El documento resume la historia y propósito del Centro de las Artes de San Agustín (CASA) en Oaxaca, México. Originalmente una fábrica de hilados y tejidos construida en 1883, el edificio fue abandonado en la década de 1980. En el 2000, el pintor Francisco Toledo compró el lugar y lo restauró para crear el primer centro ecológico de las artes en Latinoamérica. Tras recibir apoyo económico de varias fundaciones, el CASA abrió sus puertas al público en 2006 como
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Emiliano Riva para Carla Ruiz
1. México, Distrito Federal, 4 de abril de 2014.
Hola, Carla.
Yo te voy a contar
sobre el Centro de
las Artes de San
Agustín (CASA), un
lugar de Oaxaca al
que fuimos en
nuestro viaje de
estudios, yo
aprendí esto:
Está en la ex-
fábrica de hilados y
tejidos La Soledad
Vista Hermosa, la
cual fue inaugurada
en 1883 por José
Zorrilla Trápaga,
que era un español.
Después de ser
abandonada en la
década de los 80; en el año 2000 Francisco Toledo, un pintor muy importante en México y
el artista plástico vivo más importante de Oaxaca, compró el lugar para crear el primer
centro ecológico de las artes en Latinoamérica.
2. Originalmente repartidas en dos pisos, había 200 máquinas textiles, que fueron
vendidas como chatarra y de las cuales sólo se rescataron seis.
Su fachada está pintada con óxido y se ve de color medio amarillo “tirando a” naranja.
En la entrada hay unas escalinatas de donde cae agua; están pintadas con grana cochinilla,
que es un tinte natural extraído de un insecto parásito del nopal.
Las fundaciones que ayudaron económicamente a restaurar el centro fueron la Alfredo
Harp Helú, el Conaculta, el Fonart y el gobierno del estado. El 21 de marzo de 2006 abrió
sus puertas al público ya como el Centro de las Artes de San Agustín (CASA). Tiene siete
residencias para los maestros que vienen a exhibir o a dar clase de arte en general. Cerca
del centro, Francisco Toledo creó una escuela para los niños de ese pueblo. En estos
momentos está exhibida una colección de Toledo llamada “Zoología fantástica”.
Me despido y gracias, Carla y todo el grupo de Cantabria, por sus cartas.
Emiliano Riva Palacio González