 de junio de 2020
Eduardo Jordá: Nada deben
Soy de la opinión de que la poesía anticipa
la forma de pensar y de sentir que será
hegemónica años después. Si las posiciones
escépticas e irónicas de los años 80 y
90 anticipaban el triunfo del
neoliberalismo más radical, la reacción de
la nueva poesía ante la 2ª Guerra de Irak y
ante el atentado del 11-M anticipa el
cuestionamiento de ese mismo
neoliberalismo y sus valores por parte de la
mayoría social.
A esta poesía del siglo XXI dedicaré la próxima semana. Para empezar el mallorquín
Eduardo Jordá, novelista, autor de libros de viajes, traductor y poeta tardío.
El poema parece un epitafio, que bien podría valer para nuestros padres "que no
ensuciaron la historia" porque "la historia no se acordó de ellos".
Serenidad y ternura con sus padres, seguridad en los valores de los suyos, orgullo de clase.
Nada deben
Los míos no dejaron documentos.
Nada se sabe de ellos, más allá
de algunas conjeturas. Fueron pobres,
nunca hicieron preguntas, aceptaron
todo cuanto el buen Dios les destinó.
Comieron, engendraron y murieron
sin orgullo y sin odio, jubilosos
si llegaban a viejos, y afligidos
si debían marcharse antes de hora.
En catalán se amaron e insultaron,
y en catalán se despidieron de este mundo,
y me siento un traidor al evocarlos
en una lengua que ellos no entendían.
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Dejaron pocas fotos, escasas posesiones,
ningún escudo heráldico. Fueron campesinos,
cocheros, empleados, cocineros:
Gente sin importancia que no ensució la Historia
porque la Historia, por suerte, no se acordó de ellos.
Si protestaron, siempre fue en voz baja.
Los oyeron sus hijos, sus mujeres, sus amos,
pero nunca el buen Dios, duro de oído.
y ahora están mezclados con la tierra
y forman el paisaje de un suburbio.
Son esquinas, colmados, adoquines
y cafés llenos de humo. Son caballos
rodeados de tábanos. Son tapias.
Son plazuelas desiertas con farolas,
tal vez cascotes, grúas, barro. Sé
que nadie los reclama ni recuerda.
Con ellos no fue próspera esta isla,
ni tampoco más pobre. Nada deben.
Nada importante hicieron o dejaron.
Ni siquiera yo sé cuál es su historia,
y aunque la conociera, también sería inútil.
¿Quién podrá redimirlos, devolviéndoles
todo cuanto les fuera arrebatado?
De nada servirán estas palabras.
Irán, como las vidas de los míos,
como su amor y su fe, su alegría
y su temor, a perderse muy pronto
en esta oscuridad que nos envuelve.
Eduardo Jordá (1956 - )
De Tres Fresnos, 2003
Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí
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Domingo, 14 de junio de 2020
Fina García-Marruz: En la muerte de Ernesto “Che”
Guevara
Un día como hoy de 1928 nacía Ernesto
“Che” Guevara en la ciudad argentina de
Rosario. Podría vivir todavía y ser un
viejecito de 92 años, pero tuvo la suerte de
morir a los 39 años y se hizo inmortal.
No creo que haya habido ninguna persona
de quien se haya poetizado más su vida y su
muerte.
Le dedicaron poemas: Lezama Lima, Julio Cortázar, Eliseo Diego, León Felipe, Nicolás
Guillén, Cintio Vitier, Vicente Aleixandre, Mario Benedetti, Gabriel Celaya, Idea Vilariño,
Juan Gelman, Pablo Neruda, José Saramago, Juan Rulfo...y Fina García-Marruz, cuyo
poema "En la muerte de Ernesto Che Guevara" he elegido para hoy.
Fina García-Marruz (La Habana, 1923) es la última poeta con vida del extraordinario
grupo aglutinado por Lezama Lima en torno a la revista Orígenes.
El paralelismo entre Jesucristo y el Che es el fundamento del poema.
Recordamos como la fotografía del Che muerto con el torso desnudo fue asociada por la
juventud de entonces con la imagen de Cristo crucificado, que redime con su muerte a la
humanidad. El poema es el desarrollo de este paralelismo en otros muchos aspectos.
Quienes que fueron cristian@s de niñ@s y comunistas de mayores entenderán esto muy
bien.
En la muerte de Ernesto “Che” Guevara
Entonces dirá el Rey a los que están a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad
el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo,
porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui huésped y
me recogisteis,
desnudo y me cubristeis, enfermo y me visitasteis, estuve en la cárcel y vinisteis a mí.
Entonces los justos me responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te
sustentamos? ¿O sediento y te dimos de beber?
¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿O desnudo, y te cubrimos?
¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a tí?
Y respondiendo el Rey les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos
mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis.
San Mateo, 25,34-40.
Recuerdo su voz velada sin alarde
después de la batalla de Santa Clara.
Parco, suave, inflexible. Provocaba el respeto,
no el amor.
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Cuando bajó de la Sierra por pertrechos víveres, el jefe de la fábrica
le ofreció su cama mullida.
“Yo no puedo dormir sobre un colchón mientras mis soldados
tiritan allá arriba”, dijo.
Dividió así a los hombres en dos bandos: los
que pueden dormir sobre un colchón mientras los otros padecen
y los que no pueden hacerlo. Solo esto sabía,
y por eso, hablaba poco.
De un soplo de humo irónico de su tabaco aspirado, confidente de
campo,
borraba todas las consignas de la poesía comprometida.
Hombres comprometidos quería, guerreros silenciosos.
En los congresos, alojados en hoteles de lujo,
discutían, comían, gentes de toda traza, hirsutos a posteriori,
rebeldes de la indumentaria,
guerrilleros de la sobremesa, firmantes de la valiente proclama
escrita en país ya liberado,
desde luego, por otros. Pero en el silencio del valle, solo unos pocos
hombres.
Solos, muertos sin nombre,
raíces de la ceiba.
Las palabras no eran tu fuerte. Cuando dijiste que era preciso
convertirse en una fría
maquinado matar, retrocedimos espantados.
El respeto se convirtió en recelo; todo se
volvió aún más confuso.
Te recordé, sermón nuestro de la montaña, piedra de fundación,
acta de Montecristi,
donde la respuesta al enemigo brutal no fue el odio que nos hace
semejantes a él sino el amor.
no la oscura venganza sino la alta justicia,
serenamente armada,
pues así como el templo en la montaña,
el amor ha de estar en la cima del monte.
Te guardaba rencor por no poder seguirte,
por no abrazar tu causa, que era la más segura, puesto que era la
causa de los más desdichados.
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El ungüento derramado a sus pies era el que había que dar a los
pobres, no otro.
Una cosa o la otra, y no las dos a un tiempo, o aquí o allí, o con Él o
con nosotros, o lo niegas o quedas fuera del proceso, al margen de la
marcha.
confundido con los malhechores, como Él
estuvo confundido con malhechores, y
aún indignos de esto,
a cara o cruz; sobre sus vestiduras echaron suertes,
al pie de la cruz la apuesta de los soldados: uno gana. otro pierde,
o Él o nosotros, ese trueque imposible, ese planteamiento feroz, esa
desgarradura, en nombre de los suyos, borrarlo de los vivos. poner
en su cabeza
el rótulo de una causa que no era aquella por la que estaba
muriendo en el madero.
Entonces llegó la noticia. Los cables anunciando tu muerte en un
encuentro oscuro, en un rincón del bosque americano.
Entonces llegaron las borrosas fotografías, temblando sobre el
periódico, en que tantas veces había aparecido ese rostro en su
firmeza.
No era la muerte a pleno sol, la muerte del guerrero rodeado de su
tierra y sus hombres, a quien rapta la gloria,
no era la plenitud del coraje, cuando e! avión amenaza y se puede
recordar todavía un cuento de Jack London,
sino la muerte sórdida, la soledad implacable del cuarto en que solo
se espera ser ultimado,
y lo más terrible no es la propia muerte, sino afrontar lo escueto de
esas paredes, las frías caras asesinas.
Entonces vimos la foto increíble: los ojos estaban semiabiertos entre
la muerte y la vida, indefenso como un convaleciente,
el torso inclinado, el pecho levemente hundido, musitaban palabras
conmovedoras, desarmadas, que convencían.
Recordaba uno de esos descendimientos entrevistos en algún lienzo
olvidado:
Cristo bajado de la cruz. sostenido por las piadosas mujeres,
la misma lividez lunar de muerte, el mismo despojo de las ropas del
dejado a puro pecho.
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el mismo desconocimiento de los suyos, el mismo reconocer cuando
ya no hay tiempo y ha partido.
Remóntate, melodía del corazón, a los valles de Calchaquíes y los
Andes, salta, bicicleta agreste, los pedruscos, los caminos de
Mendoza y de Salta, Jujuy, La Rioja.
Mira a estos jóvenes estudiantes con cara de polizontes, recorrer
palmo a palmo la tierra americana,
en barco mercante, en lancha, a pie, en tren en marcha huyendo.
Míralos realizar todos los oficios del hombre,
transportadores de mercancías, hombreadores de balsas, fregadores
de platos,
disfrazados de aventureros, de deportistas. de mendigos,
mira al mayor de fotógrafo ambulante en México,
fijando en la placa implacable los rostros más humildes, los
anónimos rostros de su pueblo.
Mira al menudo negociante que en realidad estaba reconociendo la
tierra y los hombres por los que iba a morir.
Habrá que creer si los leprosos construyen la balsa para recorrer el
Amazonas y llegar a Leticia.
Habrá que creer en el destino de aquel a quien los leprosos
construyeron la balsa.
Los que nadie quiere tocar, puede tocar, sin hacerse uno de ellos.
Por una vez recibieron no la compasión sino el juego y la risa que
distrae en la miseria.
Habrá que creer en el impulsado por la barca que construyeron los
pobres.
Habrá que creer en aquel que no cuenta sino con las bendiciones de
los pobres para emprender un azaroso viaje.
Habrá que creer en el viaje, si solo los llagados estaban en la orilla
para decir adiós.
¡Avanza, pequeña balsa, por los ríos americanos! ¡Sean benignos,
aires!
Signo del que porta un dios: no ser reconocido. Ah cena de Emaús!
Ah vergüenza. Ah, ofuscadora vida!
Rotos de Chile, cholos de Perú, indios que avanzan con la casa a
cuestas, niños que parecen ya ancianos,
ni la bien ganada paz, ni siquiera el rostro de la gloría, hubiera
podido hacerle olvidar vuestros rostros.
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Ah soledad de la selva que anonada y distancia los primeros
propósitos, las bellas arengas que en la paz exaltaron,
cuando el insecto más pequeño que penetra en la oreja oscurece de
pronto el mismo sol de la justicia!
Ese silencio era el de la agonía.
Este oficio flojo de escribir, este pasar la vida toda por el pulso, más
batiente que el corazón, de la mano auscultadora!
Cesó de oírse el latido distante.
El oro centelleó, callaron las palabras.
El nombre que musita en silencio el corazón de cada cosa, donde
ella se distingue de las otras y es reconocida,
las palabras que no eran palabras sino el secreto mismo de la vida,
callaron avergonzadas, como la madre hace callar al pequeño en el
día de duelo.
Así el rayo interrumpe la conversación apacible y deja ver en las
nubes un fragmento de la verdad, una claridad desgarrada que
enseguida huye.
Todos sabían lo que había que hacer, pero el llamado era de una
dureza irresistible.
Nadie podía llegar a esa raíz en que están solos el sufrimiento y la
cólera, el amor indefenso y el sacrificio.
las raíces del dolor que son las mismas raíces de la gloría.
Dulce cosa es el amor, la voz del hijo pequeño cuando pregunta, los
cálidos hogares a la hora en que humea el fogón y empiezan a
encenderse las primeras luces.
Despedirse es morir. Pésese en el diamante la estatura de ese adiós.
Vasto es el pecho del que parte a compartir la suerte de los más
desamparados
y a quien desamparar el propio hogar lacera solamente “una parte”
de su espíritu.
Véanse los retratos de familia, el destino que le estaba preparado.
Un profesional, un médico honorable, que muere sin enemigos, en
su casa rodeada del respeto de todos.
Míreselo hundir las botas en el fango, entrar a las entrañas de la res,
lo real, escoger lo más arduo.
Ver morir a los mejores, los más limpios hundidos en la hez y el
hedor insoportables.
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Duro es escoger, frente a la inocencia que no se mancha, la
inocencia que se mancha.
Más duro que morir, ser puro y soportar darle la muerte a otros.
Duro es el amor, la piedad fácil. Duro herir por amor. ¡Ah pecho de
los fuertes!
La “fría máquina de matar”, anotaba con letra menuda los
cumpleaños de sus amigos en el diario de guerra.
La “fría máquina de matar”, que no disparó a los dos soldados
enemigos porque estaban dormidos, y un hombre dormido es como
un niño.
La “fría máquina de matar” a quien cogieron los matadores
diciéndose: “está vivo”.
La “fría máquina de matar” a quien iban a matar allí, y estaba
desarmado, ardiente, solo!
Detente, órgano que resuenas en los bosques y en los sacros
umbrales!
Todavía queda un poco de tiempo, una gracia es concedida siempre
al condenado.
Míralo hablar con la maestrica del pueblo de Ñancahuazú.
Míralo tratar de la correcta acentuación de algunas palabras.
Míralo prestarse a la ficción del que cuenta aún con el tiempo,
un poco divertido de su propio coraje,
con recato de gaucho bravo que da una flor,
con esa última elegancia que se acendra de no ser observada,
que da la sonrisa más fina para el lugar más solitario.
Altamente conmueve
recordar que pensó en el cuarto horrendo
en las escuelitas de Cuba, Cuba, Cuba,
donde a esa hora estarían aprendiendo los hijos.
No lo olvides, rasgueo solitario de las cuerdas!
Mécelo, palma! Sílbalo tú, sinsonte!
No te reconocimos, pequeño Condotieri. Segundo Sombra altivo,
Quijote americano.
Otro nombre te diste también: el hijo pródigo.
Acaso abandonaste la familia carnal como también la sombra de la
casa del Padre.
Acaso quisiste despojarte de todo para asumir al hombre en toda su
miseria.
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Ni siquiera la fe, ni siquiera la belleza, solo el total expolio de los
que ni esto tienen.
De nuevo sobre el costillar de Rocinante, con el paso más grave y el
pulmón ya cansado.
No recordamos que la segunda salida era la de la muerte.
Has puesto a todo el mundo en trance de pedir excusas, de
preguntarse el pecho.
Queremos ser como tú, dicen el escolar ingenuo y el involuntario
cínico.
Ser como tú. y después el cine, la cama, la cafetería!
Balas de letras dan a tus matadores.
Se envalentonan en verso libre.
Profieren amenazas desde la butaca, la cogen con los otros, echan
cortinas de humo.
Porque en realidad nadie quiere verse en el espejo.
Porque ya no se puede aguantar ni la propia literatura.
Porque ya nadie puede creer que estaba engañado.
Porque no se puede soportar la firmeza de tu rostro.
Sinceros sin embargo han sido todos los cantos, todas las lágrimas.
Después de todo pediste ese sudario.
Pero un poco más de recato, lectores de Baudelaire,
hipócritas autores, mis semejantes, mis hermanos,
más recato, dolientes, indignados, multitud aclamante,
que alguna parte nos toca en esta muerte,
y en toda frente está grabado:
si hubiéramos tenido allí no más de veinte hombres!
Otras voces oíamos entre tanto morían y morías.
No era solo el coraje imposible. Era el alma distinta.
La elección misteriosa que no hace la voluntad.
Hay otra ordenación secreta, otro llamado,
otros incomprendidos obradores.
No queremos hacernos fuertes frente a la nada,
sino débiles frente a la plenitud de los cielos y la tierra, cantando el
“Llenos están”. Tiene el amor distintas vías.
Limpia de nuevo al mundo la justiciera cólera, y el rocío que vuelve.
Es igual al tajo de la espada del guerrera un niño que juega solitario.
Está rezando el verde. El azul más radiante ha ganado una batalla.
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Tú que nos enseñaste a orar como se enseña a una criatura,
no dijiste “señor de los ejércitos” sino tan solo Padre, esa palabra en
que está toda la confianza y todo el desamparo.
No es lo nuestro la incesante batalla que cada siglo renueva sus
actores.
No es lo nuestro cortar los retoños podridos que la raíz renueva.
No es el lecho mullido lo que hemos buscado fría o ardientemente
en la sombra.
No me preciaré de valiente. Solo me precio de haberte amado un
poco.
De estar en medio de este inmenso malentendido avergonzados
como culpables.
Que todo sea posible menos olvidar que testimoniaste el amor
frente al espanto.
Acaso sea una misma la fe que hace pensar que las pobres guerrillas
podrán más que el imperio más fuerte de la tierra,
y esta desvalida esperanza que se enfrenta a la fuerza de los hechos,
a las atronadoras evidencias de la tumba,
creyendo que el amor podrá más que la muerte.
Acaso pueda un día una misma consigna
reunimos bajo el que hizo los cielos y la tierra:
Los sepulcros se abrieron. David venció al gigante.
Se están moviendo las montañas.
Nos sospecharán, unos y otros. Hemos perdido y hemos ganado en
otra
batalla.
Sea lo más verdadero lo más alto. Sea lo más cierto la más fantástica
esperanza.
Sea la inerme inocencia gloriada. Obren las manos clavadas, que no
pueden. Muchas cosas no nos son permitidas, perdónennos.
Déjennos solos, sin noticias, al lado de los
que no han de ser aplaudidos,
los que no saben nada a ciencia cierta, los que no están seguros de sí
mismos y temen no acertar,
los que no se sienten inocentes sino culpables.
los que reciben todas las burlas,
los que siguen a uno que no podrá darles nada en este mundo, los
“pequeños que creen en mí” de que habló Cristo.
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Impureza grande, justificamos a nosotros mismos!
Defienda nuestra causa el día que pasa.
La hora en que no supimos qué decir y callamos confundidos.
La posición más incómoda puede volverse confortable.
Callemos, que las piedras han comenzado a hablar.
Se oirá lo que dice en su cátedra de diamante.
Algunos que no me dijeron “señor, señor” serán llamados hijos en él
último día.
¿Y si fuéramos vomitados de su boca?
De pronto empezó a acuchillar una yegua en la impotencia de la
selva.
Nadie tiene más amor que el que da su vida por sus amigos.
Dijo que fusilaran al hombre, no le tembló la mano.
Hipócrita! ¿No salvarías al cabrito que se cayó en un pozo por
respetar el Sábado?
El de la foto se parece más al Crucificado.
Malco! Malco! Guarda la espada, Pedro. Lo nuestro no es vencer,
sino morir, rogar, sanar a Malco!
Las estadísticas están dando aullidos. Millones se están muriendo
de hambre.
Los que no compartimos todas tus palabras, compartimos de pronto
tu silencio.
Algo nos fue dicho arrasadoramente mientras descendías al polvo,
porque de pronto estábamos llorando.
De pronto aquel desconocido me traía el alma volteada, como el que
comparece en un juicio.
Yo me embrollaba en razones, me disculpaba atropelladamente,
mientras los ojos de la foto callaban.
Ahora pienso qué significa que haya acabado por recordar todas Tus
palabras en la muerte de uno que no fue tu amigo,
por qué este juicio, este treno, esta oración por otro, han acabado
siendo un responso por nuestra propia alma.
Fina García-Marruz (1923 - )
De Visitaciones, 1970
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FOTOGRAFÏAS: Marc Hutten
Sábado, 13 de junio de 2020
Jon Juaristi: Sátira primera
El bilbaíno Jon Juaristi militó
sucesivamente en ETA, LCR, PCE-EPK, EE,
y PSOE. Desde los años noventa mantiene
posiciones conservadoras y se considera
nacionalista español.
Con el PP ha sido Director de la Biblioteca
Nacional, del Instituto Cervantes y alto
cargo en la CAM.
Su evolución personal es similar a la de otras muchas personas de su generación hasta el
punto de que, en grandes ámbitos del mundo intelectual y artístico de esa época, que
habían estado en la lucha antifranquista, se puso de moda la palabra "DESENCANTO". Las
posiciones escépticas, pesimistas y conservadoras se hicieron hegemónicas en los últimos
veinte años del siglo XX.
En el poema, la llamada telefónica de un antiguo amigo y camarada sirve de pretexto para
repasar, con mirada irónica, un pasado que se vivió como heroico entonces, pero que hoy
aparece como trivial.
El lenguaje cotidiano y prosaico acentúa el contenido ramplón de la llamada.
Sátira primera (A Rufo)
Te has decidido, Rufo, a probar suerte
en un certamen de provincias donde
ejerzo casualmente de jurado,
y encuentro razonable que me llames,
al cabo de diez años de silencio,
preguntando qué pasa con mi cátedra,
qué fue de aquella chica pelirroja
con quien ligué el ochenta en Jarandilla,
cómo siguen mis viejos, si padezco
todavía del hígado y si he visto
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a la alegre cuadrilla del Pecé.
Pues bien, ya que deseas que te cuente
de mí y mi circunstancia, has de saber
que un punto de Alcalá me la birló,
en Jodellanos gran especialista,
a quien pago el café cada mañana
y sustituyo volontiers* los días
en que marcha a simposios en San Diego,
en Atlanta, Florencia o Zaragoza.
Se casó con Gonzalo. El hijo de ambos
va al colegio del mío, pero en vano
acudo a todas las convocatorias,
reuniones, funciones navideñas.
La pícara me elude, y yo departo
interminablemente sobre fútbol
con el cretino del marido, mientras
asesinan los críos una sórdida
versión del Cascanueces. Bien conoces
al pelma de Gonzalo. Creo, incluso,
que fuiste tú quien se lo presentó.
No pruebo ni una gota últimamente,
después de la biopsia. Te confieso
que añoro aquellos mares de vermú,
aunque el agua es sanísima. Vicente,
antiguo responsable de mi célula,
es viceconsejero de Comercio
por el Partido Popular, y, claro,
se mueve en otros medios. Otra gente
parece preferir ahora Vicente.
Mis padres van tirando. Cree, Rufo,
que nada tengo contra ti. Al contrario,
te recuerdo con franca simpatía.
Sobradas pruebas de amistad me diste
en el tiempo feliz de nuestra infancia.
Es cierto que arruinaste mi mecano,
que me rompiste el cambio de la bici,
que le contaste a mi primera novia
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lo mío con tu prima, la Piesplanos.
Eras algo indiscreto, pero todos
tenemos unos cuantos defectillos.
Veré qué puedo hacer. No te prometo
nada: somos catorce y, para colmo,
corre el rumor de que Juan Luis Panero.
Jon Juaristi (1951 - )
De Los paisajes domésticos, 1992
(*) Con mucho gusto
Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí
Viernes, 12 de junio de 2020
Wisława Szymborska: La mujer de Lot
La poeta polaca Wislawa Szymborska fue
galardonada con el Premio Nobel de
Literatura en 1996.
Según El Génesis, Jehová decide destruir
Sodoma y Gomorra por causa del pecado.
Envía un ángel para que conduzca a Lot y su
familia fuera de la ciudad a fin de que
puedan salvarse, con la condición de que no
deberían volver la vista atrás, cuando
salieran de la ciudad.
La mujer de Lot lo hizo y quedó convertida en una estatua de sal clavada en el suelo.
Se han hecho variadas interpretaciones de este mito:
-En el Génesis se sugiere que fue la curiosidad de la mujer; una curiosidad malsana,
curiosear en lo que no la importa. Esta característica le ha sido atribuida a la mujer
genéricamente.
-Para muchas personas mirar atrás no sirve para nada, lo pasado es inamovible.
-Otras estudian la historia para buscar en el pasado alguna luz para el presente. Nos vemos
en el pasado.
-Curiosamente, varias mujeres poetas han dado una versión positiva de este mito. Hay en
ellas una defensa de la autonomía de la mujer. No basta que Dios o Lot hayan ordenado no
mirar, una mujer completa necesita saber qué pasa por ella misma. Obsérvese que esta
mujer ni siquiera tiene nombre, es solo la mujer de Lot.
-Por otra parte, ¿Cómo no mirar atrás? Recordar nuestra vida, evocar lugares, rememorar
nuestros amores, evocar nuestros muertos...¡Hay tantas razones para mirar atrás!
Los argumentos de Wislawa para mirar atrás terminan con argumentos irracionales. Miré
hacia atrás a pesar de mí misma.
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La mujer de Lot
Dicen que miró hacia atrás por curiosidad.
Pero yo podría haber tenido otras razones aparte de la curiosidad.
Miré hacia atrás por pena de una fuente de plata.
Por distracción mientras me ataba el cordón de mi sandalia.
Para evitar seguir mirando el justo cuello
de Lot, mi esposo.
Por una repentina certidumbre de que si yo hubiera muerto
él ni siquiera habría atenuado su marcha.
Por la desobediencia de los humildes.
Alerta a la persecución.
Repentinamente serena, esperanzada de que Dios hubiera cambiado
de parecer.
Nuestras dos hijas ya estaban casi en la cima de la colina.
Sentí la ancianidad dentro de mí. Lejanía.
La futilidad de nuestro vagar. Somnolencia.
Miré hacia atrás mientras dejaba mi atado en el suelo.
Miré hacia atrás por miedo de dónde poner a continuación mi pie.
En mi camino aparecieron serpientes,
arañas, ratas de campo y buitres jóvenes.
Entonces no había justos ni malvados -simplemente todas las
criaturas vivientes
reptaban y saltaban en medio de un pánico común.
Miré hacia atrás por soledad.
Por vergüenza de que estaba huyendo.
Por un deseo de gritar, de volver.
Justo cuando una súbita ráfaga de viento
me deshizo el peinado y me levantó mis vestidos.
Tuve la impresión de que lo estaban viendo todo desde las murallas
de Sodoma
y estallaban en risas sonoras de vez en cuando.
Miré hacia atrás por rabia
para gozar de su gran ruina
miré hacia atrás por todas las razones que he mencionado.
Miré hacia atrás a pesar de mí misma.
Fue sólo una roca que se desprendió, resonando bajo los pies.
Una repentina grieta que cortó mi camino.
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Al borde un hámster correteó parado en sus patas traseras.
Fue entonces que miramos los dos hacia atrás.
No, no. Yo seguí corriendo,
repté y gateé hacia arriba,
hasta que la oscuridad me aplastó desde el cielo,
y con ella, grava ardiente y pájaros muertos.
Por falta de aliento me balanceaba repetidamente.
Si alguien me hubiera visto podría haber pensado que estaba
bailando.
No se descarta que mis ojos hayan estado abiertos.
Podría ser que siento mi cara vuelta hacia la ciudad.
Wisława Szymborska (1923 - 2012)
De El gran número, Fin y principio y otros poemas, 1997
Jueves, 11 de junio de 2020
Jaime Siles: Semáforos, semáforos
El valenciano Jaime Siles forma parte de la
segunda generación de Los Novísimos que
ocupan los últimos veinte años del siglo XX.
El poema expresa la visión fugaz de una
mujer que cruza el paso de cebra.
¿Qué detalles podemos destacar?:
- El espacio urbano anónimo, que aísla y
enajena.
- El ritmo rápido del verso que se
corresponde con el de la vida moderna.
- Imágenes que se suceden con la velocidad de un video clip.
- Impresiones luminosas de colores.
Cierto tono de lamento, que se corresponde con la tradición del verso heptasílabo.
- La descripción impresionista de la mujer (descriptio puellae)
- Visión fragmentada, caótica de la realidad.
Hay que añadir la mezcla de un lenguaje connotado poéticamente: Almena, costuras del
cielo, blondas de niebla, alameda, la noche, otoño de terrazas, aurora, espejos. con otro
lenguaje nuevo en la poesía: Taxis, neón, claxon, rimmel, taquigrafía, motores, semáforo,
el metro, ginebra...etc.
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Semáforos, semáforos
A Pedro Laín Entralgo
La falda, los zapatos,
la blusa, la melena.
El cuello, con sus rizos.
El seno, con su almena
El neón de los cines
en su piel, en sus piernas.
Y, en los leves tobillos,
una luz violeta.
El claxon de los coches
se desangra por ella.
Anuncios luminosos
ven fundirse sus letras.
Cuánta coma de rimmel
bajo sus cejas negras
taquigrafía el aire
y el aire es una idea.
El cromo de las motos
gira a cámara lenta.
Destellos, dioramas,
tacones, manos, medias.
Un solo parpadeo
Y todo se acelera.
El carmín es un punto
y es un ruido de seda.
La falda, los zapatos,
la blusa, la melena
Se han ido con la luz
verde que se la lleva.
En un paso de cebra
La vi y dije: ¡ella!
Y todos los motores
me clavaron su espuela.
El semáforo dijo
hola y adiós. Y era
muy pronto para todo,
muy tarde para verla.
El ámbar me mordía
los ojos y las venas
y la calle tenía
resplandor de pantera.
En qué esquina de yodo
su mirada bucea.
En qué metro de níquel
o burbuja de menta.
Ningún libro me dice
ni quién es ni quién era.
Ni su nombre ni el mío
intercambian fonemas.
Lloran los diccionarios,
lloran las azoteas
y dicto mis mensajes
en una lengua muerta.
He llegado hasta junio
y estoy en las afueras.
La costura del cielo
tiene blondas de niebla.
Las boquitas pintadas
dejan polvo de estrellas
en el borde de un vaso
boreal de ginebra.
Escrito en cuneiforme
el perfil de sus ruedas
los taxis amarillos
tatúan la alameda.
La noche me maquilla
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con su breve tormenta
de bares y de hoteles
sonámbulos que tiemblan.
Otoño de terrazas
vacías y de mesas,
de toldos recogidos
y sillas genuflexas.
Los lápices de labios
con la aurora despiertan.
Los espejos los miran
dibujar sus dos letras.
En un paso de cebra
la vi y dije: ¡ella!
y todos los motores
me clavaron su espuela.
Ésta es la misma calle.
Ésta es la misma acera.
Y la hora, la misma.
Sólo ella no es ella.
La falda, los zapatos,
la blusa, la melena.
El cuello, con sus rizos.
El seno, con su almena.
¿Y la coma de rimmel
bajo sus cejas negras?
El aire me grafía
Aún su silueta.
Esculpida en el ámbar
de algún paso de cebra
fosforesce su piel,
fosforescen sus medias.
Jaime Siles (1951 - )
Publicado en 1989
Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí
Miércoles, 10 de junio de 2020
Joaquín Márquez: Invocación inmoral ante las ruinas de
Itálica
Ha muerto recientemente un gran poeta,
desconocido para la mayoría por el silencio
cómplice de los medios de comunicación
sobre su obra y su biografía. Se trata del
sevillano Joaquín Márquez.
Hay un Joaquín que celebra la vida y los
placeres, otro que alza su voz contra la
barbarie de la Guerra de Irak y otro que se
mira a sí mismo con un distanciamiento
irónico muy andaluz.
El soneto de hoy es un poema erótico-festivo en el que parodia el tópico del "tempus fugit"
de la famosa "Canción a las ruinas de Itálica" de su paisano Rodrigo Caro, que comienza:
Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora
campos de soledad, mustio collado,
fueron un tiempo Itálica famosa.
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Invocación inmoral ante las ruinas de Itálica
Esto Fabia, ay dolor, que ves ahora,
mustio de soledad y cabizbajo,
fuera en tiempo un pedazo de badajo
capaz de hacer sonar a una señora.
Y ahora ya ves, oh Fabia, como llora
declarado incapaz para el trabajo,
que, a penas jubilado, deja el tajo
donde otro con más ímpetu labora.
Ya ves que de milagro se sostiene,
y de amor propio, que otro ya no tiene
que remedie su eterna calentura.
Pero acércate Fabia, toca, toca.
Dile adiós con un beso de tu boca
y dale en ti romana sepultura.
Joaquín Márquez (1934 - 2020)
Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí
Martes, 9 de junio de 2020
Pere Gimferrer: Cascabeles
El barcelonés Pere Gimferrer era un
grandísimo poeta a los dieciocho años,
cuando escribió este poema; al día de hoy es
un erudito miembro de la RAE, que
entiende mucho de literatura, pero que
nunca ha vuelto a hacer un libro parecido
a Arde el Mar. Misterios de la creación
poética.
Con este libro se abre el camino por donde
transitará la poesía española hasta el siglo
XXI. Rompe la identificación entre el yo
poético y el autor (muerte definitiva del
Romanticismo) y desaparece de la poesía la
crítica socio-política.
Si la poesía no es un confesionario donde exorcizar los fantasmas, ni un arma para la lucha
político-social, ¿Qué es?: creación o recreación de ensueños esteticistas, evocaciones
culturales artificiosas, exhibicionismo juvenil y provocativo, un pretexto para matar al
Henri Gervex (1852-1929)
Velada en el Pabellón Armenonville, 1905
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padre, elitismo aristocratizante, culto a la belleza, evasión a épocas y lugares asociados a lo
decadentista...
En resumen, la poesía se emancipa de la realidad. Tardaría muchos años en volver a
encontrarla.
(Se entenderá mejor el poema si leéis en la Wikipedia la entrada de Hoyos y Vinent).
Cascabeles
Aquí, en Montreux,
rosetón de los ópalos lacustres,
hace cincuenta años pergeñaba Hoyos y Vinent
la alucinante historia de lady Rebeca Wintergay.
Eran sin duda tiempos
-belle époque- más festivos, con la vivacidad burbujeante
de quien se sabe efímero -atronaban
los cañones del káiser la milenaria Europa, nunca el azul
de Prusia
fue tan siniestro en caballete alguno-.
Rubicunda y nostálgica,
núbil walkiria de casino y pérgola,
la Gran Guerra ascendía, flameantes al viento
las barbas dionisíacas de Federico Nietzsche.
Tiempos de confusión, Dios nos asista, un hálito
estrangulaba los quinqués, ajaba
premonitoriamente las magnolias.
Algo nacía, bronco, incivil, díscolo,
más allá de los espejos nacarados,
del tango, las anémonas,
los hombros, el champán, la carne nívea,
la cabellera áurea, el armiño,
los senos de alabastro, la azulada
raicilla de las manos marfileñas,
el repique, la esquila -¡tan bucólica!-
en el prado del beso y la sombrilla.
Merecían vivir, quién lo duda, los tilos
donde el amor izaba sus corceles,
los salones del láudano y porcelana chinesca
aromados por el kif de Montenegro.
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Una canción de ensortijados bucles,
una sedeña súplica llegaba
de las postales vagamente mitológicas,
nebulosamente impúdicas, de los rosados angelotes
-púrpura y escayola, rolliza nalga al aire-
que presidían los epitalamios.
Maceración de lirios, el antiguo gran mundo
paseaba sus últimas carrozas
por los estanques que invadía el légamo.
Y en el aire flotaba ya un olor a velones, a cilicios,
a penitenciales ceras, a mea culpa,
a reivindicaciones
de inalienable condición humana.
Yo, de vivir, Hoyos y Vinent, vivo,
paladín de los últimos torneos,
rompería, rompió la última lanza,
rosa inmolada al parque de los ciervos,
quemaría, quemó las palabras postreras
restituyendo el mundo antiguo, imagen
consagrada a la noria del futuro,
pirueta final de aquella mascarada
precipitada ya sobre el vacío.
Yo, de vivir, Hoyos y Vinent, vivo,
tanto daríanos, creedme,
para que nada se alterase, para
que el antiguo gran mundo prosiguiese su baile de
galante armonía,
para siempre girando, llama y canción, girando
cada vez más, creedme, tanto diéramos,
hasta el vértigo girando, Hoyos y Vinent, yo,
aún más rápido, siempre, tanto porque aquel mundo
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no pereciese nunca, porque el gran carnaval
permaneciese, polisón, botines,
para siempre girando, cascabel suspendido
en la nupcial farándula del sueño.
Pere Gimferrer (1945 - ). De Arde el Mar, 1966
Lunes, 8 de junio de 2020
José Hierro: Réquiem
El madrileño Pepe Hierro tocó todos los
palillos de la poesía española de su época,
desde los testimonios de un niño de la
guerra, la poesía existencial, el social-
realismo, el culturalismo, la poesía
experimental...
Réquiem es un poema típico de la poesía
social (lenguaje objetivo, periodístico, frío,
sin florituras verbales).
La crítica literaria acusó a este tipo de
poesía de estar tan cerca de la realidad del
momento que quedaba pasada de moda en
cuanto cambiaba la realidad.
Yo, en cambio, creo que este poema es muy actual. Ahora los muertos anónimos no se
llaman Manuel del Río, tienen nombres africanos o latinos y en sus funerales tampoco
estamos los autóctonos.
Réquiem
Manuel del Río, natural
de España, ha fallecido el sábado
11 de mayo, a consecuencia
de un accidente. Su cadáver
está tendido en D’Agostino
Funeral Home. Haskell. New Jersey.
Se dirá una misa cantada
a las 9.30 en St. Francis.
Es una historia que comienza
con sol y piedra, y que termina
sobre una mesa, en D’Agostino,
con flores y cirios eléctricos.
Es una historia que comienza
en una orilla del Atlántico.
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Continúa en un camarote
de tercera, sobre las olas
—sobre las nubes— de las tierras
sumergidas ante Platón.
Halla en América su término
con una grúa y una clínica,
con una esquela y una misa
cantada, en la iglesia St. Francis.
Al fin y al cabo, cualquier sitio
da lo mismo para morir:
el que se aroma de romero
el tallado en piedra o en nieve,
el empapado de petróleo.
Da lo mismo que un cuerpo se haga
piedra, petróleo, nieve, aroma.
Lo doloroso no es morir
acá o allá…
Réquiem aetérnam,
Manuel del Río. Sobre el mármol
en D’Agostino, pastan toros
de España, Manuel, y las flores
(funeral de segunda,
caja que huele a abetos del invierno),
cuarenta dólares. Y han puesto
unas flores artificiales
entre las otras que arrancaron
al jardín… Libérame Dómine
de morte aeterna… Cuando mueran
James o Jacob verán las flores
que pagaron Giulio o Manuel…
Ahora descienden a tus cumbres
garras de águila. Dies irae.
Lo doloroso no es morir
Dies illa acá o allá,
sino sin gloria…
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Tus abuelos
fecundaron la tierra toda,
la empapaban de la aventura.
Cuando caía un español
se mutilaba el universo.
Los velaban no en D’Agostino
Funeral Home, sino entre hogueras,
entre caballos y armas. Héroes
para siempre. Estatuas de rostro
borrado. Vestidos aún
sus colores de papagayo,
de poder y de fantasía.
Él no ha caído así. No ha muerto
por ninguna locura hermosa.
(Hace mucho que el español
muere de anónimo y cordura,
o en locuras desgarradoras
entre hermanos: cuando acuchilla
pellejos de vino derrama
sangre fraterna). Vino un día
porque su tierra es pobre. El mundo
Libérame Dómine es patria.
Y ha muerto. No fundó ciudades.
No dio su nombre a un mar. No hizo
más que morir por diecisiete
dólares (él los pensaría
en pesetas) Réquiem aetérnam.
Y en D’Agostino lo visitan
los polacos, los irlandeses,
los españoles, los que mueren
en el week-end.
Réquiem aetérnam.
Definitivamente todo
ha terminado. Su cadáver
está tendido en D’Agostino
Funeral Home. Haskell. New Jersey.
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Se dirá una misa cantada
por su alma.
Me he limitado
a reflejar aquí una esquela
de un periódico de New York.
Objetivamente. Sin vuelo
en el verso. Objetivamente.
Un español como millones
de españoles. No he dicho a nadie
que estuve a punto de llorar.
José Hierro (1922 - 2002)
De Cuanto sé de mí, 1957
Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí
Domingo, 7 de junio de 2020
Rafael Cadenas: Derrota
Venezolano, militante comunista,
antiestalinista y debelador incansable de
todas las formas de la tiranía.
Rafael Cadenas es uno de los intelectuales
imprescindibles de Nuestra América, donde
todavía hay poetas que son referentes
morales. El poder los premia y los silencia.
En forma de poema enumerativo, Rafael pasa la mirada, entre sarcástica, amable e irónica,
sobre sí mismo; para hacer el retrato del alma y la vida de un inadaptado, de un
antihéroe...
¡Tan tierno! ¡Tan igual a nosotros!
Derrota
Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme
es una solución)
que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más
aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo
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que soy objeto de risa para mí mismo
que creí que mi padre era eterno
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una
risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en
la vida
que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo
que tengo vergüenza por actos que no he cometido
que poco me ha faltado para echar a correr por la calle
que he perdido un centro que nunca tuve
que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en el limbo
que no encontré nunca quién me soporte
que fui preterido en aras de personas más miserables que yo
que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré muchas veces
más burlado en mi ridícula ambición
que estoy cansado de recibir consejos de otros más aletargados que
yo
(«Ud. es muy quedado, avíspese, despierte»)
que nunca podré viajar a la India
que he recibido favores sin dar nada a cambio
que ando por la ciudad de un lado a otro como una pluma
que me dejo llevar por los otros
que no tengo personalidad ni quiero tenerla
que todo el día tapo mi rebelión
que no me he ido a las guerrillas
que no he hecho nada por mi pueblo
que no soy de las FALN y me desespero por todas estas cosas y por
otras cuya enumeración sería interminable
que no puedo salir de mi prisión
que he sido dado de baja en todas partes por inútil
que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día
sereno
que me niego a reconocer los hechos
que siempre babeo sobre mi historia
que soy un imbécil y más que imbécil de nacimiento
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que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido
encontrarlo
que no lloro cuando siento deseos de hacerlo
que llego tarde a todo
que he sido arruinado por tantas marchas y contramarchas
que ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecable
que no soy lo que soy ni lo que no soy
que a pesar de todo tengo un orgullo satánico aunque a ciertas horas
haya sido humilde hasta igualarme a las piedras
que he vivido quince años en el mismo círculo
que me creí predestinado para algo fuera de lo común y nada he
logrado
que nunca usaré corbata
que no encuentro mi cuerpo
que he percibido por relámpagos mi falsedad y no he podido
derribarme, barrer todo y crear de mi indolencia, mi flotación, mi
extravío una frescura nueva, y obstinadamente me suicido al
alcance de la mano
me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome
de los otros y de mí hasta el día del juicio final.
Rafael Cadenas (1930- )
-Poema escrito en 1962
Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí
Sábado, 6 de junio de 2020
Francisco Brines: Collige, virgo, rosas
Francisco Brines de la Generación de los 50.
Casi toda su poesía gira en torno a una
infancia mitificada e irremisiblemente
perdida. La exaltación de la vida infantil y el
lamento por el paso del tiempo.
El poema es una variante del tópico del
"Carpe Diem" (vive, captura el día, el
presente).
La variante incide más en el carácter pasajero de la juventud: es el tópico del "Collige,
virgo, rosas" (Coge, doncella, las rosas") que debemos al poeta latino Ausonio
Es una incitación a disfrutar de la juventud y, la belleza, puesto que son efímeras como las
rosas. El tópico se refiere a un disfrute marcadamente erótico-sexual.
En el poeta hay también una cierta nostalgia de su propia juventud y una cierta envidia.
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Como en la tradición clásica, la noche es cómplice del amor, en cambio el alba, que nos
enfrenta a nuestros afanes y quehaceres diarios, es su enemiga.
Collige, virgo, rosas
Estás ya con quien quieres. Ríete y goza. Ama.
Y enciéndete en la noche que ahora empieza,
y entre tantos amigos (y conmigo)
abre los grandes ojos a la vida
con la avidez preciosa de tus años.
La noche, larga, ha de acabar al alba,
y vendrán escuadrones de espías con la luz,
se borrarán los astros, y también el recuerdo,
y la alegría acabará en su nada.
Mas, aunque así suceda, enciéndete en la noche,
pues detrás del olvido puede que ella renazca,
y la recobres pura, y aumentada en belleza,
si en ella, por azar, que ya será elección,
sellas la vida en lo mejor que tuvo,
cuando la noche humana se acabe ya del todo,
y venga esa otra luz, rencorosa y extraña,
que antes que tú conozcas, yo ya habré conocido.
Francisco Brines (1932- )
De El otoño de las rosas, 1986
Viernes, 5 de junio de 2020
Ramón de Garciasol: Arenga a las rosas y a los hombres
Miguel Alonso Calvo conocido
como Ramón de Garciasol, nació en 1913
en Humanes y era hijo del zapatero del
pueblo. Estudió bachillerato en el instituto
con Antonio Buero Vallejo, del que fue
amigo toda la vida.
Tuvo que cambiar su nombre literario para
que no se le relacionara con el Miguel
Alonso Calvo que había escrito encendidos
poemas durante la Guerra Civil, que fueron
publicados en UHP-Milicias Alcarreñas.
Vivió su exilio interior trabajando como corrector de estilo en la Colección Austral de
Espasa Calpe y participando activamente en cualquiera de los lugares donde se había
refugiado la memoria democrática.
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En medio de un mundo muy difícil, mantuvo la esperanza en la humanidad, como sucede
en este poema.
Arenga a las rosas y a los hombres
Rosas, creced, pujad, multiplicaos
hasta invadir las cajas de caudales,
hasta impedir las ametralladoras,
hasta sembrar la pólvora y el hierro
de luz y primavera,
hasta ocupar el odio y las entrañas
de obuses, bombas, balas y morteros.
¡Creced, rosas, creced! ¡Pujad sin tregua!
Llenad los ojos de los tocineros,
floreced los cerebros belicosos,
corroed de esperanza a los podridos,
iluminad la mente de las bestias,
que se alimentan de oro, y sangre, y lágrimas;
que son capaces de matar la vida
porque palpita y brilla en nuestras manos.
Árboles, aguas, pájaros, frutales,
mieses, vides, obreros, plantas, madres,
óleos, músicas, máquinas, ideas,
vamos a proclamar la resistencia
de amor contra la guerra.
Están sembrando el aire de temores
para amargarnos la alegría,
para que nos matemos tú y yo, hermano,
ahora que ya maduran los dolores, y el sentido
va a revelarse al mundo.
Trabajad de espaldas al temor. Abrid los ojos,
rosas, hombres, al bien y a la belleza.
¡Creced! ¡Cantad! La vida es nuestra.
La tierra es nuestra, y nuestro es el futuro.
Trabajos, pensamientos, esperanzas,
vuestros y nuestros, rosas, hombres.
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Nosotros encendemos las estrellas
y traemos el día. Por nosotros
se hará la paz.
Estamos en peligro, rosas, hombres,
perfume, sol, materia, inteligencia,
ciencia, fe, muerte, piedra, gracia, Dios.
¡Ahoguemos a los bárbaros en luces!
¡Avanzad, rosas, hombres! ¡Ocupad el mundo!
Ramón de Garciasol (1913-1994)
De Palabras mayores, 1952
Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí
Jueves, 4 de junio de 2020
Jack Lindsay: Misa de Requiem por los ingleses caídos...
La Guerra Civil Española produjo un
movimiento de solidaridad en el mundo
intelectual que produjo una gran literatura.
De toda ella he elegido el poema que sigue
porque, además de ser muy bueno y muy
poco conocido Aníbal Nuñez hizo una
traducción muy creativa de él.
El poema está dedicado a los brigadistas ingleses que murieron en la Guerra de España
defendiendo la libertad de toda la humanidad (¿quién puede decir que su sacrificio fue en
vano?).
El poema es una elegía, género literario en que se recuerda la vida y la muerte de alguien.
Es un tópico de estos poemas el tema del "ubi sunt" (dónde están). El ¿dónde está? de este
poema tiene un nuevo significado en la voz del poeta: nos interpela a los vivos para que
tomemos el testigo de los que han muerto.
Misa de Réquiem por los ingleses caídos en la Brigada
Internacional
Pasad lista a los muertos, que nosotros,
los vivos, aún podemos responder, bajo el arco de paz
juntos donde el lamento de la alondra es la única metralla,
un rocío de canción, una guirnalda del cielo caída en tierra
desde el silencio azul de luz que bulle
en esta hora presente de tregua que presagia
el triunfo final, invocad con orgullo
los hombres cuyos huesos ahora yacen en la tierra de la libertad.
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Resistir en el risco de la aurora para tocar diana.
Escuchad el tañido de silencio, recordando.
Este instante de honor con el futuro reaviva vuestros corazones,
y ya saboreamos, como nupcias en un beso primero,
la hora en que el último dique de la ira
cae y la rugiente noche es tibiamente balizada
con prendas de hermandad, los pueblos-mundo unidos,
mundo sin fin, el alba sobre la tierra de la libertad.
Preguntad a esa águila que gritó en las alturas
en qué hoguera de muerte bloquearon los obreros españoles
del Guadarrama el paso con sus muertos.
Águila de España, desde tu nido de los cielos
contesta:¿Dónde están ellos ahora, los jóvenes y bravos?
Los muertos fraternales fluyen de los clarines.
¿Dónde están esas caras que buscamos, esas caras inglesas?
Que los vivos respondan a la lista de muertos.
¿Dónde está él ahora, alegre corazón de primavera,
en aventuras rico, errante desde donde
la luna de Samara de un sauce curvo cuelga
a donde el congestivo Londres coagula con toxinas
la vena aorta de Inglaterra? En fuerza de piedad,
como vivió, murió, y las balas gimieron
a través de las ramas del invierno sobre su cara rota.
¿Dónde está Ralph Fox el de Yorkshire?
¿Dónde está él ahora, el vehemente muchacho que advirtió
el sino de Inglaterra pálido sobre la luna oscense?
Donde salpican las granadas enormes flores de destrucción,
redioses llameantes de locura, plumas fuente de horror,
la libertad debe ponerse en marcha o la tierra rendirse
a esos sus raptores; de ese modo caminaré con libertad
y tras de la agonía arrancaréis frutos en el jardín.
¿Dónde está John Cornford de Cambridge?
¿Dónde está él ahora, voz entre muchas voces,
quien dijo:"En la prisión de la pobreza los inocentes están presos,
los ladrones encierran a sus víctimas". Protestaba su voz.
Y, sentenciado, vio, a través de una pared de piedra, la verdad.
Más clara esa pared de privación que ningún argumento.
Golpeó en la piedra con su mano y juró hacerla añicos,
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cogió un fusil y atravesó en España esa pared.
¿Dónde está Wilf Jobling de Chopwell?
¿Dónde está él ahora, quien, entre el chirrido de las planchas
del castillo de proa del mercante, escuchaba? Las aguas
brotando de los escobenes, y el barco estremeciéndose se hundía.
Él supo quién estaba traficando, quien amañó las instrucciones para
obtener el dinero del seguro, mientras se hundía la tripulación.
Llevando una camilla por entre las trincheras del peligro,
he encontrado, repuso, el camino de casa antes que Madrid.
¿Dónde está Davidovitch de Bethnal Green?
¿Dónde está ahora aquel que vino a luchar pronto?
En Sidney, mientras en torno a Pinchgut chillaban las gaviotas, se
enteró
resistiendo desahucios, de que toda la gente estaba desahuciada
del mundo que había hecho y aplastada en tugurios de pena.
Volvió, de polizón, a Edimburgo
mas gritó: "Me mantengo en los abiertos lazos del propósito
viajando a España donde el pueblo clama por sus derechos".
¿Dónde está Jack Atkinson de Hutl?
Sobre la azul y delicada silueta de las sierras
las escarpas desnudas se elevan en aristas y planos imprecisos
en donde el mediodía extrae de los barrancos toda sombra,
chirrían los caproni*. ¿Es este un país extraño
tú, escocés? No. Lo he reconocido. Mira:
Los niños de la aldea cierran sus puños como bienvenida.
Porque somos aquellos en quienes el amor se hace justicia.
¿Dónde está James Wark de Airdrie?
¿Dónde está ahora aquél, líder en Londres de los autobuses,
en olivares ásperos del sector del Jarama,
el comandante de una compañía? Enjugándose el polvo de sus ojos,
se reía. Y blandiendo su ametralladora hacia la línea
de los fascistas tambaleantes, a la parte más alta
mandó a sus hombres. Las ardientes rocas se abrían golpeando,
la cortina de fuego batiendo en la colina.
¿Dónde está Bill Briskey de Dalston?.
¿Dónde está ahora aquél, el camarada de la risa pronta?
Tras los secos terrenos el reptaba con sangrantes rodillas,
el sudor empañaba la distancia aplastante. Seguía abriendo fuego,
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garras de ardor clavándose en su brazo
que arañaba la piedra. Una oleada rugiente
inflamada brotó. Mientras se lo llevaban,
muriéndose, cantaba la Internacional.
¿Dónde está Alan Craig de Maryhill?
Tanques daban bandazos en las cuestas, y hombres con sus rodillas
y sus manos
se abalanzaban al fragor del combate tambaleándose
cabizbajos. El crepitar de nuestras armas se ahogaba,
el estruendo agobiaba y hacía oscilar la tierra, y vacilante
la floja fila tropezaba en matojos de hierba,
cabeceando torpemente. Fuera de la trinchera saltamos,
los tanques nos pisaban los talones, crujiendo; pero ¿dónde está el
que nos dirige?
¿Dónde está Robert Symes de Hamphsire?
¿Dónde está ahora aquél que, marchando en manifestaciones,
supo que su camino contra la opresión
conducía al frente de España? Pues se manifestaba
en un país marcado por chulerías amenazantes,
Inglaterra marchita en arrabales por las bombas-ponzoña de
codicia,.
Esa ruta de cólera y de amor ha de llevar a España
los clamores por el No Pasarán en Trafalgar Square.
¿Dónde está Tommy Dolan de Sunderland?
¿Dónde está el que vendía el Daiy Worker?
El cartel que su mano agitaba: una bandera roja
izada sobre las barricadas de la elección.
He visto el mundo dividirse ante la voz de la verdad,
nada hay de extraño, pues, en el son de esta guerra.
He visto sus primeras escaramuzas, cuando la policía sacaba las
porras
y cargaba contra mis amigos; por eso me iré a España.
¿Dónde está Jock Tadden de Dundee?
Esta guerra tiene raíces por doquier, en el solar de la miseria.
Él contempló en las mates pizarras la luna reluciente,
un goteo lechoso de luz burlándose de la boca del hombre,
una promesa de belleza limpia, pendón de libertad.
53 de 174
Y, a media noche, bostezando, roto por los fantasmas de un dolor
antiguo
hasta que se tomó la decisión como un rayo de luna fluyendo
por las barras de hierro a los pies de la cama.
¿Dónde está T. J. Carter de West Hartlepool?
Al igual que el verano es asociado a los pequeños conos rojos del
alerce,
así la plenitud de libertad se hará patente en estos,
los camaradas nuestros, a su hora. Puesto que, a menos que el
comienzo
primaveral esté aquí en las lanzas del narciso
y en los ojos de pez-erizo esmeralda en la tiniebla acuática,
ningún soplo estival lustrará la cereza ni ajará
la dorada cosecha de la colina. Así gritamos:
¿Dónde está Syd Avner de Stoke Newington?
A estos hombres, modelo de los ingleses muertos en España,
convocamos aquí en el recóndito silencio de la Primavera,
alzándose entre grises nubes de clemátides,
botones de oro ardiendo en los barrancos del atardecer,
la dulzura trenzada en los amentos del avellano.
Aquí, en este momento del verde espino en Inglaterra,
los conjuramos, brevemente, como un impulso azur de flor al viento
y perdurable como la tierra de la unidad.
Jack Lindsay (1900-1990)
De Who are the English?, 1939
(*) El Caproni Ca.133 fue un avión de transporte y bombardero ligero utilizado por las fuerzas sublevadas
durante la Guerra Civil Española.
Miércoles, 3 de junio de 2020
Miguel Hernández: Como el toro he nacido para el luto...
Lo mejor de la poesía de Miguel Hernández
se produce cuando el apasionamiento
espontáneo, juvenil y rural se contiene para
amoldarse a una forma poética difícil, cual
es el soneto. Ahí se produce el equilibrio
entre fondo y forma, que siempre ha
producido las mejores obras en todas las
artes.
54 de 174
En la época en que se escribe este poema, Miguel Hernández vive una esquizofrenia
amorosa entre Maruja Mayo y Josefina Manresa, que son la encarnación de dos mundos
diferentes.
No sabemos en quien estaba pensando cuando escribe el poema, y ese detalle es muy
importante para interpretarlo adecuadamente.
Es claro que el poema gira en torno a la frustración del deseo sexual porque no hay
compenetración entre el toro (Miguel Hernández) y el torero (Josefina le rehuye, Maruja
juega con él).
Por entonces, Miguel Hernández se ganaba la vida colaborando en la Gran Enciclopedia
Taurina, dirigida por José María Cossío.
Como el toro he nacido para el luto...
Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.
Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.
Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.
Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.
Miguel Hernández (1910-1942)
De El rayo que no cesa, 1936
Para oir el poema en la voz de Fernando Guillén, pulsar aquí
Martes, 2 de junio de 2020
Alberti: Lo que dejé por ti
En 1963, María Teresa León y Rafael
Alberti se instalan en el Trastevere de
Roma, en la misma casa donde había vivido
Ignacio de Loyola. Cuenta Alberti en sus
memorias que los españoles iban a Roma a
ver al Papa o a verle a él.
55 de 174
La proximidad a España aumenta la nostalgia que siempre le acompañó en el exilio y que
aparece evidente en el soneto que sigue.
Yo creo que la ciudad de Roma ha sido la más cantada por los poetas porque es un símbolo
capaz de evocar múltiples sugerencias.
El soneto es un ejemplo de la facilidad de Alberti para hacer una poesía que parece surgir
de forma natural. Basta la personificación de Roma, tratada como una enamorada a la que
ofrece su vida anterior a “cambio de tenerte”.
Lo que dejé por ti
Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.
Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.
Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.
Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.
Rafael Alberti (1902-1999)
De Roma, peligro para caminantes, 1968
Para oir el poema en la voz de César Gómez, pulsar aquí
Lunes, 1 de junio de 2020
Lorca: Grito hacia Roma (desde la torre del Chrysler
Building)
En 1929, mientras Lorca estaba en Nueva
York, el Papa Pío XI firmó un acuerdo con
Mussolini por el cual este reconocía el
Estado Vaticano y a cambio recomendaba a
los católicos apoyar a Mussolini. Además
bendijo las tropas italianas con sus tanques
incluidos que iban a conquistar Abisinia
(actual Etiopía) en la propia Plaza del
56 de 174
Vaticano (cuando vayáis allí, imaginad esa
terrible escena).
La primera estrofa es una maldición a la ciudad de Roma (sede de la cristiandad). Lo
demás va dirigido directamente sobre el Papa fascista. Él es "el hombre que se orina en
una deslumbrante paloma, el hombre que desprecia la paloma, el hombre vestido de
blanco, el viejo de las manos traslúcidas."
El poema tiene un lenguaje surrealista, que a veces es difícil interpretar, pero, si
entendemos el contexto en que se produjo, podemos percibir la protesta de Lorca. Las
imágenes alucinantes no ocultan el sentido del conjunto del poema, algo característico del
Surrealismo español. Por otra parte hay versos clarísimos.
Lorca lanza, desde lo alto de rascacielos más alto de su tiempo, un "grito contra Roma y a
favor de los que sufren. Son claras las raíces cristianas y las referencias evangélicas
del poema. ( Dalí decía a Lorca en una carta: Tu eres una borrasca cristiana.)
Grito hacia Roma (Desde la torre del Chrysler Building)
Manzanas levemente heridas
por los finos espadines de plata,
nubes rasgadas por una mano de coral
que lleva en el dorso una almendra de fuego,
peces de arsénico como tiburones,
tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud,
rosas que hieren
y agujas instaladas en los caños de la sangre,
mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula
que untan de aceite las lenguas militares
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma
y escupe carbón machacado
rodeado de miles de campanillas.
Porque ya no hay quien reparta el pan ni el vino,
ni quien cultive hierbas en la boca del muerto,
ni quien abra los linos del reposo,
ni quien llore por las heridas de los elefantes.
No hay más que un millón de herreros
forjando cadenas para los niños que han de venir.
No hay más que un millón de carpinteros
que hacen ataúdes sin cruz.
No hay más que un gentío de lamentos
que se abren las ropas en espera de la bala.
57 de 174
El hombre que desprecia la paloma debía hablar,
debía gritar desnudo entre las columnas,
y ponerse una inyección para adquirir la lepra
y llorar un llanto tan terrible
que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante.
Pero el hombre vestido de blanco
ignora el misterio de la espiga,
ignora el gemido de la parturienta,
ignora que Cristo puede dar agua todavía,
ignora que la moneda quema el beso de prodigio
y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán.
Los maestros enseñan a los niños
una luz maravillosa que viene del monte;
pero lo que llega es una reunión de cloacas
donde gritan las oscuras ninfas del cólera.
Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas
sahumadas;
pero debajo de las estatuas no hay amor,
no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo.
El amor está en las carnes desgarradas por la sed,
en la choza diminuta que lucha con la inundación;
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre,
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.
Pero el viejo de las manos traslucidas
dirá: amor, amor, amor,
aclamado por millones de moribundos;
dirá: amor, amor, amor,
entre el tisú estremecido de ternura;
dirá: paz, paz, paz,
entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita;
dirá: amor, amor, amor,
hasta que se le pongan de plata los labios.
Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto,
los negros que sacan las escupideras,
los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los directores,
58 de 174
las mujeres ahogadas en aceites minerales,
la muchedumbre de martillo, de violín o de nube,
ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro,
ha de gritar frente a las cúpulas,
ha de gritar loca de fuego,
ha de gritar loca de nieve,
ha de gritar con la cabeza llena de excremento,
ha de gritar como todas las noches juntas,
ha de gritar con voz tan desgarrada
hasta que las ciudades tiemblen como niñas
y rompan las prisiones del aceite y la música,
porque queremos el pan nuestro de cada día,
flor de aliso y perenne ternura desgranada,
porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra
que da sus frutos para todos.
Federico García Lorca (1898- 1936)
Para oir el poema en la voz de Alfredo Alcón, pulsar aquí
Domingo, 31 de mayo de 2020
Joan Maragall: Oda a Espanya
La lengua catalana había sido vehículo de
una rica literatura hasta el siglo XV, que se
cierra con las grandes figuras: Ausías Marc
y Joanot Martorell. En el siglo XVI
desaparece como lengua de cultura,
sustituída por el castellano. La
reivindicación romántica de la patria y el
ascenso social de la burguesía catalana
impulsan la Renaixença durante la segunda
mitad del siglo XIX.
Joan Maragall, abuelo del que hemos conocido como presidente de La Generalitat, publica
en 1898 (el año del Desastre) esta "Oda a Espanya".
El poema puede ser interpretado desde muy diferentes perspectivas: Para algunas
personas es una prueba de amor a España, para otras expresa la esperanza de una España
diferente, para otras es la expresión de una concepción federal de España, hay quien ve en
el texto un sentimiento de superioridad casi racista y otras se quedan solo con el "Adéu,
Espanya".
En resumen, las mismas opciones que ahora.
59 de 174
Oda a Espanya
Escolta, Espanya, — la veu d’un fill
que et parla en llengua — no castellana:
parlo en la llengua — que m’ha donat
la terra aspra;
en ‘questa llengua — pocs t’han parlat;
en l’altra, massa.
T’han parlat massa — dels saguntins
i dels qui per la pàtria moren;
les teves glòries — i els teus records,
records i glòries — només de morts:
has viscut trista.
Jo vull parlar-te — molt altrament.
Per què vessar la sang inútil?
Dins de les venes — vida és la sang,
vida pels d’ara — i pels que vindran;
vessada, és morta.
Massa pensaves — en ton honor
i massa poc en el teu viure:
tràgica duies — a mort els fills,
te satisfeies — d’honres mortals
i eren tes festes — els funerals,
oh trista Espanya!
Jo he vist els barcos — marxar replens
dels fills que duies — a que morissin:
somrients marxaven — cap a l’atzar;
i tu cantaves — vora del mar
com una folla.
On són els barcos? — On són els fills?
Pregunta-ho al Ponent i a l’ona brava:
tot ho perderes, — no tens ningú.
Espanya, Espanya, — retorna en tu,
arrenca el plor de mare!
Salva’t, oh!, salva’t — de tant de mal;
60 de 174
que el plor et torni feconda, alegre i viva;
pensa en la vida que tens entorn:
aixeca el front,
somriu als set colors que hi ha en els núvols.
On ets, Espanya? — No et veig enlloc.
No sents la meva veu atronadora?
No entens aquesta llengua — que et parla entre perills?
Has desaprès d’entendre an els teus fills?
Adéu, Espanya!
Joan Maragall (1860-1911)
Oda a España
Escucha, España, la voz de un hijo
que te habla en lengua no castellana;
hablo en la lengua que me ha legado
la tierra áspera;
en esta lengua pocos te hablaron;
en la otra, demasiado.
Demasiado de los saguntinos
y de los que mueren por la patria;
y por tus glorias y tus recuerdos,
recuerdo y gloria de cosas muertas,
triste has vivido.
De distinta manera quiero hablarte.
¿Por qué derramar la sangre inútil?
La sangre es vida, si está en las venas,
vida hoy, vida para los que vengan;
vertida, es muerte.
Demasiado pensaste en tu honor
y escasamente en tu vida:
tus hijos, trágica, diste a la muerte.
Mortales honras te satisfacían;
tus fiestas eran tus funerales,
¡oh triste España!
Yo vi barcos zarpar repletos
61 de 174
de hijos que a la muerte entregabas:
sonriendo iban hacia el azar,
y tú cantabas junto a la mar
como una loca.
¿Dónde tus barcos? ¿Dónde tus hijos?
Pregúntalo al Poniente, a la ola brava:
perdiste todo, a nadie tienes.
¡España, España, vuelve en ti,
rompe el llanto de madre!
Sálvate, sálvate de tantos males;
que el llanto te haga alegre, fecunda y viva;
piensa en la vida que te rodea;
alza la frente,
sonríe ante los siete colores del iris.
¿Dónde estás España, dónde que no te veo?
¿No oyes mi voz atronadora?
¿No comprendes esta lengua que entre peligros te habla?
¿A tus hijos no sabes ya entender?
¡Adiós, España!
Joan Maragall (1860-1911)
Para oir el poema en catalán, en la voz de Nuria Martín, pulsar aquí
Para oir el poema en castellano, en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí
Sábado, 30 de mayo de 2020
Kavafis: Las Termópilas
Kavafis es un griego de la diáspora que,
desde el anonimato de una oficina de
Alejandría y con solo 154 poemas, se ha
convertido en el poeta referente del
CULTURALISMO del Siglo XX.
Reelabora un suceso histórico, legendario o
literario (Preferentemente de la Grecia
clásica o bizantina) que permite establecer
un paralelismo con el momento presente.
La reflexión ética que lo acompaña se convierte en tema poético. Para comprender el
poema es preciso conocer el referente cultural que lo sustenta.
En este poema es el rey Leónidas y los trescientos soldados que según la leyenda
defendieron el paso de Las Termópilas ante el rey persa Jerjes y la traición de Efialtes.
62 de 174
(Efialtes era un pastor que enseñó un camino oculto a los persas, por donde estos pudieron
pasar eludiendo el paso de las Termópilas. Los griegos lo consideraron el traidor por
antonomasia.)
El lenguaje ha huido de todo elemento retórico y toda tradición literaria.
Muchas veces hemos visto como los que defendían con nosotros las Termópilas se han
pasado a los persas.
No importa, aunque aparezca Efialtes y finalmente pasen los persas, ya es premio
suficiente cumplir con nuestro deber y nuestro papel en la vida.
Las Termópilas
Honor a aquellos que en sus vidas
custodian y defienden las Termópilas.
Sin apartarse nunca del deber;
justos y rectos en sus actos,
no exentos de piedad y compasión;
generosos cuando son ricos, y también
si son pobres, modestamente generosos,
cada uno según sus medios;
diciendo siempre la verdad,
mas sin guardar rencor a los que mienten.
Y más honor aún les es debido
a quienes prevén (y muchos prevén)
que Efialtes aparecerá finalmente
y pasarán los Persas.
1901, Konstantino Kavafis (1863-1933)
Viernes, 29 de mayo de 2020
Enrique González: Tuércele el cuello al cisne...
El tapatío Enrique González
Martínez encabeza una saga de grandes
poetas que llega hasta la actualidad.
En 1914 publicó este famoso soneto que
acabó con el Modernismo y abrió el camino
de las vanguardias a la poesía en español.
Frente al cisne como símbolo modernista,
nos presenta el búho, que acompaña a Palas
Atenea, nacida de la cabeza de Zeus y diosa
de la inteligencia.
Se trata de poner el énfasis en el arte como conocimiento más que como puro adorno
formal.
63 de 174
Una vez torcido el cuello al cisne, también nosotros dejamos el Modernismo.
Tuércele el cuello al cisne...
Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje
que da su nota blanca al azul de la fuente;
él pasea su gracia no más, pero no siente
el alma de las cosas ni la voz del paisaje.
Huye de toda forma y de todo lenguaje
que no vayan acordes con el ritmo latente
de la vida profunda... y adora intensamente
la vida, y que la vida comprenda tu homenaje.
Mira al sapiente búho cómo tiende las alas
desde el Olimpo, deja el regazo de Palas
y posa en aquel árbol el vuelo taciturno...
Él no tiene la gracia del cisne, mas su inquieta
pupila, que se clava en la sombra, interpreta
el misterioso libro del silencio nocturno.
Enrique González Martínez (1871-1952)
De Los senderos ocultos, 1914
Para oir el poema en la voz de Francisco Fernández, pulsar aquí
Jueves, 28 de mayo de 2020
Amado Nervo: En paz
El mexicano Amado Nervo evoluciona
desde un Modernismo sonoro y brillante a
otro más personal, en el que destaca un
cierto misticismo, que explica el contenido
de este poema.
Desde el Romanticismo, predomina en la
poesía la queja ante un mundo hostil; por
eso es de agradecer la visión de un hombre
en paz con el mundo que nos ofrece en este
poema Amado Nervo, visión que abre el
camino por donde transitarán Neruda,
Jorge Guillén, Claudio Rodríguez... etc.
Como ejemplo del prestigio que tuvieron los poetas en un tiempo, cabe señalar que Amado
Nervo fue llevado desde Montevideo a Méjico en la mejor corbeta de la armada argentina y
escoltado por barcos argentinos, cubanos, venezolanos, uruguayos y brasileños.
Fue Amado Nervo quien dio en París el título de "La Princesa Paca" a Francisca Sánchez.
Poesia para el Confinamiento: Un poema cada día
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Poesia para el Confinamiento: Un poema cada día

  • 1. 1 de 174 Poemas para el confinamiento: “Un poema cada día” Ante la situación de confinamiento domiciliario sobrevenido por la crisis provocada por la epidemia COVID-19, Carlos Nuño Molina, miembro de la Junta de la Universidad Popular Carmen de Michelena de Tres Cantos, nos ha regalado cada día, durante 99 días, un poema escogido con singular acierto, dado su profundo amor por la poesía, y conocimiento de los poetas más señalados. Desde el 19 de marzo al 24 de junio de 2020 hemos podido soportar un poco mejor el citado confinamiento gracias a esos poemas que se han ido poniendo a disposición de todo el público en un Blog específico de nuestra web: https://www.universidadpopularc3c.es. Cada poema va acompañado de unas breves introducciones, realizadas también por Carlos Nuño. Solo nos resta agradeceros vuestro seguimiento durante todos estos días. Esperamos retomar la iniciativa después del verano. Mientras tanto os invitamos a releer los poemas elegidos en pequeñas dosis, saboreándolos, sin prisas. En cualquier caso: Feliz Verano y... ¡cuidaros mucho! Una vez finalizada esta etapa, hemos considerado conveniente reunir todos los poemas citados en un solo documento digital, al cual se podrá acceder desde la página del blog citado, pero que intentamos tenga acceso directo desde los Buscadores de Internet. Este documento, que ya tienen ustedes en sus manos, permitirá leer con mayor comodidad los poemas. Todas las imágenes, audios y videos, a menos que se indique lo contrario, se han tomado de Internet, asumiendo que son de dominio público. En el caso de que haya habido un malentendido y/o un error o una presunta violación en la interpretación de los derechos de autor -en ningún caso intencionada y sin propósito comercial alguno- el material inapropiado será retirado inmediatamente después de que se solicite. All images & other media, unless otherwise noted, were taken from the internet and are assumed to be in the public domain. in the event that there is still a problem or error with copyrighted material, the break of the copyright is unintentional and noncommercial and the material will be removed immediately upon request.
  • 2. 2 de 174 Índice 1 Núm. Pág. Fecha Autor Título 5 24-6-2020 Juglar anónimo siglo XV Romance del Infante Arnaldos 6 23-6-2020 Juan Luis Panero Noche de San Juan 7 22-6-2020 Felipe Benítez Reyes Noche de San Juan 8 21-6-2020 Javier Gallego "Crudo” Nosotros 10 20-6-2020 Ana Pérez Cañamares Capitalismo 14 19-6-2020 María José Martín de la Hoz “Ajo” Micropoemas 16 18-6-2020 Pilar Adón ¿Quién me va cuidar...? 17 17-6-2020 Mónica Doña El beso de Klimt 19 16-6-2020 Juan Carlos Mestre Poema del lejano 20 15-6-2020 Eduardo Jordá Nada deben 22 14-6-2020 Fina García-Marruz En la muerte de Ernesto “Che” Guevara 31 13-6-2020 Jon Juaristi Sátira primera 33 12-6-2020 Wisława Szymborska La mujer de Lot 35 11-6-2020 Jaime Siles Semáforos, semáforos 37 10-6-2020 Joaquín Márquez: Invocación inmoral ante las ruinas de Itálica 38 9-6-2020 Pere Gimferrer Cascabeles 41 8-6-2020 José Hierro: Réquiem 44 7-6-2020 Rafael Cadenas Derrota 46 6-6-2020 Francisco Brines Collige, virgo, rosas 47 5-6-2020 Ramón de Garciasol Arenga a las rosas y a los hombres 49 4-6-2020 Jack Lindsay Misa de Réquiem por los ingleses caídos... 53 3-6-2020 Miguel Hernández Como el toro he nacido para el luto... 54 2-6-2020 Rafael Alberti Lo que dejé por ti 55 1-6-2020 Federico García Lorca Grito hacia Roma (desde la torre del Chrysler Building) 58 31-5-2020 Joan Maragall Oda a Espanya 61 30-5-2020 Kavafis Las Termópilas 62 29-5-2020 Enrique González Tuércele el cuello al cisne... 63 28-5-2020 Amado Nervo En paz 64 27-5-2020 José Martí Versos sencillos 66 26-5-2020 Luis Lloréns Torres A Puerto Rico 67 25-5-2020 Teresa Wilms Montt Soy Teresa Wilms Montt... 68 24-5-2020 Alfonsina Storni Bien pudiera ser 69 23-5-2020 Antonio Machado Es una tarde cenicienta y mustia 70 22-5-2020 Delmira Agustini El intruso 71 21-5-2020 Rubén Darío Sonatina 74 20-5-2020 Charles Baudelaire El albatros 74 19-5-2020 Walt Whitman Canto a mí mismo 77 18-5-2020 Bernardo López García Oda al Dos de Mayo 80 17-5-2020 William Wordsworth Oda a la inmortalidad 81 16-5-2020 Antonio Ros de Olano: El penado
  • 3. 3 de 174 Índice 2 Núm. Pág. Fecha Autor Título 82 15-5-2020 José Zorrilla: A la memoria de Larra... 84 15-5-2020 Rosalía de Castro Lieders 86 13-5-2020 Carolina Coronado A la abolición de la esclavitud... 87 12-5-2020 Gertrudis Gómez de Avellaneda A él 88 11-5-2020 Bécquer Rima VII, Del salón en el... 89 10-5-2020 Espronceda A Jarifa, en una orgía 93 9-5-2020 Leopoldo María Panero Canción pirata 97 7-5-2020 Antonio Gamoneda Descripción de la mentira 99 7-5-2020 Caballero Bonald Secta 100 6-5-2020 Josefa Parra Sentidos 102 5-5-2020 Raquel Lanseros Invocación 103 4-5-2020 Fernando Valverde Celia 106 3-5-2020 Luis Cernuda Díptico español 109 2-5-2020 Manuel Machado Adelfos 110 1-5-2020 Eugène Pottier La Internacional 114 30-4-2020 Anónimo Pájaros Negros 116 29-4-2020 León Felipe Romero sólo... 117 28-4-2020 Juan Ramón Jiménez Primavera amarilla 118 27-4-2020 Pablo Neruda Una canción desesperada 120 26-4-2020 Eduardo Galeano Los nadie 122 25-4-2020 Luis Alberto de Cuenca La malcasada 123 24-4-2020 Roberto Fernández Retamar: Felices los normales 124 23-4-2020 Miguel de Cervantes ¿Quién dejará del verde prado umbroso... 125 22-4-2020 El Archipoeta La confesión goliarda 129 21-4-2020 Félix Grande El desterrado del Espasa 132 20-4-2020 Francisca Aguirre Hace tiempo 133 19-4-2020 García Baena Bajo la dulce lámpara 135 18-4-2020 Vicente Gaos Testamento 137 17-4-2020 Carmen Conde Nostalgia de mujer 138 16-4-2020 Dámaso Alonso Insomnio 139 15-4-2020 Ángela Figueras No quiero 141 14-4-2020 Vicente Aleixandre En la plaza 142 13-4-2020 John Cornford A Margot Heinemann 144 12-4-2020 Ana María Martínez Sagi Venía tu cuerpo moreno 145 11-4-2020 Pedro Garfias Entre España y México 147 10-4-2020 Lucía Sánchez Saornil Vida, pasión y muerte de Encarnación... 149 9-4-2020 Tomás Segovia Jiga 150 8-4-2020 Elena Medel Escribiré quinientas veces el nombre de mi madre 151 7-4-2020 Olga Orozco Mujer en su ventana 153 6-4-2020 Soledad Álvarez Clase de religión
  • 4. 4 de 174 Índice 3 Núm. Pág. Fecha Autor Título 154 5-4-2020 Beatriz Zuloaga Si preguntan por mí 155 4-4-2020 Juana Inés de Asbaje Esta tarde, mi bien, cuando ... 156 4-4-2020 María Rosal Tregua 157 2-4-2020 Anónimo del siglo XVI Letrilla 158 1-4-2020 Ana Rossetti Atrévete y sucederá 159 31-3-2020 Ida Vitale Obligaciones diarias 161 30-3-2020 Pablo Antonio Cuadra Interioridad de dos estrellas que arden 162 29-3-2020 Blas de Otero Fidelidad 163 28-3-2020 Rafael Sánchez Ferlosio Vendrán más años malos y nos harán más ciegos 163 27-3-2020 Hans Magnus Enzensberger Canción para los que saben 165 26-3-2020 César Vallejo Los heraldos negros 166 25-3-2020 José Ángel Valente Serán ceniza 167 24-3-2020 Jorge Luis Borges Los Justos 168 22-3-2020 Ángel González Me basta así 170 21-3-2020 Jaime Gil de Biedma De vita beata 170 20-3-2020 Horacio Carpe Diem 171 20-3-2020 Carilda Oliver Labra Me desordeno, amor, me desordeno 172 19-3-2020 Miguel d'Ors Pequeño testamento 173 18-3-2020 Alejandro Robino Instrucciones para capear el mal tiempo
  • 5. 5 de 174 Miércoles 24 de junio de 2020 Juglar anónimo del siglo XV: Romance del Infante Arnaldos Un juglar anónimo del S. XV dio forma definitiva a este maravilloso romance. Todo es misterio en el poema: quién era ese Infante Arnaldos, qué ventura o aventura le sucedió, en qué mar, quién era el marinero, qué decía su canción, quién le acompaña. Si el juglar nos hubiese contado todas esas cosas, nos hubiera dado una narración, una novela o un cuento. Callando a tiempo, ha convertido todos esos elementos en símbolos, en pura poesía, que pide la complicidad del lector. El núcleo del poema es la descripción de una galera maravillosa, "que a tierra quiere llegar" (como si tuviera voluntad propia) y de la que proviene la inefable canción del marinero, que apacigua las tempestades y atrae a las aves y a los peces, como el mítico Orfeo. Se han hecho muchas interpretaciones de este romance tan sugerente. Yo creo que lo que quiere decir es que "La Fortuna ayuda a los audaces"(Audaces Fortuna iuvat) "Yo no digo mi canción/ sino a quien conmigo va". Es decir: a quien se atreva a subir a la galera. Pero Arnaldos es un pusilánime que quiere saber los misterios (la canción del marinero) sin arriesgarse a vivir la aventura que le sugieren desde la galera. ¿Qué aventura?: una caza de amor, un viaje a lo desconocido más allá del mar misterioso, un viaje a ultratumba etc...Lo que cada persona quiera imaginar. Tenía que ocurrir en el día de San Juan. Romance del Infante Arnaldos ¡Quién hubiera tal ventura sobre las aguas del mar como hubo el infante Arnaldos la mañana de San Juan! Andando a buscar la caza para su falcón cebar, vio venir una galera que a tierra quiere llegar; las velas trae de sedas, la jarcia de oro torzal, áncoras tiene de plata, tablas de fino coral. Marinero que la guía, diciendo viene un cantar, que la mar ponía en calma, los vientos hace amainar; los peces que andan al hondo, arriba quieren andar; las aves que van volando, al mástil vienen posar. Allí habló el infante Arnaldos, bien oiréis lo que dirá: - Por tu vida, marinero, dígasme ora ese cantar. Respondióle el marinero, tal respuesta le fue a dar: - Yo no digo mi canción sino a quien conmigo va. Juglar anónimo del siglo XV Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí
  • 6. 6 de 174 Martes, 23 de junio de 2020 Juan Luis Panero: Noche de San Juan Juan Luis Panero tenía solo veinte y seis años cuando publica este poema, donde ya domina el carácter elegíaco, triste, lastimero de toda su poesía. El poeta ve tan insoportable la vida real que sólo tiene sentido huir de ella a un mundo literaturizado, preferiblemente dieciochesco o decadentista. En su Noche de San Juan destaca su soledad, su insignificancia frente al misterio de la noche estrellada. Al margen de las hogueras en la playa, que le parecen falsas como una postal, el recuerdo de dos poetas suicidas le sugieren la muerte: la verdad definitiva. También a Panero, la noche de San Juan le sirve para recordar. Noche de San Juan Anticuado, interrogo a las estrellas, su desnudo, inapelable misterio, mientras miro las llamas en la playa, en esta noche cuando empieza el verano. Lector de Drieu o Pavese, sé también lo sencillo que puede ser acabar con la historia, no preguntar ya nada, olvidar para siempre esta apariencia de tarjeta postal. Frente a mí, imperturbables, desveladas, pasan, en silencio, vida y muerte, evitando, con un rictus cansado, este fantasma insomne, este papel en blanco, esta hoguera apagada que perdura. Juan Luis Panero (1942 – 2013) De A través del tiempo, 1968
  • 7. 7 de 174 Lunes, 22 de junio de 2020 Felipe Benítez Reyes: Noche de San Juan La noche de fiesta, por antonomasia, es la Noche de San Juan, bella sólo para quien no tiene recuerdos, ya lejanos, de esa noche: "un tiempo frío dentro del corazón". El escenario nocturno y urbano, l@s jóvenes bebiéndose la vida y la evocación nostálgica de nuestra propia juventud son temas de la poesía de Felipe Benítez Reyes que conocimos en las canciones de Sabina. Los románticos y los autores de tangos han convertido en un tópico que la fiesta y la bebida sirven para olvidar (ahogar las penas, dicen). Es mentira: sirven para recordar. Otros jóvenes se adueñan de la vida y a los mayores solo nos queda la nostalgia. Noche de San Juan Qué secreta y hermosa es la noche festiva para aquel que no tiene pasado: un tiempo frío dentro del corazón. Qué exacta noche de fuego y juventud. Qué diferente ya de cuando éramos aquellos que en la sombra furtivos se besaban y reían. Las muchachas se obsequian como entonces y los amigos beben en una copa igual a la que ya apuramos cuando fuimos c0mo estos que ahora se adueñan de la vida. Felipe Benítez Reyes (1960 - ) De Sombras particulares, 1992 Para oir el poema en la voz de autor, pulsar aquí
  • 8. 8 de 174 Domingo, 21 de junio de 2020 Javier Gallego "Crudo": Nosotros El madrileño Javier Gallego, más conocido como creador y director del insólito programa radiofónico Carne Cruda, es también un notable poeta. En el libro El grito en el cielo (de título bien significativo) expresa la frustración de toda una generación de jóvenes atrapados por la crisis del 2008. En primera persona del plural, este poema se estructura a base de antítesis sucesivas entre las expectativas con las que crecieron y los desengaños con que tuvieron que vivir. Nosotros Nosotros que nos creíamos águilas imperiales con alas de plumas doradas desplegadas como planeadores para un vuelo estratosférico que sería la envidia de las nubes y que soñábamos con ascender más rápido que los cohetes por encima del polvo y de la fiebre más allá de planetas y satélites hasta donde la nada se pierde y todo comienza a suceder. Nosotros que queríamos llegar a la altura de los dioses para retarles a duelo y proclamarnos inmortales frente a la eternidad. Nosotros que íbamos a ser los primeros en saltar el horizonte con la gracia de un vallista, correr más veloces que el futuro y llegar al porvenir por delante del presente, que pensábamos atravesar los límites del límite sin encontrar nunca un final y veríamos amanecer antes que el sol y alcanzar todos los sueños. Nosotros que veníamos a cumplir las promesas incumplidas y a dar a nuestros genes una segunda oportunidad. Nosotros
  • 9. 9 de 174 que estábamos destinados a borrar la incertidumbre de los calendarios y los fracasos del álbum de fotos familiar porque podíamos cambiar la dirección del viento, el curso de los ríos y el sentido de las agujas del reloj. Nosotros que éramos jóvenes e invencibles como los héroes de un mural. Nosotros. Nosotros que estábamos en la flor de la vida cuando se declaró en instancias superiores un invierno permanente que nos heló la sangre y se nos cayeron las hojas como mechones de pelo y se endureció tanto la tierra y dolía tanto el aire que se nos pudrió el tallo y la carne se nos marchitó. Nosotros que fuimos mansos porque íbamos a heredar la tierra y pobres de espíritu porque nuestro era el reino de los cielos que no sentimos hambre ni sed de justicia hasta que tuvimos que dar de comer a la tenia del presidente y saciar el hígado de un inversor. Nosotros que nos creíamos invencibles hasta que fuimos derrotados en una oficina del paro, eternos hasta que firmamos el primer contrato temporal. Nosotros que hemos sido desterrados de nuestras casas y llamamos hogar a la zona de tránsito, hotel al albergue y restaurante al comedor social. Nosotros que teníamos todas las puertas abiertas pero acabamos arrojándonos por el balcón. Nosotros que somos sombras de lo que nunca fuimos,
  • 10. 10 de 174 que ni un solo día hemos sido héroes, que no volveremos a ser jóvenes, que no volveremos del destierro, que no. Nosotros que habitamos en el corazón de los desiertos. Javier Gallego "Crudo” (1975 - ) De El grito en el cielo, 2016 Sábado, 20 de junio de 2020 Ana Pérez Cañamares: Capitalismo En los últimos años, la poesía ha bajado a la calle para buscar al público. Se recita poesía en bares, se difunde por las redes sociales y trata los temas de la vida cotidiana. L@s poetas se han hecho activistas por necesidad y por vocación. En este campo, una de las poetas más activas y de más calidad es la tinerfeña Ana Pérez Cañamares a la que podemos encontrar recitando en Los Plómez, La Noche Boca Arriba, Aleatorio bar...etc. La poesía social de los años 50 y 60 quiso ser la voz de una mayoría que no tenía voz, la poesía social de hoy tiene unas pretensiones más humildes: habla de cómo el modelo socio-político imperante nos jode la vida, en primera persona. El poema de hoy, basado en la personificación del capitalismo, sirve como ejemplo.. Capitalismo El hombre seboso y trajeado se cuela en nuestra cama cada noche después de follarse al universo viene a susurrarnos nanas su obsesión por nosotros no descansa nunca en nuestros sueños nos persigue con su disfraz de perro, de vendedor, de cura de espiga de trigo, de pistola en el bolsillo su disfraz de muerte, su disfraz de vida sé que tú le gustas con ojeras yo le pongo cachondo cuando estoy cansada me quiere flaca aunque me tienta con chucherías y a ti elegante aunque te duelan los huesos me empuja a emborracharme pero no por diversión
  • 11. 11 de 174 sino para olvidar que mis horas de ocio se cierran siempre con balance negativo cuando estamos a punto de enfermar por agotamiento nos premia con unas vacaciones y nos tiende los billetes como el cazador lanza un hueso al galgo que ahorcará mañana me instiga a desear cosas que no necesito aunque él nunca tiene para mí un regalo dice que mis enemigos son aquellos que quieren lo mismo que yo porque no hay bastante nunca hay bastante para todos y nos cobra por lo que no es de nadie por el agua de lluvia por el sol y la arena por los claros del bosque y los manantiales secuestra a mi amor durante 10 horas cada día y cada día me lo devuelve más viejo con sus brazos lascivos abraza a mi hija y yo grito ¡huye! -he visto los primeros signos de rendición en su rostro inocente- pero no sé mostrarle la puerta de salida y más que mi felicidad, lo que a él le preocupa es atisbar en mi cara un rastro de consuelo que me permita llegar hasta la próxima tregua cada día me pone café en los labios para que aguante, y luego una pastilla que me aplaque los nervios para que descanse y duerma mientras él sigue haciendo conmigo lo que le viene en gana (a veces se tumba sobre mí y yo con los ojos abiertos miro al techo, y si se da cuenta me dice que ya va siendo hora de pintarlo) envenena la comida con que me alimenta
  • 12. 12 de 174 me prohíbe fumar mientras engorda mi ansiedad y me quita los chupetes que podrían consolarme provoca mi llanto y después me obliga a maquillar las señales de la tristeza si me pongo rebelde, ríe paternalista cuenta que él también pasó por esa época y mi rebeldía la rebaja a moda que luce en camisetas los sábados por la mañana cuando sale a comprar los cruasanes y el periódico él me da detalle de cada asesinato, de todas las guerras de las violaciones y los golpes de estado pero tanta información me deja sorda y ya no escucho los crujidos ni los llantos en voz baja las señales del desmoronamiento y él calla que cada muerto, cada herido las mujeres violadas y los que sufren torturas todos recibieron su visita antes de convertirse en lo que son ahora se zafa de las culpas con promesas pero yo sé que una palabra suya bastará para condenarnos y si desaparece es para espiar a salvo y oculto en los bares, en los hoteles, en los baños, en las celdas tengo que darle las gracias porque ¡tú eres una mujer moderna!, grita animoso de las que habla inglés, trabaja en casa y en la oficina va al gimnasio y aparenta menos edad de la que dice el dni tienes nociones de pedagogía aunque apenas veas a tus hijos y además fuiste bendecida con una vocación para que puedas sentirte mejor que otras (y yo callo que yo no quiero ser artista si eso va a convertirme en diferente porque ya me siento lo bastante sola y no quiero competir en más carreras)
  • 13. 13 de 174 si muestro debilidad, susurra, todos querrán aprovecharse (como si él dejara algo para los otros) mejor será que despliegue arrogancia (con todos menos con él) de todo me habla pero no de quién recogerá los restos del naufragio ni en qué lugar nos reuniremos los náufragos para organizarnos para hacer un fuego, compartir la comida y quitarnos el frío aunque antes hay que hacer acopio de fuerzas para no abandonarse cada uno en su rincón Un día, no sé cuándo, yo le voy a cobrar sus cadáveres, las humillaciones el secuestro de la inocencia el expolio de los sueños yo le voy a cobrar, no sé cuándo y la primera puñalada que le voy a meter va a ser por las caricias que no nos dimos por los polvos que no echamos tú y yo cada vez que se cuela en nuestra cama y nos dice que mañana, mañana, mañana mañana el despertador sonará a las 6.30 y veinte minutos más de sueño nos harán mejores soldados a su servicio Te lo juro, mi amor. Una puñalada por cada polvo que nos robó y luego ya el resto, por los presos, por los indigentes por los que dejan atrás casa y familia por el dolor que no merecemos sufrir ni ver por los campos arrasados por los animales que se hacinan por los niños que trabajan por los ojos que se cierran por el cansancio y la muerte por el tiempo que no volverá por la vida que nos robaron por la vida mi amor por la vida.
  • 14. 14 de 174 Ana Pérez Cañamares (1968 - ) Copyright © 2013 Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí Viernes, 19 de junio de 2020 Ajo: Micropoemas Ajo es el nombre con el que firma sus poemas María José Martín de la Hoz. Ella llama a sus poemas "Micropoesía", en el sentido de que son muy breves y también muy poco pretenciosos; pero lo cierto es que hay en ellos mucho ingenio y también una radiografía del mundo actual. Por otra parte la brevedad, la concentración expresiva tiene una larga tradición desde las jarchas, los villancicos, las coplas o los haiku japoneses, que como estos micropoemas juegan con el doble sentido de las palabras. Micropoemas Al amor le pido más de lo que tiene. Y a la vida más de lo que da. Se podría decir, y de hecho no sé yo que no se diga, que estoy equivocada de par en par. Siempre creí que ne me quitte pas (no me abandones) quería decir “déjame en paz”. ............................. Teníamos veinte años y nos volvimos locos el uno por el otro. Hoy con... cuarenta seguimos locos aunque ya cada uno por su cuenta. ............................. ¿Y si el corazón no fuese más que el aumentativo de coraza? .............................
  • 15. 15 de 174 Desordenando la felicidad me encontré con la vida. ............................. Qué ganas me dieron anoche de desenchufar la luna y salir corriendo a la calle para quejarme a oscuras. ............................. Compré apio en la frutería, (opio no tenían) tuve que tomarme un pepito de ternera (de ternura no quedaba ya). Ahora busco mojama sin parar porque dicen que sabe a-mar. ............................. Bastante tiene una con lo que no tiene. ............................. Compromiso: primera persona del singular del presente de indicativo del verbo comprar miso. ............................. Te hiciste feliz de repente como si no tuvieras otra cosa que hacer en la vida. ............................. Eres agua para mis fiestas vino para mis antibióticos y anís del Mono para lo que tú y yo sabemos. ............................. María José Martín de la Hoz “Ajo” (1963 - )
  • 16. 16 de 174 Jueves, 18 de junio de 2020 Pilar Adón: ¿Quién me va cuidar...? La madrileña Pilar Adón es novelista, traductora y poeta publicó en 2018, Las órdenes, por el que recibe el Premio Libro del Año del Gremio de Libreros de Madrid. Las órdenes impugna el papel que la sociedad ha atribuido e impuesto a las mujeres sin contar con ellas. Cada poema va expresando la oposición a asumir esos roles: maternidad, cuidados, obediencia, silencio, represiones variadas... A las heroínas clásicas, que no asumían su papel, los dioses las destruían de mil formas (Medea, Eva, Antígona, Helena...). Ahora, que hemos matado a los dioses, es el buen orden social quien las condena a la soledad por perturbar su funcionamiento correcto. De esta soledad habla el poema. ¿Quién me va cuidar...? ¿QUIÉN ME VA A CUIDAR cuando sea vieja? ¿Quién me va a esperar, feliz de verme? Cabello de nudos. Sin cepillados nocturnos. Peines y espejos de plata. Sola en mi sillón. Harta del cansancio y los sermones. Sin hijos que me bañen, me cocinen asado con puré, me traigan jerséis de talla grande, me laven los pies y las axilas cuando queden ya pocos motivos para existir. Vencida por los razonamientos sobre aquello de recoger lo que se ha sembrado. Celebraciones, cumpleaños y fiestas en perspectiva de una soledad redonda. ¿Quién va a venir a verme los fines de semana? Si no soy madre. Si vivo sin reconocer la devoción, el auxilio. La ternura. Las vistas a los amigos dolientes. Entre evasivas, papeles y libros, alejada del sentimiento original.
  • 17. 17 de 174 Escapando de la llamada primera. Sin saber que es la entrega. Qué la piedad. Qué la delicadeza de los niños fotocopia. Su mente dulce y sencilla como trozos de manzana asada. Como bolsas de osos Haribo. ¿Quién va a abrazarme cuando sea vieja? Y esté sola. Y no haya quien quiera hablarme. Y las cortinas se prendan fuego y las llamas asciendan hacia el techo. Y nadie pueda acercarse al teléfono. Para llamar al servicio de extinción de incendios. Pilar Adon (1971 - ) De Las órdenes, 2018 Miércoles, 17 de junio de 2020 Mónica Doña: El beso de Klimt El amor como amparo y refugio contra un mundo hostil es un tema recurrente en la poesía del siglo XXI. Mónica Doña utiliza El Beso de Klimt (un beso eterno) para expresar los sueños de amor de los amantes actuales (sobre todo mujeres ). No importan las contradicciones en tiempos de Feminismo. No importa que, en el cuadro, él domine la escena y ella cierre los ojos No importa que consuman amores compulsivamente en "tiempos velocísimos": ellas seguirán en el intento de "Construir el amor al borde del abismo". El beso de Klimt Se enamoran de un cuadro. Un bellísimo cuadro que lleva un largo siglo en los museos. Viena, primera década del siglo de las sombras: secesión en las artes, oropel y erotismo. Gustav Klimt, el artista que amaba a las mujeres. Poquísimas han visto la obra original. Pero eso no importa, se enamoran de copias.
  • 18. 18 de 174 Decorativas copias, simbólicos deseos, altares que presiden las alcobas de los enamorados del presente. Sus abuelas colgaron crucifijos (para toda la vida). Sus madres, el jardín de las delicias (hasta el confuso día del divorcio). Ellas, un beso eterno aunque la eternidad dure un suspiro. La lámina dorada brilla sobre los tálamos, los jóvenes amantes la miran y se besan como príncipes. Ven lo que necesitan para alcanzar el fondo de la dicha: La lluvia de oro, el eco de mil constelaciones, la pradera de flores, los mantos que los cubren y los rostros unidos por el beso infinito. (Que en la obra elegida él domine la escena y ella cierre los ojos postrada de rodillas al pie de un precipicio, son detalles que no tendrán en cuenta.) Viena, primera década del siglo de las sombras y cien años más tarde: traslaciones continuas, secesiones forzosas, deslealtades urgentes, acosos y despidos, mochilas y muchachas con el ombligo al aire y algún privilegiado que siempre está esperando un cambio de destino… Bajo este panorama de tiempos velocísimos, de carretera y pésimos augurios, las jóvenes parejas del siglo XXI siguen en el intento: construyendo el amor al borde del abismo. Mónica Doña (1966 - ) De ¿Quién teme a Thelma & Louise?, 2017
  • 19. 19 de 174 Martes, 16 de junio de 2020 Juan Carlos Mestre: Poema del lejano Juan Carlos Mestre, premio nacional de poesía en 2009 por La Hoja Roja, nacido en Villafranca del Bierzo (una tierra de emigrantes) hace en este poema un homenaje a tantos millones de personas que tuvieron que abandonar su tierra y fueron, ya para siempre, unos desterrados, unos desarraigados. La ministra de Trabajo, Fátima Báñez, lo llamaba "Movilidad exterior". Poema del lejano El que desterrado por la pobreza vive sin corazón en lo lejano, y a nada atiende como suyo y es lóbrego y cansado bajo el cielo. El que sale vencido de su casa y lo arrastra la gente en su murmullo y transcurre vacío por la calle y se sienta delante de una máquina. El doloroso de razón frente a la vida que muere en la esperanza y no regresa. A este que nadie ha despedido y toma el tren un día hacia la aurora. Nadie lo sabrá, su historia es triste como un mar que nadie ha descubierto. No ha querido mirar la primavera, trabaja por volver, brotar un día como el árbol florecido que en su huerto daba sombra y destino a la mañana. Pensaréis que el cielo habrá de perdonarlo, pensaréis que el amor, ciudad y pájaros y torres sonará de nuevo campanas en sus ojos. Pero él, que perdido en lo lejano fue escombro de alameda, ha muerto.
  • 20. 20 de 174 No lo lloréis, junto a aquel leño oscuro brotaba un manantial honrado. Juan Carlos Mestre (1957 - ) De Antífona del otoño en el valle del Bierzo, 1985 Lunes, 15 de junio de 2020 Eduardo Jordá: Nada deben Soy de la opinión de que la poesía anticipa la forma de pensar y de sentir que será hegemónica años después. Si las posiciones escépticas e irónicas de los años 80 y 90 anticipaban el triunfo del neoliberalismo más radical, la reacción de la nueva poesía ante la 2ª Guerra de Irak y ante el atentado del 11-M anticipa el cuestionamiento de ese mismo neoliberalismo y sus valores por parte de la mayoría social. A esta poesía del siglo XXI dedicaré la próxima semana. Para empezar el mallorquín Eduardo Jordá, novelista, autor de libros de viajes, traductor y poeta tardío. El poema parece un epitafio, que bien podría valer para nuestros padres "que no ensuciaron la historia" porque "la historia no se acordó de ellos". Serenidad y ternura con sus padres, seguridad en los valores de los suyos, orgullo de clase. Nada deben Los míos no dejaron documentos. Nada se sabe de ellos, más allá de algunas conjeturas. Fueron pobres, nunca hicieron preguntas, aceptaron todo cuanto el buen Dios les destinó. Comieron, engendraron y murieron sin orgullo y sin odio, jubilosos si llegaban a viejos, y afligidos si debían marcharse antes de hora. En catalán se amaron e insultaron, y en catalán se despidieron de este mundo, y me siento un traidor al evocarlos en una lengua que ellos no entendían.
  • 21. 21 de 174 Dejaron pocas fotos, escasas posesiones, ningún escudo heráldico. Fueron campesinos, cocheros, empleados, cocineros: Gente sin importancia que no ensució la Historia porque la Historia, por suerte, no se acordó de ellos. Si protestaron, siempre fue en voz baja. Los oyeron sus hijos, sus mujeres, sus amos, pero nunca el buen Dios, duro de oído. y ahora están mezclados con la tierra y forman el paisaje de un suburbio. Son esquinas, colmados, adoquines y cafés llenos de humo. Son caballos rodeados de tábanos. Son tapias. Son plazuelas desiertas con farolas, tal vez cascotes, grúas, barro. Sé que nadie los reclama ni recuerda. Con ellos no fue próspera esta isla, ni tampoco más pobre. Nada deben. Nada importante hicieron o dejaron. Ni siquiera yo sé cuál es su historia, y aunque la conociera, también sería inútil. ¿Quién podrá redimirlos, devolviéndoles todo cuanto les fuera arrebatado? De nada servirán estas palabras. Irán, como las vidas de los míos, como su amor y su fe, su alegría y su temor, a perderse muy pronto en esta oscuridad que nos envuelve. Eduardo Jordá (1956 - ) De Tres Fresnos, 2003 Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí
  • 22. 22 de 174 Domingo, 14 de junio de 2020 Fina García-Marruz: En la muerte de Ernesto “Che” Guevara Un día como hoy de 1928 nacía Ernesto “Che” Guevara en la ciudad argentina de Rosario. Podría vivir todavía y ser un viejecito de 92 años, pero tuvo la suerte de morir a los 39 años y se hizo inmortal. No creo que haya habido ninguna persona de quien se haya poetizado más su vida y su muerte. Le dedicaron poemas: Lezama Lima, Julio Cortázar, Eliseo Diego, León Felipe, Nicolás Guillén, Cintio Vitier, Vicente Aleixandre, Mario Benedetti, Gabriel Celaya, Idea Vilariño, Juan Gelman, Pablo Neruda, José Saramago, Juan Rulfo...y Fina García-Marruz, cuyo poema "En la muerte de Ernesto Che Guevara" he elegido para hoy. Fina García-Marruz (La Habana, 1923) es la última poeta con vida del extraordinario grupo aglutinado por Lezama Lima en torno a la revista Orígenes. El paralelismo entre Jesucristo y el Che es el fundamento del poema. Recordamos como la fotografía del Che muerto con el torso desnudo fue asociada por la juventud de entonces con la imagen de Cristo crucificado, que redime con su muerte a la humanidad. El poema es el desarrollo de este paralelismo en otros muchos aspectos. Quienes que fueron cristian@s de niñ@s y comunistas de mayores entenderán esto muy bien. En la muerte de Ernesto “Che” Guevara Entonces dirá el Rey a los que están a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo, porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui huésped y me recogisteis, desnudo y me cubristeis, enfermo y me visitasteis, estuve en la cárcel y vinisteis a mí. Entonces los justos me responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te sustentamos? ¿O sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿O desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a tí? Y respondiendo el Rey les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis. San Mateo, 25,34-40. Recuerdo su voz velada sin alarde después de la batalla de Santa Clara. Parco, suave, inflexible. Provocaba el respeto, no el amor.
  • 23. 23 de 174 Cuando bajó de la Sierra por pertrechos víveres, el jefe de la fábrica le ofreció su cama mullida. “Yo no puedo dormir sobre un colchón mientras mis soldados tiritan allá arriba”, dijo. Dividió así a los hombres en dos bandos: los que pueden dormir sobre un colchón mientras los otros padecen y los que no pueden hacerlo. Solo esto sabía, y por eso, hablaba poco. De un soplo de humo irónico de su tabaco aspirado, confidente de campo, borraba todas las consignas de la poesía comprometida. Hombres comprometidos quería, guerreros silenciosos. En los congresos, alojados en hoteles de lujo, discutían, comían, gentes de toda traza, hirsutos a posteriori, rebeldes de la indumentaria, guerrilleros de la sobremesa, firmantes de la valiente proclama escrita en país ya liberado, desde luego, por otros. Pero en el silencio del valle, solo unos pocos hombres. Solos, muertos sin nombre, raíces de la ceiba. Las palabras no eran tu fuerte. Cuando dijiste que era preciso convertirse en una fría maquinado matar, retrocedimos espantados. El respeto se convirtió en recelo; todo se volvió aún más confuso. Te recordé, sermón nuestro de la montaña, piedra de fundación, acta de Montecristi, donde la respuesta al enemigo brutal no fue el odio que nos hace semejantes a él sino el amor. no la oscura venganza sino la alta justicia, serenamente armada, pues así como el templo en la montaña, el amor ha de estar en la cima del monte. Te guardaba rencor por no poder seguirte, por no abrazar tu causa, que era la más segura, puesto que era la causa de los más desdichados.
  • 24. 24 de 174 El ungüento derramado a sus pies era el que había que dar a los pobres, no otro. Una cosa o la otra, y no las dos a un tiempo, o aquí o allí, o con Él o con nosotros, o lo niegas o quedas fuera del proceso, al margen de la marcha. confundido con los malhechores, como Él estuvo confundido con malhechores, y aún indignos de esto, a cara o cruz; sobre sus vestiduras echaron suertes, al pie de la cruz la apuesta de los soldados: uno gana. otro pierde, o Él o nosotros, ese trueque imposible, ese planteamiento feroz, esa desgarradura, en nombre de los suyos, borrarlo de los vivos. poner en su cabeza el rótulo de una causa que no era aquella por la que estaba muriendo en el madero. Entonces llegó la noticia. Los cables anunciando tu muerte en un encuentro oscuro, en un rincón del bosque americano. Entonces llegaron las borrosas fotografías, temblando sobre el periódico, en que tantas veces había aparecido ese rostro en su firmeza. No era la muerte a pleno sol, la muerte del guerrero rodeado de su tierra y sus hombres, a quien rapta la gloria, no era la plenitud del coraje, cuando e! avión amenaza y se puede recordar todavía un cuento de Jack London, sino la muerte sórdida, la soledad implacable del cuarto en que solo se espera ser ultimado, y lo más terrible no es la propia muerte, sino afrontar lo escueto de esas paredes, las frías caras asesinas. Entonces vimos la foto increíble: los ojos estaban semiabiertos entre la muerte y la vida, indefenso como un convaleciente, el torso inclinado, el pecho levemente hundido, musitaban palabras conmovedoras, desarmadas, que convencían. Recordaba uno de esos descendimientos entrevistos en algún lienzo olvidado: Cristo bajado de la cruz. sostenido por las piadosas mujeres, la misma lividez lunar de muerte, el mismo despojo de las ropas del dejado a puro pecho.
  • 25. 25 de 174 el mismo desconocimiento de los suyos, el mismo reconocer cuando ya no hay tiempo y ha partido. Remóntate, melodía del corazón, a los valles de Calchaquíes y los Andes, salta, bicicleta agreste, los pedruscos, los caminos de Mendoza y de Salta, Jujuy, La Rioja. Mira a estos jóvenes estudiantes con cara de polizontes, recorrer palmo a palmo la tierra americana, en barco mercante, en lancha, a pie, en tren en marcha huyendo. Míralos realizar todos los oficios del hombre, transportadores de mercancías, hombreadores de balsas, fregadores de platos, disfrazados de aventureros, de deportistas. de mendigos, mira al mayor de fotógrafo ambulante en México, fijando en la placa implacable los rostros más humildes, los anónimos rostros de su pueblo. Mira al menudo negociante que en realidad estaba reconociendo la tierra y los hombres por los que iba a morir. Habrá que creer si los leprosos construyen la balsa para recorrer el Amazonas y llegar a Leticia. Habrá que creer en el destino de aquel a quien los leprosos construyeron la balsa. Los que nadie quiere tocar, puede tocar, sin hacerse uno de ellos. Por una vez recibieron no la compasión sino el juego y la risa que distrae en la miseria. Habrá que creer en el impulsado por la barca que construyeron los pobres. Habrá que creer en aquel que no cuenta sino con las bendiciones de los pobres para emprender un azaroso viaje. Habrá que creer en el viaje, si solo los llagados estaban en la orilla para decir adiós. ¡Avanza, pequeña balsa, por los ríos americanos! ¡Sean benignos, aires! Signo del que porta un dios: no ser reconocido. Ah cena de Emaús! Ah vergüenza. Ah, ofuscadora vida! Rotos de Chile, cholos de Perú, indios que avanzan con la casa a cuestas, niños que parecen ya ancianos, ni la bien ganada paz, ni siquiera el rostro de la gloría, hubiera podido hacerle olvidar vuestros rostros.
  • 26. 26 de 174 Ah soledad de la selva que anonada y distancia los primeros propósitos, las bellas arengas que en la paz exaltaron, cuando el insecto más pequeño que penetra en la oreja oscurece de pronto el mismo sol de la justicia! Ese silencio era el de la agonía. Este oficio flojo de escribir, este pasar la vida toda por el pulso, más batiente que el corazón, de la mano auscultadora! Cesó de oírse el latido distante. El oro centelleó, callaron las palabras. El nombre que musita en silencio el corazón de cada cosa, donde ella se distingue de las otras y es reconocida, las palabras que no eran palabras sino el secreto mismo de la vida, callaron avergonzadas, como la madre hace callar al pequeño en el día de duelo. Así el rayo interrumpe la conversación apacible y deja ver en las nubes un fragmento de la verdad, una claridad desgarrada que enseguida huye. Todos sabían lo que había que hacer, pero el llamado era de una dureza irresistible. Nadie podía llegar a esa raíz en que están solos el sufrimiento y la cólera, el amor indefenso y el sacrificio. las raíces del dolor que son las mismas raíces de la gloría. Dulce cosa es el amor, la voz del hijo pequeño cuando pregunta, los cálidos hogares a la hora en que humea el fogón y empiezan a encenderse las primeras luces. Despedirse es morir. Pésese en el diamante la estatura de ese adiós. Vasto es el pecho del que parte a compartir la suerte de los más desamparados y a quien desamparar el propio hogar lacera solamente “una parte” de su espíritu. Véanse los retratos de familia, el destino que le estaba preparado. Un profesional, un médico honorable, que muere sin enemigos, en su casa rodeada del respeto de todos. Míreselo hundir las botas en el fango, entrar a las entrañas de la res, lo real, escoger lo más arduo. Ver morir a los mejores, los más limpios hundidos en la hez y el hedor insoportables.
  • 27. 27 de 174 Duro es escoger, frente a la inocencia que no se mancha, la inocencia que se mancha. Más duro que morir, ser puro y soportar darle la muerte a otros. Duro es el amor, la piedad fácil. Duro herir por amor. ¡Ah pecho de los fuertes! La “fría máquina de matar”, anotaba con letra menuda los cumpleaños de sus amigos en el diario de guerra. La “fría máquina de matar”, que no disparó a los dos soldados enemigos porque estaban dormidos, y un hombre dormido es como un niño. La “fría máquina de matar” a quien cogieron los matadores diciéndose: “está vivo”. La “fría máquina de matar” a quien iban a matar allí, y estaba desarmado, ardiente, solo! Detente, órgano que resuenas en los bosques y en los sacros umbrales! Todavía queda un poco de tiempo, una gracia es concedida siempre al condenado. Míralo hablar con la maestrica del pueblo de Ñancahuazú. Míralo tratar de la correcta acentuación de algunas palabras. Míralo prestarse a la ficción del que cuenta aún con el tiempo, un poco divertido de su propio coraje, con recato de gaucho bravo que da una flor, con esa última elegancia que se acendra de no ser observada, que da la sonrisa más fina para el lugar más solitario. Altamente conmueve recordar que pensó en el cuarto horrendo en las escuelitas de Cuba, Cuba, Cuba, donde a esa hora estarían aprendiendo los hijos. No lo olvides, rasgueo solitario de las cuerdas! Mécelo, palma! Sílbalo tú, sinsonte! No te reconocimos, pequeño Condotieri. Segundo Sombra altivo, Quijote americano. Otro nombre te diste también: el hijo pródigo. Acaso abandonaste la familia carnal como también la sombra de la casa del Padre. Acaso quisiste despojarte de todo para asumir al hombre en toda su miseria.
  • 28. 28 de 174 Ni siquiera la fe, ni siquiera la belleza, solo el total expolio de los que ni esto tienen. De nuevo sobre el costillar de Rocinante, con el paso más grave y el pulmón ya cansado. No recordamos que la segunda salida era la de la muerte. Has puesto a todo el mundo en trance de pedir excusas, de preguntarse el pecho. Queremos ser como tú, dicen el escolar ingenuo y el involuntario cínico. Ser como tú. y después el cine, la cama, la cafetería! Balas de letras dan a tus matadores. Se envalentonan en verso libre. Profieren amenazas desde la butaca, la cogen con los otros, echan cortinas de humo. Porque en realidad nadie quiere verse en el espejo. Porque ya no se puede aguantar ni la propia literatura. Porque ya nadie puede creer que estaba engañado. Porque no se puede soportar la firmeza de tu rostro. Sinceros sin embargo han sido todos los cantos, todas las lágrimas. Después de todo pediste ese sudario. Pero un poco más de recato, lectores de Baudelaire, hipócritas autores, mis semejantes, mis hermanos, más recato, dolientes, indignados, multitud aclamante, que alguna parte nos toca en esta muerte, y en toda frente está grabado: si hubiéramos tenido allí no más de veinte hombres! Otras voces oíamos entre tanto morían y morías. No era solo el coraje imposible. Era el alma distinta. La elección misteriosa que no hace la voluntad. Hay otra ordenación secreta, otro llamado, otros incomprendidos obradores. No queremos hacernos fuertes frente a la nada, sino débiles frente a la plenitud de los cielos y la tierra, cantando el “Llenos están”. Tiene el amor distintas vías. Limpia de nuevo al mundo la justiciera cólera, y el rocío que vuelve. Es igual al tajo de la espada del guerrera un niño que juega solitario. Está rezando el verde. El azul más radiante ha ganado una batalla.
  • 29. 29 de 174 Tú que nos enseñaste a orar como se enseña a una criatura, no dijiste “señor de los ejércitos” sino tan solo Padre, esa palabra en que está toda la confianza y todo el desamparo. No es lo nuestro la incesante batalla que cada siglo renueva sus actores. No es lo nuestro cortar los retoños podridos que la raíz renueva. No es el lecho mullido lo que hemos buscado fría o ardientemente en la sombra. No me preciaré de valiente. Solo me precio de haberte amado un poco. De estar en medio de este inmenso malentendido avergonzados como culpables. Que todo sea posible menos olvidar que testimoniaste el amor frente al espanto. Acaso sea una misma la fe que hace pensar que las pobres guerrillas podrán más que el imperio más fuerte de la tierra, y esta desvalida esperanza que se enfrenta a la fuerza de los hechos, a las atronadoras evidencias de la tumba, creyendo que el amor podrá más que la muerte. Acaso pueda un día una misma consigna reunimos bajo el que hizo los cielos y la tierra: Los sepulcros se abrieron. David venció al gigante. Se están moviendo las montañas. Nos sospecharán, unos y otros. Hemos perdido y hemos ganado en otra batalla. Sea lo más verdadero lo más alto. Sea lo más cierto la más fantástica esperanza. Sea la inerme inocencia gloriada. Obren las manos clavadas, que no pueden. Muchas cosas no nos son permitidas, perdónennos. Déjennos solos, sin noticias, al lado de los que no han de ser aplaudidos, los que no saben nada a ciencia cierta, los que no están seguros de sí mismos y temen no acertar, los que no se sienten inocentes sino culpables. los que reciben todas las burlas, los que siguen a uno que no podrá darles nada en este mundo, los “pequeños que creen en mí” de que habló Cristo.
  • 30. 30 de 174 Impureza grande, justificamos a nosotros mismos! Defienda nuestra causa el día que pasa. La hora en que no supimos qué decir y callamos confundidos. La posición más incómoda puede volverse confortable. Callemos, que las piedras han comenzado a hablar. Se oirá lo que dice en su cátedra de diamante. Algunos que no me dijeron “señor, señor” serán llamados hijos en él último día. ¿Y si fuéramos vomitados de su boca? De pronto empezó a acuchillar una yegua en la impotencia de la selva. Nadie tiene más amor que el que da su vida por sus amigos. Dijo que fusilaran al hombre, no le tembló la mano. Hipócrita! ¿No salvarías al cabrito que se cayó en un pozo por respetar el Sábado? El de la foto se parece más al Crucificado. Malco! Malco! Guarda la espada, Pedro. Lo nuestro no es vencer, sino morir, rogar, sanar a Malco! Las estadísticas están dando aullidos. Millones se están muriendo de hambre. Los que no compartimos todas tus palabras, compartimos de pronto tu silencio. Algo nos fue dicho arrasadoramente mientras descendías al polvo, porque de pronto estábamos llorando. De pronto aquel desconocido me traía el alma volteada, como el que comparece en un juicio. Yo me embrollaba en razones, me disculpaba atropelladamente, mientras los ojos de la foto callaban. Ahora pienso qué significa que haya acabado por recordar todas Tus palabras en la muerte de uno que no fue tu amigo, por qué este juicio, este treno, esta oración por otro, han acabado siendo un responso por nuestra propia alma. Fina García-Marruz (1923 - ) De Visitaciones, 1970
  • 31. 31 de 174 FOTOGRAFÏAS: Marc Hutten Sábado, 13 de junio de 2020 Jon Juaristi: Sátira primera El bilbaíno Jon Juaristi militó sucesivamente en ETA, LCR, PCE-EPK, EE, y PSOE. Desde los años noventa mantiene posiciones conservadoras y se considera nacionalista español. Con el PP ha sido Director de la Biblioteca Nacional, del Instituto Cervantes y alto cargo en la CAM. Su evolución personal es similar a la de otras muchas personas de su generación hasta el punto de que, en grandes ámbitos del mundo intelectual y artístico de esa época, que habían estado en la lucha antifranquista, se puso de moda la palabra "DESENCANTO". Las posiciones escépticas, pesimistas y conservadoras se hicieron hegemónicas en los últimos veinte años del siglo XX. En el poema, la llamada telefónica de un antiguo amigo y camarada sirve de pretexto para repasar, con mirada irónica, un pasado que se vivió como heroico entonces, pero que hoy aparece como trivial. El lenguaje cotidiano y prosaico acentúa el contenido ramplón de la llamada. Sátira primera (A Rufo) Te has decidido, Rufo, a probar suerte en un certamen de provincias donde ejerzo casualmente de jurado, y encuentro razonable que me llames, al cabo de diez años de silencio, preguntando qué pasa con mi cátedra, qué fue de aquella chica pelirroja con quien ligué el ochenta en Jarandilla, cómo siguen mis viejos, si padezco todavía del hígado y si he visto
  • 32. 32 de 174 a la alegre cuadrilla del Pecé. Pues bien, ya que deseas que te cuente de mí y mi circunstancia, has de saber que un punto de Alcalá me la birló, en Jodellanos gran especialista, a quien pago el café cada mañana y sustituyo volontiers* los días en que marcha a simposios en San Diego, en Atlanta, Florencia o Zaragoza. Se casó con Gonzalo. El hijo de ambos va al colegio del mío, pero en vano acudo a todas las convocatorias, reuniones, funciones navideñas. La pícara me elude, y yo departo interminablemente sobre fútbol con el cretino del marido, mientras asesinan los críos una sórdida versión del Cascanueces. Bien conoces al pelma de Gonzalo. Creo, incluso, que fuiste tú quien se lo presentó. No pruebo ni una gota últimamente, después de la biopsia. Te confieso que añoro aquellos mares de vermú, aunque el agua es sanísima. Vicente, antiguo responsable de mi célula, es viceconsejero de Comercio por el Partido Popular, y, claro, se mueve en otros medios. Otra gente parece preferir ahora Vicente. Mis padres van tirando. Cree, Rufo, que nada tengo contra ti. Al contrario, te recuerdo con franca simpatía. Sobradas pruebas de amistad me diste en el tiempo feliz de nuestra infancia. Es cierto que arruinaste mi mecano, que me rompiste el cambio de la bici, que le contaste a mi primera novia
  • 33. 33 de 174 lo mío con tu prima, la Piesplanos. Eras algo indiscreto, pero todos tenemos unos cuantos defectillos. Veré qué puedo hacer. No te prometo nada: somos catorce y, para colmo, corre el rumor de que Juan Luis Panero. Jon Juaristi (1951 - ) De Los paisajes domésticos, 1992 (*) Con mucho gusto Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí Viernes, 12 de junio de 2020 Wisława Szymborska: La mujer de Lot La poeta polaca Wislawa Szymborska fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 1996. Según El Génesis, Jehová decide destruir Sodoma y Gomorra por causa del pecado. Envía un ángel para que conduzca a Lot y su familia fuera de la ciudad a fin de que puedan salvarse, con la condición de que no deberían volver la vista atrás, cuando salieran de la ciudad. La mujer de Lot lo hizo y quedó convertida en una estatua de sal clavada en el suelo. Se han hecho variadas interpretaciones de este mito: -En el Génesis se sugiere que fue la curiosidad de la mujer; una curiosidad malsana, curiosear en lo que no la importa. Esta característica le ha sido atribuida a la mujer genéricamente. -Para muchas personas mirar atrás no sirve para nada, lo pasado es inamovible. -Otras estudian la historia para buscar en el pasado alguna luz para el presente. Nos vemos en el pasado. -Curiosamente, varias mujeres poetas han dado una versión positiva de este mito. Hay en ellas una defensa de la autonomía de la mujer. No basta que Dios o Lot hayan ordenado no mirar, una mujer completa necesita saber qué pasa por ella misma. Obsérvese que esta mujer ni siquiera tiene nombre, es solo la mujer de Lot. -Por otra parte, ¿Cómo no mirar atrás? Recordar nuestra vida, evocar lugares, rememorar nuestros amores, evocar nuestros muertos...¡Hay tantas razones para mirar atrás! Los argumentos de Wislawa para mirar atrás terminan con argumentos irracionales. Miré hacia atrás a pesar de mí misma.
  • 34. 34 de 174 La mujer de Lot Dicen que miró hacia atrás por curiosidad. Pero yo podría haber tenido otras razones aparte de la curiosidad. Miré hacia atrás por pena de una fuente de plata. Por distracción mientras me ataba el cordón de mi sandalia. Para evitar seguir mirando el justo cuello de Lot, mi esposo. Por una repentina certidumbre de que si yo hubiera muerto él ni siquiera habría atenuado su marcha. Por la desobediencia de los humildes. Alerta a la persecución. Repentinamente serena, esperanzada de que Dios hubiera cambiado de parecer. Nuestras dos hijas ya estaban casi en la cima de la colina. Sentí la ancianidad dentro de mí. Lejanía. La futilidad de nuestro vagar. Somnolencia. Miré hacia atrás mientras dejaba mi atado en el suelo. Miré hacia atrás por miedo de dónde poner a continuación mi pie. En mi camino aparecieron serpientes, arañas, ratas de campo y buitres jóvenes. Entonces no había justos ni malvados -simplemente todas las criaturas vivientes reptaban y saltaban en medio de un pánico común. Miré hacia atrás por soledad. Por vergüenza de que estaba huyendo. Por un deseo de gritar, de volver. Justo cuando una súbita ráfaga de viento me deshizo el peinado y me levantó mis vestidos. Tuve la impresión de que lo estaban viendo todo desde las murallas de Sodoma y estallaban en risas sonoras de vez en cuando. Miré hacia atrás por rabia para gozar de su gran ruina miré hacia atrás por todas las razones que he mencionado. Miré hacia atrás a pesar de mí misma. Fue sólo una roca que se desprendió, resonando bajo los pies. Una repentina grieta que cortó mi camino.
  • 35. 35 de 174 Al borde un hámster correteó parado en sus patas traseras. Fue entonces que miramos los dos hacia atrás. No, no. Yo seguí corriendo, repté y gateé hacia arriba, hasta que la oscuridad me aplastó desde el cielo, y con ella, grava ardiente y pájaros muertos. Por falta de aliento me balanceaba repetidamente. Si alguien me hubiera visto podría haber pensado que estaba bailando. No se descarta que mis ojos hayan estado abiertos. Podría ser que siento mi cara vuelta hacia la ciudad. Wisława Szymborska (1923 - 2012) De El gran número, Fin y principio y otros poemas, 1997 Jueves, 11 de junio de 2020 Jaime Siles: Semáforos, semáforos El valenciano Jaime Siles forma parte de la segunda generación de Los Novísimos que ocupan los últimos veinte años del siglo XX. El poema expresa la visión fugaz de una mujer que cruza el paso de cebra. ¿Qué detalles podemos destacar?: - El espacio urbano anónimo, que aísla y enajena. - El ritmo rápido del verso que se corresponde con el de la vida moderna. - Imágenes que se suceden con la velocidad de un video clip. - Impresiones luminosas de colores. Cierto tono de lamento, que se corresponde con la tradición del verso heptasílabo. - La descripción impresionista de la mujer (descriptio puellae) - Visión fragmentada, caótica de la realidad. Hay que añadir la mezcla de un lenguaje connotado poéticamente: Almena, costuras del cielo, blondas de niebla, alameda, la noche, otoño de terrazas, aurora, espejos. con otro lenguaje nuevo en la poesía: Taxis, neón, claxon, rimmel, taquigrafía, motores, semáforo, el metro, ginebra...etc.
  • 36. 36 de 174 Semáforos, semáforos A Pedro Laín Entralgo La falda, los zapatos, la blusa, la melena. El cuello, con sus rizos. El seno, con su almena El neón de los cines en su piel, en sus piernas. Y, en los leves tobillos, una luz violeta. El claxon de los coches se desangra por ella. Anuncios luminosos ven fundirse sus letras. Cuánta coma de rimmel bajo sus cejas negras taquigrafía el aire y el aire es una idea. El cromo de las motos gira a cámara lenta. Destellos, dioramas, tacones, manos, medias. Un solo parpadeo Y todo se acelera. El carmín es un punto y es un ruido de seda. La falda, los zapatos, la blusa, la melena Se han ido con la luz verde que se la lleva. En un paso de cebra La vi y dije: ¡ella! Y todos los motores me clavaron su espuela. El semáforo dijo hola y adiós. Y era muy pronto para todo, muy tarde para verla. El ámbar me mordía los ojos y las venas y la calle tenía resplandor de pantera. En qué esquina de yodo su mirada bucea. En qué metro de níquel o burbuja de menta. Ningún libro me dice ni quién es ni quién era. Ni su nombre ni el mío intercambian fonemas. Lloran los diccionarios, lloran las azoteas y dicto mis mensajes en una lengua muerta. He llegado hasta junio y estoy en las afueras. La costura del cielo tiene blondas de niebla. Las boquitas pintadas dejan polvo de estrellas en el borde de un vaso boreal de ginebra. Escrito en cuneiforme el perfil de sus ruedas los taxis amarillos tatúan la alameda. La noche me maquilla
  • 37. 37 de 174 con su breve tormenta de bares y de hoteles sonámbulos que tiemblan. Otoño de terrazas vacías y de mesas, de toldos recogidos y sillas genuflexas. Los lápices de labios con la aurora despiertan. Los espejos los miran dibujar sus dos letras. En un paso de cebra la vi y dije: ¡ella! y todos los motores me clavaron su espuela. Ésta es la misma calle. Ésta es la misma acera. Y la hora, la misma. Sólo ella no es ella. La falda, los zapatos, la blusa, la melena. El cuello, con sus rizos. El seno, con su almena. ¿Y la coma de rimmel bajo sus cejas negras? El aire me grafía Aún su silueta. Esculpida en el ámbar de algún paso de cebra fosforesce su piel, fosforescen sus medias. Jaime Siles (1951 - ) Publicado en 1989 Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí Miércoles, 10 de junio de 2020 Joaquín Márquez: Invocación inmoral ante las ruinas de Itálica Ha muerto recientemente un gran poeta, desconocido para la mayoría por el silencio cómplice de los medios de comunicación sobre su obra y su biografía. Se trata del sevillano Joaquín Márquez. Hay un Joaquín que celebra la vida y los placeres, otro que alza su voz contra la barbarie de la Guerra de Irak y otro que se mira a sí mismo con un distanciamiento irónico muy andaluz. El soneto de hoy es un poema erótico-festivo en el que parodia el tópico del "tempus fugit" de la famosa "Canción a las ruinas de Itálica" de su paisano Rodrigo Caro, que comienza: Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora campos de soledad, mustio collado, fueron un tiempo Itálica famosa.
  • 38. 38 de 174 Invocación inmoral ante las ruinas de Itálica Esto Fabia, ay dolor, que ves ahora, mustio de soledad y cabizbajo, fuera en tiempo un pedazo de badajo capaz de hacer sonar a una señora. Y ahora ya ves, oh Fabia, como llora declarado incapaz para el trabajo, que, a penas jubilado, deja el tajo donde otro con más ímpetu labora. Ya ves que de milagro se sostiene, y de amor propio, que otro ya no tiene que remedie su eterna calentura. Pero acércate Fabia, toca, toca. Dile adiós con un beso de tu boca y dale en ti romana sepultura. Joaquín Márquez (1934 - 2020) Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí Martes, 9 de junio de 2020 Pere Gimferrer: Cascabeles El barcelonés Pere Gimferrer era un grandísimo poeta a los dieciocho años, cuando escribió este poema; al día de hoy es un erudito miembro de la RAE, que entiende mucho de literatura, pero que nunca ha vuelto a hacer un libro parecido a Arde el Mar. Misterios de la creación poética. Con este libro se abre el camino por donde transitará la poesía española hasta el siglo XXI. Rompe la identificación entre el yo poético y el autor (muerte definitiva del Romanticismo) y desaparece de la poesía la crítica socio-política. Si la poesía no es un confesionario donde exorcizar los fantasmas, ni un arma para la lucha político-social, ¿Qué es?: creación o recreación de ensueños esteticistas, evocaciones culturales artificiosas, exhibicionismo juvenil y provocativo, un pretexto para matar al Henri Gervex (1852-1929) Velada en el Pabellón Armenonville, 1905
  • 39. 39 de 174 padre, elitismo aristocratizante, culto a la belleza, evasión a épocas y lugares asociados a lo decadentista... En resumen, la poesía se emancipa de la realidad. Tardaría muchos años en volver a encontrarla. (Se entenderá mejor el poema si leéis en la Wikipedia la entrada de Hoyos y Vinent). Cascabeles Aquí, en Montreux, rosetón de los ópalos lacustres, hace cincuenta años pergeñaba Hoyos y Vinent la alucinante historia de lady Rebeca Wintergay. Eran sin duda tiempos -belle époque- más festivos, con la vivacidad burbujeante de quien se sabe efímero -atronaban los cañones del káiser la milenaria Europa, nunca el azul de Prusia fue tan siniestro en caballete alguno-. Rubicunda y nostálgica, núbil walkiria de casino y pérgola, la Gran Guerra ascendía, flameantes al viento las barbas dionisíacas de Federico Nietzsche. Tiempos de confusión, Dios nos asista, un hálito estrangulaba los quinqués, ajaba premonitoriamente las magnolias. Algo nacía, bronco, incivil, díscolo, más allá de los espejos nacarados, del tango, las anémonas, los hombros, el champán, la carne nívea, la cabellera áurea, el armiño, los senos de alabastro, la azulada raicilla de las manos marfileñas, el repique, la esquila -¡tan bucólica!- en el prado del beso y la sombrilla. Merecían vivir, quién lo duda, los tilos donde el amor izaba sus corceles, los salones del láudano y porcelana chinesca aromados por el kif de Montenegro.
  • 40. 40 de 174 Una canción de ensortijados bucles, una sedeña súplica llegaba de las postales vagamente mitológicas, nebulosamente impúdicas, de los rosados angelotes -púrpura y escayola, rolliza nalga al aire- que presidían los epitalamios. Maceración de lirios, el antiguo gran mundo paseaba sus últimas carrozas por los estanques que invadía el légamo. Y en el aire flotaba ya un olor a velones, a cilicios, a penitenciales ceras, a mea culpa, a reivindicaciones de inalienable condición humana. Yo, de vivir, Hoyos y Vinent, vivo, paladín de los últimos torneos, rompería, rompió la última lanza, rosa inmolada al parque de los ciervos, quemaría, quemó las palabras postreras restituyendo el mundo antiguo, imagen consagrada a la noria del futuro, pirueta final de aquella mascarada precipitada ya sobre el vacío. Yo, de vivir, Hoyos y Vinent, vivo, tanto daríanos, creedme, para que nada se alterase, para que el antiguo gran mundo prosiguiese su baile de galante armonía, para siempre girando, llama y canción, girando cada vez más, creedme, tanto diéramos, hasta el vértigo girando, Hoyos y Vinent, yo, aún más rápido, siempre, tanto porque aquel mundo
  • 41. 41 de 174 no pereciese nunca, porque el gran carnaval permaneciese, polisón, botines, para siempre girando, cascabel suspendido en la nupcial farándula del sueño. Pere Gimferrer (1945 - ). De Arde el Mar, 1966 Lunes, 8 de junio de 2020 José Hierro: Réquiem El madrileño Pepe Hierro tocó todos los palillos de la poesía española de su época, desde los testimonios de un niño de la guerra, la poesía existencial, el social- realismo, el culturalismo, la poesía experimental... Réquiem es un poema típico de la poesía social (lenguaje objetivo, periodístico, frío, sin florituras verbales). La crítica literaria acusó a este tipo de poesía de estar tan cerca de la realidad del momento que quedaba pasada de moda en cuanto cambiaba la realidad. Yo, en cambio, creo que este poema es muy actual. Ahora los muertos anónimos no se llaman Manuel del Río, tienen nombres africanos o latinos y en sus funerales tampoco estamos los autóctonos. Réquiem Manuel del Río, natural de España, ha fallecido el sábado 11 de mayo, a consecuencia de un accidente. Su cadáver está tendido en D’Agostino Funeral Home. Haskell. New Jersey. Se dirá una misa cantada a las 9.30 en St. Francis. Es una historia que comienza con sol y piedra, y que termina sobre una mesa, en D’Agostino, con flores y cirios eléctricos. Es una historia que comienza en una orilla del Atlántico.
  • 42. 42 de 174 Continúa en un camarote de tercera, sobre las olas —sobre las nubes— de las tierras sumergidas ante Platón. Halla en América su término con una grúa y una clínica, con una esquela y una misa cantada, en la iglesia St. Francis. Al fin y al cabo, cualquier sitio da lo mismo para morir: el que se aroma de romero el tallado en piedra o en nieve, el empapado de petróleo. Da lo mismo que un cuerpo se haga piedra, petróleo, nieve, aroma. Lo doloroso no es morir acá o allá… Réquiem aetérnam, Manuel del Río. Sobre el mármol en D’Agostino, pastan toros de España, Manuel, y las flores (funeral de segunda, caja que huele a abetos del invierno), cuarenta dólares. Y han puesto unas flores artificiales entre las otras que arrancaron al jardín… Libérame Dómine de morte aeterna… Cuando mueran James o Jacob verán las flores que pagaron Giulio o Manuel… Ahora descienden a tus cumbres garras de águila. Dies irae. Lo doloroso no es morir Dies illa acá o allá, sino sin gloria…
  • 43. 43 de 174 Tus abuelos fecundaron la tierra toda, la empapaban de la aventura. Cuando caía un español se mutilaba el universo. Los velaban no en D’Agostino Funeral Home, sino entre hogueras, entre caballos y armas. Héroes para siempre. Estatuas de rostro borrado. Vestidos aún sus colores de papagayo, de poder y de fantasía. Él no ha caído así. No ha muerto por ninguna locura hermosa. (Hace mucho que el español muere de anónimo y cordura, o en locuras desgarradoras entre hermanos: cuando acuchilla pellejos de vino derrama sangre fraterna). Vino un día porque su tierra es pobre. El mundo Libérame Dómine es patria. Y ha muerto. No fundó ciudades. No dio su nombre a un mar. No hizo más que morir por diecisiete dólares (él los pensaría en pesetas) Réquiem aetérnam. Y en D’Agostino lo visitan los polacos, los irlandeses, los españoles, los que mueren en el week-end. Réquiem aetérnam. Definitivamente todo ha terminado. Su cadáver está tendido en D’Agostino Funeral Home. Haskell. New Jersey.
  • 44. 44 de 174 Se dirá una misa cantada por su alma. Me he limitado a reflejar aquí una esquela de un periódico de New York. Objetivamente. Sin vuelo en el verso. Objetivamente. Un español como millones de españoles. No he dicho a nadie que estuve a punto de llorar. José Hierro (1922 - 2002) De Cuanto sé de mí, 1957 Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí Domingo, 7 de junio de 2020 Rafael Cadenas: Derrota Venezolano, militante comunista, antiestalinista y debelador incansable de todas las formas de la tiranía. Rafael Cadenas es uno de los intelectuales imprescindibles de Nuestra América, donde todavía hay poetas que son referentes morales. El poder los premia y los silencia. En forma de poema enumerativo, Rafael pasa la mirada, entre sarcástica, amable e irónica, sobre sí mismo; para hacer el retrato del alma y la vida de un inadaptado, de un antihéroe... ¡Tan tierno! ¡Tan igual a nosotros! Derrota Yo que no he tenido nunca un oficio que ante todo competidor me he sentido débil que perdí los mejores títulos para la vida que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una solución) que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos que me arrimo a las paredes para no caer del todo
  • 45. 45 de 174 que soy objeto de risa para mí mismo que creí que mi padre era eterno que he sido humillado por profesores de literatura que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vida que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo que tengo vergüenza por actos que no he cometido que poco me ha faltado para echar a correr por la calle que he perdido un centro que nunca tuve que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en el limbo que no encontré nunca quién me soporte que fui preterido en aras de personas más miserables que yo que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré muchas veces más burlado en mi ridícula ambición que estoy cansado de recibir consejos de otros más aletargados que yo («Ud. es muy quedado, avíspese, despierte») que nunca podré viajar a la India que he recibido favores sin dar nada a cambio que ando por la ciudad de un lado a otro como una pluma que me dejo llevar por los otros que no tengo personalidad ni quiero tenerla que todo el día tapo mi rebelión que no me he ido a las guerrillas que no he hecho nada por mi pueblo que no soy de las FALN y me desespero por todas estas cosas y por otras cuya enumeración sería interminable que no puedo salir de mi prisión que he sido dado de baja en todas partes por inútil que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día sereno que me niego a reconocer los hechos que siempre babeo sobre mi historia que soy un imbécil y más que imbécil de nacimiento
  • 46. 46 de 174 que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido encontrarlo que no lloro cuando siento deseos de hacerlo que llego tarde a todo que he sido arruinado por tantas marchas y contramarchas que ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecable que no soy lo que soy ni lo que no soy que a pesar de todo tengo un orgullo satánico aunque a ciertas horas haya sido humilde hasta igualarme a las piedras que he vivido quince años en el mismo círculo que me creí predestinado para algo fuera de lo común y nada he logrado que nunca usaré corbata que no encuentro mi cuerpo que he percibido por relámpagos mi falsedad y no he podido derribarme, barrer todo y crear de mi indolencia, mi flotación, mi extravío una frescura nueva, y obstinadamente me suicido al alcance de la mano me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome de los otros y de mí hasta el día del juicio final. Rafael Cadenas (1930- ) -Poema escrito en 1962 Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí Sábado, 6 de junio de 2020 Francisco Brines: Collige, virgo, rosas Francisco Brines de la Generación de los 50. Casi toda su poesía gira en torno a una infancia mitificada e irremisiblemente perdida. La exaltación de la vida infantil y el lamento por el paso del tiempo. El poema es una variante del tópico del "Carpe Diem" (vive, captura el día, el presente). La variante incide más en el carácter pasajero de la juventud: es el tópico del "Collige, virgo, rosas" (Coge, doncella, las rosas") que debemos al poeta latino Ausonio Es una incitación a disfrutar de la juventud y, la belleza, puesto que son efímeras como las rosas. El tópico se refiere a un disfrute marcadamente erótico-sexual. En el poeta hay también una cierta nostalgia de su propia juventud y una cierta envidia.
  • 47. 47 de 174 Como en la tradición clásica, la noche es cómplice del amor, en cambio el alba, que nos enfrenta a nuestros afanes y quehaceres diarios, es su enemiga. Collige, virgo, rosas Estás ya con quien quieres. Ríete y goza. Ama. Y enciéndete en la noche que ahora empieza, y entre tantos amigos (y conmigo) abre los grandes ojos a la vida con la avidez preciosa de tus años. La noche, larga, ha de acabar al alba, y vendrán escuadrones de espías con la luz, se borrarán los astros, y también el recuerdo, y la alegría acabará en su nada. Mas, aunque así suceda, enciéndete en la noche, pues detrás del olvido puede que ella renazca, y la recobres pura, y aumentada en belleza, si en ella, por azar, que ya será elección, sellas la vida en lo mejor que tuvo, cuando la noche humana se acabe ya del todo, y venga esa otra luz, rencorosa y extraña, que antes que tú conozcas, yo ya habré conocido. Francisco Brines (1932- ) De El otoño de las rosas, 1986 Viernes, 5 de junio de 2020 Ramón de Garciasol: Arenga a las rosas y a los hombres Miguel Alonso Calvo conocido como Ramón de Garciasol, nació en 1913 en Humanes y era hijo del zapatero del pueblo. Estudió bachillerato en el instituto con Antonio Buero Vallejo, del que fue amigo toda la vida. Tuvo que cambiar su nombre literario para que no se le relacionara con el Miguel Alonso Calvo que había escrito encendidos poemas durante la Guerra Civil, que fueron publicados en UHP-Milicias Alcarreñas. Vivió su exilio interior trabajando como corrector de estilo en la Colección Austral de Espasa Calpe y participando activamente en cualquiera de los lugares donde se había refugiado la memoria democrática.
  • 48. 48 de 174 En medio de un mundo muy difícil, mantuvo la esperanza en la humanidad, como sucede en este poema. Arenga a las rosas y a los hombres Rosas, creced, pujad, multiplicaos hasta invadir las cajas de caudales, hasta impedir las ametralladoras, hasta sembrar la pólvora y el hierro de luz y primavera, hasta ocupar el odio y las entrañas de obuses, bombas, balas y morteros. ¡Creced, rosas, creced! ¡Pujad sin tregua! Llenad los ojos de los tocineros, floreced los cerebros belicosos, corroed de esperanza a los podridos, iluminad la mente de las bestias, que se alimentan de oro, y sangre, y lágrimas; que son capaces de matar la vida porque palpita y brilla en nuestras manos. Árboles, aguas, pájaros, frutales, mieses, vides, obreros, plantas, madres, óleos, músicas, máquinas, ideas, vamos a proclamar la resistencia de amor contra la guerra. Están sembrando el aire de temores para amargarnos la alegría, para que nos matemos tú y yo, hermano, ahora que ya maduran los dolores, y el sentido va a revelarse al mundo. Trabajad de espaldas al temor. Abrid los ojos, rosas, hombres, al bien y a la belleza. ¡Creced! ¡Cantad! La vida es nuestra. La tierra es nuestra, y nuestro es el futuro. Trabajos, pensamientos, esperanzas, vuestros y nuestros, rosas, hombres.
  • 49. 49 de 174 Nosotros encendemos las estrellas y traemos el día. Por nosotros se hará la paz. Estamos en peligro, rosas, hombres, perfume, sol, materia, inteligencia, ciencia, fe, muerte, piedra, gracia, Dios. ¡Ahoguemos a los bárbaros en luces! ¡Avanzad, rosas, hombres! ¡Ocupad el mundo! Ramón de Garciasol (1913-1994) De Palabras mayores, 1952 Para oir el poema en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí Jueves, 4 de junio de 2020 Jack Lindsay: Misa de Requiem por los ingleses caídos... La Guerra Civil Española produjo un movimiento de solidaridad en el mundo intelectual que produjo una gran literatura. De toda ella he elegido el poema que sigue porque, además de ser muy bueno y muy poco conocido Aníbal Nuñez hizo una traducción muy creativa de él. El poema está dedicado a los brigadistas ingleses que murieron en la Guerra de España defendiendo la libertad de toda la humanidad (¿quién puede decir que su sacrificio fue en vano?). El poema es una elegía, género literario en que se recuerda la vida y la muerte de alguien. Es un tópico de estos poemas el tema del "ubi sunt" (dónde están). El ¿dónde está? de este poema tiene un nuevo significado en la voz del poeta: nos interpela a los vivos para que tomemos el testigo de los que han muerto. Misa de Réquiem por los ingleses caídos en la Brigada Internacional Pasad lista a los muertos, que nosotros, los vivos, aún podemos responder, bajo el arco de paz juntos donde el lamento de la alondra es la única metralla, un rocío de canción, una guirnalda del cielo caída en tierra desde el silencio azul de luz que bulle en esta hora presente de tregua que presagia el triunfo final, invocad con orgullo los hombres cuyos huesos ahora yacen en la tierra de la libertad.
  • 50. 50 de 174 Resistir en el risco de la aurora para tocar diana. Escuchad el tañido de silencio, recordando. Este instante de honor con el futuro reaviva vuestros corazones, y ya saboreamos, como nupcias en un beso primero, la hora en que el último dique de la ira cae y la rugiente noche es tibiamente balizada con prendas de hermandad, los pueblos-mundo unidos, mundo sin fin, el alba sobre la tierra de la libertad. Preguntad a esa águila que gritó en las alturas en qué hoguera de muerte bloquearon los obreros españoles del Guadarrama el paso con sus muertos. Águila de España, desde tu nido de los cielos contesta:¿Dónde están ellos ahora, los jóvenes y bravos? Los muertos fraternales fluyen de los clarines. ¿Dónde están esas caras que buscamos, esas caras inglesas? Que los vivos respondan a la lista de muertos. ¿Dónde está él ahora, alegre corazón de primavera, en aventuras rico, errante desde donde la luna de Samara de un sauce curvo cuelga a donde el congestivo Londres coagula con toxinas la vena aorta de Inglaterra? En fuerza de piedad, como vivió, murió, y las balas gimieron a través de las ramas del invierno sobre su cara rota. ¿Dónde está Ralph Fox el de Yorkshire? ¿Dónde está él ahora, el vehemente muchacho que advirtió el sino de Inglaterra pálido sobre la luna oscense? Donde salpican las granadas enormes flores de destrucción, redioses llameantes de locura, plumas fuente de horror, la libertad debe ponerse en marcha o la tierra rendirse a esos sus raptores; de ese modo caminaré con libertad y tras de la agonía arrancaréis frutos en el jardín. ¿Dónde está John Cornford de Cambridge? ¿Dónde está él ahora, voz entre muchas voces, quien dijo:"En la prisión de la pobreza los inocentes están presos, los ladrones encierran a sus víctimas". Protestaba su voz. Y, sentenciado, vio, a través de una pared de piedra, la verdad. Más clara esa pared de privación que ningún argumento. Golpeó en la piedra con su mano y juró hacerla añicos,
  • 51. 51 de 174 cogió un fusil y atravesó en España esa pared. ¿Dónde está Wilf Jobling de Chopwell? ¿Dónde está él ahora, quien, entre el chirrido de las planchas del castillo de proa del mercante, escuchaba? Las aguas brotando de los escobenes, y el barco estremeciéndose se hundía. Él supo quién estaba traficando, quien amañó las instrucciones para obtener el dinero del seguro, mientras se hundía la tripulación. Llevando una camilla por entre las trincheras del peligro, he encontrado, repuso, el camino de casa antes que Madrid. ¿Dónde está Davidovitch de Bethnal Green? ¿Dónde está ahora aquel que vino a luchar pronto? En Sidney, mientras en torno a Pinchgut chillaban las gaviotas, se enteró resistiendo desahucios, de que toda la gente estaba desahuciada del mundo que había hecho y aplastada en tugurios de pena. Volvió, de polizón, a Edimburgo mas gritó: "Me mantengo en los abiertos lazos del propósito viajando a España donde el pueblo clama por sus derechos". ¿Dónde está Jack Atkinson de Hutl? Sobre la azul y delicada silueta de las sierras las escarpas desnudas se elevan en aristas y planos imprecisos en donde el mediodía extrae de los barrancos toda sombra, chirrían los caproni*. ¿Es este un país extraño tú, escocés? No. Lo he reconocido. Mira: Los niños de la aldea cierran sus puños como bienvenida. Porque somos aquellos en quienes el amor se hace justicia. ¿Dónde está James Wark de Airdrie? ¿Dónde está ahora aquél, líder en Londres de los autobuses, en olivares ásperos del sector del Jarama, el comandante de una compañía? Enjugándose el polvo de sus ojos, se reía. Y blandiendo su ametralladora hacia la línea de los fascistas tambaleantes, a la parte más alta mandó a sus hombres. Las ardientes rocas se abrían golpeando, la cortina de fuego batiendo en la colina. ¿Dónde está Bill Briskey de Dalston?. ¿Dónde está ahora aquél, el camarada de la risa pronta? Tras los secos terrenos el reptaba con sangrantes rodillas, el sudor empañaba la distancia aplastante. Seguía abriendo fuego,
  • 52. 52 de 174 garras de ardor clavándose en su brazo que arañaba la piedra. Una oleada rugiente inflamada brotó. Mientras se lo llevaban, muriéndose, cantaba la Internacional. ¿Dónde está Alan Craig de Maryhill? Tanques daban bandazos en las cuestas, y hombres con sus rodillas y sus manos se abalanzaban al fragor del combate tambaleándose cabizbajos. El crepitar de nuestras armas se ahogaba, el estruendo agobiaba y hacía oscilar la tierra, y vacilante la floja fila tropezaba en matojos de hierba, cabeceando torpemente. Fuera de la trinchera saltamos, los tanques nos pisaban los talones, crujiendo; pero ¿dónde está el que nos dirige? ¿Dónde está Robert Symes de Hamphsire? ¿Dónde está ahora aquél que, marchando en manifestaciones, supo que su camino contra la opresión conducía al frente de España? Pues se manifestaba en un país marcado por chulerías amenazantes, Inglaterra marchita en arrabales por las bombas-ponzoña de codicia,. Esa ruta de cólera y de amor ha de llevar a España los clamores por el No Pasarán en Trafalgar Square. ¿Dónde está Tommy Dolan de Sunderland? ¿Dónde está el que vendía el Daiy Worker? El cartel que su mano agitaba: una bandera roja izada sobre las barricadas de la elección. He visto el mundo dividirse ante la voz de la verdad, nada hay de extraño, pues, en el son de esta guerra. He visto sus primeras escaramuzas, cuando la policía sacaba las porras y cargaba contra mis amigos; por eso me iré a España. ¿Dónde está Jock Tadden de Dundee? Esta guerra tiene raíces por doquier, en el solar de la miseria. Él contempló en las mates pizarras la luna reluciente, un goteo lechoso de luz burlándose de la boca del hombre, una promesa de belleza limpia, pendón de libertad.
  • 53. 53 de 174 Y, a media noche, bostezando, roto por los fantasmas de un dolor antiguo hasta que se tomó la decisión como un rayo de luna fluyendo por las barras de hierro a los pies de la cama. ¿Dónde está T. J. Carter de West Hartlepool? Al igual que el verano es asociado a los pequeños conos rojos del alerce, así la plenitud de libertad se hará patente en estos, los camaradas nuestros, a su hora. Puesto que, a menos que el comienzo primaveral esté aquí en las lanzas del narciso y en los ojos de pez-erizo esmeralda en la tiniebla acuática, ningún soplo estival lustrará la cereza ni ajará la dorada cosecha de la colina. Así gritamos: ¿Dónde está Syd Avner de Stoke Newington? A estos hombres, modelo de los ingleses muertos en España, convocamos aquí en el recóndito silencio de la Primavera, alzándose entre grises nubes de clemátides, botones de oro ardiendo en los barrancos del atardecer, la dulzura trenzada en los amentos del avellano. Aquí, en este momento del verde espino en Inglaterra, los conjuramos, brevemente, como un impulso azur de flor al viento y perdurable como la tierra de la unidad. Jack Lindsay (1900-1990) De Who are the English?, 1939 (*) El Caproni Ca.133 fue un avión de transporte y bombardero ligero utilizado por las fuerzas sublevadas durante la Guerra Civil Española. Miércoles, 3 de junio de 2020 Miguel Hernández: Como el toro he nacido para el luto... Lo mejor de la poesía de Miguel Hernández se produce cuando el apasionamiento espontáneo, juvenil y rural se contiene para amoldarse a una forma poética difícil, cual es el soneto. Ahí se produce el equilibrio entre fondo y forma, que siempre ha producido las mejores obras en todas las artes.
  • 54. 54 de 174 En la época en que se escribe este poema, Miguel Hernández vive una esquizofrenia amorosa entre Maruja Mayo y Josefina Manresa, que son la encarnación de dos mundos diferentes. No sabemos en quien estaba pensando cuando escribe el poema, y ese detalle es muy importante para interpretarlo adecuadamente. Es claro que el poema gira en torno a la frustración del deseo sexual porque no hay compenetración entre el toro (Miguel Hernández) y el torero (Josefina le rehuye, Maruja juega con él). Por entonces, Miguel Hernández se ganaba la vida colaborando en la Gran Enciclopedia Taurina, dirigida por José María Cossío. Como el toro he nacido para el luto... Como el toro he nacido para el luto y el dolor, como el toro estoy marcado por un hierro infernal en el costado y por varón en la ingle con un fruto. Como el toro lo encuentra diminuto todo mi corazón desmesurado, y del rostro del beso enamorado, como el toro a tu amor se lo disputo. Como el toro me crezco en el castigo, la lengua en corazón tengo bañada y llevo al cuello un vendaval sonoro. Como el toro te sigo y te persigo, y dejas mi deseo en una espada, como el toro burlado, como el toro. Miguel Hernández (1910-1942) De El rayo que no cesa, 1936 Para oir el poema en la voz de Fernando Guillén, pulsar aquí Martes, 2 de junio de 2020 Alberti: Lo que dejé por ti En 1963, María Teresa León y Rafael Alberti se instalan en el Trastevere de Roma, en la misma casa donde había vivido Ignacio de Loyola. Cuenta Alberti en sus memorias que los españoles iban a Roma a ver al Papa o a verle a él.
  • 55. 55 de 174 La proximidad a España aumenta la nostalgia que siempre le acompañó en el exilio y que aparece evidente en el soneto que sigue. Yo creo que la ciudad de Roma ha sido la más cantada por los poetas porque es un símbolo capaz de evocar múltiples sugerencias. El soneto es un ejemplo de la facilidad de Alberti para hacer una poesía que parece surgir de forma natural. Basta la personificación de Roma, tratada como una enamorada a la que ofrece su vida anterior a “cambio de tenerte”. Lo que dejé por ti Dejé por ti mis bosques, mi perdida arboleda, mis perros desvelados, mis capitales años desterrados hasta casi el invierno de la vida. Dejé un temblor, dejé una sacudida, un resplandor de fuegos no apagados, dejé mi sombra en los desesperados ojos sangrantes de la despedida. Dejé palomas tristes junto a un río, caballos sobre el sol de las arenas, dejé de oler la mar, dejé de verte. Dejé por ti todo lo que era mío. Dame tú, Roma, a cambio de mis penas, tanto como dejé para tenerte. Rafael Alberti (1902-1999) De Roma, peligro para caminantes, 1968 Para oir el poema en la voz de César Gómez, pulsar aquí Lunes, 1 de junio de 2020 Lorca: Grito hacia Roma (desde la torre del Chrysler Building) En 1929, mientras Lorca estaba en Nueva York, el Papa Pío XI firmó un acuerdo con Mussolini por el cual este reconocía el Estado Vaticano y a cambio recomendaba a los católicos apoyar a Mussolini. Además bendijo las tropas italianas con sus tanques incluidos que iban a conquistar Abisinia (actual Etiopía) en la propia Plaza del
  • 56. 56 de 174 Vaticano (cuando vayáis allí, imaginad esa terrible escena). La primera estrofa es una maldición a la ciudad de Roma (sede de la cristiandad). Lo demás va dirigido directamente sobre el Papa fascista. Él es "el hombre que se orina en una deslumbrante paloma, el hombre que desprecia la paloma, el hombre vestido de blanco, el viejo de las manos traslúcidas." El poema tiene un lenguaje surrealista, que a veces es difícil interpretar, pero, si entendemos el contexto en que se produjo, podemos percibir la protesta de Lorca. Las imágenes alucinantes no ocultan el sentido del conjunto del poema, algo característico del Surrealismo español. Por otra parte hay versos clarísimos. Lorca lanza, desde lo alto de rascacielos más alto de su tiempo, un "grito contra Roma y a favor de los que sufren. Son claras las raíces cristianas y las referencias evangélicas del poema. ( Dalí decía a Lorca en una carta: Tu eres una borrasca cristiana.) Grito hacia Roma (Desde la torre del Chrysler Building) Manzanas levemente heridas por los finos espadines de plata, nubes rasgadas por una mano de coral que lleva en el dorso una almendra de fuego, peces de arsénico como tiburones, tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud, rosas que hieren y agujas instaladas en los caños de la sangre, mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula que untan de aceite las lenguas militares donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma y escupe carbón machacado rodeado de miles de campanillas. Porque ya no hay quien reparta el pan ni el vino, ni quien cultive hierbas en la boca del muerto, ni quien abra los linos del reposo, ni quien llore por las heridas de los elefantes. No hay más que un millón de herreros forjando cadenas para los niños que han de venir. No hay más que un millón de carpinteros que hacen ataúdes sin cruz. No hay más que un gentío de lamentos que se abren las ropas en espera de la bala.
  • 57. 57 de 174 El hombre que desprecia la paloma debía hablar, debía gritar desnudo entre las columnas, y ponerse una inyección para adquirir la lepra y llorar un llanto tan terrible que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante. Pero el hombre vestido de blanco ignora el misterio de la espiga, ignora el gemido de la parturienta, ignora que Cristo puede dar agua todavía, ignora que la moneda quema el beso de prodigio y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán. Los maestros enseñan a los niños una luz maravillosa que viene del monte; pero lo que llega es una reunión de cloacas donde gritan las oscuras ninfas del cólera. Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas; pero debajo de las estatuas no hay amor, no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo. El amor está en las carnes desgarradas por la sed, en la choza diminuta que lucha con la inundación; el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre, en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas. Pero el viejo de las manos traslucidas dirá: amor, amor, amor, aclamado por millones de moribundos; dirá: amor, amor, amor, entre el tisú estremecido de ternura; dirá: paz, paz, paz, entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita; dirá: amor, amor, amor, hasta que se le pongan de plata los labios. Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto, los negros que sacan las escupideras, los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los directores,
  • 58. 58 de 174 las mujeres ahogadas en aceites minerales, la muchedumbre de martillo, de violín o de nube, ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro, ha de gritar frente a las cúpulas, ha de gritar loca de fuego, ha de gritar loca de nieve, ha de gritar con la cabeza llena de excremento, ha de gritar como todas las noches juntas, ha de gritar con voz tan desgarrada hasta que las ciudades tiemblen como niñas y rompan las prisiones del aceite y la música, porque queremos el pan nuestro de cada día, flor de aliso y perenne ternura desgranada, porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra que da sus frutos para todos. Federico García Lorca (1898- 1936) Para oir el poema en la voz de Alfredo Alcón, pulsar aquí Domingo, 31 de mayo de 2020 Joan Maragall: Oda a Espanya La lengua catalana había sido vehículo de una rica literatura hasta el siglo XV, que se cierra con las grandes figuras: Ausías Marc y Joanot Martorell. En el siglo XVI desaparece como lengua de cultura, sustituída por el castellano. La reivindicación romántica de la patria y el ascenso social de la burguesía catalana impulsan la Renaixença durante la segunda mitad del siglo XIX. Joan Maragall, abuelo del que hemos conocido como presidente de La Generalitat, publica en 1898 (el año del Desastre) esta "Oda a Espanya". El poema puede ser interpretado desde muy diferentes perspectivas: Para algunas personas es una prueba de amor a España, para otras expresa la esperanza de una España diferente, para otras es la expresión de una concepción federal de España, hay quien ve en el texto un sentimiento de superioridad casi racista y otras se quedan solo con el "Adéu, Espanya". En resumen, las mismas opciones que ahora.
  • 59. 59 de 174 Oda a Espanya Escolta, Espanya, — la veu d’un fill que et parla en llengua — no castellana: parlo en la llengua — que m’ha donat la terra aspra; en ‘questa llengua — pocs t’han parlat; en l’altra, massa. T’han parlat massa — dels saguntins i dels qui per la pàtria moren; les teves glòries — i els teus records, records i glòries — només de morts: has viscut trista. Jo vull parlar-te — molt altrament. Per què vessar la sang inútil? Dins de les venes — vida és la sang, vida pels d’ara — i pels que vindran; vessada, és morta. Massa pensaves — en ton honor i massa poc en el teu viure: tràgica duies — a mort els fills, te satisfeies — d’honres mortals i eren tes festes — els funerals, oh trista Espanya! Jo he vist els barcos — marxar replens dels fills que duies — a que morissin: somrients marxaven — cap a l’atzar; i tu cantaves — vora del mar com una folla. On són els barcos? — On són els fills? Pregunta-ho al Ponent i a l’ona brava: tot ho perderes, — no tens ningú. Espanya, Espanya, — retorna en tu, arrenca el plor de mare! Salva’t, oh!, salva’t — de tant de mal;
  • 60. 60 de 174 que el plor et torni feconda, alegre i viva; pensa en la vida que tens entorn: aixeca el front, somriu als set colors que hi ha en els núvols. On ets, Espanya? — No et veig enlloc. No sents la meva veu atronadora? No entens aquesta llengua — que et parla entre perills? Has desaprès d’entendre an els teus fills? Adéu, Espanya! Joan Maragall (1860-1911) Oda a España Escucha, España, la voz de un hijo que te habla en lengua no castellana; hablo en la lengua que me ha legado la tierra áspera; en esta lengua pocos te hablaron; en la otra, demasiado. Demasiado de los saguntinos y de los que mueren por la patria; y por tus glorias y tus recuerdos, recuerdo y gloria de cosas muertas, triste has vivido. De distinta manera quiero hablarte. ¿Por qué derramar la sangre inútil? La sangre es vida, si está en las venas, vida hoy, vida para los que vengan; vertida, es muerte. Demasiado pensaste en tu honor y escasamente en tu vida: tus hijos, trágica, diste a la muerte. Mortales honras te satisfacían; tus fiestas eran tus funerales, ¡oh triste España! Yo vi barcos zarpar repletos
  • 61. 61 de 174 de hijos que a la muerte entregabas: sonriendo iban hacia el azar, y tú cantabas junto a la mar como una loca. ¿Dónde tus barcos? ¿Dónde tus hijos? Pregúntalo al Poniente, a la ola brava: perdiste todo, a nadie tienes. ¡España, España, vuelve en ti, rompe el llanto de madre! Sálvate, sálvate de tantos males; que el llanto te haga alegre, fecunda y viva; piensa en la vida que te rodea; alza la frente, sonríe ante los siete colores del iris. ¿Dónde estás España, dónde que no te veo? ¿No oyes mi voz atronadora? ¿No comprendes esta lengua que entre peligros te habla? ¿A tus hijos no sabes ya entender? ¡Adiós, España! Joan Maragall (1860-1911) Para oir el poema en catalán, en la voz de Nuria Martín, pulsar aquí Para oir el poema en castellano, en la voz de Tomás Galindo, pulsar aquí Sábado, 30 de mayo de 2020 Kavafis: Las Termópilas Kavafis es un griego de la diáspora que, desde el anonimato de una oficina de Alejandría y con solo 154 poemas, se ha convertido en el poeta referente del CULTURALISMO del Siglo XX. Reelabora un suceso histórico, legendario o literario (Preferentemente de la Grecia clásica o bizantina) que permite establecer un paralelismo con el momento presente. La reflexión ética que lo acompaña se convierte en tema poético. Para comprender el poema es preciso conocer el referente cultural que lo sustenta. En este poema es el rey Leónidas y los trescientos soldados que según la leyenda defendieron el paso de Las Termópilas ante el rey persa Jerjes y la traición de Efialtes.
  • 62. 62 de 174 (Efialtes era un pastor que enseñó un camino oculto a los persas, por donde estos pudieron pasar eludiendo el paso de las Termópilas. Los griegos lo consideraron el traidor por antonomasia.) El lenguaje ha huido de todo elemento retórico y toda tradición literaria. Muchas veces hemos visto como los que defendían con nosotros las Termópilas se han pasado a los persas. No importa, aunque aparezca Efialtes y finalmente pasen los persas, ya es premio suficiente cumplir con nuestro deber y nuestro papel en la vida. Las Termópilas Honor a aquellos que en sus vidas custodian y defienden las Termópilas. Sin apartarse nunca del deber; justos y rectos en sus actos, no exentos de piedad y compasión; generosos cuando son ricos, y también si son pobres, modestamente generosos, cada uno según sus medios; diciendo siempre la verdad, mas sin guardar rencor a los que mienten. Y más honor aún les es debido a quienes prevén (y muchos prevén) que Efialtes aparecerá finalmente y pasarán los Persas. 1901, Konstantino Kavafis (1863-1933) Viernes, 29 de mayo de 2020 Enrique González: Tuércele el cuello al cisne... El tapatío Enrique González Martínez encabeza una saga de grandes poetas que llega hasta la actualidad. En 1914 publicó este famoso soneto que acabó con el Modernismo y abrió el camino de las vanguardias a la poesía en español. Frente al cisne como símbolo modernista, nos presenta el búho, que acompaña a Palas Atenea, nacida de la cabeza de Zeus y diosa de la inteligencia. Se trata de poner el énfasis en el arte como conocimiento más que como puro adorno formal.
  • 63. 63 de 174 Una vez torcido el cuello al cisne, también nosotros dejamos el Modernismo. Tuércele el cuello al cisne... Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje que da su nota blanca al azul de la fuente; él pasea su gracia no más, pero no siente el alma de las cosas ni la voz del paisaje. Huye de toda forma y de todo lenguaje que no vayan acordes con el ritmo latente de la vida profunda... y adora intensamente la vida, y que la vida comprenda tu homenaje. Mira al sapiente búho cómo tiende las alas desde el Olimpo, deja el regazo de Palas y posa en aquel árbol el vuelo taciturno... Él no tiene la gracia del cisne, mas su inquieta pupila, que se clava en la sombra, interpreta el misterioso libro del silencio nocturno. Enrique González Martínez (1871-1952) De Los senderos ocultos, 1914 Para oir el poema en la voz de Francisco Fernández, pulsar aquí Jueves, 28 de mayo de 2020 Amado Nervo: En paz El mexicano Amado Nervo evoluciona desde un Modernismo sonoro y brillante a otro más personal, en el que destaca un cierto misticismo, que explica el contenido de este poema. Desde el Romanticismo, predomina en la poesía la queja ante un mundo hostil; por eso es de agradecer la visión de un hombre en paz con el mundo que nos ofrece en este poema Amado Nervo, visión que abre el camino por donde transitarán Neruda, Jorge Guillén, Claudio Rodríguez... etc. Como ejemplo del prestigio que tuvieron los poetas en un tiempo, cabe señalar que Amado Nervo fue llevado desde Montevideo a Méjico en la mejor corbeta de la armada argentina y escoltado por barcos argentinos, cubanos, venezolanos, uruguayos y brasileños. Fue Amado Nervo quien dio en París el título de "La Princesa Paca" a Francisca Sánchez.