El documento describe el uso bíblico y cristiano del bautismo. Explica que en el Antiguo Testamento se usaba el agua para purificación ritual, y que Juan el Bautista inició el bautismo como señal de arrepentimiento. Jesús se bautizó y mandó a sus discípulos a bautizar en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo. El bautismo cristiano representa la muerte, entierro y resurrección con Cristo, y es un acto de obediencia, confesión y solidaridad.