Antígona intenta convencer a su hermana Ismene de que deben enterrar a su hermano Polinices, quien yace insepulto, pero realiza los ritos funerarios sola. Es capturada por orden de Creonte, rey de Tebas, condenada a muerte a pesar de las súplicas de su prometido Hemón, y finalmente se quita la vida junto a este luego de que Creonte decida demasiado tarde liberarla.