Andrea era una niña pobre que solo tenía juguetes hechos a mano por sus padres. Una noche le pidió a una estrella el deseo de tener mejores juguetes que sus amigos. A la mañana siguiente se encontró con una montaña de regalos, pero pronto se dio cuenta de que los juguetes nuevos no eran tan divertidos sin amigos. Al cabo de un año, echaba de menos a sus amigos y les pidió a las estrellas que la perdonaran y la dejaran recuperarlos.