El Papa Francisco resume la Cuaresma como un tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad a través del ayuno, la oración y la limosna. La fe nos llama a acoger la verdad de Cristo y ser testigos de ella. La esperanza es el agua viva que nos permite continuar nuestro camino. Y la caridad, vivida siguiendo el ejemplo de Cristo al mostrar compasión por los demás, es la expresión más alta de nuestra fe y esperanza.