Eduardo fue de caza y disparó a un oso pequeño. Luego fue amenazado por un oso negro grande que le dio la opción de ser atacado o tener sexo. Eduardo se agachó. Más tarde buscó venganza contra el oso negro y lo disparó, pero fue amenazado de la misma manera por un oso gris aún más grande. Eduardo se agachó nuevamente. Finalmente, un oso polar le dijo que en realidad no iba de caza.