El documento argumenta que se ha abierto un debate superficial sobre la independencia de Cataluña en lugar de un verdadero debate. Se ha dado voz a expertos y personas parciales por igual, lo que ha llevado a un debate emocional y atascado en lugar de un intercambio de datos y argumentos. Un debate genuino podría reducir la gran desinformación sobre Cataluña y sus aspiraciones, y ser benéfico para todos.