La teoría liberacionista es un enfoque crítico y social que se origina en América Latina, especialmente en la década de 1960, como una respuesta a las condiciones de injusticia social, económica y política en la región. Surgió principalmente en el ámbito teológico, con figuras como Gustavo Gutiérrez y Leonardo Boff, pero se extendió a otras disciplinas como la filosofía, la sociología y la economía. En su núcleo, la teoría liberacionista propone la liberación de los oprimidos y marginados, particularmente los pobres y los desposeídos, tanto a nivel individual como colectivo. Critica las estructuras de poder que perpetúan la pobreza, la explotación y la opresión, ya sea en forma de sistemas económicos injustos, estructuras políticas autoritarias o relaciones sociales desiguales.Una de las características distintivas de la teoría liberacionista es su conexión con la praxis, es decir, la combinación de reflexión teórica con acción práctica para lograr el cambio social. Esto implica no solo analizar críticamente las estructuras de opresión, sino también comprometerse activamente en la lucha por la justicia social y la transformación de esas estructuras. La teología de la liberación, en particular, ha sido una influencia importante en el desarrollo de la teoría liberacionista. Propone una interpretación de la fe desde la perspectiva de los pobres y aboga por la solidaridad con los más vulnerables como una expresión central de la práctica religiosa. Aunque su surgimiento inicial se dio en el contexto latinoamericano, los principios de la teoría liberacionista han sido aplicados y adaptados en diferentes contextos alrededor del mundo, donde las personas enfrentan formas similares de opresión y desigualdad.