Juan Lepiani (1864-1932), peruano. Es un pintor academicista, discípulo de Francisco Masías y de Ramón Muñiz, dedicado a la pintura de temas históricos. Lepiani fue ante todo, un ilustrador histórico, ejemplo para los que gustamos y nos hemos dedicado a esta actividad. Trabajó al óleo, en grandes formatos, y su obra cubrió el 23% de nuestra historia nacional. Los cuadros que pintó sobre la batalla de Arica grafican los valores que este hecho histórico debe transmitir a los peruanos: en "La respuesta de Bolognesi" es el cumplimiento del deber, importante hoy cuando todos creen que sólo tienen derechos y no deberes; "El último cartucho" es el no rendirse nunca, algo que deberían tener siempre en cuenta nuestros deportistas (futbolistas); y "Alfonso Ugarte", es la dignidad, preferir morirse luego de sobrevivir a la batalla, con tal que los vencedores no humillen a su bandera. El mismo Lepiani habría demostrado un alto sentido del deber y sacrificio por amor a su país. Un crítico de arte contemporáneo suyo escribió: "¡Pobre Lepiani! Cuántas veces hemos tenido ocasión de observarlo a hurtadillas al pasar. ¡Qué figura tan desconsoladora la del desdichado artista! Solo, paleta en mano, inclinado sobre un enorme lienzo, pintando siempre con aquella fe, aquel entusiasmo y aquella constancia, tan característica en el verdadero artista. ¡Desdichado! Tanta perseverancia, tanto estudio, tanto talento empleados en legarnos un cuadro original que perpetúe la memoria de un héroe peruano, que ilustre una de las más tristes y brillantes páginas de la historia patria, para cosechar el amargo desengaño que experimentan todos los que, abandonando el camino trillado, se dedican a algo reamente patriótico y noble (...) ¡Ojalá nuestro Lepiani logre ser la excepción entre los artistas nacionales! ¡Ojalá comencemos a hacer la debida justicia al verdadero mérito!" Sin duda se trata de una visión muy pesimista, pues es seguro que esta actividad hacía feliz a Lepiani. Lamentablemente, se dice que falleció ciego en Roma, sin recursos suficientes para el tratamiento que necesitaba. No obstante ello, aún se le puede dar el reconocimiento que merece.