3. 2
Introducción
El labrum glenoidal da estabilidad a la articulación glenohumeral, añadiendo profundidad a la fosa glenoidea.
El labrum superior es mucho más móvil que el inferior, ocasionando la contracción del tendón del bíceps (en
su porción larga) debido a los desgarros del labrum superior, anterior y posterior (SLAP), que se identifican en
un 26% de las artroscopias de hombro (1). Existen estudios que han mostrado como tanto en atletas como en
no deportistas sucede que hay una gran prevalencia de desgarros SLAP y anormalidades del labrum
diagnosticadas por resonancia magnética, incluso en hombros asintomáticos. (2)
La luxación anterior de hombro, que se suele acompañar de desgarros SLAP entre otras lesiones, reporta una
incidencia de 23,9 por 100.000 personas al año, englobando el 45% de las dislocaciones. Más del 95% de las
luxaciones de hombro son anteriores. (3)
Etiopatogenia
Se han descrito dos mecanismos primarios de lesión:
1) Fuerza compresiva: Generalmente por una caída o un brazo extendido
con el hombro en abducción y ligera flexión.
2) Tracción del brazo.
El desgarro SLAP sintomático se presenta generalmente en dos tipos de
poblaciones: los atletas que compiten elevando los brazos por encima de la
cabeza y trabajadores de mediana edad, usualmente hombres. Estas lesiones
pueden ser provocadas por eventos traumáticos o de una manera más crónica, con
la repetición de actividades. (1)
En cuanto a los SLAP originados por repetición de actividades observamos lesiones
degenerativas, que afectan a pacientes de más de 40 años:
1) Tipo I: Degenerativa. Afecta al borde libre del labrum. La inserción a la
parte superior queda intacta.
2) Tipo II: Aguda. El labrum y la cabeza de la porción larga del bíceps sufren avulsión.
3) Tipo III: Patrón de “mango de cubo”. La inserción de la cabeza de la porción larga del bíceps no se
afecta. Forma rara.
4) Tipo IV: Tipo III + inestabilidad en el hombro.
5) Tipo V: Tipo II + inestabilidad en el hombro.
6) Tipo VI: El ratio de incidencia es desconocido. Se afecta el labrum respetando la inserción de la cabeza
de la porción larga del bíceps.
7) Tipo VII: Tipo II + compromiso de la parte inferior y medial de la cabeza.
8) Tipo VIII: Tipo II + lesión del cartílago adyacente a la corredera bicipital. (4)
Lesión SLAP II
(arriba) y “Peel-
back” + (abajo)
(1)
4. 3
Fisio histopatología
Los atletas que frecuentemente sufren de SLAP colocan constantemente el hombro en una posición muy
horizontal, ejerciendo una rotación a la vez que lanzan. Esto ocurre más durante la última fase de lanzamiento
y de aceleración. Este patrón de incremento de rotación externa con limitación de la rotación interna a los 90º
de abducción se conoce como déficit glenohumeral de rotación interna (GIRD). Maximizar la rotación externa
en la fase final del lanzamiento permite un buen punto de partida, pero predispone a sufrir patología del
hombro (5). En el caso de pacientes de más de 40 años sin historia de traumatismo, las causas más frecuentes
suelen ser por debilidad muscular asimétrica, una artritis o una capsulitis adhesiva (1,6). La lesión de Bankart
es más típica en menores de 40 años. (1)
La variabilidad anatómica en el origen del tendón de la porción larga del bíceps hace que cambie la manera en
que se inserta al labrum superior, lo que varía su relación con la glena y los ligamentos glenohumerales. Cabe
destacar también como las fibras simpáticas que inervan el tendón de la porción larga puede hacer que en
algunos pacientes se incremente el dolor más que en otros y que haya casos de dolor persistente. (4)
Clínica y diagnóstico por imagen
En cuanto a la exploración física, en atletas se debe investigar signos de GIRD y discinesia escapular. En la
práctica se pueden utilizar los test de compresión activa de O’Brien y el test de bíceps subpectoral (1). El test
de O’Brien consiste en recrear artroscópicamente la compresión activa para observar la acción anormal del
labrum. Cuando el brazo se flexiona 90º y se aduce entre 10-15º con una rotación interna máxima, el tendón
del bíceps se desplaza medial e inferiormente, tensionando el complejo labrum-bicipital. Si algo está dañado
se causará un doloroso “clic” en los pacientes.(7)
Además, también son aplicables el de Yergason, con un 95% de especificidad y el de mayor ratio positivo
(2,81), o el de distracción pasiva (de gran importancia). El test con mayor sensibilidad es el de recolocación
(52%). Otros test disponible es el de compresión pasiva (8). Los pacientes suelen acusar descargas de dolor de
hombro “profundas”, síntomas mecánicos, episodios de inestabilidad y disminución del rendimiento deportivo
en natación, lanzamiento de jabalina, voleibol, … “popping” audible junto a inestabilidad en el bíceps proximal,
dolor que interrumpe el sueño o exacerbación con la abducción. (4)
Test de O’Brien (7)
5. 4
Seguidamente, con respecto a las pruebas de imágenes la resonancia magnética y la artrografía por resonancia
magnética con 1.5 T y 3 T deben ser utilizadas antes que la artroscopia para el diagnóstico de este tipo de
lesiones, destacando la artrografía sobre la resonancia en cuanto a sensibilidad (80% vs 63%) (9). No obstante,
la realización de las pruebas de imágenes debe ser acompañada por los test comentados en párrafos
anteriores (6). Los criterios para diagnosticar una lesión SLAP por resonancia o artrografía son:
1) Labrum lateralmente curvo con señal lineal en plano coronal.
2) Múltiples líneas en derivación de alta intensidad en labrum superior en plano coronal.
3) Adelgazamiento de la unión entre el labrum y la glena con márgenes irregulares en plano coronal.
4) Presencia de un quiste en paralabral en labrum superior. (9)
Criterio 1 de
lesión SLAP
en RM (9)
Algoritmo
diagnóstico para
las principales
patologías del
hombro (6)
6. 5
Tratamiento
El tratamiento inicial debe ser conservador, al menos 3-6 meses. La intervención quirúrgica en pacientes
mayores y de mediana edad es controversial. Muchos
cirujanos prefieren la tenotomía de la cabeza de la
porción larga del bíceps en pacientes mayores,
mientras que para menores de 35 años está más
indicada la reparación del labrum (aunque en los
últimos diez años ha decaído). En función del tipo de
lesión se interviene de una u otra forma:
1) SLAP I: Desbridamiento artroscópico del
labrum superior.
2) SLAP II: En pacientes jóvenes y activos con un
trauma reciente se practica una fijación SLAP a
la glena con una o dos suturas. En el resto de
casos se prefiere una tenodesis o una
tenotomía.
3) SLAP III: Se recomienda la resección del
desgarro en asa de cubo del labrum superior.
4) SLAP IV: Tenotomía/tenodesis (subpectoral)
del tendón de la cabeza de la porción larga del
bíceps. (10)
Se describe un incremento de la satisfacción (93% vs 40%) y del retorno a la actividad deportiva (87% vs 20%)
con la tenodesis con respecto a la artroscopia en la reparación de lesiones tipo II. La tenotomía apenas se ha
aplicado en jóvenes, y el retorno a la actividad deportiva es desconocido (1). En torno a las tasas de
reintervención quirúrgica se comprobó que en un período de 3 años eran muy similares para la tenodesis y
para la reparación del labrum. (11)
La mayoría de protocolos de rehabilitación recomiendan llevar un cabestrillo de cuatro a seis semanas tras la
cirugía, aunque permitiendo un poco de movilidad. Todos los protocolos que recomiendan total movilidad tras
la cirugía no se ponen de acuerdo a la hora de estandarizar cuanta movilidad activa y/o pasiva puede tener el
paciente (12). Manske R. y Prohaska D. propusieron un plan de rehabilitación por fases para atletas que
padecían la lesión II:
1) Fase proactiva: Semana 0-2: Para mantener la seguridad del miembro operado, permitiendo solo una
ligera tensión y dejando que la respuesta inflamatoria actúe de manera normal/ Semana 3-4: El
cabestrillo se puede ir retirando intermitentemente y la rotación interna se puede incrementar a
50º/Semana 5-6: Se pueden llegar a alcanzar los 145º de elevación, los 50º de rotación externa y los
60º de rotación interna.
2) Fase de protección moderada: Semana 7-9: Empuje gradual para alcanzar la movilidad normal al inicio
de la séptima semana. Se incorporarán ejercicios isotónicos más agresivos/ Semana 10-12: Es en este
punto cuando se realizan ejercicios isométricos a intensidad submáxima.
Algoritmo de tratamiento (10)
7. 6
3) Fase de protección mínima: Semana 13-16: Énfasis en la movilización articular con especial atención
a la cápsula posterior. La rotación externa puede alcanzar ya los 120º/ Semana 17-21: Normalmente
la semana 16 suele ser el punto de partida para volver a lanzar de nuevo. Ya no hay dolor al mover el
brazo por encima de la cabeza.
4) Fase de fuerza avanzada (Semana 21-26): El principal objetivo aquí es mantener la máxima movilidad
articular para ganar fuerza, poder y dureza en la musculatura que la rodea.
5) Fase de retorno a la actividad (>6 meses). (13)
Complicaciones
La mayor complicación que puede ocurrir en el postoperatorio es la rigidez (1). Esto suele verse en pacientes
a los que le son aplicadas las anclas de sutura anudadas (14). Sthepen C. Weber et al. Realizaron un estudio
donde observaron varias complicaciones autoreportadas derivadas de la reparación del desgarro SLAP:
Inespecíficas, anestésicas, fallo del implante, infección, lesión nerviosa, dislocación, dehiscencia de la sutura,
neumonía, lesión ligamentosa/tendinosa, úlceras de piel, fractura del implante, embolismo pulmonar,
hemorragia y fractura del hueso. (15)
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8. 7
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