1. El Poder de Pentecostés Lectura: Hechos 2:1-17 "Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y Me seréis testigos" — Hechos 1:8
2. Un pastor a quien conozco y aprecio está desanimado. Aunque él es diligente en la oración, y trabaja duro su iglesia no crece, mientras que una nueva congregación cercana rápidamente está haciéndose mayor y mayor hasta convertirse en una mega-iglesia. Pero, cuando pienso en los alcohólicos, los drogadictos y los inmorales sexuales que él ha llevado al Salvador y hacia una nueva manera de vivir, le veo como alguien que da testimonio en el poder del Espíritu Santo. Debido a lo que sucedió el Día de Pentecostés (descrito en Hechos 2), tendemos a relacionar la presencia y el poder del Espíritu Santo con fenómenos asombrosos y grandes cifras. Nos olvidamos que muy poco tiempo después, esas mismas personas llenas con el mismo Espíritu Santo fueron rechazadas, azotadas, arrestadas e incluso ejecutadas. ¡Pero en medio de todo ello fueron testigos poderosos!. La presencia y el poder del Espíritu Santo pueden evidenciarse en un predicador dinámico que atrae a grandes audiencias; pero también se ven en el voluntario que lleva a cabo un ministerio individual en las cárceles, en la persona que le da testimonio a un compañero de trabajo o a un vecino, y en el maestro de escuela dominical que fielmente enseña semana tras semana. El poder de Pentecostés no está reservado especialmente para los que han recibido grandes dones. Más bien, está disponible para todos los creyentes en Cristo que quieren servirle.
3. El poder del Espíritu de Dios le da el poder a nuestro testimonio.
4. Lectura Bíblica: Hechos 1 La ascensión 6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. 9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. Reina Valera Revisada (1960). 1998 (electrónica ed.) . Sociedades Bíblicas Unidas: Miami
5. Biblia del diario vivir . 1.8 El poder del Espíritu Santo no lo limita la energía ordinaria, involucra valor, entrega, confianza, conocimiento, habilidad y autoridad. Los discípulos necesitarían de todo esto para cumplir con su misión. Si usted cree en Jesucristo, puede experimentar el poder del Espíritu Santo en su vida. 1.8 Jesucristo prometió a los apóstoles que recibirían el poder para ser testigos después que recibieran el Espíritu Santo. Note el proceso: (1) recibieron el Espíritu Santo; (2) les dio poder; y (3) fueron testigos con resultados extraordinarios. Nosotros a menudo tratamos de invertir el orden y testificamos dependiendo de nuestro propio poder y autoridad. Testificar no es mostrar lo que podemos hacer por Dios, sino mostrar y decir lo que Dios ha hecho por nosotros. 1.8 Jesús instruyó a sus discípulos para que fueran testigos a las personas de todas las naciones acerca de Él (Mateo 28.19 , 20 ). Pero se les dijo que debían esperar antes la venida del Espíritu Santo ( Lucas 24.49 ). Dios tiene una labor importante que quiere que usted haga en su nombre, pero debe desarrollarla por el poder del Espíritu Santo. A menudo nos gusta cumplir con la tarea, aunque esto signifique ir delante de Dios. Pero algunas veces la espera es parte del plan de Dios. ¿Está esperando y escuchando las instrucciones completas de Dios o se antepone a sus planes? Necesitamos el tiempo y el poder de Dios para ser en verdad eficaces. 1.8 Este versículo describe una serie de círculos concéntricos. El evangelio se esparce, geográficamente, desde Jerusalén hasta Judea y Samaria, y por último se ofrecería a los gentiles en otras partes de la tierra. El evangelio de Dios no ha llegado a su destino final si alguien en su familia, en su centro de trabajo, su colegio o su comunidad no ha oído acerca de Jesucristo. Asegúrese de contribuir, de alguna manera, al círculo de esparcimiento del mensaje de amor de Dios.