El documento describe la evolución del retrato romano desde la época republicana hasta el bajo imperio. Los romanos adoptaron el retrato pero representando inicialmente a los personajes de forma naturalista y evitando la idealización. Con el imperio, el retrato oficial se idealizó buscando mostrar la grandeza del emperador aunque sin perder sus rasgos. En el bajo imperio, el retrato se simplificó adoptando un aspecto más arcaico y esquemático.