Desde su fundación hasta su primera ronda de financiación, una startup debe ser capaz de convencer a sus inversores de su potencial de viabilidad. Los Tres Triángulos de Validación representan un eficaz enfoque para maximizar la consecución de ese objetivo crítico – son un framework, un marco, a través del cual entender su actividad y pautar su funcionamiento con unos objetivos determinados como meta.