Las adicciones se pueden clasificar en dos amplias categorías: adicciones a sustancias y adicciones conductuales. Aunque ambos tipos implican un ciclo de refuerzo y un deseo compulsivo por una experiencia o sustancia, difieren en los objetos de la adicción. A continuación, describiremos cada tipo y proporcionaremos ejemplos para una mejor comprensión.
Adicciones a Sustancias
Las adicciones a sustancias, también conocidas como trastornos por uso de sustancias, involucran el consumo compulsivo de drogas o alcohol, incluso cuando hay consecuencias negativas. Estas sustancias alteran el equilibrio químico del cerebro, lo que puede llevar a una dependencia física y psicológica. Algunos ejemplos incluyen:
Alcoholismo: Dependencia del alcohol que afecta la salud física y mental del individuo, así como su funcionamiento social y laboral.
Adicción a la nicotina: Dependencia a los productos de tabaco, que es una de las adicciones más comunes a nivel mundial.
Adicción a drogas ilícitas: Incluye sustancias como la cocaína, heroína, metanfetaminas y éxtasis, entre otras.
Adicción a medicamentos con receta: Incluye la dependencia de opioides, ansiolíticos, somníferos y otros medicamentos que, aunque son prescritos por un médico, pueden ser objeto de abuso.
Adicciones Conductuales
Las adicciones conductuales, también conocidas como adicciones no sustanciales, implican la incapacidad de resistir el impulso de realizar una acción que es perjudicial para uno mismo o para otros. Estas adicciones no involucran sustancias químicas pero pueden tener efectos igualmente devastadores en la vida personal y profesional del individuo. Algunos ejemplos son:
Adicción al juego (ludopatía): Impulso descontrolado de jugar, a pesar de las consecuencias negativas en la vida personal y financiera.
Adicción a Internet: Uso compulsivo de Internet que interfiere con la vida cotidiana.
Adicción al sexo: Participación compulsiva en actividades sexuales a pesar de los riesgos potenciales o las consecuencias negativas.
Adicción al trabajo (workaholismo): Compromiso excesivo con el trabajo, al punto que afecta la salud y las relaciones personales.
Adicción a la comida: Compulsión por comer o por ciertos tipos de alimentos, a menudo utilizado como mecanismo de afrontamiento.
Ambos tipos de adicciones son trastornos complejos que involucran la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales. El tratamiento y la recuperación varían según el individuo y el tipo de adicción, pero generalmente incluyen una combinación de terapia, apoyo grupal y, en algunos casos, medicación. Reconocer la adicción y buscar ayuda es el primer paso crucial hacia la recuperación.
2. DISTINCIÓN ENTRE
ADICCIÓN Y DEPENDENCIA
La distinción entre adicción y dependencia
es importante tanto en el ámbito clínico
como en el entendimiento general de los
trastornos relacionados con el consumo de
sustancias. Aunque estos términos a
menudo se usan de manera intercambiable
en el lenguaje cotidiano, tienen significados
específicos y diferencias clave en el
contexto de la salud y la medicina.
3. La dependencia se define como un
estado psicofisiológico en el que el
individuo experimenta la necesidad de
consumir drogas para aliviar cierto
malestar. Esta definición guarda similitud
con la ofrecida por el Glosario de
términos de Alcohol y drogas (1994) de la
OMS, que la describe como "un conjunto
de síntomas cognitivos, fisiológicos y
conductuales que indican una pérdida de
control sobre el consumo de sustancias
psicoactivas".
En este sentido, la drogodependencia
refiere a los trastornos de consumo
generados por sustancias psicoactivas
que afectan la salud, tanto mental como
física. Se trata de un término de
naturaleza clínica que señala la existencia
de una enfermedad, la cual puede ser
originada por una dependencia física,
psicológica o ambas.
DEPENDENCIA
El término de adicto o drogadicto, más allá de
aludir al concepto de un individuo consumidor de
drogas o alcohol, posee cierta connotación social
negativa. De alguien desviado de las normas
sociales. Ser considerada una persona adicta es un
estigma social, ya que define erróneamente a la
persona como viciosa. Y ello marca su vida dentro
de la sociedad, toda vez que se ve marginado por
los no consumidores. Es la llamada exclusión social
de los drogodependientes, pues no siempre son
percibidos como enfermos; sino como personas
irresponsables y de conductas peligrosas.
La propia OMS se hace eco de este sentimiento
social; «El término adicción conlleva también el
sentido de que el consumo de la sustancia tiene un
efecto perjudicial para la sociedad y para la
persona». Y este estereotipo negativo aplicado a la
adicción es mayor cuando se trata de consumo de
drogas ilegales; pues estas sustancias se asocian
con problemas legales; así como con un estilo de
vida reprochable (moralmente) y sancionable
(penalmente). No obstante, la sociedad le da la
oportunidad de reinsertarse si el adicto a las
drogas decide acudir a un centro de
desintoxicación y seguir un programa de
tratamiento.
ADICCIÓN
4. DEPENDENCIA FISICA & PSICOLOGICA
La dependencia psicológica sucede cuando aparece una
urgencia por consumir o repetir un patrón de conducta; de tal
modo que la atención plena del individuo se centra en
conseguir la dosis de droga que necesita.
La dependencia física tiene relación con las propiedades
adictivas que contienen muchas sustancias psicoactivas y
como ésta alteran el funcionamiento natural del organismo.
Como ocurre con el síndrome de abstinencia.
5. Ambas dependencias se influyen, pues el drogodependiente siente
una urgencia imperiosa por consumir droga para calmar el
sufrimiento provocado por los síntomas de abstinencia.Así pues, la
voluntad del sujeto, a la hora de accionar una conducta
compulsiva, define el talante de la misma. La adicción puede tener
relación con la voluntad de la persona; en cambio, la dependencia
siempre es involuntaria. Así, el abuso del consumo de drogas o
alcohol puede ser una adicción; mientras que cuando su uso
obedece a factores biológicos o psicológicos, se trata de una
dependencia.
Ambas dependencias se influyen, pues el drogodependiente siente
una urgencia imperiosa por consumir droga para calmar el
sufrimiento provocado por los síntomas de abstinencia.Así pues, la
voluntad del sujeto, a la hora de accionar una conducta
compulsiva, define el talante de la misma. La adicción puede tener
relación con la voluntad de la persona; en cambio, la dependencia
siempre es involuntaria. Así, el abuso del consumo de drogas o
alcohol puede ser una adicción; mientras que cuando su uso
obedece a factores biológicos o psicológicos, se trata de una
dependencia.
6. El abuso de sustancias psicoactivas supone un importante riesgo de desarrollo de adicción.
Todo dependerá de si se tiene una disfunción neuronal, y de factores genéticos e
individuales que tenga el sujeto. Inicialmente, un consumo de alcohol o sustancias
psicotrópicas abusivo puede llevar a desarrollar adicción. Sin embargo, cuando la adicción
está motivada por necesidades fisiológicas y psicológicas propias del síndrome de
abstinencia, se convierte en una dependencia. Y una dependencia es una enfermedad en
toda regla, con unas consecuencias negativas específicas.
La realidad que viven muchos consumidores crónicos puede definirse como adicción o
como dependencia. Ya que estamos ante conceptos muy afines. Pero, de alguna forma,
hablar de (drogo)dependencia es hablar de una enfermedad mental, y no de un mero
impulso o un hábito incontrolado. Y ahí, precisamente, reside el poder de las palabras: que
ellas tienen un impacto a la hora de definir una realidad. El término adicción y la palabra
dependencia tienen la misión de despertar conciencia social sobre esta problemática
sanitaria que provocan las drogas.
7. NO TÓXICA
las no tóxicas lo hacen de
una manera no directa.
TÓXICA
las tóxicas son aquellas que
alteran la percepción de la
realidad de una manera
directa.
ADICCIONES
TÓXICAS Y NO
TÓXICAS
Las adicciones tienen una
categorización que separa a las
adicciones tóxicas de
las no tóxicas.
8.
9.
10. INTRODUCCIÓN
En la actualidad siempre que se habla de adicciones se piensa solamente en drogas, sin tomar en cuenta que el
síntoma patognomónico de todos los trastornos adictivos es una determinada conducta sin freno ni control, que se
constituye como estereotipada y autodestructiva para el paciente en cualquiera de sus diferentes dimensiones vitales.
Este síntoma complejo, como es la desinhibición sobre determinada conducta que al comienzo puede ser un hábito
placentero, luego va mutando en displacentero y, ganando terreno en la vida del paciente, llega a ser único y
dominante.
El concepto de adicción no se limita solo al consumo irrefrenable de sustancias, sino que también existe un patrón
conductual estereotipado y asociado a una recompensa inmediata relacionada a algún tipo de transgresión, riesgo o
expectativa sobrevalorada. El paciente no lo evita, no porque no quiera, sino porque no lo registra como síntoma, como
tampoco registra el riesgo como miedo, sino como placer e incluso gratificación.
11. ADICCIONES TÓXICAS Y NO TÓXICAS
Existen dos tipos de adicciones a tener en cuenta: las tóxicas, químicas o con sustancia, y las no tóxicas, conductuales o
sin sustancia. En función de ésta disquisición inicial, es importante advertir que todo lo que se refiere a morfología de los
circuitos cerebrales y neurofisiología de los mismos, vale por igual para ambos grupos de pacientes, aunque la
evidencia solo esté basada en los estudios de la acción de drogas de abuso sobre el cerebro.
Dicho esto podemos aclarar que en las adicciones no tóxicas, donde no hay sustancia de por medio, existe una adicción
a determinada conducta que el paciente no puede controlar, como sucede por ejemplo en la ludopatía. Por el contrario,
en las adicciones tóxicas no solo existe la adicción a la sustancia de por sí, sino que también existe una adicción
conductual subyacente siempre presente y, que se pondrá de manifiesto, sobre todo en los tratamientos a largo plazo o
de deshabituación.
E = R (+,-)
12. ¿APRENDIZAJE?
El desarrollo de toda adicción o dependencia, puede considerarse como parte
de un proceso de aprendizaje cerebral, en el sentido de que las interacciones
entre las conductas, las sustancias psicoactivas, las vías cerebrales implicadas
y los estímulos asociados, producen cambios perdurables que se manifiestan
en síntomas psíquicos, emocionales y comportamentales .
Una persona que tiene una adicción conductual y/o consume una sustancia
tanto sea activadora como depresora del sistema nervioso central,
experimenta un efecto psicoemocional gratificante vinculado a la recompensa
biológica y, en la medida que se reitere va reforzando, vía activación, circuitos
cerebrales que aumentan la probabilidad de que ese comportamiento se
repita
13. REACCIÓN EN CADENA++++
El cerebro dispone de sistemas que han evolucionado y se han complejizado
para guiar y dirigir el comportamiento hacia estímulos esenciales para la
supervivencia. Ejemplo de esto son las emociones primarias y sus estímulos
asociados, representantes de dichos sistemas inextrincablemente ligados a la
supervivencia del individuo y la especie.
Las emociones primarias están representadas entonces por el hambre, la sed,
el miedo, la agresividad y el sexo. Poseen sus propias vías específicas
preestablecidas, no pasan por la cognición y siempre tienen un correlato
psíquico y/o somático que, a su vez, son determinantes de comportamientos
complejos para la concreción de los objetivos respectivos.
14. REACCIÓN EN CADENA
En las adicciones tóxicas y no tóxicas entonces, se activan artificialmente estas
mismas vías pero de forma mucho más intensa, produciendo un aumento de
la motivación para continuar con este comportamiento. Así pues, la
dependencia es el resultado de una interacción compleja de los efectos
fisiológicos de las conductas y las sustancias de abuso sobre dichos sistemas
cerebrales asociados a la motivación, las emociones primarias y el sistema de
recompensa, generando un reforzamiento de gratificación psicobiológica
como proceso de aprendizaje cerebral, que crea una ligazón automática,
irracional y sobredimensionada, entre los comportamientos adictivos, las
sustancias y las señales relacionadas con ellas.
15. DROGAS ILICITAS
Las drogas ilícitas son sustancias cuya producción, venta, posesión o uso son prohibidos por la ley. Estas
sustancias son conocidas por sus efectos psicoactivos, es decir, tienen la capacidad de alterar la percepción,
el estado de ánimo y el comportamiento del usuario. El consumo de drogas ilícitas puede llevar a la
dependencia física o psicológica, además de tener potenciales consecuencias negativas para la salud y el
bienestar social del individuo.
16. CLASIFICACIÓN
OPIOIDES
Se utilizan principalmente
por sus propiedades
analgésicas y por producir
sensaciones de euforia. La
heroína es un ejemplo
bien conocido de esta
categoría.
ALUCINÓGENOS
Alteran la percepción, el
pensamiento y la
conciencia, cambiando la
manera en que una
persona experimenta el
mundo que le rodea. LSD,
psilocibina (hongos
alucinógenos) y PCP están
entre los alucinógenos
más conocidos.
ESTIMULANTES
Aumentan la actividad del
cerebro, resultando en una
mayor alerta, atención y
energía. Ejemplos
comunes incluyen la
cocaína, las
metanfetaminas y el
éxtasis (MDMA).
DEPRESORES
Disminuyen la actividad
del sistema nervioso
central, causando
relajación, alivio de la
ansiedad y somnolencia.
Ejemplos incluyen el GHB
y ciertos tipos de
inhalantes.
17. Cada una de estas categorías abarca
una amplia gama de sustancias con
efectos, riesgos y potencial de adicción
variados. La clasificación ayuda a
entender los diversos impactos de estas
drogas en el cuerpo y la mente, y es
crucial para el desarrollo de estrategias
de tratamiento y prevención efectivas.
CANNABINOIDES
Incluyen a la marihuana y otras sustancias que
actúan sobre los receptores cannabinoides del
cerebro, provocando alteraciones en el estado de
ánimo, la percepción y el comportamiento.
19. DESCRIPCIÓN
Una droga lícita se refiere a cualquier sustancia
psicoactiva cuyo uso, posesión, venta o distribución es
legal bajo la ley de un determinado país o jurisdicción.
Estas sustancias pueden ser consumidas legalmente
por individuos, ya sea con fines recreativos, como el
alcohol y la nicotina, o con propósitos médicos, como
es el caso de los medicamentos recetados. Aunque su
estatus legal permite un cierto grado de acceso y
consumo controlado, las drogas lícitas aún tienen el
potencial de crear dependencia y causar daños
significativos a la salud física y mental de los usuarios,
así como tener un impacto socioeconómico amplio. La
regulación de estas sustancias suele estar
acompañada de restricciones específicas relacionadas
con la edad del consumidor, la cantidad de compra
permitida y los lugares de consumo autorizados, entre
otros aspectos, con el objetivo de minimizar los
riesgos asociados a su uso indebido.
20. La legalidad de una sustancia no disminuye su potencial adictivo.
Este es un concepto crucial en la comprensión de las adicciones,
ya que el estatus legal de una droga a menudo se percibe
erróneamente como un indicador de su seguridad o del riesgo de
dependencia. Sin embargo, muchas sustancias lícitas, como el
alcohol, la nicotina y ciertos medicamentos recetados, poseen un
alto potencial de adicción. Aquí se explora cómo la legalidad y el
potencial adictivo de una sustancia son aspectos independientes:
21. Accesibilidad y
Percepción Social
Mayor Accesibilidad: Las sustancias lícitas son
generalmente más accesibles que las drogas
ilícitas. Esta accesibilidad puede aumentar la
probabilidad de uso inicial y, en consecuencia, el
riesgo de desarrollar adicción.
Percepción de Seguridad: La legalidad puede
conferir una percepción errónea de seguridad. Las
personas pueden asumir que si una sustancia es
legal, entonces es segura para consumir,
subestimando los riesgos de adicción y otros
daños a la salud.
22. Propiedades
Farmacológicas
Mecanismos de Dependencia: La capacidad de
una sustancia para causar adicción está ligada a
sus efectos en el cerebro, específicamente en el
sistema de recompensa. Tanto las sustancias
lícitas como las ilícitas pueden alterar este
sistema, fomentando comportamientos de
búsqueda de drogas y potencialmente llevando a
la adicción.
Desarrollo de Tolerancia y Síndrome de
Abstinencia: Muchas drogas lícitas inducen
tolerancia, lo que significa que se necesita una
cantidad mayor de la sustancia para alcanzar el
mismo efecto. La interrupción de su uso puede
provocar síntomas de abstinencia, un indicador
clave de dependencia física.
23. Impacto en la
Salud y el
Bienestar
Consecuencias a Largo Plazo: El uso prolongado
de sustancias lícitas puede tener efectos
devastadores en la salud física y mental, similares
o incluso superiores a los de muchas drogas
ilícitas. Por ejemplo, el tabaquismo y el consumo
excesivo de alcohol están entre las principales
causas de enfermedad y muerte prematura a
nivel mundial.
Carga para la Sociedad: Las adicciones a
sustancias lícitas imponen una carga significativa
a la sociedad, incluyendo costos de atención
médica, pérdida de productividad y problemas
sociales relacionados.
24. Implicaciones
para Políticas y
Educación
Necesidad de Políticas Informadas: Existe una
necesidad crítica de políticas públicas que
aborden el potencial adictivo de las sustancias
lícitas, incluyendo regulaciones sobre su venta y
consumo, así como campañas de educación
pública sobre sus riesgos.
Educación y Prevención: Es importante educar al
público sobre los riesgos de adicción asociados
con el uso de sustancias lícitas, fomentando una
comprensión más matizada que vaya más allá de
la legalidad para incluir los efectos en la salud y el
bienestar.