4. INTRODUCCIÓN / 3
U
SALUDA DEL ALCALDE
na obra clásica entre la bibliografía de quienes desean bucear y profun-
dizar en ese periplo emocionante por las tierras valencianas es la obra
“Les observacións de Cavanilles, dos-cents anys desprès”, porque se
describe en ella un panorama completo, detallista y al mismo tiempo muy amplio.
Salvando las distancias, y aunque de manera muy modesta en este libro, ese ánimo es
el que nos lleva a publicar esta edición sobre el paisaje de Alcublas, cuyo objetivo
último no es otro que el de permitir a todos los lectores, vecinos o no de Alcublas,
el disfrut del conocimiento de los lugares más emblemáticos de nuestro pueblo.
No es, por supuesto, una sorpresa para nadie que pueda leer este trabajo, encontrar
en él todos aquellos parajes que conocemos y apreciamos de nuestro municipio pero si
permitirá, si se diera el caso, ofrecer al dichoso visitante de nuestras tierras un lugar
donde asomarse, una fotografía instantánea que represente en un solo plano bidimen-
sional la suma de todos los lugares de cierto interés para el invitado ocioso.
Este trabajo es el fruto de la colaboración de muchos vecinos que, a través de su
esfuerzo, han podido reflejar sus conocimientos del terreno y de los lugares más
emblemáticos de Alcublas.
Como se podrá entender en su lectura, no se ha pretendido desarrollar en esta publi-
cación más allá de una exposición, eso sí suficientemente clara, de todos los elementos
de cierto valor que podemos encontrar en nuestro pueblo, sin entrar en especificaciones
técnicas que podrían llenar múltiples páginas y enturbiar el suave paseo que el lector
puede disfrutar en el desarrollo de estas páginas.
Josep Plá, el gran divulgador del paisaje ampurdanés en el que nació y vivió, dice: “Lo
que diferencia al hombre del resto de los animales, aparte de la capacidad de pensar, es
lo que disfruta del paisaje, es decir, de mirar al paisaje con mirada inteligente”.
Ahora que la crisis económica detiene el golpe inmobiliario y especulativo en diferentes
paisajes de nuestra geografía, es momento de replantearse el valor del paisaje y del medio
ambiente e incentivar su protección y explorar las posibilidades que ofrece como yacimien-
to de empleo y desarrollo. Basta mirar por televisión cualquier documental de divulgación,
o alguna carrera ciclista o atender a los viajes que comentamos coloquialmente, que los
paisajes son “espejos en los que nos reflejamos todos y que condicionan por ello mismo
nuestro carácter, que son tan valiosos para nuestra felicidad como la sanidad o la edu-
cación, aunque solamente sea porque inciden en nuestro ánimo como las condiciones de
vida”. Es el espacio que compartimos, debemos cuidarlo y tenerlo muy en cuenta.
Muchas personas, y sin duda la mayoría de Alcublas, lo consideramos fundamen-
5. 4 / INTRODUCCIÓN
tal para nuestra realización vital. De diferente manera, pero con idéntico valor lo
expresan la Sociedad de Cazadores, las asociaciones culturales y ecologistas como
ACLA, Peña-ramiro, el Catxirulo, las Amas de casa, o la UDP, los jubilados, que
además son la fuente de sabiduría necesaria para nutrirse de esos sentimientos
locales. A todas las entidades y a las personas que las conforman les agradezco una
vez más sus aportaciones para esta colección de publicaciones que ayudan a poner
en valor todo nuestro patrimonio. Sin duda, la aportación y experiencia de los técni-
cos de Fitoval que se han encargado de este estudio ha sido muy valiosa.
En especial al profesor y Doctor en Bellas Artes Ramón Gil Alcaide, también
Montxo para nosotros, que nos ofrece en este libro un testimonio de enormes afec-
tos a su pueblo, el nuestro, y que en su poesía nos hace sentirnos felices con recuer-
dos individuales y compartidos. Y a José Luis Matallín, que nos acerca ese tiempo en
que Alcublas y Jérica estaban unidas en el tránsito entre Valencia y Aragón.
“El hombre es un elemento más del paisaje, por más que les duela a muchos, deter-
minante para su vida y para su sensibilidad”. Muchos historiadores concluyen que en
España permanecimos ajenos al paisaje durante siglos. Quizá avergonzados de la
pobreza o sequedad, comparados con el centro y norte de Europa, identificando lo
verde con lo bello desde el punto de vista estético. Pero a partir del siglo XIX, escritores
y pintores empiezan a describirlo como lo que verdaderamente es, introduciéndonos a
todos en esa cultura; la manera de entendernos: “el gran espejo que nos refleja y confor-
ma nuestra sensibilidad”. Asturias para Clarín, València para Blasco Ibañez, Castilla para
Unamuno o Azorín, Madrid para Baroja, Galicia para Valle-Inclán, culminando con
Machado como verdadero descubridor del sentido literario del paisaje entre nosotros y
que consiguió darle la importancia que ya tenía en otras culturas.
Unamuno dijo que “no hay paisajes feos, sino tristes”. Entonces la belleza la enten-
demos y la apreciamos siempre desde un estado de ánimo. Pues sirva este libro para ele-
var el ánimo de descubrir y compartir cada uno de los rincones de nuestro ámbito, tér-
mino municipal y colindantes, hasta donde cada uno quiera y desee apreciar.
Finalmente no quiero dejar de animar de nuevo, como es mi costumbre, a todas
aquellas personas que quieran llevar a cabo cualquier tipo de actividad que, como en este
caso, nos ayude a entender mejor y a respetar nuestra cultura y nuestro pueblo, como
entes que nos unen y nos vertebran alrededor de un único y complejo ente común que
conformamos con nuestras tierras y nuestros territorios. Gracias y felicidades a tod@s
por este nuevo trabajo.
MANUEL CIVERA SALVADOR
ALCALDE DE ALCUBLAS
6. INTRODUCCIÓN / 5
PRÓLOGO
Cuando caminamos, nos dirigimos naturalmente
hacia los campos y los bosques: ¿qué sería de nosotros
si sólo paseásemos por un jardín o una avenida?
R
Thoreau
ecuerdo que hace muchos años, todavía yo estudiante de Bellas Artes, un
compañero muy querido me dijo al final de un feliz día disfrutado en
Alcublas: “Ahora te comprendo mucho mejor”. El no supo añadir nada
más cuando yo le pregunté la razón, solamente que su sentimiento tenía que ver con
los paisajes que yo le había mostrado: la vista desde El Alto al subir y un maravil-
loso atardecer en La Hoya al volver hacia Valencia.
Mucho tiempo después, en una entrevista que me hizo mi amigo David M.
Kowall, me descubrí afirmando por vez primera que había sido en los campos y los
montes de Alcublas donde yo realmente fui creciendo como pintor. En ellos, mientras
corría tras las perdices de la mano de José, asistí en vivo y en directo a los diálogos entre
los espacios abiertos y la luz, me empapé en cuerpo y alma de formas, colores, texturas,
de horizontes para soñar y para oler, de horas decantadas en un crisol terrenal y divino,
hogar verdadero de mi despertar creador.
Ahora, abandonada la caza hace años y con la distancia necesaria para no tener ya
que desconfiar de mi imaginación, puedo rescatar y compartir la cosecha de regalos
recibidos en mi encuentro con cerros y barrancos, cinglos y pinares, estrellas y
mojones. Hoy, pueblan mi espacio interior con la misma intensa presencia que
cuando los descubrí.
Este libro quiere ser la presentación oficial en sociedad de todos los dones que se agi-
tan plenos de vida entre las cuatro líneas caprichosas que delimitan nuestro término. Es
un retrato muy formal consciente de que la suma de las partes nunca equivale a la totali-
dad, pero capaz de despertar atracción y respeto para que el conocimiento de los recur-
sos no nos lleve sólo a la ambición. Es también una carta de navegar que nos invita a
una deriva plácida, un plano del tesoro que nos sugiere cambiar la vara de medir por el
bastón de caminante, el texto escrito por los espacios en blanco de la sorpresa y el des-
cubrimiento.
Es cierto que la belleza de nuestros paisajes no es espectacular en ninguno de sus
atributos. No importa. Es en la intimidad de los pasos del que camina donde se revela y
7. 6 / INTRODUCCIÓN
se expande la naturaleza, es la mirada de los ojos del alma lo que transforma espacio en
lugar, inmensidad exterior en profundidad íntima. Cuando uno, esté donde esté, cierra
los ojos y siente que puede recorrer palmo a palmo la orografía, el cuerpo amado de los
montes que le han hecho feliz, entonces no echa en falta nada: ni arroyos, ni florestas, ni
praderas. Disfruta así, no de la mirada lineal que impone la dirección, sino de esa per-
cepción en redondo que pone en acción a todos los sentidos y que, definitivamente, es la
vivencia que transforma la relación con el espacio que nos rodea.
También es cierto que las gentes de Alcublas han creado, con una capacidad de
trabajo inmensa, otro término que no figura en los mapas como tal y que anda dis-
perso sobre todo por las lindes de Andilla, Liria y Altura. Tufaltabas, Mundonuevo,
Gea, Santa, Torres, Las Veinticuatro, Pina o Las Cerveras son palabras preñadas de
significados para cualquier alcublano. Allí, han ido moldeando el paisaje, labrándolo,
ablandando la tierra casi casi con sus propias manos, han conocido cabos, clochas,
sendas, rincones y cocotas con la misma necesaria precisión que puertas adentro de
su propia casa. Quizás la ausencia lógica de éstos lugares y muchos otros, sea una
ocasión preciosa para empezar a reconocer que al igual que la madre tierra no sabe
de fronteras en el amor a todos sus hijos árboles, animales o seres humanos, todos
nosotros unidos, políticos, ingenieros, labradores, turistas, visionarios, firmemos en
el corazón un compromiso de cultivar, es decir, cuidar amorosa y pacientemente la
VIDA en este hermoso planeta regalado, más allá de límites, ribazos y despachos.
Fue un paraíso y hoy se apaga en nuestros brazos. Esta es la única certeza
urgente.
RAMÓN GIL
8. INTRODUCCIÓN / 7
R
ANTIGUOS CAMINOS Y PAISAJE
ecorriendo el antiguo camino que une Alcublas con Jérica, me preguntaba
cuanto habría cambiado el paisaje desde los tiempos en que Alcublas, antes
de depender de la Cartuja de Valdecristo, dependía de Jérica.
Caminando en silencio, pensé: estos deben de ser los mismos sonidos que escuchaban
aquellas gentes, y seguro que muchos otros anteriormente (cuando Alcublas después de
haber sido al-qibla y Jérica Sharíca), que allá por el siglo XIII transitaban estos caminos. El
ruido de los pies caminando sobre la tierra.
En realidad el paisaje sonoro no ha cambiado tanto, se escucha el mismo sonido de los
animales, el mismo sonido que produce el viento entre las ramas de los árboles; puntual-
mente ha cambiado con el paso de algún vehículo.
Seguramente, el paisaje visual si que ha cambiado bastante, la intervención del ser humano
ha producido modificaciones de ciclo, que han desatado procesos de adaptación y reorga-
nización del medio natural convirtiéndose en un mosaico paisajístico adaptado a la com-
partimentación topográfica.
Las tierras roturadas, las repoblaciones de carrascales y pinares, y la vegetación de ribera en
el Río Palencia es la muestra de ésta adaptación.
El camino, posee cualidades que resaltan la riqueza natural, cultural o histórica de su
entorno y permite disfrutar de esas características a quienes las transitan. Forma parte del
paisaje y lo integra con los escenarios que se perciben desde sus recodos.
Durante todo el recorrido, el paisaje, aunque se halla transformado, conserva un alto grado
de naturalidad, por lo que conservarlo y facilitar su conocimiento, incide positivamente en
el grado de bienestar humano y la calidad de vida, al mantener la relación del individuo
con su entorno.
Es un paisaje vivo, que, con Alcublas y Jérica asentadas en íntima y estrecha relación con
él, no renuncian a un legítimo desarrollo y bienestar. Para conseguirlo, no ven en la conser-
vación de su entorno un obstáculo, sino un aliado. Esta conservación está fundamentada
tanto en valores naturales, estéticos, como históricos.
Este y otros paisajes, han de ser considerados bienes dignos de ser conocidos y puestos al
alcance de todos cuantos quieran visitarlos y recorrerlos.
Sin duda, uno de los retos futuros, es conseguir el desarrollo partiendo de la conservación
del entorno y del paisaje histórico.
JOSÉ LUIS MATALLÍN MARTÍNEZ
9. 8 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
11. 10 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
12. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 11
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN.................................................................................13
2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL PAISAJE DE ALCUBLAS................13
2.1. ALTITUD.....................................................................................14
2.2. PRINCIPALES TIPOS DE PAISAJES PRESENTES ........................15
3. DESCRIPCIÓN DE LOS PRINCIPALES RECURSOS
NATURALES DEL MUNICIPIO................................................................16
3.1. VEGETACIÓN ..............................................................................16
3.1.1. Vegetación potencial. .........................................................17
3.1.2. Vegetación actual. ..............................................................18
3.1.2.1. Carrascales......................................................................19
3.1.2.2. Pinares ............................................................................19
3.1.2.3. Matorrales.......................................................................21
3.1.2.4. Cultivos............................................................................24
3.1.2.5. Zonas húmedas ...............................................................24
3.1.2.6. Usos sostenibles de la vegetación...................................25
3.2. FAUNA .......................................................................................26
3.2.1. Matorrales..........................................................................27
3.2.2. Pinares ...............................................................................28
3.2.3. Campos y cultivos ...............................................................29
3.2.4. Entorno urbanizado............................................................29
3.2.5. Ecosistemas acuáticos........................................................29
3.2.5.1. Anfibios .........................................................................30
3.2.5.2. Crustáceos.....................................................................34
3.3. PRINCIPALES PUNTOS CON VISTAS PANORÁMICAS ..................35
4. SENDEROS .......................................................................................37
5. ITINERARIOS ....................................................................................39
5.1. PARAJE natural municipal La Solana y barranco de Lucía........39
5.2. NAVAJOS ...................................................................................42
5.2.1. Importancia ecológica ........................................................42
5.2.2. Ubicación y descripción de los navajos..............................43
5.2.2.1. Navajos naturales............................................................43
5.2.2.2. Navajos artificiales. .............................................................46
13. 12 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
5.3. RUTA DE LOS MOLINOS-REFUGIO DEL AERÓDROMO ................49
5.4. CALERAS ...................................................................................51
5.5. RUTA PARQUES URBANOS ........................................................52
6. DESCRIPCIÓN DE LOS PRINCIPALES RECURSOS PATRIMONIALES...54
6.1. LOS MOLINOS ............................................................................54
6.2. EL ACUEDUCTO DE LA MENA.....................................................56
6.3. EL PUENTE DE LA RAMBLILLA .................................................56
6.4. LAS VÍAS PECUARIAS QUE ATRAVIESAN EL TÉRMINO ..............57
6.5. BANCALES DE PIEDRA EN SECO................................................58
6.6. LOS VENTISQUEROS ..................................................................59
6.6.1. Ventisquero. .......................................................................60
6.6.2. Ventisquero de Guillamón ..................................................61
6.6.3. Ventisquero de la Cueva Sabuquera. ..................................62
6.7. YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS ................................................64
6.8. EDIFICIOS SIGNIFICATIVOS EN EL NÚCLEO URBANO
Y SUS COMPONENTES ......................................................................65
6.8.1. El edificio del Ayuntamiento y su escudo ...........................65
6.8.2. La Iglesia de San Antonio Abad ..........................................66
6.8.3. La Almazara .......................................................................66
6.8.4. Elementos singulares.........................................................68
6.8.4.1. Retablos religiosos........................................................68
6.8.4.2. Monolito del Rey Don Jaume I .......................................68
6.8.4.3. Cerrajería y guardarruedas distribuidos por
todo el núcleo municipal ............................................................69
6.9. EDIFICIOS SIGNIFICATIVOS ALEJADOS DEL NÚCLEO URBANO..69
6.9.1. La Masía de las Dueñas ......................................................69
6.9.2. Ermita de San Agustín........................................................71
6.9.3. Ermita de Santa Bárbara....................................................71
6.9.4. Ermita de Santa Lucía ........................................................72
6.10. FUENTES .................................................................................72
6.10.1. La Fuente de San Agustín .................................................73
6.10.2. La Fuente de la Salud .......................................................74
6.10.3. La Fuente de San Isidro ....................................................75
6.10.4. La Fuente de la Cava.........................................................75
6.10.5. La Fuente de las Dueñas ..................................................89
6.11. ALJIBES...................................................................................77
7. METODOLOGÍA DE CONSERVACIÓN DE LOS RECURSOS....................79
8. AGRADECIMIENTOS ..........................................................................80
14. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 13
1. INTRODUCCIÓN
Todo aquello que ven nuestros ojos forma parte del paisaje y el paisaje que nos
rodea es el resultado de la acción de multitud de elementos cuyo conjunto ha dejado
una huella sobre nuestro entorno.
Este conjunto de pisadas del pasado conforman un camino recorrido, un paso por
estas tierras de otras gentes o de la acción de los elementos naturales que sumando
fuerzas nos han dejado el medio que nos rodea tal y como podemos observarlo hoy.
Podemos dividir los recursos paisajísticos en función del origen de su transforma-
ción, de forma que aquellos que han sido fruto de la acción humana sobre el medio son
conocidos como recursos patrimoniales mientras que aquellos en los cuales no ha
tenido una influencia directa son conocidos como recursos naturales.
Los recursos patrimoniales nos introducen además en la historia de las personas o
civilizaciones que habitaron estas tierras, transformando el medio ambiente con el
objetivo último de la subsistencia, y que han influido notablemente en nuestra cultura
constituyendo la base de nuestra identidad colectiva.
En los recursos naturales podemos encontrar tanto las huellas de la acción de los
elementos físicos que conformaron la morfología actual del terreno; como las espe-
cies, tanto vegetales como animales, que podemos encontrar ocupando el medio
actualmente y que constituyen en sí mismos pequeñas joyas fruto de la evolución y de
la adaptación natural.
En este libro se pretende dar a conocer todos estos recursos, permitiendo así, plas-
mar el amplio conjunto de bienes paisajísticos con los cuales cuenta Alcublas y de los
cuales todos sus habitantes deben estar orgullosos.
2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS
DEL PAISAJE DE ALCUBLAS
El concepto de paisaje engloba diversos significados que se transforman o cambian
según las necesidades del que lo ve, cuándo lo ve y cómo lo ve. Técnicamente se iden-
tifica el paisaje como una superficie geográfica heterogénea, constituida por un grupo
de ecosistemas que presentan imagen o apariencia semejante. Esta concepción ha
proporcionado un entendimiento del paisaje como síntesis de interacción de los diver-
sos componentes.
De este modo, un paisaje es el resultado de la interacción de los componentes con-
siderados, así como el registro acumulado de la evolución biofísica y de la historia de
las culturas que nos precedieron a través del tiempo.
Uno de los elementos que condiciona con mayor intensidad la diversidad de paisa-
jes de Alcublas y su ubicación es la altitud, que ha propiciado el crecimiento agrícola o
la ubicación de los asentamientos humanos en los lugares más favorables.
15. 14 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
Figura 1.Mapa de
altitudes de Alcublas.
2.1. ALTITUD
Alcublas es uno de los municipios con mayor altitud dentro de la comarca de la
Serranía. Está integrado por materiales calcáreos de época jurásica, aunque la apari-
ción de afloramientos de rocas blandas en el extremo oriental propicia la formación de
valles, ocupados en su mayoría por cultivos de secano.
Situándose por encima de los 900 metros sobre el nivel del mar se encuentra situa-
do el monte La Solana que constituye la zona más elevada del término municipal
donde se localiza el Alto de la Cumbre, a 1.125,9 m de altitud la mayor del término.
En la geografía alcublana destaca el conocido como Altiplano de Alcublas hacia los
términos de Liria y Altura, cuya altitud media supera los 800 metros. En éste despun-
tan las elevaciones de Los Molinos (904 m), junto al pueblo, el cerro Pedroso (878 m) y
el Puntal del Navajo Royo (817,2 m), situado en la periferia oriental. El altiplano es de
gran importancia para la población y para las actividades humanas de uso agrícola.
Está formado por las siguientes subunidades enlazadas: por una parte desde el Prado
hasta el Llano de la Balsilla; por otra La Hoya Civera, cuenca de la Rambla Primera,
situada al este de Alcublas; y finalmente el área de La Hoya - La Cava al oeste, entre
el cerro de los Molinos y la Rambla del Pozuelo (dentro del término municipal de
Andilla).
16. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 15
En la figura 1 se muestra la distribución de las diferentes altitudes presentes en el
término municipal de Alcublas.
Como se ha comentado anteriormente, esta característica ha condicionado la apa-
rición de diferentes tipos de paisajes, limitados tanto por la facilidad de acceso como
por las características y necesidades de las diferentes comunidades vegetales. Los
diferentes tipos de paisaje se describen a continuación.
2.2. PRINCIPALES TIPOS DE PAISAJES PRESENTES
A lo largo del término municipal de Alcublas se pueden encontrar diferentes tipos
de paisajes, según la vegetación que en ellos se encuentra, la influencia del ser huma-
no o la presencia de elementos paisajísticos entre otras variables.
Atendiendo a estos criterios se diferencian básicamente tres clases de paisajes:
1. MONTE Y MATORRAL
Se trata de aquellas zonas más inaccesibles debido a su orografía y por tanto menos
antropizadas (menos transformadas por la acción del ser humano). En este paisaje
predomina la presencia de masa vegetal en formaciones boscosas que en algunos
casos ha sido reducida a matorral por el paso de incendios forestales. Las edificacio-
nes e infraestructuras son mínimas en estos paisajes, quedando su acceso reducido
mediante caminos rurales o vías forestales.
La Calidad paisajística en estas zonas es muy alta, contando con la presencia de
numerosos recursos paisajísticos tales como el Paraje Natural Municipal “La
Solana y barranco de Lucía”, Navajos, especies de flora y fauna de especial inte-
rés, la Cueva Sabuquera, vistas panorámicas debido a la presencia de diversas
cumbres, etc.
Las zonas que quedan englobadas en este tipo de paisaje se encuentran situadas
al noroeste, este y sur del término municipal de Alcublas,
2. CULTIVOS AGRÍCOLAS
Este es uno de los paisajes más característicos dentro del municipio de Alcublas,
englobado por la presencia de diferentes cultivos tradicionales entre los que destaca
la vid, el almendro y el olivo, entre otros frutales de secano.
Quizá uno de los recursos paisajísticos más valorados en estos paisajes son los
bancales de piedra en seco, utilizados tradicionalmente para la plantación de estos
cultivos.
Estas zonas cultivadas se encuentran distribuidas de manera irregular a lo largo del
término municipal de Alcublas. Son más abundantes en las proximidades al núcleo
urbano y conforman una especie de mosaicos que otorgan una gran calidad paisajísti-
ca por su heterogeneidad.
17. 16 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
3. NÚCLEO URBANO
El núcleo urbano de Alcublas se encuentra situado al Este del término municipal.
Contando con la presencia de innumerables recursos paisajísticos de carácter arqui-
tectónico y patrimonial.
Este paisaje está definido por la presencia de edificaciones, entramado de calles y elemen-
tos que reflejan la historia del municipio. Entre otros cabe destacar, la Casa Consistorial, la
Almazara, el Acueducto de La Mena, el Lavadero y la Iglesia de San Antonio Abad.
3. DESCRIPCIÓN DE LOS PRINCIPALES
RECURSOS NATURALES DEL MUNICIPIO
Las especies animales y vegetales que ocupan los diversos paisajes que podemos
encontrar en el municipio son fruto de la adaptación natural a estos entornos y defi-
nen por sí mismos el paisaje que los incluye.
Este hecho tiene especial protagonismo en el caso de la comunidad vegetal, de
manera que podemos definir las tres tipologías de paisaje incluidas en el apartado
anterior en función de la vegetación que observamos.
3.1. VEGETACIÓN
Las diferentes especies vegetales se han ido adaptando a las condiciones ambien-
tales que caracterizan cada paisaje (clima, tipo de suelo, altitud, insolación, etc.), ocu-
pando estos lugares y conformando su paisaje típico.
Pero las condiciones que explican la presencia de unas especies vegetales u otras
sobre el terreno no dependen únicamente de factores ambientales “naturales”, ya que
la acción humana sobre el terreno ha condicionado la existencia de las diferentes
especies y ha provocado tanto su desaparición en algunos casos como su crecimiento
y distribución en masa en otros.
Este hecho se observa claramente en las zonas ocupadas por cultivos agrícolas,
donde las diferentes plantaciones realizadas por los agricultores han provocado la
sustitución de las especies en función de sus necesidades y donde antes había fruta-
les o vid, ahora puede haber almendros o viceversa.
El cambio en los cultivos significa igualmente un cambio en las prácticas cultura-
les; de modo que la labranza de los cultivos, su poda, su abonado… se adaptan a cada
especie y condicionan o determinan la aparición o desaparición de las denominadas
plantas adventicias (popularmente “malas hierbas”) potenciando la aparición de unas
o eliminando la presencia de otras. Podemos encontrar numerosos ejemplos de este
tipo de adaptación en la que las especies se ven beneficiadas o perjudicadas por las
18. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 17
diferentes actividades agrícolas:
- Las especies que se multiplican por rizomas o bulbos como la juncia (Cyperus sp.),
la grama (Cynodon dactylon) y la cañota (Sorghum halepense) se ven beneficiadas por
el arado de los campos, de forma que mediante esta actividad se distribuyen sus par-
tes subterráneas ocupando mayor lugar en el terreno, mientras que el control median-
te el uso de herbicidas las perjudica considerablemente.
- En un caso totalmente contrario algunas especies vegetales son más resistentes
a los herbicidas que otras. En este caso destacan las del género Conyza que muestran
una alta resistencia a los herbicidas más utilizados actualmente (glifosato).
- En cuanto al abonado, las altas concentraciones de abonado nitrogenado favore-
cen el crecimiento de algunas especies frente a otras, como es el caso de las ortigas
(Familia Urticáceas).
No sólo la actividad agrícola tiene especial incidencia sobre el medio ambiente, tam-
bién condiciona la existencia de las diferentes especies vegetales el desarrollo de otras
actividades humanas como la minería o la extracción de leña (práctica que se ha reduci-
do considerablemente) que alteran el medio para adaptarlo a las necesidades humanas.
Del mismo modo, algunas de las consecuencias de la presencia antrópica son los
vertederos (donde las especies más adaptadas a altas concentraciones de nitrógeno
se ven beneficiadas) o los incendios (donde las zonas boscosas sufren una transforma-
ción radical, siendo substituidas las especies existentes por otras oportunistas y más
adaptadas a este tipo de sucesos).
Así pues, podemos hablar de las especies que deberían aparecer en el entorno de
Alcublas si únicamente fueran condicionadas por los factores ambientales y denomi-
nar a esta vegetación como vegetación potencial.
3.1.1. Vegetación potencial.
Según las condiciones climáticas y las características de los suelos presentes, la
vegetación de la zona debe estar dominada por encinas o carrascas (Quercus rotundi-
folia), albergando del mismo modo algunas otras especies arbóreas como enebros
(Juniperus oxycedrus), quejigos (Quercus faginea), alcornoques (Quercus suber), etc.
En cuanto al sotobosque, predominan los arbustos poco densos como la coscoja
(Quercus coccifera), el aladierno (Rhamnus alaternus) y el espino negro (Rhamnus
lycioides) que ocupan el terreno cuando por cualquier motivo se degrada el carrascal
(incendios, extracción excesiva de leña, transformaciones, etc.).
Igualmente y en un escalafón inferior de degradación, podemos encontrar especies como
el lentisco (Pistacia lentiscus) junto a otras especies herbáceas de menor porte como la alia-
ga (Ulex parviflorus), la salvia (Salvia lavandulifolia), rabo de gato (Sideritis incana), aliaga
parda (Genista scorpius), aliaguilla (Genista mugronensis) y el espliego (Lavandula latifolia).
Finalmente y como último estado de degradación encontramos los tomillares, que
pueden ser muy diversos entre sí en cuanto a su composición florística.
La tabla siguiente nos muestra los diferentes estados de degradación descritos que
nos dan una idea de la calidad de la zona boscosa que estamos observando. Debemos
tener en cuenta que estas no son las únicas especies, ni siquiera las más numerosas
19. 18 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
que pueden aparecer, sino que se consideran como representativas e indicadoras del
estado de degradación y que pueden ser más o menos comunes dependiendo de la
zona. Además, los nombres vulgares que se anotan son sólo ejemplos de cómo se pue-
den denominar estas especies, de modo que podemos observar nombres que no se
corresponden con aquellos de uso habitual o especies totalmente diferentes (incluso
de familias diversas) cuyo nombre vulgar es el mismo. Este es el caso de las especies
Genista scorpius y Ulex parviflorus (esta última no aparece en el listado) que son deno-
minadas vulgarmente como aliagas.
Etapas de regresión / degradación
Vegetación Nombre vulgar Nombre científico
I. Bosque Carrasca Quercus rotundifolia
Oreja de liebre Bupleurum rigidum
Teucrium pinnatifidum
Ruda de los prados Thalictrum tuberosum
II. Matorral denso Coscoja Quercus coccifera
Espino negro Rhamnus lycioides
Jazmín silvestre Jasminum fruticans
Retama Retama sphaerocarpa
III. Matorral degradado Aliaga parda Genista scorpius
Tomillo macho Teucrium capitatum
Espliego Lavandula latifolia
Helianthemum rubellum
IV. Pastizales Esparto Stipa tenacissima
Pasto Brachypodium ramosum
Pasto Brachypodium distachyon
Tabla 1. Etapas de degradación.
Las especies características descritas hasta ahora han sufrido la actuación sobre el
medio de las actividades humanas, obligándolas a amoldarse a las nuevas condiciones
y provocando así una selección natural que ha dado como resultado la vegetación tal
y como la conocemos hoy en día.
Esta vegetación incluye tanto las especies que de manera natural deben ocupar el
medio y que han conseguido adaptarse, como aquellas que han sido introducidas para
beneficio humano o se han visto beneficiadas por determinada actividad humana.
3.1.2. Vegetación actual.
Las principales formaciones vegetales que se pueden encontrar en el término
municipal de Alcublas son los cultivos y el matorral, aunque también se presentan for-
maciones de pino carrasco (Pinus halepensis), pino laricio (Pinus nigra) y carrasca
(Quercus ilex subsp. rotundifolia).
La descripción de cada una de ellas se realiza con más detalle a continuación:
20. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 19
3.1.2.1. Carrascales
Aunque en el pasado los carrascales ocupaban grandes extensiones de tierra, hoy
en día el ser humano ha reducido tanto su superficie que únicamente quedan ejempla-
res aislados o pequeños bosquetes refugiados en zonas, en general, de difícil acceso.
Los incendios forestales ocurridos en el año 1.994 arrasaron gran parte de los
carrascales municipales, estando éstos en la actualidad en proceso de regeneración,
presentando numerosos rebrotes junto con abundantes especies colonizadoras.
Los pocos carrascales existentes se localizan en umbrías protegidas, destacando
entre ellos el localizado en una vaguada de La Solana.
En las imágenes siguientes podemos observar algunos ejemplos de esta especie
que podemos encontrar en la zona de La Solana.
Entre las especies que conforman el estrato arbustivo destacan el romero
(Rosmarinus officinalis) y la aliaga parda (Genista scorpius), así como la coscoja
(Quercus coccifera), el aladierno (Rhamnus alaternus), el espino negro (Rhamnus
lycioides), la salvia (Salvia lavandulifolia), el rabo de gato blanco (Sideritis incana), la
aliaguilla (Genista mugronensis), el enebro de miera (Juniperus oxycedrus), la sabina
negra (Juniperus phoenica), el espliego (Lavandula latifolia), la aliaga (Ulex parviflo-
rus), los tomillos (Thymus sp), la siempreviva borde (Helichrysum stoechas), etc.
Asimismo, las carrascas también pueden verse acompañadas por especies arbóreas
tales como el pino carrasco y el pino laricio.
El estrato herbáceo está dominado por el lastón (Brachypodium retusum), y algu-
nas especies del género Festuca.
Imagen 1.
Imágenes de carras-
ca (Quercus ilex
subsp. rotundifolia)
3.1.2.2. Pinares
Los pinares constituyen los bosques arbolados más ampliamente representados de
todo el término de Alcublas. Su área de distribución resulta difícil de definir, debido a
su gran utilización por las personas desde antiguo y las abundantes repoblaciones rea-
lizadas en la zona. Los principales pinares son los de pino carrasco (Pinus halepensis),
aunque también aparecen de pino laricio (Pinus nigra).
Pinares de pino carrasco (Pinus halepensis)
Además de potenciados por las repoblaciones, los pinares de carrasco aparecen en
21. 20 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
Alcublas de forma natural allí donde las condiciones del suelo y el relieve son más des-
favorables para la carrasca. Ambas formaciones se mezclan sobre todo en las laderas
abruptas donde el relieve genera un mosaico de situaciones. Este pino se sitúa entre
los 400 y 1.200 metros de altitud, formando grandes y extensas masas continuas, sobre
todo al sureste del término.
Se presenta en estado maduro (con árboles de diámetro superior a 20 cm) en las
inmediaciones de La Pedrosa, Junco, Sapero, Collado de Peralta, así como entre el mato-
rral y los cultivos en Las Lomas y Los Hurones formando masas pequeñas. En las parti-
das de La Cueva Negra y la Hoya de Guerri aparecen en estado semi maduro (con árbo-
les de diámetro inferior a 20 cm). Asimismo, cabe resaltar que en las zonas afectadas por
los incendios, como en el Puntal del Navajo Royo, la regeneración natural es abundante.
En el sotobosque existe una clara dominancia del matorral heliófilo (formado por
especies que necesitan una importante iluminación para su desarrollo), encontrando
como especies principales la aliaga, los tomillos y el romero. Junto a ellas se halla la
jara (Cistus albidus), el cantueso o el tomillo borriquero (Lavandula stoechas), la cos-
coja, la aliaga parda, etc. y otras especies herbáceas como el fenal o el lastón o pasto
(Brachipodyum retusum).
Las especies más características que podemos encontrar en este tipo de formacio-
nes se presentan a continuación:
Nombre Científico Nombre Vulgar
Brachypodium retusum Lastón
Eryngium campestre Cardo corredor
Genista scorpius Aliaga parda
Helichrysum stoechas Siempreviva
Juniperus oxycedrus Enebro de miera
Juniperus phoenica Sabina negra
Lavandula latifolia Espliego
Pinus nigra Pino laricio
Quercus coccifera Coscoja
Quercus ilex subsp rotundifolia Carrasca
Rhamnus alaternus Aladierno
Rhamnus lyciodes Espino negro
Rosmarinus officinalis Romero
Salvia lavandulifolia Salvia
Thymus vulgaris Tomillo
Ulex parviflorus Aliaga
Tabla 2. Vegetación representativa en los pinares de pino carrasco.
Pinares de pino laricio (Pinus nigra)
En Alcublas existen pocas masas de pino laricio y constituyen comunidades aisla-
das y poco densas. Podemos encontrar algunos ejemplares formando bosquetes en
Las Lomas y en la partida de La Seca, aunque en su mayor parte proceden de repobla-
22. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 21
Imagen 2.Bosque de
pino carrasco (Pinus
halepensis)
ciones. En la partida de La Solana predomina, en las exposiciones de umbría no afec-
tadas por los incendios, formando un estrato arbóreo abierto y disperso. En general,
estas masas poseen un sotobosque dominado por romero, aliaga parda y tomillos, que
habitualmente van acompañados por especies arbustivas como la estepa blanca, el
enebro de miera, la coscoja, etc.
Resulta interesante destacar la variabilidad de elementos florísticos que pueden
incluir estos pinares, que responden a la complejidad geomorfológica de los terrenos
sobre los que se sitúan y a la dispersión de las masas en pequeños bosquetes, de
modo que se pueden encontrar especies tan diferentes como las siguientes:
Nombre Científico Nombre Vulgar
Brachypodium retusum Lastón
Cistus albidus Estepa blanca
Genista scorpius Aliaga parda
Helichrysum stoechas Siempreviva borde
Juniperus oxycedrus Enebro de miera
Juniperus phoenica Sabina negra
Lavandula latifolia Espliego
Lavandula stoechas Tomillo borriquero
Pinus halepensis Pino carrasco
Quercus ilex subsp rotundifolia Carrasca
Rhamnus lyciodes Espino negro
Rosa canina Rosa silvestre o escaramujo
Rosmarinus officinalis Romero
Salvia lavandulifolia Salvia
Thymus vulgaris Tomillo
Ulex parviflorus Aliaga
Tabla 3. Vegetación representativa en los pinares de pino laricio.
3.1.2.3. Matorrales
En el término municipal de Alcublas existe una gran variedad de matorrales, en fun-
ción del tipo de sustrato, su altitud y su grado de degradación.
23. 22 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
Al noroeste del término, el estrato arbustivo está dominado por tomillos, aliaga
parda, romero y salvias (Salvia lavandulifolia, S. officinalis) a los que acompañan espe-
cies tales como el enebro de miera, sabina negra, distintos tipos de rosas, etc.
En las zonas afectadas por los incendios o las que presentan mayor exposición de luz, el
matorral está compuesto por romero, aliaga parda, esparraguera y jaras (Cistus sp.) princi-
palmente, mientras que en zonas más sombreadas, donde existe una protección del arbola-
do presente, encontramos coscoja, espino negro, siempreviva, carrasca, manzanilla basta
(Santolina chamaecyparissus), tomillo borriquero (Lavandula stoechas), etc.
Este tipo de matorral se encuentra en casi todo el término municipal de Alcublas
(como en el Alto de la Clocha de Roya, La Doctora, Las Dueñas, etc).
A continuación se muestra una imagen del matorral presente en una de las zonas
incendiadas, constituido principalmente por aliagas y arbolado de pequeño porte. Los
pinos que vemos son los que resistieron el paso del fuego y darán paso a la disemina-
ción de sus semillas actuando como árboles padre.
Imagen 3.Matorral
presente en Alcublas.
La siguiente tabla muestra las especies características que podemos encontrar en
las zonas matorral:
Nombre Científico Nombre Vulgar
Brachypodium retusum Lastón
Centaurea montana Centáurea montana
Erica multiflora Brezo
Daphne gnidium Matapollo
Rubia peregrina Rubia
Eryngium campestre Cardo corredor
Ulex parviflorus Aliaga
Satureja obovata Ajedrea
Satureja cuneifolia Ajedrea
Lavandula angustifolia Salvia
Euphorbia sp. Euforbiáceas
24. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 23
Phillyrea angustifolia Olivilla
Olea europea var. sylvestris Acebuche
Foeniculum vulgare Hinojo
Rhamnus alaternus Aladierno
Rhamnus lyciodes Espino negro
Genista scorpius Aulaga parda
Lavandula stoechas Tomillo borriquero
Helichrysum stoechas Siempreviva
Juniperus sabina Sabina rastrera
Juniperus oxycedrus Enebro de miera
Juniperus phoenica Sabina negra
Lavandula latifolia Espliego
Brachypodium sylvaticum Lastón de bosque
Quercus ilex subsp rotundifolia Carrasca
Rosa sp Rosa
Sedum sediforme Hierba puntera
Pistacea lentiscus Lentisco
Quercus coccifera Coscoja
Rosmarinus officinalis Romero
Santolina chamaecyparissus Manzanilla basta
Salvia officinalis Salvia
Salvia lavandulifolia Salvia
Thymus vulgaris Tomillo
Tabla 4. Vegetación representativa en las zonas ocupadas por matorral.
Una de las especies representativas de estas formaciones vegetales es la manzani-
lla basta. Podemos encontrarla fácilmente en las zonas más degradadas constituyen-
do frondosos ejemplares de pequeñas altura (puede oscilar entre los 20 y 70 cm) tal y
como podemos observar en la siguiente imagen:
Imagen 4.Manzanilla basta
(Santolina chamaecyparissus)
25. 24 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
3.1.2.4. Cultivos
En cuanto a los cultivos desarrollados en el municipio, el siguiente cuadro muestra las
superficies dedicadas a cada uno de estos en el municipio de Alcublas en el año 2006.
Cultivo Secano (has) Regadío (has) Total (has)
CULTIVOS LEÑOSOS 925 36 961
FRUTALES 681 0 681
MANZANO 11 0 11
MELOCOTONERO 4 0 4
ALMENDRO 664 0 664
NOGAL 2 0 2
VIÑEDO 245 36 281
OLIVAR 3 0 3
OLIVAR DE A. PARA ACEITE 3 0 3
Tabla 5. Superficies de cultivos presentes en el municipio.
El desarrollo de estos cultivos y la transformación progresiva de las tierras ocupa-
das por el bosque en zonas de labor mediante el abancalamiento ha modificado el per-
fil de la geografía alcublana dejándola tal y como la conocemos hoy en día.
Este factor ha supuesto la alteración de grandes extensiones afectando a todos y
cada uno de los lugares del municipio, de manera que incluso actualmente podemos
encontrar en el lugar menos accesible un antiguo bancal abandonado.
Estos bancales y los cultivos que en ellos se desarrollan constituyen por sí mismos
registros directos de la memoria colectiva, la cual ha dejado su huella en el medio alte-
rándolo y dejando este paisaje característico que todos podemos apreciar y disfrutar.
Además, los cultivos que encontramos actualmente suponen zonas de gran impor-
tancia para la fauna existente que los emplea no sólo como zonas de alimentación
(caso de los herbívoros), sino que también suponen excelentes lugares de caza para los
depredadores y zonas de refugio para algunas especies (como ejemplo de ello en el
refranero popular encontramos el conocido dicho de “cada muchuelo a su olivo” refi-
riéndose a que esta especie suele buscar refugio en este árbol cultivado).
3.1.2.5. Zonas húmedas
Tras una observación superficial de todo el término municipal, una de las caracte-
rísticas que podría definir el entorno de Alcublas es la escasez de agua, o por lo menos
la ausencia de un curso de agua permanente que atraviese el municipio.
No obstante, aparecen distribuidas a los largo del municipio diversas zonas húme-
das de pequeño tamaño que se alimentan de las aguas de lluvia y que son de gran
importancia para la fauna.
Estas zonas son conocidas en el municipio como Navajos (en el apartado 5.2. de este
libro podemos encontrar información ampliada sobre su ubicación y características
26. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 25
básicas) y presentan una vegetación acuática típica de estos hábitats formada por jun-
cales de varias especies: Juncos articulatos y Juncus conglomeratus.
A continuación podemos observar una imagen de la Balsa Pedrosa, Navajo que ha
sido declarado “Reserva de fauna” por la Conselleria de Medio Ambiente junto con la
“Balsa Silvestre” y “La Balsilla” dado que constituyen el refugio de especies de anfi-
bios protegidos como el Gallipato (Pleurodeles waltl) y el sapo de espuelas (Pelobates
cultripes) cuyas características se describen en el apartado 3.2. dedicado a la fauna.
Imagen 5. Juncales presentes en el
Navajo La Balsa Pedrosa.
3.1.2.6. Usos sostenibles de la vegetación
Una vez estudiadas las principales formaciones vegetales que podemos encontrar
actualmente en el término municipal de Alcublas se puede concluir que la influencia
humana en este término ha sido determinante a la hora de permitir la distribución de
determinadas especies o la extinción de otras.
En este sentido, podemos observar la pequeña superficie que ocupan los
carrascales (que corresponderían de forma natural a la zona como vegetación
potencial) frente a la ocupada por cultivos de secano y vegetación natural, que
corresponde a etapas de degradación del carrascal; formadas por coscojares y
otros matorrales heliófilos (necesitan áreas soleadas para su supervivencia) y
algunas zonas de pinar que se salvaron del incendio de 1994.
No obstante y a pesar de la enorme influencia humana sobre el medio, este conser-
va una gran diversidad de especies que constituyen una riqueza cuyas características
son bien conocidas por los habitantes que tradicionalmente han hecho uso de ella con
los fines más variados.
En este campo podemos destacar las propiedades medicinales de multitud de
especies vegetales que tradicionalmente han sido empleadas por la población,
permitiendo un uso sostenible de estos recursos que se veían además beneficia-
dos por la conservación llevada a cabo por los vecinos que conocían su importan-
cia como fuentes de salud y respetaban y cuidaban su entorno.
De este modo, podemos destacar entre otras las propiedades digestivas, anti-
27. 26 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
sépticas y expectorantes del tomillo; o las características antioxidantes del rome-
ro; o los preparados a base de Salvia o Espliego que disminuyen los efectos nega-
tivos producidos por dolores reumáticos o lumbares e incluso las cefaleas.
Otro ejemplo es el escaramujo (fruto de la rosa silvestre) que suele ser de
color rojo anaranjado. Este fruto es comestible, resultando una excelente fuente
de Vitamina C y por su elevado contenido en taninos se emplea para combatir
diarreas, preparándose una conserva como el dulce de membrillo que es muy
buena para ello. En la imagen siguiente podemos observar este arbusto y sus
frutos:
Imagen 6.Rosa silvestre o escara-
mujo (Rosa canina).
Existen por supuesto multitud de ejemplos de este tipo dentro de la vegetación exis-
tente en el municipio y su conocimiento ha sido transmitido a través de las generaciones
constituyendo una riqueza propia vinculada al uso sostenible de los recursos naturales.
En este caso, la población extraía de las plantas que constituían el medio las pro-
piedades medicinales que le ayudaban a subsistir, y a cambio las conservaba y cuida-
ba por cuanto su salud dependía también de su supervivencia constituyendo de este
modo un ejemplo de simbiosis entre el ser humano y el medio, de modo que ambos se
veían beneficiados y el medio ambiente protegido.
Esta simbiosis nos puede dar una idea de cómo el ser humano puede ser capaz de
utilizar el medio ambiente en su propio beneficio y a la vez cuidarlo sin producir gra-
ves alteraciones sobre él, de manera que todas las especies que convivimos podamos
sobrevivir garantizando un medio ambiente saludable para todos.
3.2. FAUNA
La diversidad de la cual disfruta el medio ambiente de Alcublas, unido a la escasa
densidad de población son algunos de los factores que justifican la presencia de una
rica y variada fauna a lo largo del término municipal.
28. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 27
Dentro del municipio podemos encontrar los siguientes ecosistemas: matorrales,
pinares, cultivos, entorno urbanizado y ecosistemas acuáticos; los cuales se caracte-
rizan por unas condiciones físicas determinadas que condicionan la vegetación y las
especies animales presentes.
A continuación se citan algunas de las especies más características de estos eco-
sistemas:
3.2.1. Matorrales
En este tipo de hábitat las aves que se pueden encontrar con mayor facilidad son la
perdiz común (Alectoris rufa), la grajilla (Corvus monedula), la collalba negra
(Oenanthe oenanthe), la collalba rubia (Oenanthe hispanica), el jilguero (Carduelis car-
duelis), el mirlo común (Turdus merula), distintos tordos (Turdus sp.), tarabillas
(Saxicola sp.), currucas (Sylvia sp.) y escribanos (Emberiza sp.).
Como rapaces se pueden mencionar el águila culebrera (Circaetus gallicus), el
águila calzada (Hieraaetus pennatus) que nidifica en verano en la Península Ibérica, el
águila perdicera (Hieraaetus fasciatus) y el búho real (Bubo bubo) que aunque preci-
sen de bosques o roquedos para anidar, sus territorios de caza pueden ser zonas de
matorral bajo.
En cuanto a los mamíferos no aparece ninguno que se pueda asignar de manera
clara a este hábitat, extendiéndose la mayoría de ellos por diversos hábitats. Aún así,
se puede destacar la liebre (Lepus granatensis) y el conejo (Oryctolagus cuniculus),
ambos de gran importancia por su aprovechamiento cinegético y porque constituyen la
principal presa de muchos depredadores. Otros mamíferos son el erizo común
(Erinaceus europaeus), la rata campestre (Rattus rattus), el ratón de campo
(Sylvaemus sylvaticus) y el zorro (Vulpes vulpes). Como pequeños predadores carnívo-
ros destacan la comadreja (Mustela nivalis), el turón (Mustela putorios), la garduña
(Martes foina), el tejón (Meles meles) y la gineta (Genetta genetta).
Imagen 7. Erizo común
(Erinaceus europaeus)
29. 28 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
En lo referente a reptiles cabría destacar la lagartija colilarga (Psammodromus algi-
rus), la lagartija ibérica (Podarcis hispanica), el lagarto ocelado (Lacerta lepida), la
culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), la culebra de escalera (Elaphe scalaris)
y la víbora hocicuda (Vipera latasti).
3.2.2. Pinares
Están habitados por gran variedad de especies de aves, mamíferos y reptiles.
Hay rapaces que preferentemente ubican sus nidos en las ramas de los pinos,
como es el caso del águila culebrera (Circaetus gallicus), el águila calzada
(Hieraaetus pennatus) y el ratonero común (Buteo buteo), que sin embargo buscan
para cazar terrenos más abiertos.
Las tórtolas (Streptopelia turtur) y la paloma torcaz (Columba palumbus) también
están ligadas a este hábitat.
El carbonero garrapinos (Parus ater) posee una tendencia natural a vivir en los bos-
ques de coníferas, resultando el párido más abundante, aunque también se encuen-
tran otros como el carbonero común (Parus major), el herrerillo común (Parus caeru-
leus), el herrerillo capuchino (Parus cristatus), y el agateador común (Certhia brachy-
dactyla).Otra especie que nidifica en los pinares es el pito real (Picus viridis).
Existen otras aves que también son frecuentes pero que utilizan diversos biotopos
(ecosistemas) para nidificar como el mirlo común (Turdus merula), el papamoscas gris
(Muscicapa striata), el verdecillo (Serinus serinus), etc.
Las rapaces nocturnas están representadas por el autillo (Otus scops), el carabo
común (Strix aluco) y el búho chico (Asio otus).
La distribución de los mamíferos por biotopos (área de condiciones ambientales
uniformes) resulta algo más complicada, pues la mayoría de ellos se extienden a lo
largo de diversos ambientes, con sólo unas pocas especies que puedan asignarse de
manera clara, a uno u otro. Así, los mamíferos cuya presencia es frecuente en los pina-
res, aunque utilizan otros biotopos, son el zorro (Vulpes vulpes), la ardilla común
(Sciurus vulgaris) y el lirón careto (Eliomys quercinus).
Imagen 8. Ardilla común
(Sciurus vulgaris).
30. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 29
En cuanto a los reptiles también resulta un tanto complicada su distribución, ya que
la mayoría de ellos no muestran preferencias ambientales muy marcadas. En este tipo
de hábitat se podría observar principalmente a la culebra de herradura (Coluber hip-
pocrepis) y a la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), así como varias espe-
cies de lagartijas.
3.2.3. Campos y cultivos
Varias son las especies más representativas de estos parajes. Entre ellos destacan
el mochuelo (Athene noctua), la tórtola (Streptopelia turtur), el cuco (Cuculus canorus),
la abubilla (Upupa epops), el mirlo (Turdus merula), el verdecillo (Serinus serinus), el
jilguero (Carduelis carduelis), el triguero (Miliaria calandra), el gorrión (Passer com-
munis), el pinzón (Fringilla coelebs) y la urraca (Pica pica), todos ellos nidificantes.
Entre las rapaces destaca en este hábitat el cernícalo común (Falco tinnuculus) con sus
vuelos altos cerniéndose sobre sus presas que generalmente son insectos y pequeños
roedores. Además muchas otras especies utilizan estos campos y cultivos como lugar
de alimentación y reposo durante el invierno.
Los mamíferos ligados a este biotopo, aunque también utilicen otros hábitats distin-
tos, son el erizo común (Erinaceus europaeus), la musaraña común (Crocidura russu-
la), la musarañita (Suncus etruscus), el topo común (Talpa europaea), la rata campes-
tre (Rattus rattus), el ratón de campo (Sylvaemus sylvaticus), el topillo común (Pitymus
duodecimcostatus), el topo ciego (Talpa caeca), la liebre (Lepus granatensis), el cone-
jo (Oryctolagus cuniculus), así como distintas especies de murciélagos.
3.2.4. Entorno urbanizado
Un buen número de especies se han adaptado perfectamente a convivir con las
personas y aprovechar este medio en su propio beneficio, utilizando las construc-
ciones como área de alimentación, como zona de reposo o, en su caso, como zona
de nidificación.
Entre las aves que se pueden encontrar como habituales están la lechuza (Tyto
alba), y el gorrión común (Passer domesticus).
3.2.5. Ecosistemas acuáticos
Además de las comunidades faunísticas nombradas anteriormente, cabe destacar
la presencia a lo largo del término municipal de Alcublas de diferentes charcas y abre-
vaderos que llevan asociados un gran interés ecológico.
Estos puntos de agua, denominados Navajos (cuya ubicación y características pode-
mos observar en el punto 5.2. de este libro), se distribuyen a la largo de la geografía de
Alcublas constituyendo el hábitat de diferentes especies de pequeños crustáceos y
anfibios, entre las que se encuentran especies amenazadas según el Catálogo
Nacional de Especies Amenazadas y según el Catálogo Valenciano de Especies de
Fauna Amenazadas.
31. 30 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
Entre estos Navajos, encontramos tres que han sido declarados “Reservas de
fauna” según la “orden 17 de junio de 2009, de la Conselleria de Medio Ambiente, Agua,
Urbanismo y Vivienda, por la que se declaran siete reservas de fauna en la Comunitat
Valenciana”. Estos son:
- Balsa Pedrosa - Balsa Silvestre - La Balsilla
Las especies de anfibios protegidas que engloban estas reservas de fauna son:
gallipato (Pleurodeles waltl) y sapo de espuelas (Pelobates cultripes) que se clasifican
dentro del grupo de especies vulnerables (aquéllas que corren riesgo de pasar a las
categorías de “sensibles a la alteración del hábitat” y/o “en peligro de extinción” en un
futuro inmediato si los factores adversos que actúan sobre ellas no son corregidos); así
como anfibios en general.
En cuanto a los crustáceos, destaca especialmente la existencia en algunas de
estas charcas de la especie “Triops cancriformis”, una de las especies más anti-
guas del planeta.
A continuación se describen los anfibios que podemos encontrar en Alcublas.
3.2.5.1. Anfibios
Los anfibios y reptiles españoles se encuentran actualmente muy amenazados
(hasta un 30% de las especies de anfibios y un 23% de las de reptiles están en alguna
categoría de amenaza). Las alteraciones de su hábitat natural, junto a los efectos del
cambio climático son importantes factores de amenaza para estos grupos de vertebra-
dos, por lo que el conocimiento de su existencia y su protección son de especial impor-
tancia para su supervivencia.
Gallipato (Pleurodeles waltl).
Es el único urodelo (anfibio con cola) presente en la Comunitat Valenciana. Presenta
una cola aplanada lateralmente y por lo general de igual o menor longitud que el resto
del cuerpo, la cabeza también es aplanada con unos ojos muy pequeños. Es un animal
de costumbres por lo general acuáticas, pudiendo pasar la mayor parte de su vida en
dicho medio, del cual sale de noche o durante los días lluviosos.
Destacan, a ambos lados del cuerpo, una hilera de tubérculos coloreados muy a
menudo de color naranja, a través de los cuales pueden aflorar las costillas cuando el
animal se encuentra en peligro, de ahí proviene su nombre común en valenciano “ofe-
gabous” debido a que muchos toros y vacas se los tragaban accidentalmente cuando
bebían en sus charcas y estos anfibios lo que hacían para defenderse era sacar sus
costillas y ahogar al animal hasta que este lo escupiera.
Se distribuye por la meseta castellano-leonesa, centro y sur peninsular excepto el
extremo sudeste y también se encuentra en el sur de Cataluña, Comunidad Valenciana
y Murcia. Especie propia de altitudes bajas, vive desde el nivel del mar hasta los 1.000
m de altitud, haciéndose rara por encima de esta altitud y alcanzando en algunos pun-
tos los 1.400 m.
En la siguiente figura se muestra su distribución, representada por los puntos ver-
des, a lo largo de la Península Ibérica.Sapo de espuelas (Pelobates cultripes).
32. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 31
Figura 2. Distribución
del Gallipato
(Pleurodeles waltl).
Fuente: Catálogo
nacional de especies
amenazadas. Ministerio
de Medio Ambiente.
Destaca por sus enormes ojos. Posee costumbres crepusculares y nocturnas, así
como un marcado carácter terrestre y suele habitar en lugares donde pueda enterrar-
se, en las proximidades de charcas o arroyos o terrenos con cierta humedad excavan-
do hoyos de una profundidad comprendida entre 6 a 20 centímetros.
Presenta un tamaño medio de 50 a 80 milímetros con mayor tamaño en las hem-
bras que pueden alcanzar los 100 milímetros. Los machos presentan una glándula
alargada de color amarillento en los antebrazos, más patente en época de celo.
Se alimenta de insectos durante el periodo adulto y de vegetales durante el periodo
larvario, así como de larvas de otras especies o larvas de menor tamaño de su propia
especie. Los juveniles con un tamaño próximo a los 20-35 milímetros abandonan la
vida acuática a los 4 o 5 meses sin haber reabsorbido totalmente la cola.
Como comportamiento de defensa suele hincharse y emitir sonidos breves que
recuerdan los chillidos de un gato.
En la siguiente figura se muestra su distribución, representada por los puntos ver-
des, a lo largo de la Península Ibérica.
Figura 3. Distribución
del Sapo de Espuelas
(Pelobates cultripes).
Fuente: Catálogo nacio-
nal de especies amena-
zadas. Ministerio de
Medio ambiente.
33. 32 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
Sapo partero común (Alytes obstreticans).
Su nombre se debe a la peculiar forma de reproducción, la cual consiste en que una
vez realizada la fertilización externa de los huevos, la hembra los cede al macho. Éste
los acumula y los sujeta a su parte posterior, enredándolos a sus patas traseras, lle-
vándolos con él a todas partes, como si de una mochila se tratara, hasta que llegado
el momento de eclosión, se introduce en el agua y con movimientos rítmicos de sus
patas traseras va liberando las larvas.
Es un animal nocturno, permanece durante el día oculto entre las piedras, hendidu-
ras de las rocas o incluso en agujeros que él mismo excava en la tierra. Prefiere los
sitios sombríos en las inmediaciones del agua pero no suele sumergirse en ella.
Está incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, siendo una especie
todavía frecuente en el norte de la Península Ibérica, sin embargo en el centro y sur
resulta cada vez más escasa. A continuación se muestra una imagen que refleja su dis-
tribución representada por los puntos verdes.
Figura 4. Distribución
del Sapo partero
común (Alytes abstreti-
cans). Fuente: Catálogo
nacional de especies
amenazadas. Ministerio
de Medio Ambiente.
Sapo corredor (Bufo calamita).
Presenta un cuerpo rechoncho y verrugoso. Los adultos miden 6-8 centímetros de
longitud (raro 10 cm) y se distinguen del sapo común por una línea amarilla en la mitad
de la espalda.
Se suele desplazar mediante breves carreras y sus costumbres son nocturnas o
crepusculares, siendo poco acuático fuera de la época de celo.
Utiliza frecuentemente aguas temporales para la puesta, admitiendo temperaturas
elevadas y obteniendo ventaja por la ausencia de predadores, con el riesgo de la posi-
ble desecación prematura. La puesta se compone de un cordón de huevos puesto
34. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 33
directamente sobre el fondo con una longitud de 1 a 2 m y unos 3.000 a 4.000 huevos
negros ordenados en dos hileras.
Esta especie está ampliamente distribuida en Europa desde la Península Ibérica
hasta Bielorrusia y el oeste de Ucrania. Está presente en el Reino Unido y el sureste de
Irlanda, llegando al sur de Suecia, mientras que el borde sur corre al pie de los Alpes
y el norte de Austria y Eslovaquia. Presente en la mayor parte de la Península Ibérica
y en todas las provincias españolas, faltan citas en la región cantábrica y algunas áreas
del interior tal y como podemos ver en la figura siguiente:
Figura 5. Distribución
del Sapo corredor
(Bufo calamita).
Fuente: Catálogo nacio-
nal de especies amena-
zadas. Ministerio de
Medio Ambiente.
Sapillo moteado (Pelodytes punctatus).
Su aspecto es más parecido a una rana que a un sapo aunque se puede diferenciar
de éstas por su pupila en posición más vertical y su piel granulosa. Su color puede ser
muy variable, oscilando el fondo desde el pardo hasta el grisáceo o verdoso y mostran-
do manchas (estas sí casi siempre verdes) de disposición irregular. El tamaño es infe-
rior a 5 cms.
Su actividad se desarrolla generalmente en el ámbito crepuscular o nocturno, sien-
do poco acuático fuera de la época de celo, aunque su reproducción puede tener lugar
casi en cualquier época del año, dependiendo de las circunstancias climáticas.
Aparece fundamentalmente en zonas de suelo calizo (como es nuestro caso) o sali-
no, pudiendo soportar altos índices de salinidad. Su área de distribución comprende
gran parte de la Península Ibérica, Francia y noroeste de Italia. En España se distribu-
ye por Castilla-León, Álava, La Rioja, Navarra, Aragón, Cataluña, Madrid (sureste),
Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Murcia. A continuación se muestra una
imagen que refleja su distribución representada por los puntos verdes.
35. 34 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
Figura 6. Distribución
del Sapillo moteado
(Pelodytes puncta-
tus).Fuente: Catálogo
nacional de especies
amenazadas. Ministerio
de Medio Ambiente.
Además de las especies descritas hasta ahora, en el término de Alcublas podemos
encontrar también ejemplares de especies más comunes como el sapo común (Bufo
bufo) y la rana común (Rana perezi).
El sapo común se caracteriza por su gran tamaño (puede llegar hasta los 15 cm) y
su piel muy rugosa, además de por sus glándulas que segregan una sustancia vene-
nosa en caso de verse amenazados. Se distribuye por toda Europa y Asia, ocupando
también toda la Península Ibérica.
La rana común presenta un tamaño mediano (en torno a los 10 cm como máximo)
y una coloración variable, aunque predominantemente verde con manchas negras. Se
distribuye por toda la Península Ibérica y por el Sur de Francia.
A continuación se describen los crustáceos más destacados que podemos observar
en el municipio.
3.2.5.2. Crustáceos.
Como se ha comentado al inicio de este apartado, dentro de los crustáceos existentes
en las charcas o navajos de Alcublas cabe destacar la especie “Triops cancriformis”.
Este pequeño crustáceo, de unos 10 cm de tamaño como máximo, tiene un ciclo de
vida muy corto (apenas mes y medio) durante el cual completa su crecimiento y deja
descendencia, hecho que le permite sobrevivir en aquellas lagunas semipermanentes
que únicamente almacenan agua durante las épocas más favorables.
Los huevos de esta especie permanecen enterrados hasta que eclosionan aprove-
chando la humedad de las primeras lluvias y a partir de ese momento los individuos
se alimentan de todo cuanto encuentran, demostrando una gran voracidad.
Esta especie ha permanecido alrededor de 220 millones de años sin sufrir variaciones en
su forma, por lo que se trata posiblemente de la especie animal más antigua del planeta.
Además de esta especie, podemos encontrar en Alcublas la única población ibérica
del crustáceo “Isaura mayeti”. Este crustáceo africano aparece representado por algu-
36. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 35
Imagen 9. “Triops cancriformis”. .
Fuente. ACLA.
nas pequeñas poblaciones en las islas baleares pero únicamente se ha constatado su
presencia en la Península Ibérica en Alcublas, hecho que nos da una idea de la impor-
tancia que tiene esta población a nivel zoológico.
3.3. PRINCIPALES PUNTOS CON VISTAS PANORÁMICAS
Debido a la orografía presente en el término municipal de Alcublas, podemos
encontrar diversas cumbres desde las cuales se puede disfrutar de agradables vistas
panorámicas.
Una de estas cumbres es la situada en la cima del Cerro de los Molinos, a 904
metros de altitud, a la cual se puede acceder a pie desde la ermita de Santa Lucía o en
vehículo por el camino de la Balsilla.
Desde esta cumbre se puede observar una bonita panorámica del núcleo urbano de
Alcublas.
Por otra parte, al sureste del término municipal se encuentra el Cerro Pedroso que
Imagen 9.Vista panorámica desde
el Cerro de los Molinos.
37. 36 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
culmina en el Pico Pedroso de 878 metros de altitud, considerado otro de los puntos
desde donde poder observar una bonita vista panorámica.
Imagen 10.Vista desde el
Cerro Pedroso.
Por último, al noroeste está situada “La Cumbre” a 1.125,9 metros de altitud, ubi-
cada dentro del Paraje Natural Municipal “La Solana y barranco de Lucía”, siendo la
zona de mayor altitud de todo el término municipal y por tanto la que ofrece las mejo-
res vistas del territorio. En está Cumbre existe un yacimiento correspondiente a la
Edad de bronce, en el que se puede observar los restos de construcciones de un pobla-
do. La imagen siguiente nos muestra la vista panorámica que podemos observar
desde este punto.
Imagen 11.Vista desde la Cumbre.
38. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 37
4. SENDEROS
A lo largo del término municipal de Alcublas podemos encontrar multitud de sen-
deros y caminos que han sido utilizados tradicionalmente en el transcurso de los tiem-
pos para llevar a cabo las labores habituales de la población y que actualmente son
recorridos por los viandantes en la práctica del senderismo.
Dentro de éstos, existen en el municipio distintos tipos de senderos señalizados que
tratan de evitar el tránsito por carreteras asfaltadas, y tienen como principal finalidad
el disfrute de la naturaleza, del paisaje y el conocimiento cultural-natural de la zona.
Podemos hallar dos tipos de senderos que discurren por este territorio: de gran
recorrido (GR), de más de 50 km, señalizado con marcas rojas y blancas; y de peque-
ño recorrido (PR), entre 10-50 km, balizados con colores amarillos y blancos.
En cuanto al primero, el Sendero de Gran Recorrido (GR) 10 atraviesa la parte norte
del municipio en su etapa Sacañet-Cueva Santa, mientras que los segundos son el PR-
V 105 cuyo recorrido discurre desde la Cueva Sabuquera a los Molinos y el PR-V 176
que transita de Andilla a Alcublas.
GR 10
Este sendero, que atraviesa la parte norte del municipio, tiene una longitud total de
1.600 kilómetros y va desde la localidad mediterránea de Puçol hasta Lisboa, permi-
tiendo así la unión entre los mares que limitan la Península y siendo denominado
Sendero Europeo E7 del Atlántico al Mediterráneo.
El recorrido comienza en Puçol, a orillas del mediterráneo, desde donde se adentra
en la Sierra Calderona pasando por Segart, Serra y Gátova. Continúa por las últimas
estribaciones de la sierra de Javalambre y desde Andilla asciende hasta el collado de
Bardés donde el sendero continúa por tierras aragonesas hasta Arcos de las Salinas.
La Longitud total de este sendero a lo largo de la Comunidad Valenciana es de 112
km (125 hasta Abejuela), de los que 74 km pertenecen a la provincia de Valencia y 38
km a la de Castellón.
PR-105
Este sendero de pequeño recorrido denominado “de la Sabuquera a los molinos”
enlaza la Cueva Sabuquera (ubicada al noroeste del término municipal y enclavada
dentro del paraje natural municipal “La Solana y barranco de Lucía”) con el Cerro de
los Molinos al este del núcleo urbano.
Su longitud total es de 7.1 km a lo largo de los cuales encontramos desniveles muy
pronunciados que van desde los 850 metros en su cota más baja hasta los 1.100 metros
en la más alta.
El tramo del sendero PR-CV 105 que discurre por el Paraje Natural Municipal “La
Solana y Barranco de Lucía” empieza en la Cueva Sabuquera, que se encuadra al nor-
oeste del área que abarca el Paraje y a poca distancia de la carretera Alcublas-Sacañet
CV-235, donde está señalizado el desvío que lleva al Paraje.
El sendero continua por el Barranco Lucía en dirección oeste y gira hacia el sur en
39. 38 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
dirección a la ladera de La Solana, donde comienza a hacerse más estrecha alcanzan-
do el collado del Pico de la Cumbre donde se alcanza el punto más alto del recorrido.
Durante el descenso pueden reconocerse las carrilás o huellas de los carros en las
rocas que alcanzan, en algunos casos, los 20 centímetros de profundidad. Este hecho
indica la presencia de la antigua ruta de la nieve, donde ésta era transportada en
carros desde el ventisquero hasta su lugar de venta.
Las imágenes siguientes nos muestran las vistas que podemos encontrar en el
transcurso de este recorrido, así como un detalle de las huellas dejadas por el paso de
los carros sobre la piedra.
Siguiendo el sendero nos encontraremos con sendas caleras (hornos de cal) que se
encuentran en perfecto estado de conservación en los que se puede observar toda su
estructura.
Por último, el sendero a su paso por el Paraje natural, termina en la Balsa Silvestre
donde podemos encontrar tanto vegetación como fauna de especial interés.
Imagen 12. Imágenes del transcurso del PR -105.
PR-176
Este sendero de pequeño recorrido denominado “de Andilla a Alcublas” une
los núcleos urbanos de ambas poblaciones atravesando en su mayor parte el tér-
mino de Andilla.
La longitud total de este sendero es de 17.6 km durante los cuales se alcanzan des-
niveles cercanos a los 1.300 metros de altitud en la Peña Parda.
En la figura siguiente podemos observar con más detalle los lugares por los cuales
discurre este sendero.
40. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 39
En el plano final que se adjunta podemos observar tanto el tramo del GR 10 que dis-
curre por el municipio como el recorrido total de los dos PR descritos.
Figura 7.
Recorrido del
PR-V 176
5. ITINERARIOS
A lo largo del término de Alcublas, podemos encontrar diferentes itinerarios que
nos permitirán acceder y disfrutar de los numerosos elementos paisajísticos con los
cuales cuenta el municipio.
A continuación se enumeran y describen los itinerarios más representativos que
podemos seguir.
5.1. PARAJE NATURAL MUNICIPAL: “LA SOLANA Y
BARRANCO DE LUCÍA”
El Paraje natural municipal “La Solana y barranco de Lucía” ubicado en el Monte de
Utilidad Pública que le da nombre, fue declarado Paraje Natural Municipal por Acuerdo
del 20 de Enero de 2006 del Consell de la Generalitat.
41. 40 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
Este paraje cuenta con una superficie de de 371,40 ha, situadas al noroeste del tér-
mino municipal y constituye una de las estribaciones meridionales del macizo de
Javalambre, perteneciente al Sistema Ibérico. Tiene una cota máxima de 1.125,9
metros ubicada en La Cumbre (cuya ubicación podemos observar en el plano que se
adjunta al final del documento) y geográficamente constituye el límite administrativo
entre las provincias de Castellón y Valencia.
Este monte constituye un elemento fundamental en la conformación del paisaje del
entorno de la localidad de Alcublas. Su elevada altura y la fisionomía de la ladera de
Solana, que recae hacia el núcleo urbano, hacen que atraiga el interés inmediato de
cualquier observador que transite por la zona.
En cuanto al valor patrimonial, en su ámbito territorial se encuentra el yacimiento
de La Cumbre, perteneciente a la edad del bronce y el yacimiento ibérico del Corral de
Capa (siglo II-I a.C.). En la Cueva Sabuquera se han encontrado restos datados en la
Edad del Bronce y también restos de cerámica de época islámica.
Como elementos de valor etnológico destacan los ventisqueros cuya función era
la recogida de nieve y de los cuales se amplía la información en el apartado corres-
pondiente.
Las formaciones vegetales predominantes en el ámbito del paraje corresponden al
matorral mediterráneo, al que se superpone una cobertura arbórea formada princi-
palmente por pino carrasco y pino laricio, tal y como se ha descrito en el apartado 3.1.
Destaca la comunidad vegetal existente en la charca denominada Balsa Silvestre, al
pie de la ladera del monte de La Solana y descrita con mayor amplitud en el apartado
5.2. referente a los Navajos. La balsa mantiene la lámina de agua durante el verano y
alrededor de ella se encuentra una interesante pradera de helechos y una formación
de juncos.
Imagen 13. Imagen de
la Balsa Silvestre.
42. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 41
Imagen 14. Cueva
Sabuquera
En cuanto a la fauna presente, se constata la presencia en la citada charca del galli-
pato, catalogado como vulnerable en la Comunidad Valenciana, así como del sapo de
espuelas. Otras especies interesantes son el sapo partero común, el sapo corredor, la
alondra y el erizo europeo.
A continuación podemos observar una imagen de la Balsa Silvestre al final del
verano, donde se puede apreciar que a pesar de transcurrir todo el periodo estival
unido inevitablemente a la escasez de lluvias, todavía conserva un cierto nivel de
agua.
También es interesante la existencia en el Paraje de la Cueva Sabuquera. Se trata
de una cavidad natural cuyo interés reside tanto en su naturaleza (geomorfológica),
como por servir de refugio para la fauna. Su planta elipsoidal es de grandes proporcio-
nes, contando con un diámetro en dirección norte-sur de 32 metros y de 23 metros en
dirección este-oeste, presentando una profundidad media de 10 metros.
Debido a estas características antaño fue utilizada como ventisquero, motivo por el
cual es notable la influencia del ser humano en la presencia de una bajada artificial a
la cueva para poder acceder a la nieve mediante carros para su extracción. Del mismo
modo se puede observar un muro de mampostería en seco que divide la cueva en dos
partes iguales, de tal forma que una se utilizaba como ventisquero y la otra, probable-
mente, para guardar al ganado.
Dentro de la vegetación que podemos encontrar en esta cueva, destaca por su fron-
dosidad y tamaño la presencia de la liana flámula (Clematis flammula), especie vege-
tal de regiones templadas, que con su frondosidad cubre la cueva por completo.
La liana flámula (Clematis flammula), también conocida como jazmín de monte,
es una planta mediterránea distribuida por el sur de Europa. Su nombre proviene
de las irritaciones que produce en la piel al frotarla así como por la sensación de
quemaduras.
43. 42 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
Imagen 15. Detalle de la especie Clematis
flammula.
Como se ha comentado en el apartado anterior referente a los senderos, la visita a
este Paraje natural puede hacerse recorriendo el sendero PR-V 105 que comienza en la
Cueva Sabuquera y atraviesa todo el paraje pasando por sus elementos más destacados,
constituyendo además en sí mismo un elemento de especial interés vinculado al aprove-
chamiento de la nieve por cuanto esta senda era la utilizada para su transporte.
5.2. NAVAJOS
Los Navajos son pequeñas charcas que se encuentran ubicadas generalmente en
los puntos más bajos tanto en las zonas boscosas como en las cultivadas y que reco-
gen las aguas de escorrentía producidas tras las lluvias.
Su importancia paisajística deriva de la presencia del agua y de la vegetación aso-
ciada a ésta en lugares predominantemente secos, lo cual los hace destacar y ser
punto además de abrevadero de multitud de especies animales (lo que posibilita su
avistamiento).
5.2.1. Importancia ecológica
El interés ecológico de estos lugares depende de los elementos que los constituyen,
44. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 43
ya que pueden ser naturales y formados únicamente por tierras del lugar o artificiales
y construidos de hormigón o arcillas externas.
Los navajos naturales formados por tierras del lugar sustentan comunidades vege-
tales de gran valor ocupadas por especies adaptadas a este tipo de ecosistemas que
constituyen un refugio perfecto para la fauna (principalmente anfibios) que depende de
estos puntos para su subsistencia.
Por este motivo tres de ellas han sido declaradas “Reservas de fauna” por la
Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda y una cuarta (El Prao) está
siendo estudiada para su inclusión. Las “Reservas de fauna” son:
- Balsa Pedrosa
- Balsa Silvestre
- La Balsilla
Además de este valor, los navajos (tanto los artificiales como los naturales) consti-
tuyen puntos de agua donde acuden las diferentes especies animales a abrevar (gana-
do, fauna silvestre y cinegética).
Pero el principal interés ecológico con el que cuentan los navajos naturales es que
constituyen el hábitat de reproducción de diferentes especies de anfibios (algunas de
las cuales se encuentran amenazadas según el Catálogo Nacional de Especies
Amenazadas y según el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna Amenazadas) por
lo que la conservación de estos hábitats es fundamental para su supervivencia.
Dentro de estas especies destacan el gallipato (Pleurodeles waltl) y el sapo de
espuelas (Pelobates cultripes) cuyas características se han descrito en el apartado
dedicado a la fauna.
5.2.2. Ubicación y descripción de los navajos
5.2.2.1. Navajos naturales
Como se ha comentado, los navajos naturales constituyen ecosistemas acuáticos de
gran valor, ya que sostienen pequeñas poblaciones de anfibios que sobreviven y depen-
den directamente de su existencia.
Dentro del término podemos encontrar los siguientes:
- Balsa Pedrosa
- Balsa Silvestre
- La Balsilla
- El Prao
- Navajo de la Mina
- Navajo Royo
Todos ellos presentan un acceso adecuado a través de la red de caminos del muni-
cipio y pueden visitarse sin mayor dificultad. No obstante, debe tenerse en cuenta que
se trata de lugares que albergan especies protegidas cuyo hábitat debe de respetarse.
Es necesario cumplir con la normativa de protección de estos puntos de agua,
estando prohibidas las siguientes actuaciones:
– Extracción de agua de la charca.
45. 44 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
Navajo la Pedrosa Balsa Silvestre
U.T.M: X:0700501 Y:4405610 U.T.M: X:0697013 Y:4410581
La Balsilla El Prao
U.T.M: X:0698455 Y:4409571 U.T.M: X:0699676 Y:4411297
Navajo de la Mina Navajo Royo
U.T.M: X:0696115 Y:4409182 UTM X: 0700598 Y: 4404602
Tabla 6. Navajos naturales.
46. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 45
– Cualquier alteración del medio físico o de las comunidades biológicas.
– Depósito o vertido de cualquier material orgánico o inorgánico.
– Destrucción ó modificación de vallados, carteles u otras instalaciones.
– Captura de ejemplares de fauna silvestre.
– Introducción de fauna y flora.
– Circulación de vehículos, excepto en los lugares habilitados para ello.
La ubicación de estos navajos aparece en la figura 8, así como en el plano que se
adjunta al final de esta publicación.
En la tabla podemos observar imágenes de los navajos naturales que podemos
encontrar en el municipio y su ubicación en coordenadas geográficas.
Figura 8.
Ubicación de los
navajos en el tér-
mino municipal.
47. 46 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
Chupidilla Casica Vieja Cañada de los Charcos
Material: Hormigón Material: Hormigón Material: Hormigón.
U.T.M: X:0697467 Y:4413397 U.T.M: X: 0697929 Y: 4412576 U.T.M: X: 0700698 Y: 4411505
Montanera. (o Fustero) Barranco de Cañas Hoya de Guerri
Material: Arcilla Material: Arcilla Material: Hormigón
U.T.M: X: 0700797 Y: 4409621 U.T.M: X: 0700125 Y: 4409444 U.T.M: X: 0701331 Y: 4408774
El Junco II El Junco I Umbría Chocolate
(o Collado Gabarda).
Material: Arcilla Material: Arcilla Material: Hormigón
U.T.M: X: 0701600 Y: 4407918 U.T.M: X: 0700943 Y: 4408373 U.T.M: X: 0701387 Y: 4405024
Tabla 7. Navajos artificiales.
5.2.2.2. Navajos artificiales.
La construcción de estos navajos ha sido llevada a cabo por la Sociedad de
Cazadores de Alcublas en colaboración con el Ayuntamiento, con el objetivo de crear
puntos de agua que permitan a la fauna silvestre beber en estos lugares, mejorando
así sus condiciones de subsistencia y potenciando su cría natural.
Estos lugares constituyen además puntos donde refrescarse para aquellos aficiona-
48. Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas / 47
dos al senderismo, que mejoran y facilitan el uso y disfrute de esta práctica deportiva.
En su ubicación se ha tenido siempre en cuenta la inclinación del terreno circundan-
te, de forma que se recogiera la mayor cantidad de aguas de escorrentía y evitara así
en lo posible el rellenado de estos con el acarreo de agua externa.
Su construcción se ha llevado a cabo habitualmente de hormigón, aunque también
existen algunos de ellos que se han hecho de arcilla, colocando una lona impermeable
además, para evitar infiltraciones.
En la tabla siguiente podemos observar imágenes de los navajos artificiales
construidos dentro del término, así como su material de construcción y su ubica-
ción en coordenadas geográficas. Los nombres que se les adscriben dependen de
su lugar de ubicación:
La ubicación de estos navajos aparece en la figura 8, así como en el plano que se
adjunta al final de esta publicación.
5.3. RUTA DE LOS MOLINOS-REFUGIO DEL AERÓDROMO
Si hablamos de un elemento emblemático, que llame la atención de todos los visi-
tantes de Alcublas, nos referimos sin duda a los molinos.
La ruta que se propone, enlaza este icono, cargado de un alto valor patrimonial
y social que representa el esfuerzo de las actividades llevadas a cabo por nuestros
antepasados; con el aeródromo militar de Alcublas, construido durante la Guerra
Civil Española (1936-1939) y que nos muestra la importancia estratégica de nues-
tro municipio en la historia más reciente del país, constituyendo así un paseo por
Figura 9. Ruta de los moli-
nos-aeródromo.
49. 48 / Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas
Imagen 16. Imagen del
acueducto de la Mena
desde el Cerro de los
Molinos.
la historia del pueblo reflejada en las edificaciones que las diferentes generacio-
nes han dejado a su paso.
El itinerario parte de la Plaza de San Agustín, sin duda una de las más intere-
santes para la población alcublana, desde donde se puede observar la Fuente de
San Agustín, construida durante los años 1615 y 1626 donde desemboca el conoci-
do Acueducto de la Mena.
Como podemos comprobar en la figura anterior, se dirige desde este punto hacia la
montaña donde se vislumbran los dos molinos de Alcublas, del siglo XVII, cruzando
primero por el puente de la Ramblilla construido en 1947, pudiendo observar durante
el recorrido numerosos pajares de alto valor etnológico.
Imagen 17. Ventisquero