España cuenta con unas buenas, o muy buenas, infraestructura de telecomunicaciones. Sin embargo, como sociedad, afrontamos ahora la oportunidad y el desafío de fijarnos objetivos muy ambiciosos para la infraestructura que ha de soportar nuestra vida digital. La clave para conseguirlo es entender que la magnitud clave es la capacidad de esas redes y para ella proponemos un objetivo basado en dos 10