El documento describe cómo Dios se levanta para defender a los necesitados y hacerles justicia cuando estos claman a Él, ya que tiene el poder para librarlos de sus enemigos. Aunque los salmos a veces piden venganza, debemos dejar que sea Dios quien juzgue y se vengué, no tomárnosla por nuestra cuenta. El juicio final tendrá lugar en el santuario celestial, donde se aplicará la justicia basada en el cumplimiento de la ley, pero también habrá misericordia para los que aceptan al Salvador.