1. Los griegos y la mujer
Autor:Paulo Arieu
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Desde que aparecen las primeras sociedades en la historia hasta ahora, las actividades públicas se
han identificado como masculinas. Entre ésas, se incluía la tarea política, considerándose que el
varón tenía mayor inteligencia, capacidad para el autocontrol, mayor fuerza física y mental; el
hombre mandaba y la mujer obedecía, dentro y fuera del hogar. También es innegable el papel
opresivo que la religión ha jugado hacia la mujer. Ha constituido un poderoso medio para
mantener patriarcados de tipos opresivos en muchas sociedades como el Islam. Pero y en Grecia,
como vivían las mujeres? Comprender la vida en Grecia es importante para comprender bien
algunas de las cartas del apóstol Pablo. El apóstol era un hombre de tres culturas: La judía, la
griega y por ser ciudadano romano, también pertenecía a Roma. Claude Mossé, escribiendo
sobre la vida de la mujer en la Grecia Clásica dice
“¿Qué lugar ocupaban el amor y la sexualidad en la vida de la mujer griega? Es una pregunta de
difícil respuesta. Por un lado, los griegos eran menos discretos que nosotros en todo lo referente
2. a la sexualidad. La representación de los órganos sexuales masculinos y femeninos era algo
corriente, como lo atestiguan pinturas de vasos y esculturas. Algunas fiestas religiosas en honor
de Dionisos se acompañaban de una procesión fálica, y las mujeres hacían pasteles en forma de
órganos sexuales masculinos y femeninos para dárselos con ofrenda al Dios. El carácter
licencioso de algunas bromas en el teatro de Aristófanes y en la comedia en general es un
ejemplo elocuente de que no había ninguna prohibición que impidiera las alusiones a las
diferentes manifestaciones de la sexualidad. Pero si bien los griegos hablaban del amor físico con
una total franqueza, eran menos locuaces en lo relativo al sentimiento amoroso. Más aún, si
alguna vez accedían a hablar de ello, era casi siempre para evocar los vínculos que unían a
parejas del mismo sexo. Y esto no sólo por lo que se refiere a los hombres, sino también a las
mujeres.” (Mossé,2001,Pag. 173).
El problema con lo escrito referente a la mujer griega es que toda la literatura heredada de
aquella época fue escrito por hombres. Y no hay que olvidar dice Claude “que la única expresión
de un sentimiento amoroso procedente de una mujer que ha llegado hasta nosotros se la debemos
a Safo, la famosa poetisa de Lesbos, que dedicaba versos encendidos de pasión y de deseo a sus
jóvenes compañeras”(Mossé,2001,Pag. 174). De Lesbos proviene la expresión lesbianismo que
denota la práctica de la sexualidad entre mujeres.Pero, y como era la vida de una mujer en el
mundo griego? El teólogo y famoso comentarista biblico William Barclay(*) expone en forma
breve pero con muchos detalles que “el lugar de la mujer en la religión griega era bajo”(Barclay,
2009, Pág. 42). ¿Y en cuánto a la religión? ¿Era también una esfera propiamente masculina?
Alba S. Varela autora del articulo sobre las mujeres en la Antigua Grecia explica que
3. “Hombres y mujeres participaban en los ritos religiosos de la polis, y aunque cada uno tenía sus
prerrogativas religiosas, todo el mundo tomaba parte en los festivales en honor a los dioses. Las
mujeres tenían un papel especialmente importante en las celebraciones en honor de Atenea y
Ártemis, así como en los ritos funerarios.”(Varela,n.d.).
Luego, Barclay continúa comentando acerca de la vida religiosa en la cultura griega.
“El Templo de Afrodita en Corinto tenía mil sacerdotisas que eran prostitutas sagradas, y todas
las tardes cumplían su función en las calles de la ciudad. El Templo de Diana en Éfeso tenía
centenares de sacerdotisas que se llamaban melissae, que quiere decir abejas, cuya función era la
misma. “(Barclay, 2009, Pág. 42-43).
En sus casas (gr. oikos), era donde las mujeres pasaban la mayor parte de su tiempo, si no todo,
ocupándose del cuidado de su familia y del mantenimiento de la casa. Alba S. Varela explica que
“Abastecían al núcleo familiar de alimentos y ropa fabricada por ellas mismas y distribuían entre
sus esclavos, si los tenían, las diversas tareas. La labor más característica de las mujeres era el
cardado de la lana y el tejido de prendas con este material. Todas, independientemente de la clase
social a la que perteneciesen, aprendían a trabajar la lana y a tejer, y se hacían verdaderas
expertas en ello. También se ocupaban de cuidar y educar a sus hijos y enseñaban a sus hijas las
tareas del hogar y las labores que ellas mismas conocían, además de distribuir los bienes
materiales de la familia para poder cubrir las necesidades básicas de todos sus miembros.”
(Varela,n.d.).
Pero esto no significa que la mujer estuviese recluida todo el tiempo en su casa.No al menos las
mujeres de clase media o baja.Barclay cita la vida de la mujer griega antigua comentando que
4. una mujer “‘respetable’ llevaba una vida muy recluida. Vivía en una parte de la casa a la que no
accedía nada más que su marido. No estaba presente ni en las comidas. Nunca se la veía sola en
la calle; nunca asistía a ninguna reunión pública. “(Barclay, 2009, Pág. 42-43). Alba S. Varela,
explica que según cita Aristóteles, no se podía evitar que
“las mujeres pobres salgan de sus casas e interactúen entre ellas para proporcionarse ayuda
mutua, y de hecho lo hacían, visitándose y asistiéndose. Así las griegas libres podían trabajar a
cambio de dinero. Los trabajos más comunes entre las mujeres griegas eran aquellos que
hallaban sus raíces en las habilidades y conocimientos que tenían para llevar a cabo las labores
del oikos. Lo más habitual era el cardado de la lana; podían tejer ropa para luego venderla, así
como teñirla o hacer otros trabajos de costura. La cocina evidentemente era también una labor
típicamente femenina, sin embargo los chefs que aparecen en la Comedia Media solían ser
hombres y sus únicos equivalentes femeninos serían las pasteleras o confiteras. Hay en las
fuentes mujeres que venden en el mercado productos obtenidos de la tierra o manufacturados en
casa, como son las verduras, la sal, la miel, el pan, la ropa y algunos adornos. También el lavado
de la ropa se convirtió en una profesión y hallamos algunas menciones a lavanderas. El trabajo
femenino por excelencia habría sido el de comadrona. Hacia mediados del siglo IV a. C. algunas
mujeres se convirtieron también en obstetras llegando a alcanzar un estatus bastante
considerable. Por supuesto también eran niñeras y aunque se ha querido ver como un trabajo
considerado de bajo estatus lo cierto es que no es probable que fuese así, dado que se establecían
relaciones de afecto entre la niñera y el niño a su cuidado. Las encontramos también haciendo
perfumes, aunque se trata de un trabajo de baja consideración que además habría requerido de
cierto capital. Al respecto de esto debemos retomar la idea anterior de que ellas no manejaban
dinero y por tanto había áreas profesionales de las que estaban excluidas. Gran parte del
5. comercio que llevaban a cabo era a pequeña escala y de hecho debía por ley ser así, dado que una
mujer no tenía capacidad suficiente para entrar en ese tipo de contratos. Otros trabajos de los que
estaban excluidas eran los de pescadera o carnicera, y tampoco las encontramos vendiendo libros
o armas. No todo el trabajo que realizaban derivaba de sus habilidades para las labores del oikos,
también habrían trabajado en los baños y algunas tenían oficios como alfareras, zapateras o
mozas de cuadra. Debemos tener siempre en cuenta que, aunque de hecho las mujeres podían
trabajar y ganar algún dinero con ello, el ideal femenino de los hombres griegos siempre era el de
la mujer que pasa su tiempo en casa. Eso sí, en tiempos de crisis todo el mundo se veía obligado
a hacer lo posible por sobrevivir y es entonces cuando podemos ver a todo tipo de mujeres
realizando algún trabajo para contribuir en la medida de lo posible al bienestar de la polis.”
(Varela,n.d.).
Barclay explica que
“El hecho es que si en un pueblo griego las mujeres cristianas hubieran tomado una parte activa
y hubieran hecho uso de la palabra, la Iglesia habría ganado inevitablemente la reputación de ser
una guarida de mujeres livianas. Además, en la sociedad griega había mujeres que no vivían más
que para vestirse y peinarse elaborada y lujosamente. Plinio nos cuenta que hubo una novia en
Roma, Lollia paulina, cuyo vestido de boda costó el equivalente de 100 millones de pesetas o un
millón de dólares. Hasta los griegos y los romanos se escandalizaban del amor a los vestidos y
las joyas que caracterizaba a algunas de sus mujeres. Las grandes religiones griegas se llamaban
misterios o religiones misteriosas, que tenían precisamente las mismas reglas acerca del vestir
que Pablo expone”(Barclay, 2009, Pág. 42-43) en su pasaje de I de Timoteo capitulo 2.
Alba S. Varela, explica que los griegos pensaban que las mujeres
6. “eran por naturaleza inferiores, más dadas a la satisfacción de los placeres que a la razón, y por
lo tanto la ley las trataba como perpetuas menores de edad (de ahí que siempre hubiera un
hombre que ejerciese autoridad sobre ellas). De esta condición derivan ciertos impedimentos que
se les imponían, como el hecho de no poder poseer propiedades a excepción de una cantidad
mínima de objetos personales. No poseían tierra y por tanto no la administraban, tampoco
poseían dinero y en consecuencia no podían llevar a cabo ciertas transacciones o negocios. Su
vida se limitaba al cuidado de la familia y a la administración de los bienes del oikos. Por otro
lado, los hombres tenían también su espacio y sus funciones: si ellas se encargaban de la buena
marcha de la casa, ellos hacían lo propio con el Estado. Su entorno era el exterior, la vida
pública, la política y las relaciones sociales, así como la agricultura y la guerra. Ostentaban el
poder político y social y eran los cabezas de familia. “(Varela,n.d.).
Una mujer nunca debía estar presente en el banquete, sino para vigilar a los esclavos que sirven
la mesa. Tampoco acude a los banquetes de amigos. Solo se mezclaban con los hombres en las
fiestas familiares. Aunque las mujeres “tenían vedada la política, la guerra y las relaciones de
Estado, pero cuando la polis estaba en peligro por motivo de un conflicto bélico, ellas
participaban en su defensa” (Varela,n.d.). También Varela dice que
“Está claro que no se armaban y salían de sus casas para combatir, ese era el trabajo de los
hombres, y de hecho el mito de las Amazonas, vencidas por hombres griegos, ayudó a reforzar la
ideología de que las mujeres griegas decentes debían casarse y dejar a sus maridos la guerra.
Pero eran patrióticas y leales a su polis y proporcionaban apoyo moral a sus maridos, para
quienes debía ser un alivio pensar que sus esposas seguían haciéndose cargo de la casa y de los
hijos y que cumplían con sus obligaciones religiosas; aparte, para un hombre probablemente
7. sería grato aparecer ante su esposa como un guerrero valeroso y con éxito, por lo que la opinión
de las mujeres seria también un factor importante. Además, ellas ayudaban a financiar las guerras
con donativos de dinero o joyas y suministraban a las tropas comida y ropa. Si la defensa de la
ciudad estaba próxima a romperse, las mujeres iban a dar asistencia directa a sus maridos
haciéndose cargo de sus heridas o proporcionándoles armas para seguir combatiendo. Si sucedía
que el enemigo traspasaba los muros, algunas de ellas eran muy capaces de actos heroicos.
Conservamos datos de mujeres que se subían a los tejados y arrojaban piedras a los enemigos, y
muchas de ellas contribuían al mantenimiento del honor de la polis, de sus maridos y de ellas
mismas suicidándose: preferían el suicidio a la violación, la deshonra y la esclavitud a las que se
verían sometidas si se dejaban capturar por los enemigos. Con todo, se hace necesario mencionar
hay mujeres que, sobre todo en época helenística, sí participaron directamente en batallas
luchando o dirigiéndolas. Todas ellas pertenecían al entorno de las casas reales y demostraron
inteligencia y capacidad de dirección, aunque no tuvieron mucho éxito. Tras la muerte de
Alejandro se hizo muy común que las mujeres “normales” acompañaran a sus maridos
mercenarios en las campañas de guerra a fin de traer al mundo niños que fueran ciudadanos. En
estas campañas las mujeres tenían también un papel fundamental, pues cocinaban y tejían, y
mantenían en buen estado las armas de sus maridos limpiándolas y afilándolas” (Varela,n.d.).
Respecto a Cultura y educación helénica:
“La posibilidad de educación aumentó considerablemente con la llegada del helenismo. En
tierras griegas para las mujeres estaba limitada a leer, escribir y componer aunque siempre hubo
sus excepciones que superaron estas expectativas. Las familias acomodadas romanas no ponían
más freno a la educación de las mujeres que su matrimonio. Lo malo es que éste se celebraba
8. muy pronto, poco después de la pubertad, con lo que la diferencia de educación con los varones
se acentuaba. Con todo hubo muchas mujeres que consiguieron seguir leyendo y estudiando en
una especie de educación continúa lo que promovió las críticas de Juvenal: “No hay nada más
exasperante que las demandas de una mujer que nada más sentarse a comer pretende discutir de
poetas y poesía comparando a Homero con Virgilio” [Juvenal 6434-56 cita en Sarah B. Pomeroy,
Goddesses, whores, wives and slaves. Women in classical antiquity, Schocken Books, N. York
1975, p. 172. Hay traducción al español, Diosas, rameras, esposas y esclavas. Mujeres en la
antigüedad clásica, Akal, Madrid 1987.]. Es un defecto que demuestra la presencia femenina en
los banquetes y que sólo se le imputa a las mujeres pues nuestro autor no se queja del equivalente
masculino que seguramente también existía.” (Gómez-Acebo & Bautista & Marcos & Pedregal
& Torres & Rivas & Absdulatif, 2005, pág. 30-31).
Todo esto corresponde al modelo de mujer de Atenas, pero al investigar sobre Esparta vemos que
las cosas cambian. Alba S. Varela comenta que
Las espartanas, como las atenienses, dejaban el hogar paterno al casarse, pero gozaban de mucha
más libertad y participaban en la vida social de su polis. Recibían una educación en la que se
incluían el ejercicio físico y el desarrollo de las capacidades intelectuales, y si hacemos caso a
Platón, se jactaban de ello: estaban orgullosas de su cultura y sobre todo de sus capacidades para
el discurso. Por supuesto también aprendían las labores de la casa, que les enseñaban sus madres,
pero desde luego no se limitaban a ello. Esta educación, también es importante mencionarlo,
tenía fines eugenésicos: había que educar a madres fuertes para que estas proveyesen a Esparta
de hijos que más tarde serían guerreros también fuertes y valerosos. La cobardía estaba muy mal
vista y parece ser que las mujeres especialmente la aborrecían. Su aspecto físico, asimismo, era
9. muy valorado por las atenienses, que admiraban su piel y sus cabellos. Las mujeres participaban
igualmente en carreras y danzas corales, y lo hacían desnudas siendo representadas en algunas
estatuillas de bronce, dato importante teniendo en cuenta que el desnudo femenino en el arte
antes del siglo V a. C. es muy raro y sobre todo está muy mal visto: antes de esta época la
representación del desnudo femenino está reservada a las mujeres de baja reputación. Pero no
todo era un camino de rosas para las espartanas. Por supuesto estaban también obligadas a
casarse y ese matrimonio podía estar ritualizado en forma de rapto. La noche de bodas también
era simbólica, puesto que se rapaba la cabeza a la novia y se la vestía con ropa masculina para
hacer más fácil al hombre la transición entre la interacción homosexual del cuartel y la vida
sexual de casado que llevaría con su esposa.” ( Varela,n.d.).
1] Aristóteles: (en griego antiguo Ἀριστοτέλης, Aristotélēs) (384 a. C.-322 a. C.) Aristóteles fue
un polímata: filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia cuyas ideas han ejercido una
enorme influencia sobre la historia intelectual de Occidente por más de dos milenios.
(Wikipedia,n.d.). Johnn Stott(**) cita la opinión del filosofo Aristóteles, respetado como el padre
de la biología por sus obras sobre la historia y la generación de los animales, consideraba, sin
embargo, que la mujer era “una especie de hombre mutilado”. Esta es su exposición: “Las
hembras son machos imperfectos, producidos accidentalmente por insuficiencia paterna o por la
influencia nociva del viento húmedo del sur” (Stott, Pag. 280). En la Grecia antigua las mujeres
no fueron ciudadanas, salvo en Esparta, lo que fue configurando una sociedad en la que lo
público quedaba reservado para los varones y el mundo de la familia y de la casa, el mundo de lo
privado, para las mujeres. (Gómez-Acebo & Bautista & Marcos & Pedregal & Torres & Rivas &
Absdulatif, 2005, pág. 27). Y desde Aristóteles en adelante, se admitía que las mujeres, más
emocionales que racionales, tenían un intelecto limitado, de forma que eran presas fáciles de los
10. embaucadores y a menudo elegían la opción errónea. En el campo de la religión se consideraba
que eran proclives a situarse en el lado de las desviaciones religiosas, en el terreno de la
superstición, entendida ésta en el doble sentido de “prácticas religiosas irregulares”, que no
siguen las costumbres señaladas por el Estado, y como un “compromiso religioso excesivo”, esto
es, una especie de adicción a los dioses, que muchas veces se entendía que era motivado por un
deseo inapropiado de conocimiento. Este segundo tipo de superstición era muy difícil de
delimitar y se asociaba a menudo al género femenino, de por sí naturalmente inclinado a una
curiositas desmedida y a una preferencia por la novitas, que constituye uno de los rasgos de la
herejía. Que las mujeres optaban por las desviaciones religiosas era un lugar común en la
literatura romana. Brujas, magas, viejas supersticiosas, enloquecidas devotas de Isis, fieles de
Dionisos en medio del escándalo orgiástico de las fiestas Bacanales son tipos recurrentes en la
literatura latina, donde leemos a menudo que el comportamiento femenino estaba guiado por la
inclinación natural de la mujer a la sexualidad. La incapacidad de la mujer para hacer elecciones
guiada por la razón la incapacitaba en el mundo romano para llevar a cabo una práctica
“razonada y razonable de la religión, de cualquier religión”, lo que explica su exclusión casi total
de la vida religiosa pública en Roma. (Gómez-Acebo & Bautista & Marcos & Pedregal & Torres
& Rivas & Absdulatif, 2005, pág. 111-112). Y “en la industria textil los varones y las mujeres
trabajaban codo con codo aunque ellos cobraban tres veces más. Hoy conocemos la existencia de
asociaciones de mujeres trabajadoras conocidas como gynaeciarii y linteones cuyo oficio
consistía en la fabricación de ropa de oro, plata y púrpura para el emperador y la aristocracia
además de la confección de uniformes militares. Se han hallado inscripciones que hablan de
mujeres que trabajaron como zapateras, carniceras, pescadoras, camareras, peluqueras… toda
una lista que abarca la mayoría de los oficios. Aunque dentro de éstos la función de tejer se llevó
11. la palma” [Hay varias citas de Dio Chrysostomo en James Malcolm Arlandson, Women, class
and society in early christianity. Models from Luke-Acts, Hendrickson, Peabody 1997, p. 88]
(Gómez-Acebo & Bautista & Marcos & Pedregal & Torres & Rivas & Absdulatif, 2005, pág.
28).
La visión aristotélica de la mujer influenció a los pensadores occidentales posteriores, que lo
citaron como autoridad hasta finales de la Edad Media, y es por tanto una importante cuestión en
la Historia de la mujer. Aristóteles consideraba que la mujer estaba sometida al hombre, pero se
encontraba por encima de los esclavos. En el capítulo 12 de su Política, escribe Respecto al
orden familiar:
“El esclavo está absolutamente privado de voluntad; la mujer la tiene, pero subordinada; el niño
sólo la tiene incompleta” (Wikipedia,n.d.). “Por otra parte, la mujer y el esclavo difieren por
naturaleza (pues la naturaleza no hace nada mezquinamente, como lo hacen con sus cuchillos los
herreros de Delfos, sino que acomoda casa cosa a un fin particular, y de este modo cada
instrumento alcanza su perfección mayor al servir no a muchas cosas, sino a una sola). Entre los
bárbaros, sin embargo, la mujer y el esclavo tienen el mismo rango; y la causa de esto es que no
tienen ellos nada que por naturaleza pueda mandar, sino que la misma sociedad conyugal es en
ellos entre esclava y esclavo.” (Aristóteles, Libro I, pág. 158) “Siendo pues ahora manifiesto de
que elementos se compone la ciudad, es necesario hablar en primer lugar del régimen familiar,
ya que toda ciudad consta de familias. En el régimen familiar pueden distinguirse ciertas partes
correspondientes a las partes que consta la familia; ahora bien, la familia completa se compone
de esclavos y libres. En todo objeto de investigación deben buscarse ante todo sus más simples
elementos; y los primeros y más simples elementos de la familia son el señor y el esclavo, el
12. marido y la mujer, el padre y los hijos. Debemos pues considerar que es y cómo debe ser cada
una de estas tres relaciones, digo la heril, la conyugal (aunque el vínculo mismo entre marido y
mujer carece de nombre), y en tercer lugar la relación entre marido y mujer carece de nombre), y
en tercer lugar la relación que resulta de la procreación (por más que tampoco haya sido
designada con nombre especial).” (Aristóteles, Libro I, pág. 159). Y según él escribió “el varón
debe casarse a los treinta y siete años y la mujer a los dieciocho”(Biografías y vida, n.d.).
Aristóteles criticaba mucho a las espartanas. Varela explica que “el consideraba su licencia e
indisciplina, por el daño que ejercían al Estado y por dominar, nuevamente según él, a sus
maridos (nos apunta además que esto es típico de las sociedades militares). Tampoco ve bien la
importancia que se le daba a la riqueza en Esparta ni el hecho de que las mujeres pudiesen
heredar y poseer tierras, pues algunas espartanas ricas poseían los dos quintos de todo el
territorio”.(Varela,n.d.).
2] Platón: John Stott comenta que “El desprecio por la mujer en el mundo antiguo es bien
conocido. Platón – quien creía que el alma está presa en el cuerpo y que es liberada para luego
reencarnarse- sugirió que el destino de un hombre malo sería la reencarnación en una mujer
(Stott,Pag.280).
Estas dos obras, la República de Platón, y la Política de Aristóteles, pueden servir como marco
para emprender la pregunta sobre cuál es el lugar de lo femenino en la polís. Ej:“Y en el caso del
sexo masculino y del femenino, si aparece que sobresalen en cuanto a un arte o a otro tipo de
ocupación, diremos que se ha de acordar a cada uno lo suyo, pero sí parece que la diferencia
consiste en que la hembra alumbra y el macho procrea, más bien afirmaremos que aún no ha
quedado demostrado que la mujer difiere del hombre en aquello de lo que estábamos hablando,
13. sino que seguiremos pensando que los guardianes y sus esposas deben ocuparse de las mismas
cosas” [Platón, “República”]. Platón,
“no considera la familia sino el Estado y desagrega su partes sin hacer alusión, o deteniéndose en
lo doméstico. Dentro de las partes del Estado el distingue una, que es para él la encargada de
salvaguardar la justicia. Los guardianes son un grupo constituido por los mejores hombres y
mujeres. Estas mujeres y hombres se encargarán de realizar las tareas pertinentes para que en la
ciudad, en el Estado, reine la justicia. Para ello se distribuirán equitativamente las tareas. Esto es,
mujeres y hombres, cumplirán con las mismas tareas y deberes, como la educación de los hijos y
pelear en la guerra. La forma en que conviven estos guardianes es en total comunidad y sin
posesión alguna. En sentido general, el guardián debe ser un completo desposeído, para
dedicarse a su cometido sin que ningún otro interés pueda interrumpir esta tarea. La comunidad
de las mujeres y los hijos significa que no podrá poseer a ninguna mujer como esposa con la cuál
pueda convivir –o por lo menos no hasta edad adulta, cuando ya no pueda seguir adelante con las
tareas de guardián–, aunque sí pueden unirse y procrear entre ellos. Esto es parte de los
mecanismos por el cual el guardián logra efectivamente esta desposesión total. De esto se deriva
que todos los guardianes deban llamar hijos a los hijos de los guardianes y viceversa. De esta
manera Platón se asegura que los guardianes tratarán a todos por igual, ya que, de alguna
manera, aquel que él está tratando es su hijo.” (Esteves,n.d.)
Es importante antes de determinar el lugar que tenía el amor en la vida de las mujeres griegas. es
necesario interrogarse sobre la importancia que pudieron tener en el mundo griego las relaciones
homosexuales. Claude Mossé lo explica partiendo de un texto muy conocido, el Banquete de
Platón. cuyo tema es precisamente el amor:
14. Uno de los participantes en el diálogo es el poeta cómico Aristófanes, que interviene en el debate
de forma burlona recordando que en una época pasada existían tres especies de humanos: el
varón, la hembra y el andrógino. Estos humanos tenían una forma extraña. “redonda, con la
espalda y los costados redondeados, cuatro manos, cuatro piernas, dos caras completamente
parecidas sostenidas sobre un cuello redondo, y sobre estas dos caras opuestas entre sí una sola
cabeza, cuatro orejas. dos órganos genitales y todo lo demás en la misma proporción””. Estos
singulares seres humanos quisieron atentar contra los dioses, y Zeus, para castigarlos, los cortó
en dos. Pasemos por alto los detalles de esta operación quirúrgica. pero detengámonos en las
consecuencias: desde ese momento, cada cual sueña con encontrar de nuevo su mitad: dicho de
otra manera, “todas las mujeres que son una mitad de una hembra primitiva no prestan ninguna
atención a los hombres y prefieren interesarse por las mujeres”. “Los que son una mitad de varón
se interesan igualmente por los varones”, y “cuando llegan a la edad viril aman a los muchachos,
y si sc casan y tienen hijos. no es por seguir una inclinación de la naturaleza, sino porque están
constreñidos por la ley”. Solamente “los hombres que son una mitad de aquellos seres
compuestos de dos sexos que se llaman andróginos aman a las mujeres ” así como también todas
las mujeres que aman a los hombres.”(Mossé,2001, Pág.. 174).
Uno de los males de Grecia era la homosexualidad, practica que estaba muy difundida. Al
respecto se puede leer a San Juan Crisóstomo, quien también en su tiempo denunció los actos
homosexuales de los hombres por ser contrarios a la naturaleza moral del ser humano y a la
voluntad de Dios. Este Padre de la Iglesia fue un excelso predicador, muy famoso por sus
discursos públicos y por su denuncia de los abusos de las autoridades imperiales y de la vida
licenciosa del clero bizantino. Al comentar sobre la Epístola a los Romanos capitulo 1 versos 26
al 27, bien dice que:
15. Los placeres de la sodomía son un delito imperdonable de la naturaleza y son doblemente
destructivos, ya que amenazan a la especie por la desviación de los órganos sexuales fuera de su
fin primario procreativo y siembran la discordia entre los hombres y mujeres, que ya no se
inclinan por el deseo físico para vivir juntos en paz. “Todas las pasiones son deshonrosas, porque
el alma es perjudicada y degradada aún más por el pecado que el cuerpo por la enfermedad, pero
la peor de todas las pasiones es la lujuria entre los hombres… los pecados contra la naturaleza
son más graves y menos gratificante, así que…. es que ni siquiera se puede decir que busca el
placer, ya que el placer verdadero es sólo de acuerdo con la naturaleza. Pero cuando Dios
abandona a un hombre, todo está al revés! Por lo tanto, no sólo son sus pasiones satánicas [de los
homosexuales], pero sus vidas son diabólicas…. Así que yo os digo que estos son aún peores que
los asesinos, y que sería mejor morir que vivir en tal deshonra . Un asesino sólo separa el alma
del cuerpo, mientras que estos destruyen el alma dentro del cuerpo…. No hay nada,
absolutamente nada más loco o perjudicial que esta perversidad”. (JANUA-COELI, 03-06-
2013).
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Referencias
Imagen n0.
http://www.ivettedurancalderon.com/articulos/Historia-General/La-mujer-en-la-antigua-
Grecia/73
Barclay, William. Comentario Al Nuevo Testamento – Tomo 12 – Las Cartas a Timoteo,
Tito y Filemón.(2009). Ed. Clie.
16. Biografías y vida. La enciclopedia biográfica en línea. Aristóteles. (n.d.). Recuperado de
http://www.biografiasyvidas.com/monografia/aristoteles/
Gómez-Acebo, Isabel & Bautista, Esperanza & Marcos, Mar & Pedregal, Amparo &
Torres, Juan
& Rivas, Fernando & M. Absdulatif, Bahira. La mujer en los orígenes del
cristianismo.(2005) Editorial DESCLÉE DE BROUWER, S.A., C/ Henao, 6 – 48009
BILBAO. España.
Esteves, Ricardo. Lo femenino, la mujer y la familia en la polis en República de Platón y
Política
de Aristóteles. (n.d.). Recuperado de
https://www.academia.edu/9653813/Lo_femenino_la_mujer_y_la_familia_en_la_polis_e
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JANUA-COELI. LIBER GOMORRHIANUS. (03-06-2013). Recuperado de
http://infernumdetrude.blogspot.com/2013/03/liber-gomorrhianus-sentencia-contra.html
Mossé,Claude. La mujer en la Grecia clásica.(1995).Editorial NEREA.Hondarribia.
Guipuzcoa.Espana.
Stott,John R.W. LA FE CRISTIANA FRENTE A LOS DESAFÍOS
CONTEMPORÁNEOS. (1999) Primera reimpresión por Libros Desafío: (1999). Impreso
en los EE.UU. Línea Nueva Creación P. Libros Desafío es un ministerio de CRC
Publications, la casa de publicaciones de la Iglesia Cristiana Reformada de Norteamérica,
Grand Rapids, Michigan, EE.UU.
Varela, Alba Sánchez. Sobre Las Mujeres En La Antigua Grecia. (n.d.). Recuperado de
https://www.academia.edu/1466304/Sobre_las_Mujeres_en_la_Antigua_Grecia
17. Wikipedia,Aristoteles.
(*) William Barclay (nacido el 05 de diciembre 1907 en Wick, Escocia y murió 24 de enero 1978
en Glasgow, Escocia) fue un escocés presentador autor, la radio y la televisión, la Iglesia de
Escocia ministro y profesor de la Divinidad y la crítica bíblica en la Universidad de Glasgow.
(**) John Stott ver datos biograficos aca [https://elteologillo.wordpress.com/2013/03/20/quien-
fue-john-stott/]