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INTRODUCCIÓN
Cuando alguien acude a consulta con un problema de adicción no siempre
tiene claro lo que quiere conseguir. Unas veces sabe que la adicción le está
generando problemas y decide solucionar su problema planteándose como objetivo
la abstinencia, asumiendo, equívocamente, que de esa manera se va a recuperar y
conseguir rehabilitarse. Y digo equívocamente, ya que la abstinencia es REQUISITO Y
CONSECUENCIA… La abstinencia, como tal, contribuirá a disminuír
circunstancialmente los signos y síntomas del consumo, pero la rehabilitación en sí
va mucho más allá.
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INTRODUCCIÓN
Para poder hablar de un proceso de cambio se necesita tomar en
cuenta que ningún cambio es inmediato; por pequeño o rápido
que sea, siempre hay un PROCESO, el cual, de cumplirse
adecuadamente, contribuirá a que los cambios que se lleguen a
dar, puedan tener un adecuado sostenimiento, más aún en una
persona que tiene alguna adicción, puesto que la personalidad
del individuo que la sufre se desestructura sistemática y
profundamente.
Para hablar de recuperación se tiene que contribuír a formar en
la persona adicta una VERDADERA CONVICCIÓN DE CAMBIO Y
SOSTENIMIENTO. Ésta última moción se puede esquematizar de
la siguiente manera:
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PRE CONTEMPLACIÓN
La persona que consume SPA y que está galopando o se encuentra ya en una
adicción y que se encuentra en esta fase no se cuestiona su situación. Cree que lo
que hace no supone problema alguno y, por tanto, no es consciente de las
consecuencias que tiene. En esta fase lo gratificante del consumo de drogas tiene
para él más peso que los aspectos negativos. Dado que no consideran tener ningún
problema, cuando acuden a tratamiento lo hacen presionados, de modo que si lo
inician lo hacen con el único objetivo de reducir la presión bajo la que se
encuentran.
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CONTEMPLACIÓN
En esta etapa la persona con problemas de consumo o adicción
empieza a tener conciencia de los problemas derivados de su
conducta adictiva. Comienzan a equilibrarse las consecuencias
positivas y negativas derivadas del comportamiento adictivo.
Puede valorar la posibilidad de abandonar la conducta adictiva,
aunque no ha elaborado un compromiso firme de cambio. El cambio
se plantea a nivel intencional, pero no se observa ninguna conducta
que manifieste de manera objetiva esa intención (queda, por lo
general, en un simple deseo o una simple promesa). Se muestra más
receptivo a la información en cuanto a su problema y las posibles
soluciones, aunque vacila en cuanto al momento de iniciar el cambio,
dudando aún sobre sus beneficios. El adicto puede permanecer en
esta etapa años.
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PREPARACIÓN
En esta etapa, la persona comienza a realizar una toma de decisiones muy precaria y
busca realizar pequeños cambios en su conducta adictiva de manera más evidente,
pero con poca sostenibilidad aún. Entre los cambios que realiza destaca, por
ejemplo, el disminuir la cantidad que se consume.
Para que la persona pueda avanzar hacia la siguiente etapa requiere cambios
respecto a cómo se siente y cómo valora el estilo de vida vinculado al
comportamiento adictivo, es decir, cambios de mayor trascendencia.
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ACCIÓN
Se produce un cambio importante en su conducta problema. El adicto
deja de emitir la conducta adictiva. Representa los cambios de manera
más evidente y requiere por parte de la persona un compromiso
importante que le exigirá un gran esfuerzo y tiempo, el cual no tiene
una medida exacta; se ciñe, más que nada, a las características
individuales de cada persona.
