El documento resume un estudio bíblico del capítulo 3 de Romanos. Argumenta que (1) tanto judíos como gentiles son pecadores y están bajo el dominio del pecado, (2) ningún hombre es justo según las Escrituras, y (3) todos los hombres están sin excusa y bajo el juicio de Dios. Concluye que los hombres no pueden salvarse a través de sus propias obras, sino que necesitan la justificación que viene solo por la fe en Jesucristo.