Los acueductos sirven para transportar agua desde su fuente hasta un punto de consumo distante. Se construyeron principalmente con arcos de piedra o ladrillo, aunque también incluían túneles subterráneos. Funcionaban mediante la gravedad, con una ligera pendiente, para mover el agua. Algunos de los acueductos más importantes mencionados son el de Segovia, el de los Milagros en Mérida, y los de la Rambla de Carcauz en Almería.